Como No Ir A La Escuela?

Como No Ir A La Escuela
Descargar el PDF Descargar el PDF ¿No quieres ir a la escuela hoy? ¿No estás listo para un examen? ¿No terminaste tu tarea la noche anterior? ¿O quizás solo sientes pereza? Aquí te brindamos algunos pasos para que puedas hacerte el enfermo y salirte con la tuya.

  1. 1 Empieza a mostrar síntomas leves la noche anterior. Si planeas quedarte en casa al día siguiente, dile a tu mamá o a tu papá que no te sientes bien la noche anterior.
    • No se los digas con mucha anticipación el día anterior, ya que algunas enfermedades suelen desaparecer durante la noche, como el dolor de estómago. Empieza a mostrar los síntomas después de las 6:30 p.m. o después de la cena.
    • Si antes has estado enfermo con un virus o un parásito, repite esos síntomas; no parecerá que estás fingiendo. Si fuiste a ver a alguien que estaba resfriado o tenía otra enfermedad, imita sus síntomas para que parezca que te contagió.
    • Usa rubor o colorete para mejillas. Si planeas fingir que tienes fiebre o un resfriado fuerte, usa un rubor o colorete para mejillas de color rosa brillante. Aplícatelo en las mejillas y la nariz para hacer que tu rostro luzca ruborizado.
    • Actúa con algo de torpeza, ya que esto te hará lucir enfermo o cansado.
  2. 2 No hagas algo que quieras hacer. Tus padres creerán más en ti si sacrificas algo que te gusta hacer además de lo que no te gusta (la escuela).
    • Durante la cena, no comas toda tu comida favorita, deja la mitad. Cuando tus padres te pregunten qué sucede, diles que te duele el estómago. Asegúrate de ocultar bocadillos en tu habitación para dejar la comida y hacer que piensen que estás enfermo porque “no te estás sintiendo bien”.
    • Si hiciste planes con tus amigos, cancela las salidas con ellos.
    • Pide permiso para estar a solas cuando estés con tus familiares o no mires tu programa de televisión favorito.
  3. 3 Empieza tu tarea, pero no la termines. Esto encubrirá el hecho de que estás tratando de quedarte en casa y no ir a la escuela, y te dará una razón para quedarte en casa al día siguiente.
    • Si normalmente haces tu tarea de noche, empiézala, pero agacha la cabeza de vez en cuando para que noten que no te estás sintiendo bien y que eso está interfiriendo con tu trabajo.
    • Si sueles hacer tu tarea a tiempo, continúa haciéndola para dar la sensación de que tratabas de ir a la escuela, pero cuando estés a la mitad, quéjate diciendo que te sientes mal.
    • Si no terminas tu tarea, tus padres tendrán otra excusa para no enviarte a la escuela.
    • Esto funciona mejor si tienes padres que se preocupan por tus calificaciones.
  4. 4 Ve a dormir temprano, Decidir irte a dormir temprano será una señal de alerta, en especial si sueles quedarte despierto más tarde de lo permitido.
    • No digas nada o solo di que no te estás sintiendo bien y necesitas recostarte.
    • También trata de llamar la atención de tus padres pasando cerca de ellos o saliendo de la habitación y dirigiéndote a tu cama.
    • No te cepilles los dientes. Si tus padres lo notan, es probable que entren a tu habitación para recordártelo. En este punto, es probable que se pregunten qué ocurre y puedes decirles que no te estás sintiendo bien.
    • Luce impaciente, quizás incluso irritable, y con ganas de ir a la cama. Sin embargo, no actúes demasiado irritable, quieres que tus padres se compadezcan porque estás enfermo, ¡no que te castiguen por ser grosero!
  5. 5 Despierta a la mitad de la noche, Despiértate y despierta a tus padres aproximadamente a la 1:00 a.m. y diles que no te estás sintiendo bien.
    • Si vas a fingir que tienes problemas estomacales, diles que acabas de vomitar (dejando algo de vómito falso en el inodoro).
    • Trata de lagrimear (si puedes) para que en verdad parezca que estás enfermo.
    • En el caso de los síntomas de la gripe o del dolor de garganta, tose o carraspea con la suficiente fuerza como para que tus padres te escuchen en su habitación. Frótate la cara con energía justo antes de que entren a tu habitación para lucir enrojecido y como si en verdad estuvieras enfermo.
  6. 6 Mantente despierto toda la noche. Esto hará que tengas ojeras y contarás con una razón válida para tomarte el día libre.
    • Ve a la cama una o dos horas después de la hora a la que sueles dormirte. Esto puede hacer que tengas ojeras pequeñas o que tus ojos estén un poco hinchados.
    • Trata de dormir al menos 4 horas si no quieres tener mucho sueño en el día que tienes libre por estar enfermo.

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  1. 1 Despiértate antes que tus padres y haz vómito falso en silencio. Colócalo en el inodoro y finge que estás vomitando, Si esto no los despierta, ve a su habitación y cuéntales lo que acaba de “ocurrir”.
  2. 2 Rehúsate a vestirte. No te prepares para la escuela de forma voluntaria. En lugar de ello, actúa como si fuera algo difícil de hacer.
    • Vístete con lentitud, pero no demasiado lento. Omite un botón de tu camisa, no te peines y no ates las agujetas de tus zapatos de forma adecuada (o incluso no las ates).
    • Muestra ojos cansados. Piensa en algo triste y deja que tus ojos lagrimeen y luzcan decaídos. También puedes frotártelos para darles un aspecto algo enrojecido.
  3. 3 Haz ojeras falsas. Incluso si dormiste lo suficiente la noche anterior y no tienes ojeras naturales, hay una forma fácil de hacer ojeras falsas.
    • Toma una sombra de ojos de color lavanda claro o azulado que sea tuya o de tu mamá.
    • Mézclala con algo de agua para hacer que el color se destiña y forme un tinte más natural.
    • Frótatelo bien, pero asegúrate de que aún sea visible.
    • También puedes tomar algo de vaselina y frotarla debajo de tus ojos.
  4. 4 Solo come un poco del desayuno. La falta de apetito, en especial, es un síntoma de malestar. Tus padres estarán preocupados, en especial si adoras el desayuno o si prepararon tu alimento favorito para el desayuno.
  5. 5 Protesta si te sugieren que te quedes en casa. Cuando tus padres decidan dejar que te quedes en casa, no solo encojas los hombros y aceptes.
    • Protesta contra su decisión (pero solo si no tuviste que convencerlos primero). Esto reforzará el hecho de que en verdad estás enfermo.
    • Di “Pero mamá, ¡tendré que ponerme al día en muchas tareas!” o “¡Pero hoy tengo un examen de matemáticas!”. Si sabes que a tus padres no les importan los exámenes, di “Pero tengo práctica con la banda”, también puedes decir que tienes clases de arte o cualquier otra cosa que sepan que disfrutas.
    • No exageres. No digas de la nada que quieres rendir un examen si saben que no te importa. Esto puede ser contraproducente, salvo que seas cuidadoso.

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  1. 1 Finge tener un salpullido. Una reacción alérgica o algún otro tipo de salpullido contagioso te mantendrán definitivamente en casa.
    • Primero ráscate el pecho varias veces hasta que quede de color rojo vivo.
    • Trata de mantener un patrón circular para hacer que luzca más realista.
    • Por último, finge el “salpullido” y combínalo con algo más, como secreciones nasales o un dolor de cabeza.
  2. 2 Finge que tienes fiebre. Si haces un buen trabajo aparentando que estás enfermo, es probable que tus padres quieran tomarte la temperatura; por ello, debes estar preparado para actuar rápido y fingir que tienes fiebre.
    • Pide permiso para ir al baño antes de que te tomen la temperatura.
    • Asegúrate de llevar una taza contigo. Llénala con agua tibia, bebe el agua y enjuágate la boca con ella, en especial debajo de la lengua. Esto elevará la temperatura de tu boca.
    • Asegúrate de jalar la cadena del inodoro antes de abrir el grifo, ¡para que tus padres no sospechen mucho!
    • Nota: es obvio que esto solo funciona si te toman la temperatura debajo de la lengua. Si el termómetro se coloca en el oído, trata de tomarlo antes de que te tomen la temperatura y sostenlo en algo caliente, como un radiador o una bombilla de luz.
    • Si tus padres solo te tocan la frente, frótatela rápido y con frecuencia cuando no te estén viendo o toma una secadora, calienta tu rostro y di que tu frente se siente caliente.
    • Coloca agua tibia en tus axilas, tu frente y tus mejillas. Esto te da calor y hace parecer que has estado sudando.
    • Debes alcanzar una temperatura que sea menor a 39,4 °C (103 °F) y mayor a 37 °C (99 °F). Si la temperatura es menor a esa cifra, no cuenta como fiebre, si es 39,4 °C (103 °F), es probable que te lleven al doctor de inmediato.
  3. 3 Finge una migraña. Fingir una migraña es muy fácil, ya que no hay forma de saber si estás diciendo la verdad o no. Con tan solo fingir los síntomas, tus padres te creerán.
    • La luz y los sonidos deben molestarte. Finge que te molestan.
    • Di que solo un área específica de tu cabeza te duele, por ejemplo, sobre tu ceja derecha. Esto es esencial si quieres fingir una migraña.
    • Tócate la frente de vez en cuando y frunce el ceño.
    • Di que te sientes mareado y que no puedes ver muy bien. Camina lento, detente de forma repentina, cierra los ojos y “vuelve a ganar equilibrio” apoyándote en algo o en alguien.
    • Pídele a tus padres que hablen un poco más bajo.
    • Si es el día anterior al cual deseas faltar a la escuela, ve a tomar una siesta y apaga todas las luces, o si estás holgazaneando en casa, apaga todas las luces que están más cerca a ti y recuéstate en el sofá más cercano.
    • Pide medicina o píldoras, pero no las consumas.
  4. 4 Finge que tienes diarrea. Esto puede funcionar de forma grandiosa, en especial después de “comer” el desayuno.
    • Corre de forma repentina al baño.
    • Pasa algo de tiempo en el baño, jala la cadena del inodoro y rocía una buena cantidad de ambientador para encubrir el olor que en realidad no existe.
    • También puedes tratar de hacer diarrea falsa,
  5. 5 Finge que tienes conjuntivitis. La conjuntivitis es muy común ¡y también muy contagiosa! Definitivamente debes quedarte en casa si alguien sospecha que tienes conjuntivitis.
    • Consigue un lápiz labial rojo y algo de vaselina, y frótatelos en los labios y en los bordes de un ojo.
    • Asegúrate de hacerlo solo en un ojo, ya que la conjuntivitis no suele infectar a ambos.
  6. 6 Finge tener dolor de estómago, náuseas o retorcijones. Además de lo que digas, el otro único síntoma real de estos malestares es el vómito, el cual puedes fingir con mucha facilidad.
    • Después de ingerir una comida, empieza a quejarte diciendo que te sientes mal.
    • Si tus padres no te están viendo, métete el dedo en la garganta, pero no muy adentro, y empezarás a hacer esfuerzos por vomitar, pero no vomitarás. Cuando sientas que en verdad vas a vomitar, retira tus dedos rápidamente. Usa esta técnica con moderación, ya que no quieres lastimarte.
    • Alista el vómito falso para completar el efecto. Consigue avena y agua, ve al baño, coloca la avena y el agua en tu boca, luego escúpelo en la bañera y muéstraselo a tus padres.
    • También puedes fingir un vómito colocando vómito falso en el piso (o en tu cama, si quieres que sea más creíble). En la mañana, di que no lo recuerdas y actúa apenado con la persona que tiene que limpiarlo.
    • Si eres una chica y empezaste a tener tu periodo, dile a tus padres que tienes cólicos o que es ese momento del mes. Es probable que tu papá ni siquiera quiera hablar sobre ese tema y tu mamá lo comprenderá. Ninguno de ellos podrá rechazarlo.
  7. 7 Finge tener un resfriado o una gripe. Existen muchos tipos de resfriados y gripes que son fáciles de imitar. También hay enfermedades muy contagiosas, así que es probable que tus padres no quieran enviarte a la escuela a infectar a tus compañeros de clase.
    • Límpiate la nariz con muchos pañuelos y tíralos al piso, a tu mesa de noche o a tu cama. Luego tus padres pensarán que tienes secreciones nasales y no te dejarán ir a la escuela si estás tan resfriado.
    • Respira solo por la boca, como si tu nariz estuviera constipada.
    • Si no estás en la misma habitación que tus padres y ellos te preguntan algo, aguanta un poco la respiración cuando les hables.
    • Usa muchas capas de ropa. Esto hace que parezca que sientes escalofríos y que tienes frío.
    • Estornuda fuerte, luego sórbete los mocos en frente de tus padres. También hazlo cuando no estén en la misma habitación que tú pero pueden oírte de casualidad desde donde están.
    • Estira tus labios para hacerlos lucir cortados y tuerce tu nariz para enrojecerla.
    • Di que “te duelen los huesos” o que sientes muchos dolores en todo el cuerpo.
  8. 8 Finge tener un dolor de garganta. Pero ten cuidado de no dar la impresión de que tienes una amigdalitis causada por estreptococos, ya que podrían llevarte al consultorio de un doctor.
    • Cuando estés caminando, mantén tu boca abierta y seca tu garganta.
    • Evita comer y beber.
    • Toma gotas para la tos de color rojo para que tu garganta luzca roja.
    • Haz muecas cuando comas. Habla con una voz ronca y profunda, y toma sorbos de agua constantemente.
    • Di que sientes algo de picazón en tu garganta o como si estuvieras comiendo vidrio.

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  1. 1 Lidia con las expectativas de tus padres. Es probable que tus padres te observen durante tu día en casa para asegurarse de que no estás fingiendo o para saber si te sientes mejor.
    • Si tus padres están en casa contigo, solo pretende que estás durmiendo y asegúrate de actuar de forma apropiada cuando vayan a ver cómo estás.
    • Si tus padres están en el trabajo, llámalos para decirles cómo estás. Esto hará que te consideren responsable y no dará la impresión de que te estás divirtiendo.
    • Si te llaman desde su trabajo para saber cómo estás, espera a que el teléfono suene tres o tres veces y media antes de contestar, y debes sonar lo más cansado posible.
  2. 2 Muestra signos de mejoría. Si te quedas en casa, pretende que duermes mucho y que poco a poco “estás mejorando”.
    • Aproximadamente al mediodía, deshazte de uno o dos de tus síntomas.
    • Si no muestras signos de mejoría al final del día, tus padres podrían llevarte al doctor, quien descubrirá que no tienes ninguna enfermedad.
    • Si crees que tus padres te llevarán al doctor, trata de eliminar la enfermedad de forma gradual.
  3. 3 Mantén un perfil bajo. Se supone que debes estar enfermo en cama, ¿lo recuerdas?
    • No salgas ni dejes que te encuentren fuera de casa. Si un vecino o un amigo de tus padres te ve, podría contárselos.
    • Asegúrate de guardar todo juego antes de que tus padres regresen a casa. Si ellos notan que te has estado divirtiendo, sospecharán que estuviste fingiendo todo el tiempo.
    • Elimina tu historial de navegación en Internet para que no sepan que estuviste jugando en Internet todo el día.
    • No olvides limpiar particularmente esta búsqueda de tu historial.
    • No guardes marcadores ni descargues elementos en tu computadora. Tus padres se darán cuenta de que hiciste estas búsquedas el día en que estabas “enfermo”. Elimina esta página de tu historial de navegación para que tus padres no la vean y te hagan preguntas.

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  1. 1 Consigue el permiso de la enfermera. Dependiendo de tu escuela, tendrás que conseguir el permiso de tu profesor para ir a la oficina de la enfermera. Las enfermeras pueden ser difíciles de engañar y suelen ser buenas para detectar a los que fingen estar enfermos. Sin embargo, puede ser fácil engañarlas, si planeas realizar dos visitas a diferentes horas del día.
    • Espera alrededor de una o dos horas después de que empiece la escuela, luego pregúntale a tu profesor si puedes ir al baño.
    • Después de tardarte un poco más de lo habitual, regresa a clase y dile al profesor que vomitaste y necesitas ver a la enfermera.
  2. 2 Pregúntale a la enfermera si puedes “recostarte”. Empieza con peticiones simples como esta, en lugar de decir directamente “Quiero irme a casa”.
    • Cuando llegues a la oficina de la enfermera, dile que no te sientes bien, que estás mareado o que sientes que quieres dormir.
    • Pregunta si puedes descansar un poco antes de regresar a clase. Esto hace parecer que no necesariamente quieres regresar a casa y que estás tratando de quedarte en la escuela, en lugar de estar fingiendo.
  3. 3 Finge que te quedaste dormido. Esto le dará realismo a tu historia y dará la impresión de que en verdad no te sientes bien.
    • No exageres haciendo ronquidos falsos, solo mantén las cosas simples cubriendo tu rostro con la almohada o un trapo.
    • Esto también dará la impresión de que eres sensible a la luz (síntoma de la migraña) y de que en verdad estás tratando de dormir para que te pase.
  4. 4 Manipula todo examen médico. La enfermera podría querer realizarte algunos exámenes médicos para confirmar tu historia.
    • Si la enfermera quiere medir tu presión arterial, aguanta la respiración mientras te la toma. Esto ayuda a reducir tu presión arterial y hará parecer que, desde luego, estás enfermo.
    • Dile a la enfermera que vomitaste; lo más probable es que no lo cuestione.
    • Lo más probable es que la enfermera también quiera tomarte la temperatura. Prepárate para un termómetro oral enjuagándote la boca con agua caliente justo antes de que acudas a la enfermera o corriendo un poco para elevar tu temperatura corporal y aparentar que tienes fiebre.
  5. 5 Hazle una segunda visita a la enfermera. Si la enfermera te envía a clase, ¡no te preocupes! Esto solo significa que le realizarás una segunda visita que te sacará de clase y, en esta ocasión, te enviarán a casa por tu bien.
    • Dile a la enfermera que trataste de aguantar, pero aún te sientes mal y que estás “demasiado enfermo como para concentrarte”. Estas son palabras mágicas.
    • Di que estás empezando a sentir alguno de los síntomas antes mencionados de la gripe, náuseas, etc.
    • Mantén las cosas simples. No muestres síntomas exagerados ni digas que tienes demasiados. Solo di que te sientes “mal”, que “tienes un dolor de cabeza” y que “no puedes concentrarte en clase porque te duele”.
    • Sentirás la tentación de pedirle que llame a tus padres, pero ¡no lo hagas! Esto será una señal de alerta que le indicará a la enfermera que estás tratando de irte a casa, en lugar de estar verdaderamente enfermo.

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  • Si tienes maquillaje, usa base de color pálido y aplícate un poco de sombras de ojos de color negro debajo de tus ojos. El color rosado también puede hacerte lucir adolorida.
  • Si quieres salir de la escuela, solo come algo que no te guste y dile a tu profesor que comiste algo que te hizo daño.
  • Si tus padres colocan su mano en tu brazo y te preguntan cómo se siente, di que se siente frío, NO caliente.
  • Un último recurso, en especial para los estudiantes de mayor edad que quieren fingir estar enfermos: ¿bebes mucha cafeína todos los días? Si en verdad quieres fingir que estás enfermo, no bebas nada con cafeína un día antes de fingir o en la mañana. Si eres muy dependiente a la cafeína, esto puede provocarte un horrible dolor de cabeza. La ventaja es que en verdad no podrás hacer nada y, por lo tanto, tendrás una excusa muy buena para faltar. La desventaja es que en verdad no podrás hacer nada; por lo tanto, esto no funciona si planeas hacer algo en tu tiempo de descanso, pero es casi infalible si solo quieres salir de una clase o un examen.
  • Lee sobre cómo los padres descubren a sus hijos cuando fingen estar enfermos para saber cómo combatir sus técnicas. Ten en cuenta que ese artículo contiene enlaces que redirigen a este, ¡por lo que tus padres pueden descubrir cómo sus hijos fingen estar enfermos!
  • No ruegues excesivamente para quedarte en casa o tus padres podrían saber que estás fingiendo.
  • Si tus padres no caen en ninguna de estas tácticas, llámalos cuando estás en la escuela. Puedes ser más convincente si vas a la escuela y más tarde les dices que no aguantarás todo el día en ella (es ideal si, por ejemplo, solo quieres librarte de un examen).
  • Si finges tener un resfriado, di que necesitas usar un ungüento de mentol para mejorarte. El olor evoca de forma natural la idea de estar enfermo y lucirás más creíble. Frotar tu nariz puede hacer que emita secreciones, por lo que lucirás como si en verdad estuvieras enfermo. También asegúrate de que se forme la secreción transparente.
  • No guardes marcadores ni descargues archivos en tu computadora; tus padres notarán que hiciste todo eso durante tu “día de descanso por enfermedad”.
  • Ten cuidado con lo que digas. Trata de mantener las cosas simples, así que di algo como “Oh, tengo dolores estomacales. Me siento muy mal”. Se compadecerán de ti y, con suerte, te permitirán quedarte. Sin embargo, si dices “Oh me siento tan enfermo, quizás fue algo que comí”, comenzará un alboroto como “¿Dónde lo comiste? ¿Llamamos al centro de intoxicación? ¿Crees que se deba a comida en mal estado?”, y antes de que te des cuenta, te habrán descubierto.
  • Si tus padres llegan a descubrirte, asegúrate de contar con una buena historia que los conmueva, como por ejemplo, que se debe al estrés causado por la escuela, a los problemas con las personas, etc. Ellos estarán menos furiosos si saben que estás teniendo problemas.
  • No le digas a nadie que fingirás estar enfermo, ya que podrían decírselo a tus padres o a sus padres, quienes se lo contarán a los tuyos.
  • Conoce bien a tus padres. Si por ejemplo, ambos son doctores, es obvio que engañarlos será un reto.
  • Jala la base de tus párpados hasta que te duela, luego parpadea con fuerza un par de veces; tus hojas lagrimearán.
  • Eructa en frente de tus padres y luego di que sientes un sabor a huevos podridos, lo cual es un signo de una infección estomacal.
  • Si en el pasado, te rehusaste a ir a casa cuando iban a enviarte, los profesores también te creerán.
  • Evita fingir que estás enfermo muchas veces en un corto periodo de tiempo. Trata de mantener un intervalo de tiempo para que tus padres no sospechen.
  • Cuando finjas estar enfermo, no actúes de forma escandalosa o tus padres sabrán que estás fingiendo.

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  • No finjas estar enfermo por más de 3 días. Tus padres podrían llevarte al doctor y podrían descubrirte.
  • Los virus solo suelen durar aproximadamente 24 horas. No finjas tener un virus estomacal por un tiempo mayor.
  • No mejores de forma repentina, esto es muy sospechoso. Explica de forma gradual que tus síntomas están desapareciendo, 2 a la vez.
  • No finjas tener una infección urinaria (fingiendo que tienes que orinar constantemente y diciendo que te quema cada vez que orinas). Esta es una enfermedad grave y tus padres te llevarán al doctor, incluso si dices que los síntomas desaparecieron. Es probable que te receten un antibiótico que les costará mucho dinero a tus padres (o a los que pagan impuestos, en los países donde el sistema de salud es público) y en verdad podría provocarte náuseas. Los antibióticos también pueden hacer que las mujeres contraigan infecciones por hongos, las cuales son muy incómodas. Además, abusar de los antibióticos puede hacer que pierdan su eficacia ya que las bacterias se hacen resistentes.
  • No finjas tener la misma enfermedad varias veces y no lo hagas con demasiada frecuencia. Tus padres te descubrirán de inmediato.
  • Fingir que estás enfermo con mucha frecuencia puede hacer que tus padres no confíen en ti. Cuando en verdad necesites un día de descanso, no te creerán. Incluso si solo finges una vez y te descubren, perderás tu credibilidad y tus padres no te creerán nunca más, incluso si estás enfermo (piensa en el niño que gritó muchas veces que venía el lobo).
  • Bajo ninguna circunstancia tomes medicamentos reales ni te induzcas el vómito. No hay ningún medicamento seguro, todos ellos tienen efectos secundarios e incluso los medicamentos de venta sin receta pueden lastimarte si no estás enfermo de verdad. El vómito inducido también es peligroso, puede provocar lesiones en el estómago, el esófago y en los dientes.
  • Si tus padres te ofrecen algunos analgésicos o medicamentos, no debes consumirlos incluso si están observándote. Di que no necesitas tomarlos, ya que pueden hacer que te sientas mal si los consumes cuando no estás verdaderamente enfermo. Algo bueno que debes recordar es que puedes consumir antiácidos y gotas para la tos si no estás enfermo de verdad, pero no consumas más de 10 gotas en un solo día.
  • No te pierdas toda una semana de clases. Si te vuelves codicioso y buscas más días, esto arruinará la diversión de conseguir un día de descanso, solo terminarás atrasándote en la escuela y tendrás que ponerte al día con muchos trabajos.
    • Si faltas mucho a clases, podría restarte calificación y esto podría pasarte factura a final de año pudiendo correr el riesgo de reprobar y tener que repetir el curso, a más de tener que soportar la ira de tus padres y que estos te castiguen severamente.
  • Si vas a faltar a la escuela para evitar algo, de todos modos tendrás que encargarte de eso en un futuro. Respira profundo, prepárate mentalmente y recuerda que ya habrá terminado cuando suene la campana de la escuela. Hazlo de una vez y olvida todo lo que te ponga nervioso dando un paso al frente y yendo a la escuela de todas formas.

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Descargar el PDF Descargar el PDF A veces, ir a la escuela es simplemente demasiado para nosotros. Tal vez haya una prueba para la que no estudiaste o estés cansado de ser víctima de bullying, En cualquier caso, es posible que quieras faltar a la escuela. Puedes fingir que estás enfermo al simplemente decir que sientes nauseas, o puedes hacer algo de teatro y planificación.

  1. 1 Pide permiso. No asumas que siempre obtendrás lo que deseas. Si quieres faltar a la escuela, cualquiera que sea el motivo, pregúntale a tus padres si están de acuerdo.
    • Encuentra un momento en el que tus padres estén de buen humor. Si les preguntas en un mal momento, es posible que no les agrade mucho la idea. Si están a punto de salir y sigues preguntando si puedes quedarte en casa, es probable que digan que no.
    • Prepárate para escuchar un “no” como respuesta. A menos que tengas una buena razón para quedarte en casa, es probable que tus padres no quieran que faltes.
  2. 2 Permanece calmado. Si tus padres no te permiten quedarte en casa, no pierdas los papeles. Eso no ayudará en nada a tu situación. Eso solo les probará que no eres lo suficientemente maduro para quedarte solo en casa.
    • Si sientes que te estás enojando, respira profundamente. Si tienes tiempo, más tarde podrías intentar pedir permiso nuevamente.
    • No llames a tus padres por sus nombres ni te comportes mal con ellos. Ellos pueden tener buenas razones para que vayas a la escuela. Si empiezas a gritarles, solo te meterás en problemas.
  3. 3 Ofrécete a hacer algunos quehaceres. Trata de hacer un compromiso con tus padres. Es posible que ellos se abran más a la idea de dejarte faltar a la escuela si te ofreces a limpiar la casa. Si eres capaz de lavar la ropa, trata de ofrecerte a hacerlo.
    • Si te dejan quedarte en casa con la condición de que hagas algunos quehaceres, asegúrate de hacerlos. No les des ninguna razón para no confiar en ti ya que será más difícil trabajar con ellos en el futuro.
    • Cumplir tus compromisos puede hacerte ganar terreno con tus padres. Si ven que eres responsable, es posible que sea más fácil negociar con ellos más adelante.
  4. 4 Sé honesto. Tal vez no estés enfermo, pero seguro tienes otra razón para no querer ir a la escuela. Si eres víctima de bullying o te sientes incomodo en la escuela, habla con tus padres.
    • Es probable que tus padres te hagan ir a la escuela de cualquier forma, pero serán capaces de ayudarte con tu problema.

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  1. 1 Comienza temprano. Si faltar a la escuela no es una decisión de último minuto, empieza a prepararte para tu actuación. Grita mucho para hacer tu voz ronca o practica tu tos falsa.
    • Asegúrate de que tus padres no estén cerca mientras la practicas. Si te descubren, tendrás que ir a la escuela.
    • La mayoría de las personas puede sentir que el resfriado se acerca uno o dos días antes de que suceda. Si puedes, menciónale a tus padres que crees que te estás enfermando.
  2. 2 Finge los síntomas. Estornuda y tose, pero no exageres. Actúa como si tuvieras dificultades para ponerte de pie. Habla menos con tu familia y amigos. No cambies de opinión acerca de qué parte de tu cuerpo te duele. Si dices que tienes dolor de cabeza, sigue con eso.
    • Intenta dormir más seguido, especialmente si estás viendo televisión. Los niños enfermos suelen dormirse fácilmente. Si dices que estás enfermo un minuto, pero luego te emocionas por tu programa favorito, tus padres no te creerán.
    • Evita quejarte demasiado. El truco para fingir que estás enfermo es no dar la impresión de que estás fingiendo. Mantén las quejas equilibradas y no hagas una escena.
  3. 3 Haz de cuenta que tienes fiebre. Una forma común de hacer que parezca que tienes fiebre es poniendo una botella de agua caliente en tu cabeza.
    • Otra forma es poner un termómetro en agua caliente para que aumente su temperatura. Este método requiere un poco de trabajo, así como padres que confíen en uno.
    • Ten cuidado cuando finjas fiebre. Si tu temperatura es demasiado alta, podrías terminar en sala de emergencias donde te descubrirán fácilmente. Trata de mantener tu fiebre aproximadamente a unos 100 grados Fahrenheit.
    • No metas el termómetro en el microondas para que se caliente. Eso solo malogrará el termómetro.
  4. 4 Ponte algo de maquillaje si puedes. Esto requiere un poco de habilidad, pero si puedes lograrlo, usar maquillaje será un adicional en tu actuación. Aclara tu piel con algo de base y enrojece tu nariz con un poco de lápiz labial.
    • Si no tienes tu propio maquillaje para usar, ten cuidado. Si te descubren usando el maquillaje de tu mamá, tendrás más problemas de lo que vale la pena.
    • Cuando escojas el lápiz labial para enrojecer tu nariz, no uses ninguno metálico o brillante. Solo encuentra un lápiz labial básico de color rojo.
    • No aclares tu piel demasiado cuando te hagas pálido. Encuentra algo parecido a tu tono de piel natural.
    • Trata de poner un poco del lápiz labial que usaste para enrojecer tu nariz alrededor de las esquinas de tus ojos. Ten cuidado de no poner lápiz labial en tus ojos y usa lo suficiente para que parezca que los has estado frotando.

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  1. 1 Pasa mucho tiempo en el baño. Cuando se trata de fingir un dolor de estómago, lo mejor que puedes hacer es ir al baño. Es poco probable que te pregunten mucho si pasas bastante tiempo en el baño. Además de algunas preguntas generales, es probable que las personas no quieran saber qué estuviste haciendo.
    • No hagas gemidos ni ningún ruido fuerte. Recuerda mantener las cosas simples.
  2. 2 Haz tu piel fría y húmeda. Salpica agua en tu cara para que tu piel se sienta fría. Moja un poco tu cabello, pero sin mojarlo demasiado. Solo querrás dar la impresión de que tu piel está fría. Cuando te pregunten, di que te sientes caliente. Esto hará que tus padres piensen que estás sudando frío.
    • También podrías intentar hacer alguna actividad física, como flexiones o abdominales. Haz lo suficiente para que unas cuantas gotas de sudor corran por tu frente.
  3. 3 Pretende estar mareado. Muchas veces las náuseas vienen acompañadas de una sensación general de mareos. No hagas ningún movimiento brusco. Trata de permanecer sentado tanto como sea posible. Si tienes que caminar, tómate tu tiempo.
  4. 4 Abstente de vomitar. Cuando finjas nauseas, no te induzcas el vómito. Di que no sientes hambre y que te duele el estómago. Trata de comer lo menos posible, pero hagas lo que hagas, no te induzcas el vómito. No es saludable. Anuncio
  1. 1 Frota tu cabeza. Para fingir dolor de cabeza, simplemente frota tu cabeza y cierra los ojos seguido. Túmbate en el sofá o en el suelo, y mantén tu mano apretando tu cabeza.
    • Cuando tus padres pregunten qué te sucede, diles que te duele la cabeza justo antes de cerrar los ojos. Mientras mejor describas el dolor, es más probable que te tomen en serio.
  2. 2 Reacciona ante las luces brillantes. Muchas veces, las personas con dolores de cabeza intensos no pueden soportar las luces brillantes. Si alguien abre la ventana o estás en una habitación con mucho sol, aparta la vista. Quéjate del brillo.
    • No exageres demasiado con este paso. La sensibilidad a la luz es común en la migraña, pero un dolor de cabeza general no se puede prestar para eso. Utiliza esta táctica de forma discreta.
  3. 3 Sé tan perezoso como puedas. Si tienes dolor de cabeza, lo último que querrás hacer es participar en cualquier actividad física. Quédate en cama. Ve a dormir tan pronto como puedas.
    • Como algo adicional, mantén tu habitación en silencio. Apaga tu televisor y no escuches música. Pocos padres creerán que sus hijos prefieren quedarse a oscuras en sus habitaciones todo el día y sin ningún entretenimiento.

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  • Sé consistente en lo que sea que elijas. Si te duele el estómago y de pronto te duele el pie, es posible que tus padres sospechen.
  • Si finges estar enfermo por más de un día y luego te “enfermas” el día siguiente, te llevarán al doctor o te darán medicinas.

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  • No finjas estar tan enfermo como para terminar en la oficina del doctor. Es posible que puedas engañar a tus padres, pero probablemente no podrás engañar al doctor.
  • No hagas nada que tenga un impacto negativo en tu salud. No tomes medicinas para enfermarte.
  • Fingir estar enfermo puede meterte en problemas con tus padres. Asegúrate de entender los riesgos antes de empezar a faltar a la escuela.
  • Si te quedas en casa por problemas en la escuela, consigue la ayuda de un profesional. Si te están acosando, díselo a tus padres. Faltar a la escuela no resolverá tus problemas.
  • Cuando el día en la escuela haya terminado, debes seguir actuando estar enfermo. Tus padres notarán que estuviste mintiendo si te mejoras cuando tus amigos estén libre luego de haber estado todo el día enfermo.

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¿Por qué los niños no deberían ir a la Escuela?

Los estudiantes se vuelven ausentes crónicos por muchos motivos – Hay ciertos motivos de ausentismo que no se pueden evitar. La necesidad de aislarse durante una enfermedad infecciosa como el COVID-19 sigue provocando faltas a la escuela, por ejemplo.

  • Un estudio a nivel nacional concluyó que los niños con TDAH, autismo o retrasos del desarrollo tienen el doble de probabilidades de absentismo crónico en comparación con los niños que no tienen estas afecciones.
  • Los niños con enfermedades crónicas comunes, como asma y diabetes tipo 1, faltan más a la escuela cuando tienen más síntomas.
  • Los problemas de salud mental, como la ansiedad o la depresión, son motivos comunes de inasistencia.
  • Hasta el 5 % de los niños tienen ansiedad relacionada con la escuela y podrían inventar motivos por los que no deberían ir a la escuela o directamente negarse a ir.

Si sumamos todo, quedan muchos pupitres vacíos y se pierde mucho tiempo escolar.

¿Por qué mi hijo no quiere ir a la Escuela?

Durante las primeras semanas de clases es normal que tu hijo no quiera ir a la escuela, es decir, iniciar el colegio, y es que hablamos de retomar una rutina que, durante las vacaciones, dejamos a un lado. Pero cuando esta negativa del niño a asistir al colegio sucede habitualmente, es importante detectar qué puede estar ocurriendo. Como No Ir A La Escuela La negativa de los niños a ir al colegio suele estar basada en un miedo irracional, que suele aparecer por primera vez en niños que asisten a escuelas infantiles de edad preescolar, siendo más frecuente en los que cursan el segundo grado. Para manifestar su disgusto por asistir al colegio, el niño suele quejarse de dolores de cabeza, de garganta o de estómago justo antes de la hora de partir hacia la escuela.

La ‘enfermedad’ mejora cuando se le permite quedarse en la casa, pero reaparece a la mañana siguiente antes de ir al colegio de nuevo. En algunos casos, el niño puede negarse por completo a salir de la casa y, para eso, utilizará todas las estrategias a su alcance como llorar y reaccionar con una rabieta,

Hay varios aspectos que debes tener en consideración en el momento de indagar en las razones por las cuales tu hijo no quiere asistir al colegio, – ¿Ha tenido tu hijo algún problema en el colegio? Lo primero que debes hacer es investigar si tu hijo ha tenido algún problema en el colegio, bien sea con sus profesores, compañeros de clases o cualquier otra persona de la institución.

Cuando vayas a hacerlo procura tener mucha calma y hablar con un tono de voz amable. De esta manera, tu hijo se sentirá seguro para hablar, Explícale que no te molestarás ni lo castigarás por decirte si ocurre algo malo; hazle saber que puede confiar en ti, – ¿En qué momento tu hijo dejó de querer ir a la escuela? Esto es algo que puedes hacer por tu cuenta.

8 Excusas Para No Ir A La Escuela

Simplemente, piensa un poco en cuándo empezó tu hijo a no querer ir al colegio, Esto te será de gran ayuda para investigar si algo le pasó. Trata de recordar los eventos que sucedieron en esa época. No necesariamente se puede tratar de problemas en el colegio, muchas veces los niños al no saber cómo gestionar sus emociones de manera adecuada, tienden a llevarlo a otros ámbitos.

Recuerda si ha habido cambios significativos en su dinámica, problemas familiares o cualquier tipo de situación de interés antes de que empezara a negarse a ir a clase, – ¿Ha habido cambios en casa o en el ambiente familiar? Esta actitud es muy frecuente en los primogénitos, sobre todo, cuando tras la llegada de un hermanito ven como él debe salir de casa, mientras su mamá se queda al cuidado del hijo menor.

La negación de ir a la escuela puede aparecer también después de un período en el que el niño ha estado en casa en compañía de su mamá, por ejemplo, después de las vacaciones de verano, de unos días de fiesta o después de una breve enfermedad. – ¿Le sucede solo a mi hijo? Indaga con los demás padres si hay otros niños que no quieran ir al colegio, Como No Ir A La Escuela Si tu hijo tiene este problema, no te preocupes, aquí te explicamos cómo puedes ayudarle : – La buena comunicación con el niño es clave Mantener una comunicación abierta con tu hijo es fundamental para ayudarlo con cualquier asunto que se le presente en la vida.

  1. Es importante que sienta confianza para hablar contigo de lo que le sucede.
  2. Al hablar utiliza siempre un tono de voz calmado, incluso si te llegas a alterar (eso pasa, ¡somos humanos!).
  3. Si es así, respira con calma y continúa escuchándole.
  4. Fomenta esta comunicación como parte normal de su rutina, no solo en momentos específicos.

Pregúntale a diario cómo le ha ido, qué hizo y cómo se lleva con sus compañeros, De esta manera, le resultará natural hablar contigo cuando suceda algo que le moleste o incomode de alguna manera. – Observa su conducta Debes estar pendiente ante cualquier cambio conductual que tenga tu hijo, esto es un claro indicio de que algo no anda bien.

  1. Si notas que se comporta de manera diferente, indaga más al respecto.
  2. Puede que no lo diga con sus palabras, pero puede ayudarle dibujar o utilizar juguetes para mostrar lo que le ocurre.
  3. Es necesario que aprendas a leer las señales que indican que a tu hijo le está sucediendo algo e invitarle a contarte, nunca de manera obligada ni bajo presión,

– Valida sus emociones Cuando tu hijo expresa el no querer ir al colegio en lugar de enfocarte en decirle que todo estará bien y que nada va a pasar, lo primero que debes hacer es validar lo que siente, Puedes decirle frases como: ‘sé que te sientes un poco nervioso (triste, enojado, etc.) y está bien, pero al llegar a clase verás que todo estará bien’.

  1. Ayúdale a nombrar eso que siente; puede que le cueste expresarlo simplemente por no saber cómo hacerlo.
  2. Por esta razón, es muy importante que trabajes con tu hijo su lenguaje emocional para que tenga las estrategias necesarias para contarte lo que siente.
  3. Las rutinas ayudan Una de las estrategias más útiles para ayudar a tu hijo en cualquier situación es crearle rutinas estables en las cuales sepa con certeza lo que sucederá.

Incluye todo lo que sucede en su vida, no solo lo concerniente al colegio. Incluye horarios de juego, de tarea, de aseo personal, etc. Dentro de las rutinas, también debes tener en cuenta explicarle que lo vas a dejar en el colegio y tendrá clases, compartirá con sus amigos y que luego tú (u otro responsable) lo irá a buscar al salir.

  1. Recuérdale lo mucho que le amas, el orgullo que te hace sentir y deséale un buen día en clases,
  2. Habla con sus profesores Acércate a sus profesores y pregúntales cómo le va a tu hijo, si se lleva bien con sus compañeros o si ha sucedido algo fuera de lo común.
  3. Ellos pueden darte información valiosa para comprender las razones por las que tu hijo no quiere asistir al colegio,

Es importante que te cerciores de que el ambiente escolar sea adecuado para el aprendizaje de tu hijo, un sitio seguro donde se sienta bien, sin miedos ni incertidumbres que le causen estrés o ansiedad. – Pide ayuda profesional Si la situación con tu hijo continúa sucediendo y a pesar de intentar indagar acerca de lo que le pasa no encuentras respuestas, es importante solicitar la ayuda de algún profesional como un psicólogo infantil (o juvenil) o un orientador. Como No Ir A La Escuela Los niños con un miedo irracional hacia la escuela pueden sentirse inseguros si se quedan solos en una habitación. También pueden demostrar un comportamiento de apego hacia sus padres e incluso convertirse en su sombra, siguiéndoles a todas partes. Estos miedos son comunes en niños que padecen el llamado ‘ desorden de ansiedad ‘.

Además, presentan dificultad para dormir, un miedo exagerado y un temor irreal hacia los animales, monstruos, ladrones o a la oscuridad. Los efectos potenciales a largo plazo pueden ser muy serios para un niño con miedos persistentes, si no recibe atención profesional. El niño puede desarrollar serios problemas escolares y sociales, si deja de ir a la escuela o ver a sus amigos por mucho tiempo.

Antes de que eso pueda ocurrir, los padres pueden ayudar a su hijo llevándolo a un psicólogo de niños y adolescentes, quien trabajará con él para que vuelva de inmediato a la escuela y realice otras actividades diarias. Algunos niños requieren un tratamiento extensivo para determinar las causas del miedo,

¿Qué hacer si un niño deja de asistir a la Escuela?

El rechazo escolar se resiste al cambio – ¿Qué es el rechazo escolar? Aunque actualmente no se considera un diagnóstico en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, se incluye como síntoma de varios trastornos de ansiedad, depresión mayor y trastorno de estrés postraumático.

¿Qué es la depresión? Algunos consejos para enfrentar este trastorno y cómo pedir ayuda

Los padres tienden a sentirse desconcertados por la repentina falta de razonamiento y resiliencia de su hijo. Su capacidad de razonar con su hijo que antes era razonable hace que se sientan desorientados, desanimados e indefensos. Para remediar el problema, los padres prueban con el soborno, el razonamiento, la culpa y, en el extremo, la fuerza.

  • Ninguna de estas estrategias funciona.
  • Publican encuesta sobre clases presenciales 0:52 Una vez que un niño deja de asistir a la escuela, encuentro que lograr que vuelva es una tarea inmensa que requiere un equipo de adultos, incluidos los padres, maestros, trabajadores sociales, enfermeros y consejeros.

Incluso así, los niños que se niegan por un período son los más propensos a repetir el patrón. La posibilidad de evitar el peso de los sentimientos de ansiedad y depresión suele ser demasiado tentadora como para volver por mucho tiempo. Los niños me dicen que el rechazo escolar no se puede resolver razonando el tema.