La recreación es especialmente importante en el desarrollo integral de los niños y adolescentes, ya que mejora su calidad de vida y les proporciona importantes beneficios psicoemocionales, cognitivos, físicos y sociales. ¿Cuáles son esos beneficios? Conoce más acá.
Beneficios psicoemocionales
La recreación aumenta la confianza en sí mismo de los niños y adolescentes, ya que en ese contexto se deben vencer desafíos e imprevistos del entorno que estimulan a dar lo mejor de sí mismo, a enfrentar y resolver nuevas dificultades aprendiendo de las diferentes experiencias.
Beneficios cognitivos
El relacionarse en forma libre con su entorno, debiendo resolver autónomamente los diferentes retos o desafíos que este le pone, favorece el desarrollo de la imaginación, creatividad y memoria, junto con la concentración y atención. Además, en esta relación con el entorno, a través de su propia experiencia, se refuerzan nociones básicas como color, tamaño, forma, espacialidad y cantidad.
Beneficios sociales
Entre los beneficios sociales de las actividades recreativas están el potenciar la consolidación de la propia identidad y sentido de pertenencia (a la familia, al grupo, a la sociedad), favoreciendo la inclusión social, la empatía, y la participación en comunidad, además de prevenir comportamientos antisociales, violentos y disruptivos.
Beneficios físicos
La recreación favorece el desarrollo de diferentes destrezas motoras, El interactuar con el entorno y jugar activamente, tanto en forma individual como grupal, mejora la percepción corporal, el control de los propios movimientos, desarrolla la coordinación y el equilibrio y mejora su ubicación en tiempo y espacio,
¿Qué es la recreación libre?
La recreación al aire libre o la actividad al aire libre se refiere a las actividades de ocio dedicadas al aire libre, a menudo en entornos naturales o seminaturales fuera de la ciudad.
¿Cuál es el uso adecuado del tiempo libre?
¿Por qué el ocio es tan importante para la salud mental? – Primero, es importante entender que el tiempo libre no significa sentarse a hacer nada, Eso puede ser tan dañino como estar con estrés laboral. Tener tiempo de ocio significa dedicarle horas a actividades creativas, sociales, lúdicas que no generan un estrés adicional, sino más bien placer.
El tiempo libre es un bien altamente valorado para la sociedad. Su valor terapéutico y sus beneficios en el bienestar integral de las personas son innegables. Tener tiempo libre es indispensable para las personas, sobre todo cuando es invertido en contribuir a mantener u optimizar la salud (mental y física), aliviar tensiones o fortalecer relaciones.
Saber aprovechar estos momentos trae un sinnúmero de beneficios, tales como:
Salir de la rutina o monotonía de la vida cotidiana. Renovar fuerza y energía, tanto fisica como mental. Incrementar la autoestima y la realización personal. Establecer relaciones más estrechas y afectivas. Incrementar el sentimiento de pertenencia en un grupo (por ejemplo un grupo de viajes o un equipo de expertos) Contribuir al crecimiento intelectual, artístico, cultural o incluso compensar insuficiencias de aprendizaje.
¿Cómo influye el tiempo libre y el ocio en la sociedad?
TIEMPO LIBRE Y OCIO EN LA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA En la sociedad actual en la que vivimos, cada vez se hace más evidente de una forma u otra contemplar lo característico de las ocupaciones que tenemos los seres humanos, en las cuales; la mayoría de las veces no hay mas que el cumplimiento de las obligaciones cotidianas, debido a que el sistema social en el cual estamos inmersos establece ciertos parámetros económicos y sociales que determinan y sujetan al individuo, de esta manera predeterminan su vida, la estructuran, delinean y delimitan.
Nos encontramos ante una vida acelerada, lo cual implica abandonar casi en su totalidad nuestro propio ritmo y la satisfacción de nuestras necesidades personales, transformando así a las personas en sujetos que responden únicamente a la obligatoriedad y a la imposición, dejando de lado el mantener un tiempo libre dentro de nuestras actividades diarias,
Los términos “tiempo libre” y “ocio” comúnmente son asociados y aparentemente pueden referirse a lo mismo, pero no es así, por ello vale la pena que nos detengamos a reflexionar brevemente, sobre el significado y el alcance de dichos términos. Resulta bastante usual la identificación ocio-tiempo libre, sin embargo, tomando las palabras de Sebastián de Grazia mencionamos lo siguiente: “el tiempo libre se refiere a una forma concreta de calcular una determinada clase de tiempo; mientras el ocio es una forma de ser” (GRAZIA,1966).
- Erich Weber en su estudio sobre el problema del tiempo libre recoge las distintas concepciones que se han aplicado al tiempo libre en diversas investigaciones.
- Encontrándonos con posturas como la de Heyde y Sterheim, quienes consideran al tiempo libre como aquel que se encuentra entre los períodos fijos de trabajo asalariado; o la mantenida por Loeffler, que lo entiende, como el tiempo que queda después del destinado a trabajar y a dormir.
En general, y siguiendo a Weber podemos entender por tiempo libre aquellos períodos irrepetibles de la vida humana, con comienzo y fin, en los cuales el individuo se siente libre, aquí es preciso señalar lo siguiente, libre en su doble aspecto de “libre de” y “libre para”; esto nos permite identificar el tiempo libre como aquel en el que actuamos por nuestra propia voluntad, por nuestros impulsos y según nuestros deseos e inclinaciones.
Y es precisamente en ese estar libre para algo donde comienza el sentido de la palabra ocio, éste último permite al hombre entablar relación con las cuestiones últimas e importantes de la existencia humana y con su propia trascendencia; donde es posible encontrar un equilibrio con el ritmo de tiempo natural y con la propia vida (WEBER,1969).
Situándonos en nuestra sociedad actual podemos decir que el tiempo libre se define como un tiempo fuera de las obligaciones personales, en otras palabras, el tiempo que queda tras haber cumplido nuestras obligaciones y satisfecho las necesidades básicas.
Por su parte, el ocio inmerso en el tiempo libre, implica la manera en la que se ocupa dicho tiempo; esta forma, incluye la realización de actividades que denotan una satisfacción personal, y que se realizan de forma libre y voluntaria. La formación cultural, física, ideológica y creativa que se realiza en el tiempo libre es profunda e influye por tanto profundamente en la psique y en la estructura de la personalidad.
El uso del tiempo libre y el ocio se puede ejercer en la casa, en la calle, en diferentes instalaciones, en las escuelas, entre otros; y se puede llevar a cabo por y a través de múltiples medios, como: libros, películas, obras artísticas, programas de televisión, radio, prácticas de deportes, entretenimientos, pasatiempos, conversaciones, grupos de participación y creación.
El tiempo de ocio nos permite ampliar nuestras actividades encontrando diferentes fuentes de satisfacción, viendo cómo podemos lograr objetivos en diversos ámbitos, lo cual ; permitiendo una mayor sensación de control interno, y aumento de la capacidad de disfrutar de la vida en toda la variedad que nos ofrece.
Joffre Dumazedier, partiendo de una encuesta realizada en Francia, considera que son tres las funciones esenciales del ocio: descanso, diversión y desarrollo. Según este autor el ocio nos libera de la fatiga y el desgaste tanto físico como nervioso, asimismo tiene una actitud festiva relacionada a la diversión; que nos libera del aburrimiento y ofrece unos cauces de ruptura con la vida cotidiana, llena de normas y privaciones; finalmente nos habla del ocio considerado como desarrollo de la personalidad que guarda una relación con la expresión personal de cada individuo.
Partiendo de las anteriores funciones, Dumazedier formula la siguiente definición de ocio: “es un conjunto de ocupaciones a las que el individuo puede dedicarse voluntariamente, sea para descansar o para divertirse, o para desarrollar su información o su libre capacidad creadora, cuando se ha liberado de sus obligaciones profesionales, familiares y sociales” (DUMAZEDIER,1964).
Entonces podemos decir que, para tener un buen uso de nuestro tiempo libre y el ocio, el primer paso es establecer un poco de tiempo para tener una actividad, buscando en primer lugar las que generen menos gasto, que requieran menos esfuerzo y a la vez sean gratificantes.
No olvidemos que es fundamental entender la importancia de tener un espacio donde realizar actividades que nos ayuden a estar bien con nosotros mismos, y donde podamos disfrutar de la compañía de los otros de forma relajada y flexible para poder obtener un mayor bienestar en nuestra vida y poder encontrarnos mejor con nosotros mismos y quienes nos rodean.
También tenemos que mencionar que el acercamiento hacia lo anterior debe comenzar desde la más temprana edad, en el trabajo con los niños y los jóvenes. La formación debe empezar con el descubrimiento infantil del mundo y de la sociedad, donde comienzan a transmitirse los valores, las normas, los gustos y las actividades.
En este proceso la familia tiene un papel de primer orden: descubrirle y mostrarle al pequeño, a ese joven; que en la sociedad y la naturaleza existen infinitos modos de realizar actividades satisfactorias; ponerlos y ponernos en contacto con la cultura, el ejercicio físico, el descubrimiento de la naturaleza, el hábito de la lectura, diferentes pasatiempos; interesar al niño a realizarse como ser humano en el trabajo creativo, en la creación y participación cultural, física y recreativa.
Podemos concluir diciendo que tenemos que entender al ocio como ese tiempo libre creativo, orientado al bienestar que influye en la salud física y psíquica de los individuos, mejorando notablemente su calidad de vida. Siguiendo a Erich Weber, la persona necesita ser educada para utilizar su tiempo de ocio de una forma gratificante y con sentido.
- Es una actividad que, aunque parece que aporta menos a nuestro desarrollo que otras, es a la inversa, una oportunidad de crecimiento personal muy importante,
- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Cuenca M. (1983).
- Educación para el ocio.
- Colombia, Munné F. (1980).
- Psicosociología del tiempo libre.
- Un enfoque crítico.
México. Martínez M. (1995). Educación del ocio y el tiempo libre con actividades físicas alternativas. Madrid. : TIEMPO LIBRE Y OCIO EN LA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA
¿Cuáles son los elementos del tiempo libre?
Así, el ocio se constituye en la articulación de tres elementos fundamentales: la ludicidad, las manifestaciones culturales y el tiempo/espacio social.
¿Qué es recreacion y tiempo libre en educación física?
Actividad física de tiempo libre en un país mediterráneo del sur de Europa: adherencia a las recomendaciones y factores asociados | Revista Española de Cardiología INTRODUCCIÓN La actividad física forma parte de las recomendaciones y guías de salud por los beneficios que produce.
- Reduce la mortalidad por todas las causas 1,2 y el riesgo de numerosas enfermedades, como las cardiovasculares 3, algunos tipos de cáncer 4, diabetes mellitus, hipertensión, obesidad y depresión 5,6,
- Muchos organismos de salud han elaborado recomendaciones de actividad física.
- Dichas recomendaciones varían según intensidad, frecuencia y duración de la actividad física, dependiendo del objetivo establecido: promoción de salud, prevención cardiovascular primaria o secundaria, rehabilitación, control del peso, etc.5,
De todas las propuestas, y desde una perspectiva de salud general, la recomendación de los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) y el American College of Sports Medicine (ACSM) realizada en 1995 en Estados Unidos probablemente sea la más conocida 7 : todos los adultos deberían acumular al menos 30 min de actividades físicas de moderada o mayor intensidad, preferiblemente todos los días de la semana.
Se ha establecido en 5 días/semana el punto de corte para la elaboración de indicadores. Otros países 8-10 y la Organización Mundial de la Salud (OMS) 11 adoptaron recomendaciones similares. Recientemente, y a partir de nuevas evidencias científicas, el ACSM y la American Heart Association (AHA) han adaptado estas recomendaciones combinando la duración, la frecuencia y la intensidad de la actividad: «los adultos de 18 a 65 años deberían llevar a cabo actividades de intensidad moderada un mínimo de 30 min 5 días a la semana o realizar actividades físicas de intensidad vigorosa un mínimo de 20 min 3 días a la semana, o una combinación de ambas» 12,
La actividad física en tiempo libre (AFTL) es el ejercicio, el deporte o la recreación que no están relacionados con actividades que forman parte del trabajo habitual, tareas del hogar o transporte 5, El alcance de las recomendaciones es más factible en este contexto de ocio, ya que la AFTL permite establecer una regularidad y rutina en su realización.
Este estudio compara la AFTL de los adultos de la Comunidad de Madrid con la recomendada por ACSM/AHA e identifica los factores asociados al seguimiento de dicha recomendación. MÉTODOS Diseño y población de estudio
Estudio transversal en los años 2000 a 2005 como parte del Sistema de Vigilancia de Factores de Riesgo para Enfermedades No Transmisibles (SIVFRENT) de la región de Madrid, que registra de forma continua los hábitos de salud y las prácticas preventivas en la población adulta no institucionalizada de 18 a 64 años de edad 14, Cada año se seleccionó a unas 2.000 personas entre los hogares con línea telefónica fija de la región (el 94,8% del total de hogares) 15, mediante un muestreo estratificado proporcional a la estructura poblacional según sexo, edad y área geográfica, seleccionando una persona por hogar. Se realizaron 12.037 entrevistas telefónicas asistidas por ordenador (sistema CATI), durante 1 semana cada mes, exceptuando el mes de agosto. Variables de estudio La AFTL se midió mediante un recuerdo estructurado sobre las últimas 2 semanas de diversas actividades físicas: caminar (ritmo ligero e intenso, excluyendo desplazamientos al lugar de trabajo), correr, bicicleta (ritmo ligero e intenso), natación (ritmo ligero e intenso), tenis, frontón, squash, paddle, otros deportes de pala o raqueta, fútbol, baloncesto, balonmano, otros deportes de balón, esquí, artes marciales, aerobic/gym-jazz -danza, pesas/gimnasia con aparatos, gimnasia de mantenimiento, así como un apartado de «otros» para actividades no incluidas anteriormente. Se recogió la frecuencia y duración de cada una de estas actividades. La metodología es similar a la utilizada en cuestionarios validados para España 16, A partir del tipo de actividad, la frecuencia y la duración de la sesión, se calcularon los equivalentes del gasto metabólico basal (MET) utilizando como referencia la propuesta de Ainsworth et al 17, Un MET equivale a 1 kcal/kg de peso corporal/h y a un consumo de 3,5 ml de oxígeno/kg de peso corporal/min. Se estimó el consumo de MET-h/semana multiplicando los MET de cada AFTL por su duración (en minutos) y frecuencia acumulada las 2 semanas previas a la entrevista, y se dividió por 60 y por 2 para obtener el acumulado a 1 h semanal. Después se clasificó para el total de AFTL y para la de intensidad ligera ( 6 MET). Para comparar el grado de adecuación a las recomendaciones del ACSM/AHA 12, se elaboró un indicador que incluía las actividades moderadas o vigorosas realizadas en sesiones de al menos 10 min de duración. Se consideró que cumplían las recomendaciones si la AFTL de intensidad al menos moderada era ≥ 150 min/semana o si la AFTL vigorosa era ≥ 60 min/semana. Se clasificó a los encuestados en tres categorías: inactivos cuando no hicieron ninguna actividad física, activos pero que no cumplían las recomendaciones y los que sí las cumplían. Se recogió también información de la actividad física laboral: permanecer sentado la mayor parte de la jornada laboral (no activos); estar de pie la mayor parte del tiempo (activos de intensidad baja); realizar trabajos manuales con cargas ligeras (activos de intensidad moderada), y realizar trabajos manuales con cargas pesadas (activos de intensidad alta) 18,19, Se analizaron además otras variables: sexo, edad (nueve categorías); nivel de estudios (menos de primarios, secundarios de primer grado, secundarios de segundo grado y universitarios); índice de masa corporal (IMC), calculado como peso en kg / cuadrado de la talla en metros, a partir de la información declarada por el sujeto de peso y estatura. Se clasificó a los sujetos en bajo peso (IMC < 18,5), normopeso (IMC 18,5-24,9), sobrepeso de grado I (IMC 25-26,9), sobrepeso de grado II (IMC 27-29,9) y obesidad (IMC ≥ 30). Análisis de los datos Se calcularon medias ± desviaciones estándar, así como los percentiles 25, 50 y 75 de los MET-h/ semana consumidos por la AFTL. A pesar de la asimetría positiva de esta variable, se usaron las medias para facilitar la comparación con otros estudios. Los resultados de las variables cuantitativas se compararon con el test de la U de Mann-Withney (para la variable sexo) y el test de Kruskal-Wallis (para las variables edad, nivel de estudios, IMC y actividad física laboral) y los de las cualitativas, con la prueba de la χ 2, Por último, se identificaron los factores asociados al seguimiento de las recomendaciones de AFTL. Para ello, se utilizaron modelos de regresión logística calculando odds ratios (OR) de prevalencia, ajustando por sexo, edad, nivel de estudios, IMC y actividad física laboral. La significación estadística se estableció en p < 0,05. Los análisis estadísticos se realizaron con Stata v.9 (StataCorp., College Station, 2005). RESULTADOS El porcentaje de respuesta (entrevistas completas respecto al total de entrevistas completas, incompletas y no realizadas) fue del 65,3%. La muestra estudiada fue similar en estructura de edad y sexo respecto a la población de 18 a 64 años de la región de Madrid 20, La tabla 1 muestra la distribución de la AFTL en MET-h/semana. El gasto metabólico medio fue de 17,3 MET-h/semana, superior en varones (20,8) que en mujeres (14) (p < 0,001). Respecto a la edad, se observó una relación no lineal, con un máximo consumo de energía en la población más joven, que disminuyó en las edades medias y se incrementó en las personas de 60-64 años (p < 0,001). También se observó un menor gasto de energía en las personas con bajo nivel de estudios (p < 0,001). La distribución según el IMC no fue homogénea (p < 0,001): los individuos con peso bajo y especialmente los que tenían sobrepeso de grado II y obesidad registraron menor consumo de energía en actividades de tiempo libre. No se observaron diferencias respecto a la actividad física laboral. Según la intensidad se observó un mayor gasto de MET-h/semana en actividades ligeras que en moderadas o vigorosas (tabla 2). El 41,2% corresponde a actividades ligeras; el 32,5%, a moderadas, y el 26,3%, a vigorosas. En comparación con las mujeres, los varones llevaron a cabo más actividades moderadas y vigorosas (p < 0,001). Además, para las actividades ligeras se observó un incremento gradual del gasto medio al aumentar la edad, y pasó de 5,2 MET-h/semana en los más jóvenes a 13 MET-h/semana en los de más edad. Sin embargo, esta tendencia se invirtió en las actividades físicas moderadas y vigorosas, en las que el mayor consumo de energía se produjo en los más jóvenes. Similar distribución se observó según nivel educativo, pues se incrementó el gasto metabólico en actividades ligeras en las personas con menor nivel de estudios, mientras que el peso de las actividades moderadas y vigorosas fue superior en los de mayor educación (p < 0,001). Además, los obesos consumieron más energía en actividades ligeras (p < 0,005), pero menos en moderadas y vigorosas (p < 0,001). Las personas activas en el trabajo pero de intensidad baja fueron las de mayor consumo de MET-h/semana en actividades ligeras de tiempo libre (p < 0,001), mientras que los activos de intensidad alta en el trabajo fueron los que más MET-h/semana gastaron en actividades moderadas y los que menos en actividades vigorosas en tiempo libre (p < 0,001) (tabla 2). En la tabla 3 se describe la distribución de los participantes en el estudio según el cumplimiento de las recomendaciones. En general, el 20,4% no realizó ningún tipo de actividad en tiempo libre, la mayoría (50,8%) realizó actividad física en tiempo libre pero sin llegar a cumplir las recomendaciones y el 28,8% alcanzó los niveles propuestos. Los varones fueron más activos que las mujeres y la prevalencia de adecuación a las recomendaciones fue del 37,1% en la población masculina, frente al 21,1% en la femenina (p < 0,001). Aunque se observaron diferencias estadísticamente significativas en todas las variables estudiadas, la distribución tendió a ser más homogénea en los activos que no alcanzaron a cumplir las recomendaciones que en los que sí las cumplieron. Respecto a los más jóvenes, a medida que aumentó la edad las OR de prevalencia se redujeron de forma gradual y estadísticamente significativa hasta los 60-64 años, grupo en el que se observó OR = 0,20 (IC del 95%, 0,15-0,25). Las personas con mayor nivel de estudios tuvieron mayor probabilidad de cumplir las recomendaciones, con diferencias estadísticamente significativas. Respecto a las personas de peso normal, los individuos con sobrepeso de tipo II y en mayor medida con obesidad cumplieron con menor frecuencia las recomendaciones (obesos, OR = 0,49; IC del 95%, 0,40-0,61). Finalmente, sólo se obtuvieron diferencias estadísticamente significativas en las personas que realizaron actividades de baja intensidad respecto a las sedentarias (OR = 1,21; IC del 95%, 1,10-1,34). DISCUSIÓN Los principales resultados del estudio describen que la mayoría de los adultos de Madrid realizan AFTL, aunque en un grado insuficiente, ya que sólo 1/4 individuos realiza actividad física según las recomendaciones de ACSM/AHA. Este cumplimiento es más bajo en mujeres, al aumentar la edad y en las personas de bajo nivel de estudios y con gran sobrepeso y obesidad. Los promedios de MET-h/semana (mediana, 10,5; media, 17,3) equivaldrían aproximadamente, para una persona de 60 kg, a un gasto semanal de 630 o 1.038 kcal, respectivamente. Es difícil comparar la cantidad de actividad física en MET entre diferentes estudios, por las diferencias metodológicas en su cálculo: la inclusión de diferentes actividades, la aplicación de diversas medidas de cuantificación de equivalentes metabólicos, el uso de la frecuencia habitual o los recuerdos de cierto periodo. Teniendo en cuenta estas limitaciones, la mediana de MET-h/semana y el intervalo intercuartílico son muy parecidos a los datos estimados para España (8) en un estudio europeo realizado con una metodología similar a finales de la década de los noventa 21, Estos valores también son parecidos a los de muchos otros países del sur de Europa, pero considerablemente inferiores a la prevalencia de AFTL observada en regiones del centro y el norte de Europa 21, Una de cada 5 personas no realizaba ninguna AFTL, cifra similar a la de Cataluña en 2002 (21,7%) 22, La mayoría de los individuos activos realizan actividades de baja o moderada intensidad, y es más infrecuente la realización de actividades vigorosas, al igual que lo observado en estudios previos en España 23, Alrededor de 3/4 personas no cumplen las recomendaciones. Los varones son más activos en tiempo libre que las mujeres, tanto por la adecuación a las recomendaciones como por el consumo de MET-h/semana totales. Estos resultados concuerdan con los de estudios de otros lugares 21,24-28, Además, las diferencias entre varones y mujeres se acentúan cuanto mayor es la intensidad de la actividad física realizada, y es máxima para actividades vigorosas, en las que los varones duplican los valores observados en las mujeres 23,29, El menor grado de cumplimiento de la AFTL recomendada al aumentar la edad coincide con los resultados de otros estudios. Aunque hay variaciones en la forma de la relación según la definición empleada 30,31, en muchos estudios se observa una relación lineal, especialmente cuando se seleccionan actividades moderadas o intensas 25,26,29,32, En nuestro estudio, al incluir actividades de ligera intensidad el consumo total de MET-h/semana se incrementa y se pierde la linealidad de la relación. Este incremento de la actividad en tiempo libre a expensas de actividades de baja intensidad también ha sido puesto de manifiesto por Evenson et al 33 al comparar población retirada laboralmente con población activa de la misma edad, probablemente por mayor disponibilidad de tiempo o una perspectiva de salud a largo plazo. Slingerland et al 34 llegan a similares conclusiones en el estudio GLOBE. En cuanto al nivel de estudios, nuestros resultados indican una asociación positiva lineal, y se cumple más frecuentemente la recomendación de AFTL al aumentar el nivel de estudios. Esta relación concuerda con la literatura 25,26,32,35, Aunque no se conoce bien los factores que subyacen a esta relación, se han descrito determinantes relacionados con factores psicosociales, familiares (número de niños en la casa), materiales, coexistencia de enfermedades o baja salud percibida 36,37, La relación entre la actividad física y la obesidad es compleja debido al problema de bidireccionalidad, ya que no están claramente definidos los mecanismos que expliquen si la falta de actividad física es causa o consecuencia del sobrepeso y la obesidad. Dado que se trata de un estudio transversal no podemos determinar la naturaleza de la asociación. En cualquier caso, está bien establecida su relación inversa con la obesidad 29,31,32,38, Respecto al sobrepeso, algunos autores muestran asociaciones positivas 29,32,38, pero otros no 31, Ello puede deberse a que, como ocurre en nuestro estudio, en el sobrepeso de grado I la relación es de pequeña magnitud, mientras que se eleva en las personas con sobrepeso de grado II y tiende a diluirse cuando se unen ambos grupos. Respecto a la actividad física laboral, no hemos encontrado asociaciones con el mayor cumplimiento de las recomendaciones de AFTL, excepto un seguimiento ligeramente mayor en las personas con actividades de baja intensidad. Algunos estudios han relacionado una menor actividad en tiempo libre en personas con mayor gasto de energía en el trabajo 39 o con ocupaciones que requieren trabajos manuales 32,40, En un estudio conjunto en Estonia, Letonia y Lituania 41, se encontraron resultados discordantes entre los países participantes: en Estonia, las personas sedentarias en el trabajo también eran más sedentarias en el tiempo libre, mientras que en los otros dos países ocurría lo contrario. Conviene mencionar algunas consideraciones metodológicas que afectan a la interpretación de los resultados. Primero, la información declarada por los sujetos a través de cuestionarios, como es el caso del SIVFRENT, tiene limitaciones conocidas de validez y fiabilidad de las estimaciones. Los factores que afectan a esta falta de exactitud están relacionados con el sesgo de recuerdo, la exageración en la cantidad de actividad o la falta de representatividad del periodo seleccionado 5,42, En nuestro cuestionario, teniendo en cuenta la definición de AFTL, no se han incluido sistemáticamente actividades de la vida diaria, especialmente las tareas del hogar o los desplazamientos, que no suelen alcanzar el umbral de intensidad de 3 MET 17, Por otro lado, actividades como subir escaleras y los desplazamientos al lugar del trabajo en gran parte de las ocasiones no suelen requerir más de 10 min. Sin embargo, si estas u otras actividades estuvieran estructuradas por el entrevistado como de tiempo libre (bricolaje, reparaciones, actividades de huerto, etc.), sí estarían incluidas en nuestro estudio. Otra dificultad a la hora de valorar la prevalencia de adecuación a las recomendaciones es que éstas incorporan la dimensión de regularidad, es decir, que las actividades moderadas o intensas duren como mínimo 10 min y se acumulen 30 o 20 min respectivamente (30 si es combinación de ambas) durante el día. Sin embargo, en la mayoría de los recuerdos de un periodo no se registra el día de la actividad, sino la frecuencia para todo el periodo, y se promedia si supera los 150 min para actividades moderadas (bien de forma aislada, bien combinadas con vigorosas) o 60 min/semana de vigorosas, siempre que las sesiones sean como mínimo de 10 min. Ello sobrestima el cumplimiento de las recomendaciones si se compara con indicadores que incluyan además la regularidad (lo que obliga a registrar la información con control del día de realización de las actividades). En un estudio en Estados Unidos en el que se compara con las recomendaciones de los CDC/ACSM la prevalencia de realizar actividades de 3 o más MET 30 min cada vez 5 días a la semana fue del 22,7%, y se incrementaba al 38,4% si sólo se tenía en cuenta el tiempo total semanal de 150 min 43, Por último, este estudio se basa en una amplia muestra representativa de la población adulta de Madrid. Además, las entrevistas se han realizado todo el año para controlar la variabilidad debida a la estacionalidad. También la estimación de MET del cuestionario utilizado en este estudio ha mostrado una aceptable reproducibilidad (coeficiente de correlación intraclase = 0,65) 44, CONCLUSIONES La mayoría de los adultos de Madrid no siguen la recomendación de AFTL, lo que constituye un importante problema de salud pública. Además, su distribución está condicionada por factores sociodemográficos y antropométricos, y las mujeres, las personas de más edad, con bajo nivel de estudios y con sobrepeso u obesidad son quienes más frecuentemente no siguen la recomendación, mientras que las personas con ocupaciones que requieren baja intensidad física tienen más adherencia. ABREVIATURAS ACSM: American College of Sports Medicine. AFTL: actividad física en tiempo libre. AHA: American Heart Association. CDC: Centers for Disease Control and Prevention. IC: intervalo de confianza. IMC: índice de masa corporal. MET: equivalente metabólico. OMS: Organización Mundial de la Salud. OR: odds ratio. : Actividad física de tiempo libre en un país mediterráneo del sur de Europa: adherencia a las recomendaciones y factores asociados | Revista Española de Cardiología
¿Qué es recreacion y tiempo libre en educación física?
Actividad física de tiempo libre en un país mediterráneo del sur de Europa: adherencia a las recomendaciones y factores asociados | Revista Española de Cardiología INTRODUCCIÓN La actividad física forma parte de las recomendaciones y guías de salud por los beneficios que produce.
- Reduce la mortalidad por todas las causas 1,2 y el riesgo de numerosas enfermedades, como las cardiovasculares 3, algunos tipos de cáncer 4, diabetes mellitus, hipertensión, obesidad y depresión 5,6,
- Muchos organismos de salud han elaborado recomendaciones de actividad física.
- Dichas recomendaciones varían según intensidad, frecuencia y duración de la actividad física, dependiendo del objetivo establecido: promoción de salud, prevención cardiovascular primaria o secundaria, rehabilitación, control del peso, etc.5,
De todas las propuestas, y desde una perspectiva de salud general, la recomendación de los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) y el American College of Sports Medicine (ACSM) realizada en 1995 en Estados Unidos probablemente sea la más conocida 7 : todos los adultos deberían acumular al menos 30 min de actividades físicas de moderada o mayor intensidad, preferiblemente todos los días de la semana.
Se ha establecido en 5 días/semana el punto de corte para la elaboración de indicadores. Otros países 8-10 y la Organización Mundial de la Salud (OMS) 11 adoptaron recomendaciones similares. Recientemente, y a partir de nuevas evidencias científicas, el ACSM y la American Heart Association (AHA) han adaptado estas recomendaciones combinando la duración, la frecuencia y la intensidad de la actividad: «los adultos de 18 a 65 años deberían llevar a cabo actividades de intensidad moderada un mínimo de 30 min 5 días a la semana o realizar actividades físicas de intensidad vigorosa un mínimo de 20 min 3 días a la semana, o una combinación de ambas» 12,
La actividad física en tiempo libre (AFTL) es el ejercicio, el deporte o la recreación que no están relacionados con actividades que forman parte del trabajo habitual, tareas del hogar o transporte 5, El alcance de las recomendaciones es más factible en este contexto de ocio, ya que la AFTL permite establecer una regularidad y rutina en su realización.
Este estudio compara la AFTL de los adultos de la Comunidad de Madrid con la recomendada por ACSM/AHA e identifica los factores asociados al seguimiento de dicha recomendación. MÉTODOS Diseño y población de estudio
Estudio transversal en los años 2000 a 2005 como parte del Sistema de Vigilancia de Factores de Riesgo para Enfermedades No Transmisibles (SIVFRENT) de la región de Madrid, que registra de forma continua los hábitos de salud y las prácticas preventivas en la población adulta no institucionalizada de 18 a 64 años de edad 14, Cada año se seleccionó a unas 2.000 personas entre los hogares con línea telefónica fija de la región (el 94,8% del total de hogares) 15, mediante un muestreo estratificado proporcional a la estructura poblacional según sexo, edad y área geográfica, seleccionando una persona por hogar. Se realizaron 12.037 entrevistas telefónicas asistidas por ordenador (sistema CATI), durante 1 semana cada mes, exceptuando el mes de agosto. Variables de estudio La AFTL se midió mediante un recuerdo estructurado sobre las últimas 2 semanas de diversas actividades físicas: caminar (ritmo ligero e intenso, excluyendo desplazamientos al lugar de trabajo), correr, bicicleta (ritmo ligero e intenso), natación (ritmo ligero e intenso), tenis, frontón, squash, paddle, otros deportes de pala o raqueta, fútbol, baloncesto, balonmano, otros deportes de balón, esquí, artes marciales, aerobic/gym-jazz -danza, pesas/gimnasia con aparatos, gimnasia de mantenimiento, así como un apartado de «otros» para actividades no incluidas anteriormente. Se recogió la frecuencia y duración de cada una de estas actividades. La metodología es similar a la utilizada en cuestionarios validados para España 16, A partir del tipo de actividad, la frecuencia y la duración de la sesión, se calcularon los equivalentes del gasto metabólico basal (MET) utilizando como referencia la propuesta de Ainsworth et al 17, Un MET equivale a 1 kcal/kg de peso corporal/h y a un consumo de 3,5 ml de oxígeno/kg de peso corporal/min. Se estimó el consumo de MET-h/semana multiplicando los MET de cada AFTL por su duración (en minutos) y frecuencia acumulada las 2 semanas previas a la entrevista, y se dividió por 60 y por 2 para obtener el acumulado a 1 h semanal. Después se clasificó para el total de AFTL y para la de intensidad ligera ( 6 MET). Para comparar el grado de adecuación a las recomendaciones del ACSM/AHA 12, se elaboró un indicador que incluía las actividades moderadas o vigorosas realizadas en sesiones de al menos 10 min de duración. Se consideró que cumplían las recomendaciones si la AFTL de intensidad al menos moderada era ≥ 150 min/semana o si la AFTL vigorosa era ≥ 60 min/semana. Se clasificó a los encuestados en tres categorías: inactivos cuando no hicieron ninguna actividad física, activos pero que no cumplían las recomendaciones y los que sí las cumplían. Se recogió también información de la actividad física laboral: permanecer sentado la mayor parte de la jornada laboral (no activos); estar de pie la mayor parte del tiempo (activos de intensidad baja); realizar trabajos manuales con cargas ligeras (activos de intensidad moderada), y realizar trabajos manuales con cargas pesadas (activos de intensidad alta) 18,19, Se analizaron además otras variables: sexo, edad (nueve categorías); nivel de estudios (menos de primarios, secundarios de primer grado, secundarios de segundo grado y universitarios); índice de masa corporal (IMC), calculado como peso en kg / cuadrado de la talla en metros, a partir de la información declarada por el sujeto de peso y estatura. Se clasificó a los sujetos en bajo peso (IMC < 18,5), normopeso (IMC 18,5-24,9), sobrepeso de grado I (IMC 25-26,9), sobrepeso de grado II (IMC 27-29,9) y obesidad (IMC ≥ 30). Análisis de los datos Se calcularon medias ± desviaciones estándar, así como los percentiles 25, 50 y 75 de los MET-h/ semana consumidos por la AFTL. A pesar de la asimetría positiva de esta variable, se usaron las medias para facilitar la comparación con otros estudios. Los resultados de las variables cuantitativas se compararon con el test de la U de Mann-Withney (para la variable sexo) y el test de Kruskal-Wallis (para las variables edad, nivel de estudios, IMC y actividad física laboral) y los de las cualitativas, con la prueba de la χ 2, Por último, se identificaron los factores asociados al seguimiento de las recomendaciones de AFTL. Para ello, se utilizaron modelos de regresión logística calculando odds ratios (OR) de prevalencia, ajustando por sexo, edad, nivel de estudios, IMC y actividad física laboral. La significación estadística se estableció en p < 0,05. Los análisis estadísticos se realizaron con Stata v.9 (StataCorp., College Station, 2005). RESULTADOS El porcentaje de respuesta (entrevistas completas respecto al total de entrevistas completas, incompletas y no realizadas) fue del 65,3%. La muestra estudiada fue similar en estructura de edad y sexo respecto a la población de 18 a 64 años de la región de Madrid 20, La tabla 1 muestra la distribución de la AFTL en MET-h/semana. El gasto metabólico medio fue de 17,3 MET-h/semana, superior en varones (20,8) que en mujeres (14) (p < 0,001). Respecto a la edad, se observó una relación no lineal, con un máximo consumo de energía en la población más joven, que disminuyó en las edades medias y se incrementó en las personas de 60-64 años (p < 0,001). También se observó un menor gasto de energía en las personas con bajo nivel de estudios (p < 0,001). La distribución según el IMC no fue homogénea (p < 0,001): los individuos con peso bajo y especialmente los que tenían sobrepeso de grado II y obesidad registraron menor consumo de energía en actividades de tiempo libre. No se observaron diferencias respecto a la actividad física laboral. Según la intensidad se observó un mayor gasto de MET-h/semana en actividades ligeras que en moderadas o vigorosas (tabla 2). El 41,2% corresponde a actividades ligeras; el 32,5%, a moderadas, y el 26,3%, a vigorosas. En comparación con las mujeres, los varones llevaron a cabo más actividades moderadas y vigorosas (p < 0,001). Además, para las actividades ligeras se observó un incremento gradual del gasto medio al aumentar la edad, y pasó de 5,2 MET-h/semana en los más jóvenes a 13 MET-h/semana en los de más edad. Sin embargo, esta tendencia se invirtió en las actividades físicas moderadas y vigorosas, en las que el mayor consumo de energía se produjo en los más jóvenes. Similar distribución se observó según nivel educativo, pues se incrementó el gasto metabólico en actividades ligeras en las personas con menor nivel de estudios, mientras que el peso de las actividades moderadas y vigorosas fue superior en los de mayor educación (p < 0,001). Además, los obesos consumieron más energía en actividades ligeras (p < 0,005), pero menos en moderadas y vigorosas (p < 0,001). Las personas activas en el trabajo pero de intensidad baja fueron las de mayor consumo de MET-h/semana en actividades ligeras de tiempo libre (p < 0,001), mientras que los activos de intensidad alta en el trabajo fueron los que más MET-h/semana gastaron en actividades moderadas y los que menos en actividades vigorosas en tiempo libre (p < 0,001) (tabla 2). En la tabla 3 se describe la distribución de los participantes en el estudio según el cumplimiento de las recomendaciones. En general, el 20,4% no realizó ningún tipo de actividad en tiempo libre, la mayoría (50,8%) realizó actividad física en tiempo libre pero sin llegar a cumplir las recomendaciones y el 28,8% alcanzó los niveles propuestos. Los varones fueron más activos que las mujeres y la prevalencia de adecuación a las recomendaciones fue del 37,1% en la población masculina, frente al 21,1% en la femenina (p < 0,001). Aunque se observaron diferencias estadísticamente significativas en todas las variables estudiadas, la distribución tendió a ser más homogénea en los activos que no alcanzaron a cumplir las recomendaciones que en los que sí las cumplieron. Respecto a los más jóvenes, a medida que aumentó la edad las OR de prevalencia se redujeron de forma gradual y estadísticamente significativa hasta los 60-64 años, grupo en el que se observó OR = 0,20 (IC del 95%, 0,15-0,25). Las personas con mayor nivel de estudios tuvieron mayor probabilidad de cumplir las recomendaciones, con diferencias estadísticamente significativas. Respecto a las personas de peso normal, los individuos con sobrepeso de tipo II y en mayor medida con obesidad cumplieron con menor frecuencia las recomendaciones (obesos, OR = 0,49; IC del 95%, 0,40-0,61). Finalmente, sólo se obtuvieron diferencias estadísticamente significativas en las personas que realizaron actividades de baja intensidad respecto a las sedentarias (OR = 1,21; IC del 95%, 1,10-1,34). DISCUSIÓN Los principales resultados del estudio describen que la mayoría de los adultos de Madrid realizan AFTL, aunque en un grado insuficiente, ya que sólo 1/4 individuos realiza actividad física según las recomendaciones de ACSM/AHA. Este cumplimiento es más bajo en mujeres, al aumentar la edad y en las personas de bajo nivel de estudios y con gran sobrepeso y obesidad. Los promedios de MET-h/semana (mediana, 10,5; media, 17,3) equivaldrían aproximadamente, para una persona de 60 kg, a un gasto semanal de 630 o 1.038 kcal, respectivamente. Es difícil comparar la cantidad de actividad física en MET entre diferentes estudios, por las diferencias metodológicas en su cálculo: la inclusión de diferentes actividades, la aplicación de diversas medidas de cuantificación de equivalentes metabólicos, el uso de la frecuencia habitual o los recuerdos de cierto periodo. Teniendo en cuenta estas limitaciones, la mediana de MET-h/semana y el intervalo intercuartílico son muy parecidos a los datos estimados para España (8) en un estudio europeo realizado con una metodología similar a finales de la década de los noventa 21, Estos valores también son parecidos a los de muchos otros países del sur de Europa, pero considerablemente inferiores a la prevalencia de AFTL observada en regiones del centro y el norte de Europa 21, Una de cada 5 personas no realizaba ninguna AFTL, cifra similar a la de Cataluña en 2002 (21,7%) 22, La mayoría de los individuos activos realizan actividades de baja o moderada intensidad, y es más infrecuente la realización de actividades vigorosas, al igual que lo observado en estudios previos en España 23, Alrededor de 3/4 personas no cumplen las recomendaciones. Los varones son más activos en tiempo libre que las mujeres, tanto por la adecuación a las recomendaciones como por el consumo de MET-h/semana totales. Estos resultados concuerdan con los de estudios de otros lugares 21,24-28, Además, las diferencias entre varones y mujeres se acentúan cuanto mayor es la intensidad de la actividad física realizada, y es máxima para actividades vigorosas, en las que los varones duplican los valores observados en las mujeres 23,29, El menor grado de cumplimiento de la AFTL recomendada al aumentar la edad coincide con los resultados de otros estudios. Aunque hay variaciones en la forma de la relación según la definición empleada 30,31, en muchos estudios se observa una relación lineal, especialmente cuando se seleccionan actividades moderadas o intensas 25,26,29,32, En nuestro estudio, al incluir actividades de ligera intensidad el consumo total de MET-h/semana se incrementa y se pierde la linealidad de la relación. Este incremento de la actividad en tiempo libre a expensas de actividades de baja intensidad también ha sido puesto de manifiesto por Evenson et al 33 al comparar población retirada laboralmente con población activa de la misma edad, probablemente por mayor disponibilidad de tiempo o una perspectiva de salud a largo plazo. Slingerland et al 34 llegan a similares conclusiones en el estudio GLOBE. En cuanto al nivel de estudios, nuestros resultados indican una asociación positiva lineal, y se cumple más frecuentemente la recomendación de AFTL al aumentar el nivel de estudios. Esta relación concuerda con la literatura 25,26,32,35, Aunque no se conoce bien los factores que subyacen a esta relación, se han descrito determinantes relacionados con factores psicosociales, familiares (número de niños en la casa), materiales, coexistencia de enfermedades o baja salud percibida 36,37, La relación entre la actividad física y la obesidad es compleja debido al problema de bidireccionalidad, ya que no están claramente definidos los mecanismos que expliquen si la falta de actividad física es causa o consecuencia del sobrepeso y la obesidad. Dado que se trata de un estudio transversal no podemos determinar la naturaleza de la asociación. En cualquier caso, está bien establecida su relación inversa con la obesidad 29,31,32,38, Respecto al sobrepeso, algunos autores muestran asociaciones positivas 29,32,38, pero otros no 31, Ello puede deberse a que, como ocurre en nuestro estudio, en el sobrepeso de grado I la relación es de pequeña magnitud, mientras que se eleva en las personas con sobrepeso de grado II y tiende a diluirse cuando se unen ambos grupos. Respecto a la actividad física laboral, no hemos encontrado asociaciones con el mayor cumplimiento de las recomendaciones de AFTL, excepto un seguimiento ligeramente mayor en las personas con actividades de baja intensidad. Algunos estudios han relacionado una menor actividad en tiempo libre en personas con mayor gasto de energía en el trabajo 39 o con ocupaciones que requieren trabajos manuales 32,40, En un estudio conjunto en Estonia, Letonia y Lituania 41, se encontraron resultados discordantes entre los países participantes: en Estonia, las personas sedentarias en el trabajo también eran más sedentarias en el tiempo libre, mientras que en los otros dos países ocurría lo contrario. Conviene mencionar algunas consideraciones metodológicas que afectan a la interpretación de los resultados. Primero, la información declarada por los sujetos a través de cuestionarios, como es el caso del SIVFRENT, tiene limitaciones conocidas de validez y fiabilidad de las estimaciones. Los factores que afectan a esta falta de exactitud están relacionados con el sesgo de recuerdo, la exageración en la cantidad de actividad o la falta de representatividad del periodo seleccionado 5,42, En nuestro cuestionario, teniendo en cuenta la definición de AFTL, no se han incluido sistemáticamente actividades de la vida diaria, especialmente las tareas del hogar o los desplazamientos, que no suelen alcanzar el umbral de intensidad de 3 MET 17, Por otro lado, actividades como subir escaleras y los desplazamientos al lugar del trabajo en gran parte de las ocasiones no suelen requerir más de 10 min. Sin embargo, si estas u otras actividades estuvieran estructuradas por el entrevistado como de tiempo libre (bricolaje, reparaciones, actividades de huerto, etc.), sí estarían incluidas en nuestro estudio. Otra dificultad a la hora de valorar la prevalencia de adecuación a las recomendaciones es que éstas incorporan la dimensión de regularidad, es decir, que las actividades moderadas o intensas duren como mínimo 10 min y se acumulen 30 o 20 min respectivamente (30 si es combinación de ambas) durante el día. Sin embargo, en la mayoría de los recuerdos de un periodo no se registra el día de la actividad, sino la frecuencia para todo el periodo, y se promedia si supera los 150 min para actividades moderadas (bien de forma aislada, bien combinadas con vigorosas) o 60 min/semana de vigorosas, siempre que las sesiones sean como mínimo de 10 min. Ello sobrestima el cumplimiento de las recomendaciones si se compara con indicadores que incluyan además la regularidad (lo que obliga a registrar la información con control del día de realización de las actividades). En un estudio en Estados Unidos en el que se compara con las recomendaciones de los CDC/ACSM la prevalencia de realizar actividades de 3 o más MET 30 min cada vez 5 días a la semana fue del 22,7%, y se incrementaba al 38,4% si sólo se tenía en cuenta el tiempo total semanal de 150 min 43, Por último, este estudio se basa en una amplia muestra representativa de la población adulta de Madrid. Además, las entrevistas se han realizado todo el año para controlar la variabilidad debida a la estacionalidad. También la estimación de MET del cuestionario utilizado en este estudio ha mostrado una aceptable reproducibilidad (coeficiente de correlación intraclase = 0,65) 44, CONCLUSIONES La mayoría de los adultos de Madrid no siguen la recomendación de AFTL, lo que constituye un importante problema de salud pública. Además, su distribución está condicionada por factores sociodemográficos y antropométricos, y las mujeres, las personas de más edad, con bajo nivel de estudios y con sobrepeso u obesidad son quienes más frecuentemente no siguen la recomendación, mientras que las personas con ocupaciones que requieren baja intensidad física tienen más adherencia. ABREVIATURAS ACSM: American College of Sports Medicine. AFTL: actividad física en tiempo libre. AHA: American Heart Association. CDC: Centers for Disease Control and Prevention. IC: intervalo de confianza. IMC: índice de masa corporal. MET: equivalente metabólico. OMS: Organización Mundial de la Salud. OR: odds ratio. : Actividad física de tiempo libre en un país mediterráneo del sur de Europa: adherencia a las recomendaciones y factores asociados | Revista Española de Cardiología