Que Son Los Linfocitos Cd8?

Que Son Los Linfocitos Cd8
Linfocito T CD8 – Audio Your browser does not support the audio element.3660.mp3 Sinónimo(s): Linfocito CD8, Linfocito T citotóxico Tipo de linfocito. Los linfocitos (las células) T CD8 reconocen y destruyen las células infectadas por microorganismos, como bacterias o virus. Término(s) relacionado(s): Linfocito Linfocito T

¿Qué pasa cuando los CD8 están altos?

¿Qué significan los resultados de la prueba? – Los resultados de la prueba pueden variar según la edad, el género y la historia clínica, entre otros factores. Los resultados pueden ser diferentes según el laboratorio donde se haga la prueba. Es posible que no signifiquen que tiene un problema.

  1. Para saber qué significan, hable con el proveedor de atención médica.
  2. Los resultados de la proporción se indican con un número.
  3. Los resultados de cada recuento de células se indican en cantidades por milímetro cúbico (/mm 3 ) o un número por microlitro.
  4. Una proporción normal de CD4-CD8 es mayor de 1.0, en la que los linfocitos CD4 van de 500 a 1200/mm 3 y los linfocitos CD8 van de 150 a 1000/mm 3,

Si la proporción es mayor de 1, significa que el sistema inmunitario es fuerte y que es posible que no tenga VIH. Si la proporción es menor de 1, es posible que tenga algo de lo siguiente:

VIH SIDA si el recuento de linfocitos CD4 es menor de 200/mm 3 Problemas en la médula ósea relacionados con la quimioterapia Anemia Esclerosis múltiple, miastenia grave u otra afección del sistema nervioso Infección crónica

Los resultados más altos que lo normal pueden significar que tiene algo de lo siguiente:

Una infección grave Una infección viral Un tipo de cáncer de la sangre

¿Qué significa el CD8?

CD8 ( Cúmulo de diferenciación 8 o cluster of differentation, en inglés), es una molécula que se expresa en la superficie de algunas células T, conocidos como citolíticas.

¿Qué es CD8 positivo?

Resumen La proliferación linfoide indolente cutánea CD8 positiva es una variante recientemente descrita de linfoma T cutáneo que se caracteriza por un nódulo, pápula o placa eritematosa de crecimiento lento que puede afectar la región facial o extrafacial.

En el estudio de patología se caracteriza por un infiltrado monomorfo de linfocitos T a lo largo de la dermis con presencia de zona de Grenz y ausencia de epidermotropismo. El infiltrado es característicamente CD8+ así como CD3+, TIA-1+, CD4-, CD56- CD30-, PD-1-, Granzima B- y EBER negativo. El índice de proliferación Ki-67 es inferior al 10% y se observan reordenamientos clonales de los genes del receptor de antígeno de la célula T, TCR.

El seguimiento clínico es favorable y no se ha observado compromiso sistémico. Se presentan tres casos con compromiso facial (dos casos en pabellón auricular y un caso con compromiso nasal), con presentación clínica y hallazgos histopatológicos típicos (curiosamente un caso con cambio de célula clara), y además se realizaron estudios de clonalidad.

Palabras clave: Linfoma T CD8+ Proliferación indolente Reordenamientos TCR Latinoamérica Abstract Primary cutaneous indolent CD8-positive lymphoid proliferation is a recent variant of cutaneous T lymphoma that is characterized by nodule, papule or plaque erythematous with slow growth that can affect the facial or extrafacial region.

In the histopathology study it is characterized by an infiltration of monomorphic T lymphocytes throughout the dermis with presence of Grenz zone and absence of epidermotropism. The infiltrate is characteristically CD 8+ and CD3 + TIA-1 + CD4-, CD56- CD30, PD-1, Granzyme B- and negative EBER.

I-67 proliferation index is less than 10% and clonal T-cell receptor gene rearrangements. Clinical follow-up is favorable and has not been observed systemic involvement. We present three cases with facial involvement (two cases in ear and one case with nasal commitment) with typical clinical presentation, histopathological findings (curiously a case with clear cell change) and clonality studies.

Keywords: T-cell lymphoma CD8+ Indolent proliferation Rearrangements TCR Latin America Texto completo Introducción En el 2007 Petrella et al.1 presentaron cuatro pacientes con lesiones papulo-nodulares en las orejas de crecimiento indolente que se caracterizaban por una proliferación monoclonal densa y difusa de linfocitos T CD8+ de tamaño intermedio en la dermis con presencia de zona de Grenz y ausencia de epidermotropismo.

A esta nueva entidad se le otorgó el nombre de proliferación linfoide indolente CD8 positiva de la oreja. A partir de esta primera publicación se reportaron 42 casos nuevos, tanto en esa localización como en otras partes del cuerpo 2–18, y se revisaron casos previamente publicados de donde se observaron cinco casos con estos hallazgos clínicos e histopatológicos 19–23,

Esta nueva entidad se caracteriza por un nódulo eritematoso de crecimiento lento de buen pronóstico y que a nivel histopatológico se caracteriza por un infiltrado monomorfo de linfocitos T a lo largo de la dermis con presencia de zona de Grenz y ausencia de epidermotropismo.

  1. El infiltrado es característicamente CD8+ así como CD3+, TIA-1+, CD4, CD56-, CD30-, PD-1-, Granzima B- y EBER negativo.
  2. El índice de proliferación Ki-67 es bajo y se observan reordenamientos clonales de los genes del receptor de antígeno de la célula T, TCR.
  3. El seguimiento clínico es favorable y no se ha observado compromiso sistémico 1–18,

Se presentan tres casos vistos en el servicio de patología de proliferación linfoide indolente cutánea CD8 positiva con compromiso facial, y que podrían ser los primeros publicados en Latinoamérica. Presentación de casos Se presentan tres casos vistos en el servicio de patología; desafortunadamente solo se cuenta con la foto clínica del segundo caso y los datos clínicos son extraídos de las historias clínicas.

  • El primer caso corresponde a un hombre de 52 años de edad con presencia de nódulo fijo de consistencia blanda en pabellón auricular derecho de un mes de evolución que medía 2 × 2 cm.
  • Se realizó biopsia excisional sin evidencia de recurrencia local o sistémica a los 8 meses.
  • El segundo caso corresponde a un hombre de 46 años de edad con presencia de nódulo eritematoso de 2,5 × 2 cm ( fig.1 ) en pabellón auricular derecho de 12 meses de evolución.

Se realizó biopsia excisional sin evidencia de recurrencia a los 3 meses. El tercer caso corresponde a un paciente de 48 años de edad con presencia de nódulo eritematoso de 1,8 × 1,3 cm en la punta nasal con 10 meses de evolución. Se realizó biopsia excisional sin evidencia de recurrencia a los 12 meses.

  1. Al examen físico de los tres casos no se observaron otras lesiones sospechosas de malignidad ni se palparon adenomegalias cervicales.
  2. No se conocen antecedentes médicos ni quirúrgicos de importancia.
  3. Estudio histopatológico En las tres biopsias se observó una notable infiltración difusa y monótona de linfocitos de tamaño pequeño a intermedio irregular y nucléolo pequeño a lo largo de la dermis con presencia de zona de Grenz sin evidencia de: epidermotropismo, figuras mitóticas, formación de centros germinales, microabscesos de Pautrier, necrosis, ulceración, angiocentrismo ni angiodestrucción ( figs.2 A-C).

Curiosamente en el caso número uno se observó cambio de célula clara ( fig.2 D). Estudios de inmunohistoquímica y moleculares El infiltrado mostró una reactividad fuerte para marcadores T, incluyendo CD8 y CD3. Hubo una reducción en la expresión de CD5, CD7 y CD4.

Se observó negatividad para CD30, ALK, CD56, Granzima B, Perforina, MUM-1, BCL-6 ( figs.3 A-D). El índice de proliferación celular Ki-67 no superó el 10% en los tres casos ( fig.3 E). Se observó CD20 en ocasionales linfocitos B. En los tres casos se observó positividad para CD68 ( fig.3 F). Los estudios moleculares utilizados para determinar el estado clonal de las lesiones presentadas se llevaron a cabo por medio de PCR multiplex y análisis de heterodupletas en gel de acrilamida, utilizando los protocolos desarrollados por el consorcio BIOMED2 24,

De acuerdo con esto, en el primer y tercer caso se observaron productos clonales reproducibles en al menos una región del gen Gamma del TCR, mientras que en el segundo caso no se observaron productos clonales en ninguno de los blancos moleculares analizados ( tabla 1, fig.4 ); sin embargo, la clínica y los hallazgos observados en la microscopia de luz y en los estudios de inmunohistoquímica son los previamente reportados.

  1. Discusión Esta variante de linfoma T denominada proliferación linfoide indolente cutánea CD8 positiva es relativamente reciente y, con estos tres casos, en total se han reportado aproximadamente cincuenta y cuatro.
  2. Esta entidad no es exclusiva de las orejas, como fue descrito en primera instancia 1, dado que se han encontrado casos con compromiso nasal 4,5,12,14,16, en parpados 15 y extrafaciales, que se presentaron en hombros 8,19, glúteos 8 y la región acral 8,14,17,18,22,

Se caracteriza por ser una lesión única que frecuentemente se evidencia como un nódulo eritematoso de crecimiento lento, aunque también se han reportado casos con presentación a manera de pápulas o placas. La presentación puede ser única o con compromiso de ambas orejas 1,3,6,9 y menos frecuente con múltiples lesiones 8,

Afecta principalmente a pacientes mayores de 50 años (media 56, rango 29-87 años) y la relación hombre:mujer fue de 1.7:1 18, Su comportamiento clínico es de lento crecimiento, de buen pronóstico y sin compromiso extracutáneo. Se han reportado casos con recurrencia cutánea 1,10,14,16,17 pero no de progresión sistémica ni con muertes atribuibles a la enfermedad.

El periodo de seguimiento libre de enfermedad de los casos reportados ha sido de 3 a 168 meses 18, Los casos reportados han sido tratados con: corticoide tópico, extirpación quirúrgica, radioterapia sola, extirpación quirúrgica más radioterapia, o únicamente con observación 18,

Histológicamente se caracteriza por un infiltrado monomorfo denso de linfocitos T “blastos-like” de tamaño intermedio con núcleo irregular y nucléolo pequeño a lo largo de la dermis con presencia de zona de Grenz y ausencia de formación de centros germinales, necrosis, ulceración, angiocentrismo, angiodestrucción o epidermotropismo 1,3,4,

Aunque en algunos casos se ha observado la presencia epidermotropismo 9,16, en dos casos la presencia de microabscesos de Pautrier 14 simulando micosis fungoide, y en dos casos con presencia de células en anillo de sello 2,19, no se han descrito casos con cambios de célula clara como el primer caso presentado ( fig.2 D), pero cabe destacar que se han reportado casos de linfoma con cambio de célula clara 25,

En los casos reportados se evidenció positividad para diferentes anticuerpos. Sin embargo, el inmunoperfil más frecuente, además de la presencia de linfocitos T CD8+, fue la positividad para CD3, TIA-1 y negatividad para CD4, CD56, CD30, PD-1, Granzima B y EBER. El índice de proliferación Ki-67 fue bajo, inferior al 10% con usual presencia de reordenamientos de los genes del receptor de la célula T 18,

En algunos casos se determinó que se puede encontrar pérdida de CD3, CD5 y CD7 y el índice de proliferación celular Ki-67 de hasta el 40% 18, Se observaron células B CD20 positivas aisladas y escasas células plasmáticas, neutrófilos, eosinófilos o histiocitos 1,3,4,

Recientemente han observado que la expresión de CD68 puede ser útil para distinguir la proliferación linfoide indolente cutánea CD8 positivo de otros linfomas T cutáneos CD8 positivos 17, en nuestros casos se observó positividad para CD68 apoyando el diagnóstico. En cinco casos no se observó clonalidad 3,8,16 y de estos, dos casos tenían compromiso en las orejas, el primero corresponde a un hombre de 69 años con nódulos en ambas orejas de 24 meses de evolución 3, y el otro era el caso de un hombre de 68 años con una pápula en oreja izquierda de 18 meses de evolución 14,

Los siguientes casos presentaron recurrencias después del tratamiento con radioterapia: el caso de un hombre de 41 años de tres meses de evolución en párpado izquierdo 16 ; el caso de una mujer de 41 años con lesión en la nariz de 36 meses de evolución 16, y el caso de un hombre de 48 años con lesión en glúteo derecho 8,

El segundo caso presentado en este artículo no mostró clonalidad pese a que la clínica ( fig.1 ) y los hallazgos histopatológicos concordaron con el prototipo ya conocido ( fig.2 A-C y fig.3 ). Los otros casos fueron confirmados como proliferaciones monoclonales por medio de estudio de reordenamientos del TCR.

Aunque la mayor parte de este tipo de proliferaciones cutáneas fueron positivas para este tipo de análisis, existen casos de micosis fungoides y otros linfomas cutáneos con resultados policlonales del análisis de reordenamientos. El encontrar productos clonales en lesiones clínicamente benignas, como en pacientes con lupus eritematoso sistémico, es también relativamente frecuente.

Lo recomendado en esos casos es repetir el análisis en una nueva muestra en un nuevo momento de la evolución clínica o realizar seguimiento clínico cuidadoso 26, Siempre deben interpretarse estas pruebas de manera multidisciplinaria. Por su comportamiento clínico y por sus hallazgos histopatológicos esta entidad se asemeja al linfoma cutáneo primario de células T pleomórficas pequeñas o medianas CD4+ 27 y difiere a nivel histopatológico y en su comportamiento clínico con otros linfomas cutáneos con expresión de CD8 como: el linfoma primario cutáneo agresivo epidermotrópico de células T citotóxicas CD8 positivo: el linfoma subcutáneo de células T paniculítico; el linfoma cutáneo de células T γ/δ 28 ; el pseudolinfoma CD8 positivo (asociado a pacientes VIH) 29 ; la micosis fungoide variante CD8+ 30 ; la papulosis linfomatoide; la reticulosis pagetoide; el síndrome de Sezary y el linfoma cutáneo primario de células T pleomórficas pequeñas o medianas 31,

Otros diagnósticos diferenciales a tener en cuenta por la localización en las orejas son el pseudolinfoma cutáneo (linfocitoma cutis) a causa de la infección por: Borrelia burgdorferi, picaduras de insectos, lupus eritematoso discoide, erupción polimorfa lumínica, hiperplasia angiolinfomatoide con eosinofilia, y menos frecuente el linfoma cutáneo de células B del centro folicular, el linfoma de la zona marginal y el linfoma de Hodgkin 6,

En resumen, esta nueva entidad con compromiso facial o extrafacial tiene un comportamiento clínico favorable y se ha convertido en un desafío para el clínico como para el patólogo, ya que el tratamiento, el seguimiento clínico y el pronóstico depende de los otros tipos de linfomas T CD8 positivo. Por lo anterior, el diagnostico se debe realizar considerando: el cuadro clínico; las características histopatológicas; la positividad de los diferentes marcadores de inmunohistoquímica, y la presencia de monoclonalidad.

Responsabilidades éticas Protección de personas y animales Los autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales. Confidencialidad de los datos Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.

Derecho a la privacidad y consentimiento informado Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes. Conflictos de interés Los autores declaran que no tienen ningún conflicto de interés. Agradecimientos Expresamos nuestros agradecimientos al Dr. Juan Carlos Mejía y al Dr. Oscar Messa del Instituto Nacional de Cancerología, Bogotá (Colombia) y a la Dra.

Esperanza Teuzaba de Patolab RX S.A. por la contribución en este trabajo. Bibliografía T. Petrella, E. Maubec, P. Cornillet-Lefebvre, R. Willemze, M. Pluot, A. Durlach, et al, Indolent CD8-positive lymphoid proliferation of the ear: a distinct primary cutaneous T-cell lymphoma?.

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See also:  Cuantos Linfocitos T Hay Sangre?

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¿Qué estímulo activa a los linfocitos T CD8 +?

Mecanismo de acción de los linfocitos T citótoxicos – Los linfocitos T CD8 o citotóxicos (LCT) son activados por células que han sido infectadas por virus. Como consecuencia de la infección, la célula activadora presenta en su membrana el Complejo Principal de Histocompatibilidad (MHC en inglés) de clase I unido a un péptido (10 aminoácidos), perteneciente al antígeno.

La activación de este linfocito provoca la formación y proliferación de células de memoria y células activas. Las células T citotóxicas activas destruyen su célula diana, mediante una estructura de adhesión estrecha llamada sinapsis inmunológica, que implica la polarización de la célula T y la liberación de sustancias almacenadas en gránulos preformados.

Estos gránulos contienen proteínas, como la perforina, que genera poros que permiten el paso de agua y electrolitos, induciendo lisis osmótica de la célula blanco. En estos gránulos preformados también se encuentran las enzimas granzimas, que ingresan a la célula a través de los poros formados en la membrana y tienen la capacidad de inducir la muerte celular mediante la fragmentación del ADN de la célula blanco, induciendo su apoptosis,

¿Cuántos CD8 tiene una persona sana?

Las células CD8: – Las células CD8 o células supresoras, juegan un papel muy importante en la lucha contra las infecciones como la del VIH. Normalmente, una persona sana tiene entre 150 y 1.000 células CD8 por milímetro cúbico de sangre. A diferencia de lo que ocurre con las células CD4, las personas con VIH tienen una tendencia a mostrar un recuento de células CD8 mayor que el promedio.

No sabemos a ciencia cierta el motivo de esto y por ello, casi nunca se usa este resultado de los análisis para tomar decisiones con relación al tratamiento. Además es importante también tener en cuenta l a evolución del cociente entre el CD4 y el CD8, El resultado ideal está por encima de 1, pues es deseable que haya casi el doble de células CD4 que CD8.

Cuando la infección por VIH progresa sucede lo contrario: los CD4 descienden y aumentan los CD8, resultando cocientes inferiores a 1. Fuentes: Aidsmap (Entidad certificada por The Information Standard, perteneciente al Servicio Nacional de Salud Británico ) y HIV-iBase (Entidad certificada por HONcode).

¿Cómo actuan las CD8?

Erika Wissinger, Imperial College London, UK Traducción: Jesús Gil, Würzburg, DE (SEI) Las células T CD8+ (citotóxicas), al igual que las T-helper CD4+, son generadas en el timo y expresan el receptor de células T (TCR). Se caracterizan por carecer de la molécula CD4 y de expresar el correceptor dimérico CD8, compuesto por una cadena CD8α y otra CD8β.

Las células T CD8+ reconocen péptidos unidos a moléculas MHC de clase I, las cuales se encuentran en todas las células nucleadas. El heterodímero CD8 se une a una porción conservada (la llamada región α3) de la molécula de MHC durante la interacción de presentación antigénica entre células T y APC ( Figura 1 ).

También conocidos con el nombre de linfocitos T citotóxicos, o CTLs, son una importante herramienta contra patógenos intracelulares, como bacterias o virus, y para la vigilancia de las células tumorales. Una vez que la célula T CD8+ ha reconocido su antígeno y se ha activado, posee tres mecanismos para eliminar las células infectadas o malignas. Figura 1. Interacción entre un linfocito CD8+ y una APC La segunda función es la producción y liberación de gránulos citotóxicos, Estos gránulos, que también aparecen en las células NK, contienen dos familias de proteínas, perforinas y granzimas, Las perforinas forman un poro en la membrana de la célula diana, similar al complejo de ataque a la membrana del complemento,

Este poro permite que las granzimas entren en las células infectadas o malignas. Las granzimas son serín-proteasas que procesan las proteínas en el interior celular, bloqueando la producción de proteínas virales y, finalmente, provocando la apoptosis de la célula diana. Los gránulos citotóxicos se liberan únicamente en la dirección de la célula, lo cual se consigue a través de las llamadas sinapsis inmunitarias,

De esta manera se evitan daños inespecíficos a otros tejidos sanos circundantes ( Figura 1 ). Una vez que han “matado” a una célula, pueden ir a por la siguiente y empezar de nuevo, en un proceso llamado eliminación seriada, La tercera modalidad de destrucción es vía interacción de Fas/FasL,

Las células T CD8+ activadas expresan FasL en su superficie, lo que permite la unión a su receptor, Fas, que se expresa en la superficie de las células diana. Esta unión provoca que la molécula Fas de la superficie trimerice, iniciando así una cascada de señalización. Las moléculas implicadas en esta cascada promueven la activación de caspasas, lo que trae consigo la apoptosis de la célula.

Ya que las células T CD8+ pueden expresar tanto FasL como Fas, se pueden destruir entre sí en un proceso llamado fraticidio, favoreciendo así la eliminación de células efectoras durante la fase de contracción en la etapa final de la respuesta inmunitaria.

A pesar de su papel en la lucha contra virus, bacterias intracelulares y tumores, estos linfocitos también pueden contribuir a un exceso de respuesta inmune causando enfermedades inmunitarias. La versión en español ha sido coordinada por Jesús Gil-Pulido, responsable de redes sociales de la Sociedad Española de Inmunología, y ha sido posible gracias a miembros de la Sociedad Española de Inmunología ( https://www.inmunologia.org/index.php ).

© los derechos de autor de esta obra pertenecen al autor

¿Qué hacen los linfocitos CD4?

Tipo de célula inmunitaria que estimula las células T citotóxicas, los macrófagos y las células B para que produzcan respuestas inmunitarias. Un linfocito T CD4 es un tipo de glóbulo blanco y de linfocito. También se llama célula T auxiliar.

¿Qué función tienen los linfocitos CD8 en la respuesta inmune adaptativa?

Los CD8+ reconocen a los péptidos presentados por las moléculas de clase I del MHC, las cuales pueden ser expresadas por todos lo tipos celulares nucleados. Una vez que el linfocito T citolítico interactúa con el MHC I y sus coestimuladores, es activado y esto lleva a la exocitosis de sus gránulos.

¿Qué función tienen los linfocitos T CD8+ en la respuesta adaptativa?

Tipos – Se distinguen una serie de subtipos de linfocitos T con diferentes funciones:

Citotóxicos (o linfocitos CD8+): detectan los péptidos presentados por móleculas MHC de clase I y destruyen las células infectadas. Cooperadores (o linfocitos CD4+ o helper): detectan los péptidos presentados por moléculas MHC de clase II. Y también activan otras células del sistema inmune mediante la secreción de citoquinas. Reguladores: suprimen la inmunidad al final de la reacción inmune y mantienen la tolerancia a autoantígenos. De memoria: se generan después de la activación de los linfocitos T y son los que van a responder a nuevas exposiciones al mismo microorganismo.

Resumiendo se puede afirmar que las células T son esenciales en la función y regulación del sistema inmune. : Los linfocitos T: mediadores de la inmunidad celular – MiSistemaInmune

¿Qué rol cumplen las células T CD8 y las células NK en la reacción o respuesta injerto contra leucemia?

Reconstitución de los linfocitos T y células NK después del trasplante alogénico de células progenitoras hematopoyéticas (TCPH) RESUMEN El trasplante de células progenitoras hematopoyéticas (TCPH) es el tratamiento establecido para niños diagnosticados con leucemia que no responden a quimioterapia así como en casos de alteraciones benignas.

Dentro de los procesos biológicos que determinan el éxito de un TCPH, se encuentra la generación de un sistema inmunológico eficiente, el cual establece un ambiente de homeostasis entre los diferentes componentes celulares y solubles (citocinas, quimiocinas) para controlar las diversas interacciones de las células que participan en el proceso.

La reconstitución de la inmunidad adaptativa se ve afectada por varios factores, entre ellos se encuentran los inherentes a las características del trasplante, que pueden tomar años hasta alcanzar un número adecuado de células linfoides con una funcionalidad óptima.

  • La reconstitución inmunitaria adaptativa requiere de un largo tiempo, el cual incrementa el riesgo de fallar en la respuesta contra agentes infecciosos oportunistas.
  • Además de monitorear los factores que influyen directamente en el éxito del injerto, deberán cuantificarse las subpoblaciones de linfocitos T y las células NK.

Esto se correlaciona con el estado clínico y el proceso en la reconstitución celular, permitiendo la identificación del momento ideal para llevar a cabo intervenciones que acompañen el largo periodo de recuperación para contribuir a alcanzar un estado de inmunocompetencia del paciente.

EL TRASPLANTE DE CéLULAS PROGENITORAS HEMATOPOYéTICAS ( TCPH ) El TCPH es un procedimiento mediante el cual las células progenitoras hematopoyéticas (CPH) son infundidas para restaurar la función de la médula ósea (MO) afectada parcial o completamente por enfermedades propias de la MO o como consecuencia de una alteración secundaria.

– El TCPH es una alternativa terapéutica de enfermedades oncohematológicas de elevada mortalidad, y es el tratamiento de elección para muchas de las neoplasias y trastornos no malignos como las hemopatías congénitas, aplasias medulares y las inmunodeficiencias primarias.

– Según el tipo de donante, los TCPH se clasifican de acuerdo a su origen: en autólogos y alogénicos, en ambos se debe considerar la identidad y compatibilidad con base en el sistema del antígeno leucocitario humano (HLA del inglés human leukocyte antigen ) y con ello se identifican los TCPH alogénicos de tres tipos: 1) HLA genotípicamente idéntico (por ejemplo, gemelos); 2) HLA fenotípicamente idéntico (familiar o no familiar); y 3) HLA no idéntico.

El TCPH que más se realiza es de origen alogénico en 85% de los casos en nuestro país. – Las principales indicaciones son:

  • 1. Enfermedades neoplásicas (hematológicas y tumores sólidos) que no remiten con el tratamiento basado en quimioterapia a dosis tolerables, pero que puedan curarse con tratamientos mieloablativos (con alta toxicidad medular) y la infusión de CPH para reconstituir y restablecer posteriormente la hematopoyesis normal. En la mayoría de los casos de neoplasias hematológicas el origen de las CPH debe ser alogénico, en contraste con los tumores sólidos en los cuales el trasplante autólogo es una opción terapéutica válida. – En los alogénicos la reconstitución de las diferentes líneas celulares depende de las células del donador, ya que van a sustituir una hematopoyesis defectuosa o ineficiente; y en los trasplantes autólogos, la hematopoyesis depende directamente de las células del paciente con la particularidad de que las células que fueron obtenidas y después infundidas van a ser las encargadas de la hematopoyesis después de un esquema de quimioterapia a altas dosis.
  • 2. Enfermedades no neoplásicas (aplasias medulares, hemopatías congénitas, inmunodeficiencias y otras alteraciones congénitas) en las que ya no existe una médula funcional o esta médula no es capaz de producir ciertos elementos celulares sanguíneos en número y función adecuados por defectos genéticos. Para estas indicaciones sólo se usan los TCPH alogénicos. –

Entre los procesos biológicos que determinan el éxito de un TCPH, se encuentra la generación de un sistema inmunológico eficiente, el cual establece un ambiente de homeostasis entre los diferentes componentes celulares y humorales para controlar las diversas interacciones de las células que participan en la reconstitución de la hematopoyesis en el paciente.

– REINICIO DE LA HEMATOPOYESIS Y LINFOPOYESIS A PARTIR DE CéLULAS TRASPLANTADAS El proceso de hematopoyesis comienza a partir de la población de CPH CD34+, las cuales se encuentran en la MO, que además expresan un grupo de factores de transcripción que sustentan sus características de célula pluripotencial: cmyb, runx1, gfi1b, tal1, mll, etv6, bmi, gata2.

La diferenciación de dichas células es regulada manteniendo un balance entre progenitores y precursores que se han clasificado en estirpes: 1) el mieloide (que expresa el factor de transcripción pu.1) y 2) el linfoide (que expresa ikaros). El linaje mieloide dará origen a las poblaciones de granulocitos: neutrófilos, eosinófilos y basófilos, además de los monocitos, macrófagos, eritrocitos, megacariocitos, células cebadas y células dendríticas; mientras que el linaje linfoide dará origen a los linfocitos B, linfocitos T, células asesinas naturales o natural killer (NK) y la subpoblación de células dendríticas linfoides.

Por lo tanto, siempre que existan las condiciones adecuadas en el microambiente como las células facilitadoras (CF) conformadas por dos subpoblaciones: CD56+ y CD56-; células estromales que producen SCF1 (del inglés stromal cell-derived factor 1), además de citocinas para su supervivencia y retención en órganos linfoides CXCR4 – y proliferación, y entonces alcanzar una generación de un repertorio hematológico e inmunológico completo y eficiente.

– Las rutas de diferenciación celular en las dos estirpes mencionadas están representadas como una serie de eventos que resultan de la combinación de factores intrínsecos y microambientes que conducen a la pérdida gradual de opciones de diferenciación en los progenitores.

En paralelo, se genera la adquisición de funciones especializadas en los precursores más comprometidos que dan por resultado el origen de células maduras con capacidades efectoras. – CARACTERíSTICAS DE LA RECONSTITUCIóN DE LAS CéLULAS DEL SISTEMA INMUNITARIO DESPUéS DEL TRASPLANTE La reconstitución del sistema inmunitario posterior a un TCPH, principalmente del componente celular, es de vital importancia.

Los componentes del sistema inmunitario celular y humoral se ven gravemente afectados por los efectos de la quimioterapia que se le administra al paciente durante el proceso de acondicionamiento (esteroides) previo al TCPH. La recuperación de las células del sistema inmunitario del receptor posterior a un TCPH inicia en las primeras dos semanas (componente mieloide) y en algunos casos se prolonga hasta un año o más (componente linfoide en particular los linfocitos T CD4+).

  • Entre los mecanismos de defensa se encuentra la participación de los linfocitos T, principalmente en el control de infecciones por bacterias, virus, protozoos y hongos mediante la regulación de la producción de anticuerpos específicos por los linfocitos B.
  • La reconstitución completa de la inmunidad adaptativa a menudo se ve afectada por varios factores, entre ellos se encuentran los inherentes a las características del trasplante, pudiendo llegar a tardar años en obtener un número adecuado de células linfoides con una funcionalidad óptima.

La reconstitución inmunológica cualitativa tiene un periodo muy largo de recuperación, lo cual puede aumentar el riesgo de falla en la capacidad de respuesta ante los agentes infecciosos oportunistas., – En el periodo postrasplante inmediato (durante las primeras 14 semanas o 100 días) la reconstitución del sistema inmunitario comienza con los neutrófilos y células NK en el primer mes.

En los primeros 12 meses las células B generadas se caracterizan por expresar CD1c+, CD5+, CD23+ y CD38+ así como IgM+ y en ausencia de EICH (enfermedad injerto contra huésped) las células periféricas que expresan CD19+ y CD20+, alcanzando valores normales después de tres a seis meses del trasplante.

En los pacientes sometidos a trasplantes autólogos, la recuperación es más rápida dado el aumento de células T cooperadoras CD4+ CD45RO+ (molécula asociada a linfocitos activados o de memoria). Por lo regular, la baja presencia de células T cooperadoras para llevar a cabo la estimulación de las células B resulta un inconveniente para el cambio de clase de inmunoglobulina de IgM a IgG después de la exposición antigénica.

En general, la recuperación inmunológica depende de un número importante de factores, dentro de los cuales los principales son: 1) tipo de paciente, 2) enfermedad de base y momento del TCPH, 3) tipo de trasplante, 4) tipo de acondicionamiento, 5) compatibilidad del HLA y 6) fuente de las células CD34+.

En este último punto se ha demostrado que cuando las células provienen después de la administración de G-SCF (del inglés growth stem cell factor ) al donador, la recuperación es más rápida en comparación con las que son recolectadas directamente de la médula ósea (MO).

  • La razón es que en el injerto proveniente de células movilizadas en sangre periférica se obtienen 10 veces más linfocitos T y B, por lo que se observa un aumento importante de células CD4+ así como una relación CD4/CD8 más alta que en las recolecciones directas de MO.
  • Derivado de las variaciones mencionadas del sistema inmunitario, los pacientes cursan con diferentes infecciones en el periodo postrasplante.

Esto ocasiona que existan periodos con mayor riesgo de infecciones. Para describir algunas características que deben considerarse en la etapa postrasplante se han descrito las siguientes tres fases, que comienzan desde el día cero del trasplante de la siguiente manera:,, Fase I, conocida también como preimplante.

Desde el día cero hasta el primer mes del trasplante. Durante este periodo los pacientes tienen dos factores de riesgo de infección: 1) la neutropenia y 2) la ruptura de la barrera cutáneo-mucosa. En esta fase por lo general los periodos de fiebre que se presentan tienen un origen en una infección bacteriana; sin embargo, es muy difícil identificar tempranamente al agente causal y por ende, el clínico toma decisiones terapéuticas de manera empírica.

En los casos en los que el periodo y gravedad de las neutropenias sean consistentes, se debe considerar la presencia de infecciones por Aspergillus y los virus de la familia del herpes., – En esta etapa se llega a producir un ligero aumento en la producción de anticuerpos, esto puede ser debido a la transferencia de a) linfocitos B maduros del donador; b) células presentadoras de antígeno del donador sensibilizadas, c) linfocitos T (CD4+) provenientes del donador que tienen interacción con cualquiera de los linfocitos B antígeno-específicos del donador o del receptor.

Fase II, postimplante. Esta fase es considerada desde el día 30 hasta el día 100 y se caracteriza por una deficiencia en la inmunidad mediada por células; en esta etapa la presencia de eventos relacionados al trasplante (la presencia de EICH, por ejemplo) puede modificar sustancialmente la reconstitución celular.

Además, es importante considerar una vigilancia muy detallada en el manejo de la inmunosupresión, considerando que las infecciones por los virus de herpes, y en particular citomegalovirus (CMV), son más frecuentes y pueden comprometer el estado de salud del paciente.

  • En el manejo clínico de estos pacientes no debe excluirse nunca la presencia de patógenos oportunistas.
  • La fase III, conocida también como fase tardía, se clasifica a partir de los 100 días postrasplante.
  • En esta etapa las infecciones son más frecuentes en los pacientes con trasplante alogénico que sufren de EICH, los pacientes cursan con una afectación en la inmunidad humoral y celular, y tienen mayor riesgo de sufrir infecciones virales (CMV, virus varicela-zóster, virus Epstein-Barr y virus respiratorios).

En esta etapa los pacientes que presentan números bajos o inferiores a los esperados de linfocitos T CD4+ y CD8+ y células NK, deben ser vigilados de manera más puntual y en dado caso modificar el manejo de inmunosupresores.,,,,, -,, Al igual que la participación de los linfocitos T en la etapa postrasplante, es importante considerar varios factores, entre los que destacan dos mecanismos celulares:

  • 1. Células residuales del receptor posterior al acondicionamiento pretrasplante.
  • 2. Número de células T maduras del donador que fueron infundidas posterior al acondicionamiento del receptor.
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Las células T del donante participan activamente en la regulación del efecto injerto contra leucemia (EICL) y de EICH, por tal motivo es indispensable mantener un balance adecuado en el número y actividad de estas células.,, La reconstitución de los linfocitos T postrasplante es un proceso lento ( ) que tarda de 24 a 48 meses, teniendo variables importantes para este proceso, entre las que destacan las siguientes:

  • 1. Edad de paciente o receptor de CPH.
  • 2. Régimen de acondicionamiento, ya sea mieloablativo o no.
  • 3. Número de células T infundidas al momento del TCPH.
  • 4. Presencia de EICH aguda o crónica.

La reconstitución de células T se genera a partir de CPH y de la actividad y participación de las células estromales del timo; posterior a la participación del timo, las células T naïve (vírgenes) migran a órganos periféricos o secundarios para expandirse por estímulos antigénicos y señales homeostáticas que aseguran el abastecimiento de linfocitos T de manera constante en las periferias.

La inmunidad celular se encuentra mediada por los linfocitos T y sirve de mecanismo de defensa contra los patógenos intracelulares y extracelulares. Los linfocitos T CD4+ reconocen antígenos que son procesados y mostrados por las células presentadoras de antígeno (CPA) (macrófagos, los linfocitos B, las células dendríticas, las células de Langerhans de la piel y las células endoteliales) en los órganos linfáticos periféricos.

Los linfocitos T son estimulados para que proliferen y se diferencien en células efectoras (y memoria) que entran en circulación. Los linfocitos T CD4+ cooperadores (Th, del inglés T helper ) pueden diferenciarse en linfocitos TH1 efectores especializados que secretan IFN-γ para mediar la defensa contra microorganismos intracelulares; en linfocitos TH2 que secretan IL-4, IL-5 que favorecen las reacciones inmunitarias mediadas por la IgE y los eosinófilos/mastocitos contra los helmintos, en tanto que la subpoblación Th9 que produce TGF-β e IL-4 está asociada también a inmunidad contra parásitos, inmunidad tumores; y por último, los linfocitos TH17 que promueven la inflamación y median la defensa contra los hongos y bacterias extracelulares así como autoinmunidades.

La regeneración postrasplante del compartimiento de células T se realiza por dos vías, la primera es la timoindependiente y la segunda es la timodependiente. Los linfocitos T circulantes postrasplante provienen de dos fuentes dentro de ellas: 1) las células residuales del receptor, pues son las células T que sobreviven al acondicionamiento y 2) la otra fuente está formada por las células T maduras del donador que fueron transfundidas en conjunto con las células CD34+.

La cinética y la expansión de las células T, ya sea temprana o tardía posterior al TCPH, puede variar dependiendo de la enfermedad de base, el tipo de trasplante, la dosis de células T del donante y la intensidad del acondicionamiento., – La expansión de las células T naturalmente se desencadena por la estimulación de antígenos o mediante una proliferación homeostática en respuesta a un periodo de linfopenia, este último proceso se designa “expansión periférica homeostática” (EPH) y depende de interacciones de baja afinidad del CPH asociadas a péptidos propios en conjunto con la exposición a altos niveles de citocinas homeostáticas (IL-7 e IL-15).

  1. Esta forma de proliferación de células T no afecta la diversidad del TCR.
  2. La eficiencia de la EPH en la restauración de la diversidad del repertorio periférico estará limitada por el repertorio inicial de las células T maduras que sirven de fuente para la expansión.
  3. En ausencia de los linfocitos T naïve de nueva producción exportadas del timo, el compartimiento de células T de sangre periférica realiza cambios graduales como resultado de frecuentes interacciones con patógenos; el repertorio TCR humano está progresivamente restringido como consecuencia de las expansiones oligoclonales de antígenos específicos de los linfocitos T, que pueden llegar a convertirse en células de memoria.

, – Desde hace varias décadas se ha incrementado el número de moléculas descritas que permiten caracterizar a los linfocitos T desde los fenotipos naïve hasta los compartimentos de memoria central y efectora, incluyendo el estado de activación y efector de los linfocitos que son detectados en sangre periférica.

  1. Células NK ( natural killer ).
  2. Las células asesinas naturales (del inglés natural killer ) son linfocitos generados a partir de un precursor linfoide común, cuya función efectora está mediada por la producción de citocinas, especialmente altas cantidades de IFN-γ y su actividad citotóxica (para eliminar células infectadas o tumorales).

Se localizan en sangre periférica y en los ganglios linfáticos, además en piel, intestino, hígado, pulmones, útero y otros tejidos. Morfológicamente son similares a los linfocitos, pero sus marcadores en superficie son CD16+ CD56+ en ausencia de CD3. -, – Linfocitos T naïve o vírgenes.

  • Los linfocitos maduros que egresan del timo se alojan principalmente en los órganos linfoides secundarios.
  • La expresión de la isoforma CD45RA es uno de los principales y más antiguos marcadores para su fenotipificación.
  • CD45RA es la isoforma de mayor peso molecular, puesto que conserva la expresión de los tres exones de CD45, y aunada a la expresión de moléculas de adhesión como CD62L (que se une a E-selectina), receptor de quimiocinas CCR7 (se han identificado dos ligandos para este receptor, CCL19 y CCL12) conforman el fenotipo naïve,

Se localizan en los órganos linfoides secundarios y es ahí donde las CPA les presentan péptidos en el contexto de moléculas del CPH clase I si son antígenos intracelulares, principalmente, y activan los linfocitos T CD8+ o CPH clase II (si son por lo general antígenos extracelulares) que a su vez activarán los linfocitos T CD4+.

  • Linfocitos T activados.
  • El reconocimiento de los péptidos presentados a través de las moléculas del complejo principal de histocompatibilidad conlleva a cambios intracelulares como liberación de las reservas de calcio, translocación de factores de transcripción al núcleo, entre otros, además de la modificación de la expresión de moléculas en la superficie.

Este estado llamado activación se asocia a una disminución en la expresión de la isoforma CD45RA+, aparición de la molécula CD45RO, isoforma de menor peso molecular (que se une a CD22, que es una proteína que se encuentra en la membrana de los linfocitos B), el aumento en la expresión de CCR7, disminución de CD62L y la aparición de la molécula asociada a células T restringida al CPH de clase I, conocida como CRTAM (por sus siglas en inglés Class-I MHC-restricted T cell associated molecule ).

  • La expresión de esta molécula en humanos y ratones se presenta en los linfocitos T activados, células NK.
  • Los linfocitos activados migran de los órganos linfoides secundarios al resto del organismo, principalmente al sitio donde se detecte la señal de daño o peligro (por lo general una zona con presencia de inflamación), además de detectarse en sangre periférica.

El fenotipo de los linfocitos T activados se pueden encontrar tanto en la población CD45RA+, que serían los recientemente activados, y en la población de memoria: CD45RO+ por una reactivación. Las moléculas que expresan postactivación son: CD69 y CRTAM; se puede observar la coexpresión de dichas moléculas.

  1. Linfocitos T efectores.
  2. Posterior a la activación, los linfocitos T adquieren funciones efectoras.
  3. En el caso de los linfocitos T CD4+ se detecta la producción de citocinas que pueden polarizar el resto de la respuesta inmunológica.
  4. Se pueden determinar poblaciones que producen principalmente: IFN-γ y TNF-α (Th1, proinflamatorias); IL-17 (Th17); IL-9 (Th9) e IL-4 e IL-10 (Th2, antiinflamatorias).

Los linfocitos T CD8 producen citocinas como TNF-α e IFN-γ y poseen capacidad citotóxica (que les permite eliminar células infectadas o tumorales) a través de moléculas como granzima B y perforina. El fenotipo de los linfocitos T efectores es: CD45RA+ CD62L- CCR7-.

  • En el humano se utiliza la molécula CD45RO como un marcador para seleccionar la población de células que son progenie de un linfocito T naïve activado.
  • La presencia o ausencia de las moléculas: CCR7 y CD62L en la superficie proveen en conjunto dos fenotipos: 1) las células T de memoria central (TCM): CD45RO+ CD62L+ CCR7+ y 2) las de memoria efectora (TEM): CD45RO+CD62L-CCR7-.
  • Las TCM son células que residen principalmente en los órganos linfoides secundarios y son las que mantienen el compartimento de TEM.
  • En tanto que las TEM son las que responden de manera pronta con una inmediata capacidad efectora ante un encuentro subsecuente con el patógeno y se encuentran sobre todo circulando en el organismo. -, –
  • IMPORTANCIA DE LAS SUBPOBLACIONES DE LINFOCITOS T EN EL SEGUIMIENTO DE PACIENTES SOMETIDOS A TCPH
  • La importancia de la identificación de fenotipo de linfocitos T en la periferia en pacientes sometidos a TCPH se resume de la siguiente manera: –
  • 1. Linfocitos T naïve : reconstitución de la población de linfocitos T CD4+ y CD8+ proveniente principalmente del donador como resultado del exitoso injerto de las células trasplantadas.
  • 2. Linfocitos T activados: cuando los linfocitos T naïve reconocen un antígeno, adquieren un fenotipo de activación desde los primeros minutos y puede durar por horas. El antígeno puede ser de origen viral, fúngico, bacteriano, células tumorales, autoantígenos o por reconocimiento alogénico: EICH aguda o crónica.
  • 3. Efectores: los linfocitos generados de la activación de un linfocito T naïve o de memoria adquieren la capacidad de producción de citocinas y/o citotoxicidad.
  • 4. Linfocitos T de memoria: existió una activación previamente y la progenie de esos linfocitos ha permanecido en el organismo y puede responder en un segundo reconocimiento del antígeno (infección viral, fúngica, bacteriana, reconocimiento de células neoplásicas o por reconocimiento alogénico: EICH crónica) de manera eficiente en magnitud de proliferación y capacidad efectora (producción de citocinas y citotoxicidad). –

CONSIDERACIONES EN LA RECONSTITUCIóN DE LAS CéLULAS NK En una serie de pacientes en los que se evaluó la reconstitución de células NK, observamos que la recuperación temprana de las células NK acontece en el periodo de tres a seis meses postrasplante; sin embargo, se observan momentos en los que el número absoluto de células es menor, por lo que diversos eventos como infecciones y enfermedad injerto contra hospedero (EICH) podrían afectar negativamente la reconstitución de las células NK ( ), En algunos informes se describe que durante el primer mes de la etapa postrasplante el número de células NK debe ser > 0.75 × 10 8 /L cuando la fuente de obtención de las células CD34+ es la médula ósea; cuando las células CD34+ son recolectadas de sangre periférica, la reconstitución se obtiene a partir de los cuatro meses en pacientes pediátricos. En otra serie de pacientes se logró identificar que la reconstitución alcanzó una mediana de 305 células NK/μL (rango de 30 ± 1200) para el día 130 en promedio. Los anteriores valores son superiores a los obtenidos en los pacientes y el grupo control de la investigación que realizamos nosotros, por lo que la comparación numérica entre las diferentes series no es pertinente dadas las diferentes características de cada grupo, en las cuales influyen diversos factores externos:

  • 1. Enfermedad por la que se realiza el TCPH.
  • 2. El esquema de acondicionamiento (que aunado a la administración de 50 mg/kg/día de ciclofosfamida en los días tres y cuatro postrasplante como medida profiláctica para la prevención de EICH aguda generó una disminución de la linfopoyesis en nuestros pacientes y, por ende, la recuperación de las células NK fue afectada durante los primeros 90 días de la etapa postrasplante).
  • 3. Tipo de trasplante.
  • 4. Tipo de donador y compatibilidad de HLA.

Eventos adversos relacionados al TCPH, Entre los eventos adversos relacionados con el TCPH se encuentran condiciones graves y potencialmente mortales cuando no son ponderadas de manera correcta (la mortalidad relacionada con el trasplante) como el desarrollo de infecciones y la presencia de EICH.

, La susceptibilidad a las infecciones oportunistas es ocasionada por los periodos de inmunosupresión generada por el acondicionamiento para la infusión celular y por el tiempo en que la reconstitución inmunológica postrasplante se lleva a cabo. Diversas evidencias sugieren que después de someterse a un TCPH, la recuperación de linfocitos derivados del donador (pacientes con evidencia de injerto del trasplante como quimerismo al 100%) en sangre periférica se asocia con un mejor pronóstico y que un recuento bajo de los mismos a los 30 días postrasplante predice un peor pronóstico.

Las células T CD4+ y CD8+ tienen un papel importante en la fase efectora cuando interaccionan con las células NK para mediar la producción de agentes inflamatorios y la destrucción celular por citotoxicidad. -, La presencia de EICH es una de las dos causas principales de morbimortalidad posterior al trasplante alogénico; es un síndrome clínico derivado de la acción de las células inmunocompetentes del donador contra los tejidos del receptor y se lleva a cabo por la activación de los linfocitos alorreactivos (que reconocen los antígenos del receptor en el caso del donador).

Esta entidad clínica fue descrita en un inicio en modelos experimentales murinos como una enfermedad secundaria, en la que se había sometido a ratones a diferentes esquemas de radiación y posteriormente se transfundían con células esplénicas normales de otro individuo, lo que ocasionaba una serie de manifestaciones a nivel intestinal, hepático y en piel.

La incidencia de EICH grados II a IV es de 40%, pero puede variar de 10% a 80% según los factores de riesgo. – Los pacientes con un seguimiento a largo plazo del TCPH que son sometidos a esquemas de acondicionamiento que contemplan quimioterapia a altas dosis y radioterapia corporal total, llegan a tener complicaciones que pueden ocurrir en los primeros años o inclusive años más tarde.

  • Entre las complicaciones más graves sin duda se encuentran las infecciones recurrentes y la manifestación de EICH, pero hay otras que deben considerarse en estos pacientes para realizar un diagnóstico temprano, ya que impactan en la morbilidad y mortalidad relacionadas con el TCPH.
  • Las complicaciones se pueden dividir en agudas y crónicas, entre las cuales se encuentran complicaciones hemáticas, cardiovasculares, gastrointestinales, hepáticas, pancreáticas, renales, metabólicas, neurológicas y pulmonares, cuyo tratamiento depende de cada caso.

,, Recientemente, la fisiopatología de la EICH aguda,, ha sido descrita como un proceso de tres pasos, donde la participación de las células T provenientes del donador es fundamental, estos tres pasos consisten en:

  • 1. El efecto de la radiación pretrasplante/régimen de acondicionamiento de quimioterapia, el cual causa daño en el tejido del receptor, incluyendo ruptura de la barrera epitelial intestinal y la liberación de citocinas proinflamatorias y de moléculas asociadas al daño (DAMPs por sus siglas en inglés damage-associated molecular patterns : patrones moleculares asociados a daño).
  • 2. La activación de CPA, liberación y amplificación de factores inflamatorios.
  • 3. Activación y expansión de las células T del donador.

PRUEBAS DE LABORATORIO PARA EVALUAR LA RECONSTITUCIóN INMUNOLóGICA EN PACIENTES SOMETIDOS A TCPH Las pruebas de laboratorio que se realizan para dar seguimiento a la reconstitución inmunológica son las siguientes:

  • 1. Citometría hemática completa.
  • 2. Cuantificación de inmunoglobulinas (IgM, IgG, IgA).
  • 3. Subpoblación de linfocitos B, T y células NK.
  • 4. Subpoblación de linfocitos T ( naïve, activados, efectores, memoria).

De acuerdo al protocolo de seguimiento establecido en cada unidad de TCPH, en el Hospital Infantil de México “Federico Gómez” hemos implementado una vigilancia en los días +30, +60, +90, +120, +150 y +180 post-TCPH. INTERPRETACIóN DE LOS RESULTADOS EN LA CUANTIFICACIóN DE LAS DIFERENTES POBLACIONES DE LINFOCITOS T Y CéLULAS NK EN PACIENTES SOMETIDOS A TCPH En pacientes pediátricos sometidos a TCPH se ha descrito que el número de linfocitos T deben llegar a un valor superior a 1.0 × 10 9 cel/L posterior a los seis meses.

  1. En nuestra población en el Hospital Infantil de México “Federico Gómez” logramos identificar que se alcanzaron cifras ligeramente menores (9.3 × 10 8 Cel/L) posterior a 180 días postrasplante y antes del año postrasplante, posterior a esa fecha se obtuvieron valores similares a los descritos.
  2. Existen publicaciones,,,,,, que ponderan valores de referencia de reconstitución de los grupos celulares incluyendo los linfocitos T naïve posterior al TCPH.

Se ha observado que los linfocitos T CD4+ naïve alcanzan la reconstitución completa después de 12 meses del trasplante, con valores superiores a 0.25 × 10 9 /L a seis meses cuando el origen de las células trasplantadas es de médula ósea, 0.25 × 10 9 /L a 12 meses en el caso de sangre periférica movilizada y a ocho meses cuando la fuente es sangre de cordón umbilical.

Hemos identificado que en algunos casos las diferentes subpoblaciones de linfocitos T se mantienen por debajo del valor esperado durante los primeros 12 meses, lo que tiene como consecuencia un mayor riesgo de infecciones por patógenos oportunistas, aumentando el riesgo de complicaciones en la etapa postrasplante.

En general, los pacientes que se someten a TCPH en su etapa postrasplante deben tener cuidado extremo reduciendo los riesgos y exposiciones a patógenos. A pesar de las medidas profilácticas tomadas ante las infecciones, las complicaciones infecciosas continúan siendo una causa importante de morbimortalidad.

La evaluación y manejo adecuado de estos pacientes requiere del conocimiento de los múltiples factores que influyen en la etiología, manifestaciones y gravedad de los procesos infecciosos, por lo que integrar los valores de las subpoblaciones de linfocitos T ayuda al equipo clínico a conocer el estado de inmunocompetencia de los pacientes.

,,,,,, En cuanto a la reconstitución de los linfocitos T CD8+ naïve, se ha descrito que se alcanzan valores de 0.5 × 10 9 /L a los nueve meses cuando el origen de las células trasplantadas es la médula ósea. En los casos en los que se utilizó sangre periférica movilizada (después de un esquema de administración de la citocina G-CSF) han llegado a tardar hasta 24 meses y en el caso de los cordones umbilicales tardan hasta ocho meses.

Los valores de linfocitos T de memoria deben alcanzar valores superiores a 0.5 × 10 9 /L a los 24 meses cuando las células progenitoras provienen de sangre periférica. Dentro de los factores más importantes que afectan la reconstitución inmunológica de las células T se encuentran la presencia de EICH (aguda y crónica) y el tratamiento inmunosupresor.

El desarrollo de EICH aguda se ve influido por el número de linfocitos T maduros del donador que tienen capacidad alorreactiva y que fueron infundidos al momento de realizar el TCPH; la discordancia de HLA o la incompatibilidad de género entre donador y receptor; la intensidad del régimen de acondicionamiento aplicado, la reactivación de CMV y la fuente celular son variables que deben considerarse para un análisis más detallado.

  • Tanto la linfopenia, la presencia de EICH y el tratamiento inmunosupresor prolongado condicionan infecciones recurrentes durante al menos un año posterior al trasplante con virus latentes y patógenos oportunistas (CMV, VEB, adenovirus y el poliomavirus BK).
  • En los pacientes analizados, este tipo de eventos afectaron de manera negativa (menor número de células en las diferentes cuantificaciones) la reconstitución de las diferentes poblaciones de linfocitos T ( ),

, – Está bien establecido que las infecciones siguen siendo la causa más frecuente y significativa de morbimortalidad posterior al TCPH alogénico. Se ha reportado que la incidencia de neumonías en este tipo de pacientes es de 13.6% y la mortalidad es de 100% debido a una disfunción orgánica múltiple.

  1. Los linfocitos T son las células efectoras más importantes en el control de infecciones después de haber resultado insuficiente la acción de las células del sistema inmunitario innato.
  2. Una reconstitución inmunitaria temprana ejerce un efecto positivo en el control de enfermedades, principalmente en el control de reactivaciones de CMV después del TCPH.

La recuperación de los linfocitos T CD4+ y CD8+ es de vital ayuda para el paciente, más aún cuando llevan a cabo sus capacidades efectoras en la protección de infecciones; sin embargo, se debe considerar que una generación aumentada de clonas de novo es un factor de riesgo de la generación de EICH aguda o crónica.

  • Es evidente la necesidad de conocer la reconstitución del sistema inmunitario en la etapa postrasplante, ya que puede apoyar al equipo clínico a tomar acciones en el manejo de los pacientes.
  • De acuerdo a lo observado en diversas publicaciones, – es imperativo tomar medidas profilácticas contra patógenos oportunistas y en algunos casos en los que el número de linfocitos CD8+ y de células NK se encuentre muy disminuido, reducir la inmunosupresión y favorecer la proliferación y expansión de dichas células.
See also:  Que Organos Producen Linfocitos?

Cuantificar las diferentes subpoblaciones de linfocitos T y células NK genera información importante para el clínico, ya que pone de manifiesto cómo las células de novo provenientes del donador (en los casos que el quimerismo sea mayor de 95% o cuando se tuvieron datos clínicos de que se haya alojado el injerto) llevan a cabo sus funciones efectoras hasta llegar a formar nichos celulares en los compartimientos de memoria (central y efectora) que ayudan al receptor del TCPH a tener un ambiente de homeostasis celular y mantener protegido al paciente.

Además de los factores inherentes que influyen directamente en el éxito del injerto y reconstitución del sistema inmunitario, el monitoreo de las subpoblaciones del sistema inmunitario adaptativo debe considerarse como un estudio de laboratorio de interés en los individuos trasplantados con células progenitoras hematopoyéticas, esto con la intención de relacionar el estado clínico con el progreso en la reconstitución celular permitiendo identificar el momento idóneo para realizar intervenciones que acompañen el largo periodo de recuperación, para con ello contribuir a alcanzar un estado de inmunocompetencia del individuo.

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AFILIACIONES 1 Departamento de Laboratorio Clínico, Hospital Infantil de México “Federico Gómez”. Ciudad de México. Laboratorios Ruiz SYNLAB. Puebla, México.2 Servicio de Trasplante de Médula Ósea, Hospital Infantil de México “Federico Gómez”. Ciudad de México, México.3 Dirección de Implementación e Investigación en Cáncer, Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva.

Ciudad de México, México.4 Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional. Ciudad de México, México.5 Hospitales Federales de Referencia, Hospital Nacional Homeopático. Ciudad de México, México.6 Universidad Anáhuac México Norte. CORRESPONDENCIA Dra. Irlanda Olvera-Gómez,

E-mail: [email protected] Recibido: 17/01/2022. Aceptado: 09/02/2022 : Reconstitución de los linfocitos T y células NK después del trasplante alogénico de células progenitoras hematopoyéticas (TCPH)

¿Qué causa los linfocitos bajos?

Signos y síntomas de la linfocitopenia – Por lo general, la linfocitopenia per se no causa ningún síntoma. Sin embargo, los hallazgos de un trastorno asociado pueden incluir

Ausencia o disminución de las amígdalas o ganglios linfáticos, indicativos de inmunodeficiencia celular Alteraciones de la piel (p. ej., alopecia, eccema, pioderma, telangiectasia) Evidencia de enfermedad hematológica (p. ej., palidez, petequias, ictericia, úlceras en la boca)

Los pacientes con linfocitopenia presentan infecciones recurrentes o por microorganismos inusuales. A menudo, las neumonías por Pneumocystis jirovecii Neumonía por Pneumocystis jirovecii Pneumocystis jirovecii es una causa común de neumonía en pacientes inmunodeprimidos, sobre todo en las personas infectadas por el virus de inmunodeficiencia humana (HIV) y en las que. obtenga más información Pneumocystis jirovecii ” loading=”lazy”>, citomegalovirus Infección por citomegalovirus (CMV) El citomegalovirus (CMV, herpesvirus humano tipo 5) puede causar infecciones de gravedad variable. A menudo se produce un síndrome de mononucleosis infecciosa con ausencia de faringitis significativa. obtenga más información, rubéola Sarampión El sarampión es una infección viral muy contagiosa que aparece con mayor frecuencia en niños. Se manifiesta con fiebre, tos, rinitis, conjuntivitis, un enantema (manchas de Koplik) en la mucosa. obtenga más información y varicela Varicela La varicela es una infección sistémica aguda que suele aparecer en la infancia y es causada por el virus varicela-zóster (virus herpes humano tipo 3). En general, se manifiesta con síntomas. obtenga más información son letales. La linfocitopenia también es un factor de riesgo para el desarrollo de cánceres y de trastornos autoinmunitarios.

Sospecha clínica (infecciones repetidas o inusuales) Hemograma completo con fórmula diferencial Determinación de subpoblaciones de linfocitos y concentraciones de inmunoglobulinas

Se sospecha una linfocitopenia en pacientes con infecciones virales, micóticas o parasitarias recurrentes, pero suele detectarse incidentalmente en un hemograma completo. Las neumonías por P. jirovecii, citomegalovirus, rubéola o varicela con linfocitopenia sugieren inmunodeficiencia.

Tratamiento de las infecciones asociadas Tratamiento del trastorno subyacente En ocasiones, inmunoglobulina IV o subcutánea Posiblemente trasplante de células madre hematopoyéticas

Evitar dar vacunas a virus vivos (debido al riesgo de causar infección) en estos pacientes. Las vacunas inactivadas o recombinantes son seguras, pero su eficacia es variable dependiendo del tipo y la gravedad de la linfocitopenia.

La linfocitopenia se debe con mayor frecuencia al sida, y recientemente a COVID-19 o a desnutrición, pero también puede ser hereditaria o causada por varias infecciones, fármacos o trastornos autoinmunitarios. Los pacientes tienen infecciones virales, micóticas o parasitarias recurrentes. Se deben medir las subpoblaciones de linfocitos y las concentraciones de inmunoglobulinas. El tratamiento generalmente está dirigido a la causa, pero en ocasiones es útil la inmunoglobulina IV o subcutánea o, en pacientes con inmunodeficiencia congénita, el trasplante de células madre. Evitar dar vacunas a virus vivos en estos pacientes.

¿Cuál es el valor normal de la carga viral?

La mayoría de los médicos consideran que una carga viral de 500 o menos copias de ARN del VIH por ml es baja, mientras que una carga viral de 40,000 o más de copias de ARN del VIH por ml se considera alta.

¿Qué nivel es normal en CD4 y carga viral?

Los medicamentos contra el VIH reducen la cantidad de virus en la sangre Mantenerse al día con la atención y tratamiento del VIH le da ventaja sobre el virus y aumentará en gran medida su capacidad de llevar una vida saludable. Su médico monitoreará la infección por el VIH principalmente a través de pruebas sanguíneas periódicas que miden el número de células CD4, o “células T”, en la sangre, así como la carga viral (la cantidad de virus del VIH en la sangre).

  • Los resultados de la prueba sanguínea mostrarán qué tan bien responde su organismo al actual régimen de tratamiento para el VIH.
  • Según los CDC, el rango normal del recuento de células CD4 es de 500 a 1,600 células por milímetro cúbico de sangre.
  • Las células CD4 juegan un papel importante en la capacidad de su organismo para combatir las infecciones.

Cuando se vive con VIH, el virus ataca y reduce el número de células CD4 en la sangre, lo que dificulta en gran medida que el organismo pueda combatir las infecciones. La carga viral mide qué tan bien su organismo está combatiendo el VIH —una carga viral reducida es ideal.

  • La meta del tratamiento para el VIH es reducir la carga viral a un nivel casi indetectable.
  • Si su carga viral tiene menos de 40 a 75 “copias” —el número de partículas de VIH en un mililitro de sangre—, dicha carga se considerará “indetectable”.
  • Alcanzar esta meta de lograr un nivel reducido de VIH en la sangre se conoce como —el quinto y último paso en el continuo de atención del VIH.

Según los CDC, las personas con VIH que empiezan a tomar medicamentos contra el virus durante el primer año de cuidados tienen mayores probabilidades de mantenerse en tratamiento. Esto significa que usted debería empezar a tomar estos medicamentos lo antes posible y continuar tomándolos.

  1. No solo es importante iniciar el tratamiento para el VIH, es igual de importante mantenerse en tratamiento.
  2. El tratamiento para el VIH es importante porque ayuda a su organismo a combatir el virus.
  3. Si bien aún no existe cura para el VIH, los medicamentos contra el VIH —lo que se conoce como tratamiento antirretroviral o TAR— tienen el potencial de mantenerlo saludable por muchos años.

Al reducir la cantidad de VIH en la sangre y los fluidos corporales, los medicamentos contra el VIH también pueden reducir el riesgo de que usted transmita el virus a otros, siempre y cuando los tome de forma constante y correcta. Tomar los medicamentos contra el VIH exactamente como se lo recetó su proveedor de atención de la salud ayudará a mantener la cantidad de VIH en la sangre a niveles reducidos y el recuento de células CD4 a niveles elevados, lo que aumenta la capacidad del organismo para combatir las infecciones.

Si usted se salta sus medicamentos —aun ocasionalmente de forma accidental—, le está dando al virus la oportunidad de multiplicarse. A su vez, la presencia de una mayor cantidad de virus del VIH en la sangre puede debilitar su sistema inmunitario y causar enfermedades. Si usted se salta una dosis del medicamento, retome su ritmo de ingesta en cuanto le sea posible.

Programar una alarma, tomar los medicamentos a la misma hora todos los días o usar un calendario son algunos de los métodos útiles que le permiten cumplir con su plan de tratamiento para el VIH. Es posible que su proveedor de atención de la salud pueda cambiar su plan de tratamiento para que se ajuste mejor a sus necesidades de atención médica y a las circunstancias de su vida según estas cambian con el tiempo.