Situaciones De Riesgos En La Escuela Que Pueden Provocar Accidentes?
- Evitar jugar en las escaleras.
- No subirse ni brincar en las bancas, pupitres, sillas o escritorio del profesor.
- Evitar correr cerca de estantes, libreros o archiveros.
- No jugar con puertas ni ventanas o cerca de las mismas.
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¿Cuáles accidentes ocurren en la escuela?
Resbalones, Caídas, y Tropezones – De acuerdo a estadísticas recientes, 55% de todos los accidentes mayores en escuelas son causados por resbalones, caídas y tropezones, Los lugares más comunes para este tipo de accidentes son los corredores, patios de recreo, y escaleras de las escuelas.
Adicionalmente, una lesión infantil puede ocurrir en el salón de clase debido a mochilas dejadas en el pasillo, cables de TV y computadoras sin ser aseguradas apropiadamente, entre otras circunstancias. Mientras algunos resbalones, caídas y tropezones pueden ser difíciles de evitar, muchos de estos accidentes en la escuela podrían prevenirse en escuelas de la ciudad de Nueva York por simple proactividad o esfuerzos preventivos.
Si su hijo ha sufrido lesiones debido a un resbalón, caída o tropiezo en su escuela de la ciudad de Nueva York, usted debería contactarse con un abogado de lesiones de NY por su hijo para asistirlo con su reclamo.
¿Qué riesgos y peligros existen en su casa y en la escuela y en la calle?
¿Cuáles son los accidentes que suceden más frecuentemente en el hogar o en la escuela? Los accidentes más frecuentes en el hogar son quemaduras (por agua, calefactores, hornallas, braseros). También cortes, caídas, asfixias, ingesta de productos tóxicos o medicamentos y descargas eléctricas.
- En la escuela son las caídas y accidentes de tránsito en la entrada y salida del colegio.
- ¿Cuáles son las consecuencias? Pueden ser desde lesiones leves a nivel orgánico hasta lesiones con deformaciones de miembros y muerte.
- Debemos sumarle consecuencias psicológicas que deja una lesión deformante o minusválida, para el paciente como para la familia.
¿Qué hacer ante una emergencia? Ante en un accidente tanto en el hogar como en la escuela lo primordial es no perder la calma para poder actuar en forma inmediata con objetividad y lo primero es pedir ayuda a quien corresponda (107, centro de salud o cualquier institución de salud).
- ¿Cómo actuar ante un accidente en el hogar en la escuela? QUEMADURAS: (agua, calor, fricción) Enfriar la zona solamente con agua fría por mucho tiempo (no hielo, ni pasta dental, ni talcos).
- CORTE: Compresión de la zona con apósito o toalla o sabana limpia (no algodón) y no hacer torniquetes.
- INGESTA: Concurrir al hospital, no inducir el vomito, no tomar ningún tipo de liquido y llevar el envase del producto al hospital.
CAIDAS: Paciente con pérdida de conciencia: llamar a la ambulancia, no movilizar, evaluar pulso y respiración. Si hay pulso y respiración acompañarlos hasta la llegada del profesional. Sin pérdida de conocimiento no movilizar y preguntarle si existe algún tipo de dolencia en algún miembro y esperar al profesional.
- ASFIXIA: Realizar maniobra de Heimlich y RCP en caso necesario.
- ¿Cuál es el contenido básico de un botiquín de primeros auxilios? CONTENIDO BASICO DE UN BOTIQUIN: Gasa, termómetro, desinfectante de piel, agua oxigenada, tijera, venda, tela adhesiva, férula, jabón, toalla, algodón.
- ¿Cómo podemos prevenir los accidentes domésticos? PARA EVITAR CAIDAS – Hay que mantener el suelo libre de obstáculos.
– Evitar las superficies resbaladizas. – Utilizar alfombras o pegatinas antideslizantes en la bañera. – Asegurar que las escaleras de acceso a la vivienda tengan barandilla y dispongan de pasamanos en todos sus tramos. – Proteger las ventanas que estén a menos de 1 metro del suelo con barandillas, rejas, barrotes, etc.
– Disponer de un sistema de bloqueo que impida la apertura de puertas, balcones, ventanas, etc. PARA EVITAR INTOXICACIONES, ALERGIAS E IRRITACIONES – Guardar los medicamentos, productos de limpieza e insecticidas y productos de jardinería en lugar seguro, manteniéndolos fuera del alcance de los niños.
– No almacenar conjuntamente distintos tipos de productos (alimenticios, tóxicos, etc.) – No permanecer en habitaciones tratadas con insecticidas hasta transcurrido un tiempo prudencial. – No permanecer en las habitaciones recién pintadas o barnizadas hasta que desaparezca el olor del disolvente.
– Evitar el empleo de estufas o braseros en los dormitorios. – Cerrar la llave del paso al finalizar la utilización del gas y siempre por la noche. PARA EVITAR QUEMADURAS – Evitar las salpicaduras al cocinar, usando las tapaderas pertinentes, mientras se cocinan los alimentos. – Los mangos de sartenes y cacerolas no deben sobresalir del mueble de cocina.
– Alejar a los niños de la cocina y zona de planchar. – Situar los objetos calientes o con llama viva fuera del alcance de los niños. – Impedir que los niños jueguen con fósforos y mecheros. PARA EVITAR INCENDIOS – No dejar nada cocinando en el fuego ni aparatos eléctricos de gran consumo en marcha cada vez que se salga de casa.
– Limpiar periódicamente los filtros de la campana extractora de la cocina. – Evitar las corrientes de aire en la cocina que pudieran apagar el gas. – Revisar periódicamente la cocina y los artefactos de calefacción. PARA EVITAR DESCARGAS ELECTRICAS – No conectar aparatos que se hayan mojado. – No usar ni tocar aparatos eléctricos estando descalzo, aún cuando el suelo esté seco.
– No tener estufas eléctricas, tomas de corriente ni otros aparatos eléctricos al alcance de la mano en el cuarto de baño y a menos de 1 metro del borde de la bañera. Por: Equipo de salud Barrio José Fuchs de Comodoro Rivadavia: Médicos: Lorena Provenzano y Berniga Liliana, pediatra.
¿Qué es un riesgo y un factor de riesgo?
Desarrollo – Factor de Riesgo es algo muy escuchado en nuestros días, muchos lo mencionan ostentando un lenguaje profesional, otros lo utilizan para procurar una meditación con vistas a impedir ciertos estados patológicos preocupantes, comúnmente mencionados; sin embargo estas palabras encierran un contenido que pudiera calificarse de inmenso, profundo, ilimitado y para entenderlo es necesario interpretar adecuadamente su presencia e influencia.
Conocer el significado de los Factores de Riesgo, es premisa indispensable para profundizar en la ciencia médica y entender las evoluciones que durante la vida experimenta el organismo humano. Propongo por tanto adentrarnos en este tema, haciendo algunas consideraciones de interés: Materia es toda realidad objetiva que existe independientemente de nuestra conciencia, captada y fotografiada por nuestras sensaciones y reflejada en la conciencia y a esa materia se le reconoce como atributos, como formas de existencia; el movimiento, el tiempo, el espacio, el reflejo y la conciencia,1 pero deseo llamar la atención de manera especial en el movimiento, quizás la comprensión en amplitud del significado de este atributo, nos adelante el camino hacia futuras conclusiones en el estudio de nuestra ciencia.
Se refiere desde el desplazamiento de los cuerpos, hasta formas complejas de tránsito cualitativo, cambios en general (se mueven los átomos, moléculas, tejidos, seres vivientes, grupos sociales y todos los elementos de la naturaleza). De manera que estas estructuras materiales, presentes universalmente y en constante y multidireccional movimiento, estarán interactuando eternamente, potencializándose o contrariándose y finalmente originando nuevas formas materiales que recuerdan, y a la vez superan, a las que les dieron origen, dando lugar a lo que llamamos desarrollo, que se expresa en crecimiento, propagación, progreso; es decir transformación, cambio.1 Heráclito de Efeso (540-480 ane) atribuía movimiento a todas las cosas, “todo está en constante movimiento”.
- Engels señaló que “el movimiento es el cambio en general” y Lenin que “en el universo no hay más que materia en movimiento que se mueve en el espacio y a través del tiempo”.
- La interpretación del movimiento es fundamental para la estructuración objetiva de los diferentes niveles de la materia y la ciencia que procura descubrir los nexos y regularidades de los fenómenos y expresarlos en un lenguaje científico.
Tiene como misión en primer lugar, comprender la realidad como fenómeno objetivo del movimiento. Heráclito intuyó además la naturaleza contradictoria de todo lo que existe y se mueve, las cualidades de las cosas por la interacción y lucha entre factores contrapuestos, fuente de todo desarrollo y cambio.
Marx y Engels, quienes estudiaron las relaciones entre la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, establecieron la dialéctica materialista, de donde extraemos algunos conceptos como son: Unidad y lucha de contrarios: Se refiere a todos los fenómenos, objetos y procesos, contradicciones internas, aspectos y tendencias contrarias que se resuelven en una etapa determinada, mediante la desaparición de lo viejo y aparición de lo nuevo.
Permite entender las fuerzas en lucha, lo que se opone al progreso y lo que lo beneficia (origen del desarrollo). Negación de la negación: Señala la dirección del desarrollo, continuidad entre lo negado y lo que niega, condición del desarrollo que mantiene y conserva el contenido positivo de las fases anteriores que repiten sobre bases superiores, rasgos iniciales y revelan su carácter progresivo y ascendente.
- Tránsito de los cambios cuantitativos en cualitativos y viceversa: Señala la interconexión e interacción de aspectos cuantitativos y cualitativos de la materia.
- Los cambios cuantitativos al acumularse continua y gradualmente, originan cambios cualitativos cardinales que se repiten a saltos.
- Este último concepto es importante para la comprensión del desarrollo, pues revela el carácter y la dinámica de su proceso.
La contradicción cantidad-calidad, no es más que la manifestación del principio general de la contrariedad de todo lo existente, fuente y móvil del desarrollo.1 Por ejemplo: la ingestión excesiva de carbohidratos es un factor perjudicial que provoca elevación del nivel de glucosa en sangre, a lo que se opone la presencia de insulina (hormona que facilita la introducción de la molécula de glucosa en la célula), elemento benefactor, que de encontrarse insuficiente en cantidad o calidad, resultaría un mantenimiento del nivel elevado de glucosa en sangre (hiperglicemia) -origen del desarrollo-.
De mantenerse esta situación; (dirección del desarrollo), la glucosa circulante se unirá progresivamente a la hemoglobina y continua y gradualmente irán precipitando y formando depósitos en las paredes vasculares que a la postre contribuirán a su endurecimiento (nueva calidad que expresa el carácter y la dinámica de este proceso).
Téngase en cuenta que las nuevas calidades podrán tener una interpretación positiva o negativa como explicaremos más adelante. El mundo, tal como lo conocemos hoy, existe gracias a un constante equilibrio, si no hubiese un equilibrio, desaparecerían las especies, el sol quemaría los seres de la tierra, la lluvia inundaría la tierra y el viento arrasaría con todo, pero vamos a referirnos más específicamente a la influencia del equilibrio en el organismo humano.
(Semánticamente el equilibrio representa anulación de tendencias contrarias; por tanto no habría resultante, no habría desarrollo, pero coincidiendo con las aspiraciones de nuestra actividad profesional, nos referiremos al equilibrio para señalar las resultantes favorables a la conservación de la vida y la salud).
Existe coincidencia entre tendencias filosóficas en destacar la importancia del equilibrio; así por ejemplo, la filosofía del Tao o Taoísmo, doctrina filosófica de entre los siglos IV y V (ane) que plantea como premisa esencial para garantizar la armonía y coherencia de su sistema de conocimientos, la existencia de dos cualidades o esencias opuestas, pero complementarias, antagónicas, pero sinérgicas, y excluyentes, pero dependientes, que llama “Ing y Yang”.
Esta teoría señala que la relación entre ellas fundamenta toda evolución, transformación o cambio, gracias a un permanente equilibrio.5 Se menciona también el fundamento doctrinal filosófico del arte y ciencia homeopáticos, que establece que sus medicinas están destinadas a estimular la resistencia general de las personas como oponente de la acción de agentes agresores.6 El movimiento como expresión de tendencias opuestas, provocando cambios cualitativos en el espacio y a través del tiempo, es algo constante y eterno.
Pero entre los opositores hay elementos benefactores (que favorecen la conservación del equilibrio) y factores perjudiciales (que promueven su destrucción); de manera que si se mantiene el equilibrio, habrá manifestaciones creativas, enriquecedoras y progresivas, como: desarrollo corporal, desarrollo psicológico, habilidades físicas, desarrollo intelectual, elasticidad de la pared arterial, relajación de la mucosa bronquial, depósito normal de grasa en el tejido adiposo, concentración normal de glucosa en sangre, proliferación celular organizada, etc.; en cambio si se afecta el equilibrio, habrá manifestaciones destructivas, empobrecedoras y regresivas como: retraso del desarrollo corporal y psicológico, discapacidad, retraso escolar, endurecimiento de la pared arterial, constricción de la mucosa bronquial, exceso de grasa en el tejido adiposo, exceso de glucosa en sangre, proliferación celular anárquica, etc.
- Es decir constante y eternamente existe un intercambio de factores opositores que confluyen sobre el equilibrio en el organismo que ahora conocemos, que no es el mismo de ayer ni será el mismo de mañana (como resultado del movimiento).
- Esta interacción dará lugar a nuevas cualidades resultantes que nos permiten integrar el concepto de lo que llamamos Salud o Enfermedad.
Nos preocupan por tanto estos factores que atentan contra el equilibrio, contra la salud, que causan enfermedades y muerte, estos factores no siempre se evidencian en su forma original, a veces aparecen como características, rasgos, detalles o condiciones biológicas, psicológicas, sociales o ambientales, que se asocian con frecuencia significativa, que preceden a la enfermedad, que predicen su ulterior aparición, y que se relacionan con su patogenia.7 Estos factores anuncian el peligro de romper el equilibrio que representa la salud y favorecen el desequilibrio que representa la enfermedad, son pues factores de peligro o Factores de Riesgo.
- Su conocimiento y correcta interpretación, son indispensables para el manejo adecuado del proceso Salud-Enfermedad.
- Riesgo es una medida que refleja la probabilidad de que se produzca un hecho o daño a la salud (enfermedad o muerte); un primer embarazo, alta paridad, embarazo en edad reproductiva precoz o tardía, abortos previos y desnutrición.
Un Factor de Riesgo es cualquier característica o circunstancia detectable de una persona o grupo de personas que se sabe asociada con la probabilidad de estar especialmente expuesta a desarrollar o padecer un proceso mórbido, sus características se asocian a un cierto tipo de daño a la salud.
Los factores de riesgo están localizados en individuos, familias, comunidades y ambiente, pero cuando se interrelacionan aumentan sus efectos aislados; la pobreza, al analfabetismo, la desnutrición y las enfermedades intercurrentes inciden en el bajo peso al nacer. Un Factor de Riesgo puede ser específico para uno o varios daños (el alcoholismo es causa frecuente de accidentes del tránsito, arrestos policiales, suicidio y disfunción familiar), y a la vez varios Factores de Riesgo pueden incidir para un mismo daño (la obesidad, el sedentarismo, el hábito de fumar y la hiperlipidemia contribuyen a la aparición de Cardiopatía Isquémica).
En toda sociedad hay comunidades, familias e individuos cuya probabilidad de enfermar o morir es mayor que la de otros. Se ha dicho que tales grupos son especialmente vulnerables y dicha vulnerabilidad se atribuye a características biológicas (sobre todo genéticas), psicológicas, sociales, económicas, etc.
- Se les llama Grupos de Riesgo por ejemplo a embarazadas, niños y ancianos; 8 los desnutridos, hacinados, inmunodeprimidos, diabéticos y sidosos entre otros, tienen mayor probabilidad de contraer la tuberculosis).
- El proceso de desarrollo presenta la unidad dialéctica de la posibilidad y la realidad, guardan relación orgánica, se inter-penetran, la posibilidad es una de las formas de la realidad, es un momento de lo que existe ya como realidad.
Cuando hablamos sobre el riesgo de que algo suceda, nos estamos refiriendo a la probabilidad de que tal evento se produzca; es la medida incierta de algo, pues cuando todo está claro, no existe lugar para la probabilidad. Riesgo es contingencia, proximidad de daño, probabilidad estadística de un nuevo futuro, de consecuencias adversas, aumentada con la contingencia y frecuencia de uno o más caracteres determinantes.1,8 Los conceptos de causa y efecto han sido elaborados en el proceso de la práctica social y el conocimiento del mundo, el fenómeno que da vida a otro es su causa y el resultado del proceso es el efecto.
- La causalidad es un nexo interno, objetivo y necesario que se manifiesta de manera universal entre los fenómenos.1 Se entiende por causa de una enfermedad, un evento, condición o característica que juega un papel esencial.
- Las leyes que establecen los patrones de la causalidad, no se expresan de manera siempre nítida, sino que se abren paso a través de manifestaciones particulares regidas por el azar y por la confluencia de múltiples factores que inciden simultáneamente.
La reflexión y la experiencia demuestran que la causa de cualquier efecto consiste en una constelación de componentes que actúan en asociación, pero más que determinar la o las causas de un efecto dado, en este caso una enfermedad, corresponde determinar en qué medida determinados factores pueden ser contribuyentes para que se produzca el desenlace mencionado.9 La causalidad nunca es singular, el estudio exhaustivo de la concausalidad no sólo constituye una exigencia científica, sino un importante punto de partida en el enjuiciamiento clínico de cada enfermo, no basta con saber si los factores son exógenos o exposicionales (cuyo efecto depende de la proximidad del foco emisor, la magnitud de morbígenos simultáneos y la frecuencia, reiteración y duración de los impactos a través del tiempo), o endógenos o disposicionales (dependen de la herencia del sujeto, su constitución y su personalidad y se reflejan en su receptividad o resistencia frente a la causa morbosa, pudiendo existir una especial propensión para adquirir la enfermedad), sino en qué medida influyen esos factores exposicionales o disposicionales.
Por lo general en una asociación etiológica hay una que prepondera y decide el tipo de enfermedad y otras con causas más o menos numerosas que favorecen el cortejo etiológico y que influyen de uno u otro modo en la patogenia; es decir: actuarían como causa principal y causas adicionales o contribuyentes, estas últimas modifican el escenario patológico, ya sea preparando o disponiendo, desencadenando o precipitando, perpetuando o conformando, localizando o determinando irreversibilidad.
Pudiera darse el caso de una agrupación sin causa preponderante, o que haya un efecto sin causa determinada (afecciones denominadas criptogenéticas, idiopáticas o esenciales por ignorar su causa).10 Para que se produzca una relación de causalidad entre factor y efecto, deben cumplirse estas condiciones: debe haber concomitancia entre factor y efecto; debe haber un fundamento biológico teórico, no especulación; el factor debe proceder al efecto; el factor anuncia el efecto; el factor debe jugar un papel fundamental en la patogenia.8-10 Por ejemplo: La asociación entre hiperlipidemia y aterosclerosis se deduce por el alto contenido de lípidos en las lesiones ateroscleróticas, similar a los de la sangre, porque las lesiones pueden reproducirse en animales con dietas que aumentan los niveles séricos de los lípidos, porque los pacientes con evidencias clínicas de aterosclerosis (sobre todo con cardiopatía isquémica) tienden a tener mayores niveles de lípidos séricos que otras personas de igual edad que no tienen aterosclerosis, porque los pacientes con variadas expresiones de hiperlipidemia tienen una incidencia aumentada de aterosclerosis.7 La transformación de unas expresiones de la materia en otras, conduce a la aparición de diferentes niveles estructurales de organización de los sistemas, estas transformaciones se realizan de forma concatenada o sistematizada, y no en forma casual o anárquica; se repiten y tienen carácter regular, sujetas a leyes objetivas que garantizan el conocimiento de la realidad.
¿Qué son las conductas de riesgo y ejemplos?
Las conductas de riesgo constituyen una amenaza creciente para la salud mundial Las políticas de intervención pueden cambiar el curso de los acontecimientos, de acuerdo con un informe del Banco Mundial CIUDAD DE WASHINGTON, 20 de noviembre de 2013. Un nuevo informe del Banco Mundial advierte que las conductas de riesgo ―fumar, usar drogas ilegales, abusar del alcohol, llevar dietas nocivas para la salud y las relaciones sexuales sin protección― están aumentando a nivel mundial y plantean una amenaza cada vez mayor para la salud de las personas, sobre todo en los países en desarrollo.
En el informe se estudia la forma en la cual se determinan las elecciones individuales que provocan esas conductas y se analiza la eficacia de la intervención en materia de legislación, impuestos, campañas destinadas al cambio de conducta y transferencias monetarias para combatir estos comportamientos.
En el informe Poner en riesgo la salud: Causas, consecuencias e intervenciones para prevenir las conductas riesgosa ( Risking Your Health: Causes, Consequence and Interventions to Prevent Risky Behaviors ), se llega a la conclusión de que la legislación y los impuestos, por ejemplo, suelen ser eficaces, en especial cuando se los combina con fuertes mecanismos de cumplimiento.
Las transferencias monetarias también han demostrado potencial en ciertos contextos. Las campañas destinadas al cambio de conducta, tales como la educación sexual basada en los colegios y las leyes de etiquetado de calorías para los alimentos, no suelen ser tan eficaces por sí mismas, a menos que se las complemente con programas más amplios para cambiar conductas de riesgo.
“Las conductas de riesgo no solo ponen en peligro la salud y reducen la expectativa de vida de la persona, sino que, con frecuencia, también afectan a los demás. Las consecuencias para la salud y los costos monetarios de las conductas de riesgo para las personas, sus familias y la sociedad en su conjunto son impactantes y justifican la intervención pública”, comentó Damien de Walque, economista principal del Departamento de Investigación del Banco Mundial y editor principal del informe.
En el informe se observa que, a pesar de los avances recientes en prevención y tratamiento, la epidemia de VIH/sida —una de las consecuencias más devastadoras del sexo inseguro— se mantiene como una pesada carga en África al Sur del Sahara, sobre todo en el Cono Sur, donde entre el 11% y el 26% de los adultos son portadores del VIH,
El abuso de drogas y alcohol se ha mantenido relativamente estable en la última década, pero el tabaquismo y la obesidad relacionada con dietas nocivas para la salud están en aumento en muchos países en desarrollo y podrían incrementar la mortalidad y la morbilidad.
Cerca del 20% de la población mundial adulta fuma cigarrillos, y esto causa más del 15% de las muertes entre los hombres y el 7% entre las mujeres en todo el mundo. Si bien la prevalencia del tabaquismo se está reduciendo en el mundo desarrollado, está aumentando en muchos países en desarrollo. La obesidad causada por los alimentos nocivos para la salud y la inactividad física también está en aumento en el mundo en desarrollo, sobre todo en Oriente Medio, las Islas del Pacífico y América Latina y el Caribe, donde muchos países tienen tasas de obesidad que superan el 20% entre los hombres y el 40% entre las mujeres.
Según el informe, estas conductas de riesgo tienen un costo considerable para la productividad de la persona a largo plazo. La sociedad se ve perjudicada puesto que las personas más cercanas a quienes tienen conductas riesgosas también pueden experimentar una reducción de su productividad.
- Los niños están especialmente en riesgo, por ejemplo si tienen que abandonar la escuela para cuidar de un padre enfermo o si el desarrollo de sus capacidades cognitivas se ve comprometido debido a la exposición temprana a sustancias dañinas.
- Además, en la mayoría de los países de ingreso bajo, es difícil asegurarse formalmente contra estas costosas consecuencias, en parte por la falta de seguros de salud y de beneficios públicos o privados por discapacidad.
Según los Indicadores del Desarrollo Mundial del Banco Mundial, en 2011, el 75% del gasto privado en salud en los países de ingreso bajo se financió con pagos directos. “Las conductas de riesgo que se concentran entre los pobres tienen consecuencias para poblaciones enteras: limitan el potencial de las familias y socavan el gran progreso sanitario y económico que experimentaron los países de ingreso bajo y mediano en los últimos años.
Si se cambia el curso de estas conductas perniciosas impulsando condiciones sociales que promuevan mejores elecciones en materia de salud, los frutos beneficiarán a familias y países de todo el mundo, y en última instancia nos ayudarán a acabar con la pobreza extrema y promover el crecimiento inclusivo y saludable”, observó Tim Evans, director de Salud, Nutrición y Población del Grupo del Banco Mundial.
En el informe se determina que los costos y derrames asociados con las conductas riesgosas justifican la intervención pública y que ciertas políticas, si se las aplica correctamente, pueden incrementar el bienestar general. Las pruebas indican que la legislación suele ser eficaz, sobre todo cuando los mecanismos de cumplimiento son fuertes.
Las políticas tributarias pueden ser mecanismos eficaces para prevenir el tabaquismo y el consumo de alcohol. La mayor parte de la información proviene de países desarrollados, aunque existen indicios provenientes de países en desarrollo en este sentido ―por ejemplo, de China e Indonesia en materia de impuestos al tabaco y de Kenia en materia de precios del alcohol— que avanzan en la misma dirección.
: Las conductas de riesgo constituyen una amenaza creciente para la salud mundial
¿Qué causa las conductas de riesgo?
Conductas de riesgo J. Adès M. Lejoyeux Faculté Xavier Bichat, Paris VII, service de psychiatrie, hôpital Louis Mourier, 178, rue des Renouillers, 92701 Colombes cedex France La conducta de riesgo se define como la búsqueda repetida del peligro, en la que la persona pone en juego su vida. Estas conductas, diferentes de las acciones peligrosas o arriesgadas realizadas cuando las circunstancias lo exigen, reflejan una atracción por el riesgo y, en especial, por las sensaciones fuertes relacionadas con el enfrentamiento con el peligro y la muerte.
Las principales conductas de riesgo son la conducción arriesgada, favorecida por la ingestión de drogas y/o de alcohol y, sobre todo, por factores de personalidad que determinan una apetencia por las sensaciones; las relaciones sexuales de riesgo, acerca de las cuales se han realizado varios estudios; los deportes de riesgo y, sobre todo, los llamados «deportes extremos», desviaciones de la actividad deportiva en las que la asunción de riesgos y el desafío al peligro son elementos centrales; por último, la ruleta rusa constituye una forma emblemática y, excepcional de las conductas de riesgo.
Los modelos de comprensión parten de diferentes tipos de enfoque: la noción de búsqueda de sensaciones, el concepto de «ordalía», ciertos factores de personalidad, como la personalidad antisocial. Los enfoques psicodinámicos permiten subrayar el papel de la búsqueda de una autodestrucción, a veces casi el equivalente de una conducta suicida o de afectos depresivos para los cuales la conducta de riesgo puede constituir un modo de defensa.
Por último, es necesario situar estas conductas de riesgo y su desarrollo actual en los adolescentes en un paisaje sociocultural en que coexisten una amplia difusión de las actitudes preventivas y de los principios de precaución y una incitación a la autosuperación y a la hazaña, que a veces toman el valor de un rito del paso de la adolescencia a la edad adulta.
“Palabras clave” : Conductas de riesgo, Búsqueda de sensaciones, Deportes extremos, Conducción de riesgo, Ruleta rusa, Personalidad antisocial
¿Cuáles son las 7 conductas de riesgo en los adolescentes?
ARTÍCULOS ESPECIALES REVISIONES Prevención de conductas de riesgo en el Adolescente: Rol de familia Prevention of Adolescent risk behaviors: Role of the family María Teresa Valenzuela Mujica 1, Ana María Ibarra R.1, Tamara Zubarew G.2, M. Loreto Correa 2 1 Departamento de Salud de la Mujer. Escuela de Enfermería.2 Unidad de Adolescencia, División de Pediatría, Facultad de Medicina. Pontificia Universidad Católica de Chile Dirección para correspondencia RESUMEN Justificación: Diversos estudios muestran un aumento en las conductas de riesgo adolescentes, motivo de preocupación para las autoridades. Objetivo: Conocer el rol de la familia en la prevención de conductas de riesgo en adolescentes. Método: Se realizó una revisión en las bases de datos Scielo, Science Direct, Pubmed y Cinahl. Se obtuvo 25 artículos de investigación y 18 que aportaron al tema. Resultados: Las conductas de riesgo son causa de morbimortalidad en el adolescente. El estilo parental de crianza incide en su aparición, observándose disminución cuando hay apoyo, comunicación y monitoreo, en contraste con el rechazo, desvinculación y control intrusivo asociado a la presencia de conducta antisocial. Conclusión: Es vital realizar prevención temprana de conductas de riesgo adolescente a través de programas de apoyo parental con énfasis en los estilos de crianza. El éxito de estos dependerá del trabajo colaborativo entre el profesional de la salud, profesor, adolescente y familia. Palabras clave: Familia, Prevención, Conductas riesgo, Adolescencia, Estilos de crianza parental. ABSTRACT Justification: Several national and international studies show an increase in adolescent behaviors Risk, Increasing Concern for Health Authorities. Objective: To determine the role of family in the prevention of adolescent behaviors Risk. Method: A Systematic Review Scielo databases, Science Direct, PubMed and Cinahl. We Obtained 23 quantitative research articles, 2 Qualitative and 18 who provided the theme. Results: Risk behaviors cause significant morbidity in adolescents. Foster parenting style Affects Their appearance, showing decrease of These When there is support, Acceptance, communication and behavioral monitoring, in contrast to the rejection, separation and associated intrusive Psychological Control With The Presence of more antisocial behavior. Conclusion: It is vital to make early prevention of adolescent behaviors and the Risk to the central role family plays, so it is necessary to Develop parental support programs focusing on parenting styles to Achieve Development in healthy adolescents. The success of This depends on the collaborative work Between the health professional, teacher, adolescents and Their Families. Key words: Family, Prevention, Risk conducts, Adolescents, Parental styles. Introducción La OMS define adolescencia como el período de vida comprendido entre los 10 y 19 años, durante esta etapa el adolescente se transforma en un individuo maduro en sus dimensiones física, sexual, psicológica y social y establece su propia identidad.1 La adolescencia puede ser un momento de grandes oportunidades para niños y niñas, sin embargo exige el compromiso de la familia para superar los peligros y vulnerabilidades propios de esta etapa y estimular el saludable crecimiento y desarrollo con el fin de que el adolescente logre con éxito las tareas propias de esta etapa.1-3 Las conductas de riesgo en adolescentes son determinantes en la salud, siendo las principales responsables de la morbimortalidad en esta etapa, entre las cuales se mencionan el consumo de drogas, embarazo precoz, mala alimentación, infecciones de transmisión sexual, depresión y suicidio entre otras.4-6 Estas implican un deterioro considerable en la salud del adolescente afectando su calidad de vida, la inserción con igualdad de oportunidades en la sociedad y gran parte de las enfermedades crónicas no transmisibles del adulto.1,2,5 La familia juega un rol primordial en la prevención de conductas de riesgo, siendo el primer agente protector y facilitador del desarrollo sano en el adolescente, en cuyo interior se educa y su grado de funcionalidad permitirá que éste se convierta en una persona autónoma, capaz de enfrentarse e integrarse a la vida.2 En la familia los padres y adultos significativos son fundamentales por la influencia que ejercen en el desarrollo de hábitos de vida, formas de expresar afectos, relacionarse con los demás, de resolver conflictos y de desarrollar conductas de autocuidado.7-9 Los estilos de crianza parental pueden tener un efecto positivo o negativo en la incidencia de conductas de riesgo adolescente, comprobándose que a mayor apoyo parental y control conductual hay menor consumo de drogas, autoagresión, violencia y depresión entre otras.10 Estudios longitudinales demuestran que el adolescente presenta menos conductas de riesgo cuando sus padres o tutores son capacitados entregándoles apoyo, conocimiento y desarrollo de habilidades básicas en la crianza, tales como disciplina consistente y apoyo afectivo, donde ambos elementos contribuyen a la adaptación conductual y al desarrollo psicológico positivo del adolescente.10-14 El objetivo de esta revisión bibliográfica es conocer el rol que ejerce la Familia en la prevención de las conductas de riesgo del adolescente, con el propósito de contribuir al conocimiento del tema e incentivar a los profesionales de la salud y educadores que se relacionan con adolescentes a sensibilizar a la familia, acerca de la importancia que ejercen como agentes preventivos de las conductas de riesgo, promoviendo un entorno constructivo en la crianza de estos. Metodología La revisión bibliográfica se realizó en las bases de datos Scielo, Science Direct, Pubmed y Cinahl. Los resultados se limitaron a artículos de investigación y otros que aportaran elementos relevantes al tema, publicados desde el año 2005 en adelante, cuyo texto completo fuera accesible sin costo. Las palabras claves utilizadas fueron family, prevention, risk conducts, adolescents, parental styles y sus equivalentes en español. Se obtuvo un total de 150 trabajos, de los cuales se seleccionaron 43 artículos: 25 artículos de investigación, 23 reportan metodología cuantitativa, 2 cualitativa, y los 18 restantes aportan elementos relevantes. Se utilizaron documentos institucionales obtenidos de los sitios web del Ministerio de Salud chileno, Organización Mundial de la Salud y Organización Panamericana de la Salud. Situación de Salud de los adolescentes El período de desarrollo humano que cubre la adolescencia es considerado crucial, ya que marca el término de la niñez y tiene como meta completar el complejo proceso de romper los lazos de dependencia infantil y lograr un proyecto de vida e identidad propio. El desarrollo biológico, cognitivo y psicosocial que logren desarrollar los adolescentes en esta etapa del ciclo vital, determinará la forma en que vivirán su vida como adultos.15 La adolescencia es, después de la niñez, la segunda etapa más vulnerable del ciclo vital y en donde se adquieren la mayoría de los hábitos que pueden tener consecuencias para la salud a largo plazo, originando conductas de riesgo tales como el tabaquismo, sedentarismo, malnutrición, consumo de drogas adictivas, actividad sexual sin protección, las cuales tienen repercusiones biológicas y psicosociales negativas tales como el embarazo, obesidad, complicaciones metabólicas, drogadicción, deserción escolar, pobreza e incluso causar invalidez o muerte, como los accidentes, suicidios y homicidios.16 Las conductas de riesgo, pueden ser potencialmente prevenibles en la adolescencia temprana, sin embargo se observa a nivel mundial una franca tendencia al aumento, siendo un motivo de preocupación para las autoridades de salud. La adolescencia es una etapa de gran importancia en términos de consolidar formas de vida que permitan mantener la salud y retrasar el daño.17-20 La salud de los adolescentes es un elemento clave para el progreso social, económico y político de los países. Cuando los adolescentes no consiguen llegar a la edad adulta en condiciones óptimas de salud y educación, presume para los gobiernos un elevado costo social y económico.1,16 Los insuficientes recursos destinados a la promoción y atención de salud de adolescentes amenazan con invalidar en forma parcial los logros conseguidos en la niñez, no obstante durante las últimas décadas se ha reconocido la importancia de invertir en la salud y desarrollo del adolescente, así como la necesidad de asignar alta prioridad a los programas dirigidos al fomento, promoción y protección de la salud.1,21,22 De esta manera los países aseguran la salud del adolescente, de la próxima generación y la adquisición de capital humano de la población joven económicamente activa, que serán el gestor del crecimiento económico y un agente para la transformación social de los países.4,22 Dado lo anterior es que la Convención por los Derechos del Niño y del Adolescente los reconoce como sujetos portadores de derechos, paso fundamental para la protección de esta etapa y la construcción de una sociedad democrática que cautela el mismo respeto y derecho a participar que los adultos. La protección del desarrollo integral, la no discriminación, la autonomía progresiva, participación y expresión son principios básicos planteados por la Convención que deben ser respetados y promovidos en todo contacto con el adolescente, tanto en su familia, su comunidad y todos los sistemas de atención.1,4,8 La cohorte actual de adolescentes es la más grande que ha existido en el mundo, en 2009 una quinta parte de la población mundial fueron adolescentes, número que ha aumentado a más del doble desde 1950 y un 85% de ellos se encuentran en países en desarrollo.1 Gran parte de los países del mundo se encuentran en un período de “transición demográfica” debido al efecto combinado del descenso de la fecundidad, disminución de la mortalidad y aumento de la esperanza de vida, y los niños y niñas que ingresan al segundo decenio de sus vidas están formando parte de las causas del cambio piramidal de la población.23 En Chile existe un aumento de la población adolescente y un “bono demográfico” con predominio de la población económicamente activa, parte de este bono está determinada por las tendencias de la población joven (10 a 24 años), ya que ellos se constituirán en una fuente importante de aumento en la productividad, lo que plantea exigencias de política pública en cuanto a la oferta de educación y salud. Es por esto que son fundamentales las inversiones en la salud de los jóvenes para producir beneficios de larga duración dirigidos a las generaciones futuras y se convierta en un beneficio real para la sociedad.1,24,25 Los indicadores de salud de adolescentes en Chile muestran un aumento progresivo de su morbimortalidad producto de conductas de riesgo del adolescente. La mortalidad llega a una tasa de 5 por 10.000 habitantes, siendo las causas más frecuentes de muertes las causas externas: accidentes, traumatismos y violencias. El suicidio ha aumentado en forma importante, alcanzando el año 2005 una tasa de 12,5 por 100.000 en hombres de 15 a 19 años.5,16,21 Los adolescentes presentan prevalencias elevadas de tabaquismo, con un 43,3% de escolares de 4 o medio que han consumido la última semana y cuya edad de inicio promedio es de 13 años.5,16 Con respecto al consumo de alcohol las cifras se han mantenido estables y altas, con un 52,8 % de los escolares de 4 o medio que consumen mensualmente, el año 2009, igual en hombres y mujeres, con una edad de inicio de 13 años. Se describe una ingesta promedio de 80 grs. de alcohol en un día en jóvenes de 15 a 24 años, lo que es mayor que en cualquier otra etapa de la vida.26 La tasa de fecundidad en adolescentes chilenos muestra un progresivo ascenso, llegando el año 2009 a una tasa de 54,3 por 1000 mujeres de 15 a 19 años, así como también se observa una alta prevalencia de síntomas depresivos e ideación y planificación suicida, con una prevalencia de 14% de jóvenes de 15 a 24 años con síntomas depresivos y un 16% en escolares de 13 a 15 años.5,26 Además preocupan las cifras de sobrepeso y obesidad en escolares de 8 o básico, con un 40,2% de sobrepeso u obesidad, un 85% de sedentarismo en hombres y 92,8% en mujeres de 13 a 15 años, definido sedentarismo como la práctica de actividad física menor de una hora al día.5,26 Situación similar con el resto del mundo donde los traumatismos derivados de los accidentes de tránsito constituyen la principal causa de muerte entre los adolescentes, originado por la propensión a tomar riesgos, situación que los lleva a consumir tabaco y alcohol, se estima que la mitad de los 150 millones de adolescentes que fuman morirán por causas relacionadas con el consumo de tabaco.1 Rol de la Familia y conductas de riesgo adolescente Las condiciones y circunstancias que influyen en las conductas de los adolescentes y que afectan la salud, constan de una serie de factores determinantes que pueden identificarse en cuatro niveles ecológicos: individual (personalidad, carácter), interpersonal (los modelos, familia), comunitario y de políticas públicas.4 La salud y bienestar del adolescente se ven influidas en gran medida por las oportunidades y calidad de experiencias que tiene en el ambiente familiar donde se desarrolla, jugando ésta un rol esencial.27 En Chile y otros países del mundo se observa variación en las características de la familia en cuanto a conformación e institucionalización.28 La mayoría son biparentales, sin embargo un número creciente de hogares son uniparentales, de autoridad femenina, producto de separaciones, embarazo precoz o convivencia a corto plazo, los cuales dejan a la mujer y sus hijos en condiciones desfavorables y se constituye en un elemento de vulnerabilidad para futuras conductas de riesgo de los hijos.2,9,22 La familia cumple varias funciones importantes en el desarrollo de sus miembros, modela sentimientos, ofrece patrones de conductas, pautas y normas de convivencia, un adecuado vínculo y funcionamiento familiar con disponibilidad de tiempo de los padres hacia los hijos, comunicación, rituales familiares, cohesión, adaptabilidad y actividades en conjunto se han descrito como factores que disminuyen significativamente las conductas de riesgo o predisponentes en el adolescente.29-31 El proceso de socialización familiar se reconoce como uno de los factores determinantes en la génesis y mantenimiento de las conductas de riesgo, al constituirse en la base del desarrollo de las características individuales del adolescente tales como su personalidad, autoconcepto, valores y habilidades de comunicación entre otros.32 La falta de internalización de normas y resolución dialogada de conflictos en las relaciones interpersonales familiares, dificulta la adaptación efectiva y aumenta la probabilidad de conductas autodestructivas y de riesgo en el adolescente.8,10,33-35 Se han identificado algunos factores de riesgo individual como la falta de autocontrol, baja autoestima, bajo rendimiento escolar, deserción escolar y ausencia de plan de vida, asociados a conductas de riesgo como la depresión, adicciones e ideación suicida, que se asocian a familias con bajos niveles de cohesión, desapegadas, de menores ingresos, con una escasa contención emocional brindando escaso soporte para enfrentar las tareas propias de esta etapa.1,20,36 La relación familiar entre padres e hijos es una interacción que afecta a ambos agentes sociales y puede generar beneficios o daños potenciales para ambas partes, en este sentido la percepción de los estilos de crianza parentales se ha transformado en un importante tema a estudiar.37,38 Hay varias investigaciones que destacan el valor de la forma de educar de los padres, es decir, los estilos de crianza y su influencia en la aparición de conductas de riesgo y bienestar del adolescente.5,8,13,36-38 Barber hace varios años elaboró un modelo interaccional donde describe diversas dimensiones de los estilos de parentalidad y sus efectos en los hijos de adolescentes, modelo que ha sido validado por otros estudios.3,36,38 Este modelo describe que los estilos de crianza poseen tres variables: la conducta de apoyo/aceptación estaría positivamente relacionada con la competencia interpersonal del adolescente traducida en mayor interacción social con exploración creciente del mundo y mejor salud mental; el control psicológico de tipo coercitivo traducido en la negociación de los afectos, generación de culpas y represión dificultaría el desarrollo de la autonomía y se correlaciona positivamente con depresión, suicidio y conductas antisociales; finalmente el control conductual basado en el establecimiento de límites y monitoreo, refleja la comunicación y confianza entre padres e hijos y estaría negativamente asociado con las conductas de riesgo.10,36-38 Simpson recopila una serie de investigaciones que coinciden en demostrar que los padres son una fuerte influencia en el crecimiento saludable del adolescente y menciona cinco pilares básicos del rol para ser padres de adolescentes: (a) ofrecer amor y conexión; (b) controlar la conducta y el bienestar del adolescente; (c) aconsejar, incluyendo negociación y fijación de límites; (d) ofrecer información y consulta para entender, interpretar y transitar por el mundo, a través de un proceso de ejemplo y diálogo continuo; y (e) proveer y abogar por recursos, incluyendo otros adultos a quienes les importe.30 Debido a los profundos y complejos cambios que se presentan en la adolescencia, educar a los adolescentes se convierte en una situación tensionante para muchos padres, quienes experimentan sentimientos de ineficacia e incompetencia en relación con el comportamiento de sus hijos.29,30 De la revisión de la literatura, las intervenciones con fuerte énfasis en trabajo con familias y capacitación parental en estilos de crianza efectivos es una estrategia fundamental para disminuir las conductas de riesgo en adolescentes, dentro de las cuales se destaca el Programa “Familias Fuertes”.10-14 La efectividad de estos programas se basa en involucrar activamente a padres e hijos en varias sesiones educativas, con un enfoque predominante en la reflexión, adquisición de conocimientos y desarrollo de habilidades, de negociación y de comunicación junto con sentimientos de aceptación y apoyo en la crianza de otro grupo de padres, situaciones que conducen a la reducción de sentimientos de culpa y mayor empatía y confianza en la interacción con los hijos.10 Discusión La adolescencia es una etapa de transición hacia la adultez, caracterizada por procesos concretos e irrepetibles, con un fuerte componente emocional y social que derivan en cambios importantes para cumplir tareas determinadas. Para el logro exitoso de éstas se necesita el apoyo de la familia, que a su vez también tiene tareas y desafíos que cumplir en este sentido.1,3,8 La familia durante la adolescencia se ve tensionada y enfrentada a una serie de situaciones complejas, donde cada uno de sus miembros contribuye al funcionamiento manteniendo su identidad, a través del ejercicio de roles, funciones y de las tareas necesarias del conjunto. Las familias empiezan a sentir un desequilibrio en la organización de las pautas previamente establecidas, teniendo que realizar una reacomodación en los estilos de crianza para otorgar al adolescente un entorno adecuado y saludable para su desarrollo.15,39 La adolescencia se destaca por ser un momento de promesas y oportunidades, sin embargo con bastante frecuencia, es un periodo de graves consecuencias para la salud. Los problemas de salud del adolescente son predominantemente psicosociales, es decir, derivan de sus estilos de vida y conductas, los cuales son modelados primordialmente en el interior de la familia.2,27,28 Las conductas de riesgo son potencialmente prevenibles, lo que justifica la implementación de programas orientados a la disminución y promoción de la salud integral, con el fomento de estilos de vida saludables y que tengan un enfoque psicosocial y familiar.4,10,11,13,17,32 La presencia de una relación parental fría y negativa, apego inseguro, inflexibilidad, disciplina inconsistente y supervisión inadecuada, están vinculadas a familias que presentan conflicto familiar, ruptura matrimonial, violencia, monoparentalidad y menor nivel socioeconómico, los cuales son indicadores que aumentan el riesgo de desarrollar conductas de riesgo y problemas emocionales de los adolescentes, lo que revela la importancia de fortalecer el vínculo familiar.40-43 Los adolescentes en la actualidad están en mejores condiciones y con mayores beneficios derivados del progreso tecnológico, sin embargo la rápida urbanización, las telecomunicaciones, los viajes y migraciones conllevan a nuevas posibilidades y riesgos de daño para la salud de los adolescentes y jóvenes.1,4 Por ello, centrar los esfuerzos en promover mejoras en la comunicación, vigilancia y optimizar los estilos de crianza parental, emergen como una necesidad inmediata y urgente a fin de facilitar el desarrollo del rol, considerando que los padres son los principales modelos y que sus comportamientos actuarían facilitando en los adolescentes la posibilidad de evitar que adopten conductas de riesgo.6,8,9 En este contexto se ha observado que a los padres les resulta más fácil preocuparse por el bienestar físico de sus hijos a diferencia que cuando se trata de prevención de conductas de riesgo y se puede tornar aún más difícil con aquellos padres que tienen bajos ingresos, ya que son familias que reportan menor disposición a participar de programas de apoyo.19 Surge la necesidad de realizar intervenciones a través de programas que apoyen y fortalezcan a la familia. Hay investigaciones que explicitan la eficacia de los programas que promueven estilos crianza efectivos con efectos positivos importantes en la prevención de conductas como el consumo de alcohol, drogas o tabaco. Para ello, se requiere la participación activa de los padres y adolescentes y su compromiso a permanecer en estos programas.17 Estas intervenciones facilitan la autosuficiencia parental, el desarrollo de competencias sociales, la autorregulación y crianza de los hijos y el momento más propicio para realizarlas es en la adolescencia temprana (10-14 años), donde se observan mejoras en los resultados obtenidos, para lo cual se requiere involucrar activamente a los padres, adolescentes, educadores y profesionales de la salud.8,10-13 Tanto a nivel país (“bono demográfico”), como institucional e individual, resulta fundamental que se inviertan recursos para promover y mantener un nivel óptimo de salud en el adolescente y producir beneficios de larga duración dirigidos a las generaciones futuras. Se necesitan políticas de salud y de educación adecuadas que releven el rol de la familia como protagonista del desarrollo sano del adolescente y programas que respondan a las necesidades y demandas de salud de este grupo etario con el fin de contribuir a mejorar su calidad de vida.16,22,24 Bibliografía 1. United Nations Children´s Fund. The State of the World’s Children 2011. Adolescence: and Age of Opportunity.2011 New York: UNICEF. Disponible en http://www.unicef.org/publications/index_57468.html (acceso: 10/08/2011).2. Florenzano R. El Adolescente y sus conductas de Riesgo.3 a ed. Santiago, Chile: Universidad Católica de Chile; 2005.3. Barber B, Schluterman J. Connectedness in the lives of children and adolescents: a call for greater conceptual clarity. J Adolesc Health 2008; 43(3): 209-216.4. Breinbauer C, Maddaleno M. El modelo “Jóvenes: opciones y cambios” y su aplicación en el diseño de intervenciones eficaces para los adolescentes. En: Organización Panamericana de la Salud. 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Subst Abuse Rehabil.2011 Sep; 2(1): 163-172. Dirección para correspondencia: María Teresa Valenzuela Mujica Escuela de Enfermería Vicuña Mackenna 4860, Macul, Santiago, Chile [email protected] Manuscrito recibido el 2.4.2012 Manuscrito aceptado el 17.9.2012
¿Qué es una situación de riesgo en los niños?
Se considerará situación de riesgo aquella en la que, a causa de circunstancias, carencias o conflictos familiares, sociales o educativos, el menor se vea perjudicado en su desarrollo personal, familiar, social o educativo, en su bienestar o en sus derechos de forma que, sin alcanzar la entidad, intensidad o
¿Cuáles son las situaciones de riesgo en la niñez?
Esto se debe a una variedad de causas, como enfermedades, conflictos, la violencia, el matrimonio infantil, el embarazo precoz, la malnutrición, la exclusión de la educación y el trabajo infantil. La combinación de estos factores ha tenido un gravísimo impacto en la niñez de todo el mundo.
¿Qué riesgos hay en la casa y en la escuela?
El camino de casa a la escuela entraña una serie de riesgos para la seguridad de los niños. Son muchos los factores que pueden provocar situaciones peligrosas, como calles con mucho tráfico, la falta de visibilidad provocada por los vehículos aparcados, obras o pasos de peatones mal señalizados.
¿Qué es un riesgo y cuáles son los tipos de riesgo?
El riesgo es Incertidumbre relacionado con la duda ante la posible ocurrencia de algo que puede generar pérdidas. Tipos de Riesgos: Desde el punto de vista empresarial existen innumerables riesgos, generados tanto por el entorno como por el desarrollo normal de sus actividades.
¿Cuáles son las 7 conductas de riesgo en los adolescentes?
ARTÍCULOS ESPECIALES REVISIONES Prevención de conductas de riesgo en el Adolescente: Rol de familia Prevention of Adolescent risk behaviors: Role of the family María Teresa Valenzuela Mujica 1, Ana María Ibarra R.1, Tamara Zubarew G.2, M. Loreto Correa 2 1 Departamento de Salud de la Mujer. Escuela de Enfermería.2 Unidad de Adolescencia, División de Pediatría, Facultad de Medicina. Pontificia Universidad Católica de Chile Dirección para correspondencia RESUMEN Justificación: Diversos estudios muestran un aumento en las conductas de riesgo adolescentes, motivo de preocupación para las autoridades. Objetivo: Conocer el rol de la familia en la prevención de conductas de riesgo en adolescentes. Método: Se realizó una revisión en las bases de datos Scielo, Science Direct, Pubmed y Cinahl. Se obtuvo 25 artículos de investigación y 18 que aportaron al tema. Resultados: Las conductas de riesgo son causa de morbimortalidad en el adolescente. El estilo parental de crianza incide en su aparición, observándose disminución cuando hay apoyo, comunicación y monitoreo, en contraste con el rechazo, desvinculación y control intrusivo asociado a la presencia de conducta antisocial. Conclusión: Es vital realizar prevención temprana de conductas de riesgo adolescente a través de programas de apoyo parental con énfasis en los estilos de crianza. El éxito de estos dependerá del trabajo colaborativo entre el profesional de la salud, profesor, adolescente y familia. Palabras clave: Familia, Prevención, Conductas riesgo, Adolescencia, Estilos de crianza parental. ABSTRACT Justification: Several national and international studies show an increase in adolescent behaviors Risk, Increasing Concern for Health Authorities. Objective: To determine the role of family in the prevention of adolescent behaviors Risk. Method: A Systematic Review Scielo databases, Science Direct, PubMed and Cinahl. We Obtained 23 quantitative research articles, 2 Qualitative and 18 who provided the theme. Results: Risk behaviors cause significant morbidity in adolescents. Foster parenting style Affects Their appearance, showing decrease of These When there is support, Acceptance, communication and behavioral monitoring, in contrast to the rejection, separation and associated intrusive Psychological Control With The Presence of more antisocial behavior. Conclusion: It is vital to make early prevention of adolescent behaviors and the Risk to the central role family plays, so it is necessary to Develop parental support programs focusing on parenting styles to Achieve Development in healthy adolescents. The success of This depends on the collaborative work Between the health professional, teacher, adolescents and Their Families. Key words: Family, Prevention, Risk conducts, Adolescents, Parental styles. Introducción La OMS define adolescencia como el período de vida comprendido entre los 10 y 19 años, durante esta etapa el adolescente se transforma en un individuo maduro en sus dimensiones física, sexual, psicológica y social y establece su propia identidad.1 La adolescencia puede ser un momento de grandes oportunidades para niños y niñas, sin embargo exige el compromiso de la familia para superar los peligros y vulnerabilidades propios de esta etapa y estimular el saludable crecimiento y desarrollo con el fin de que el adolescente logre con éxito las tareas propias de esta etapa.1-3 Las conductas de riesgo en adolescentes son determinantes en la salud, siendo las principales responsables de la morbimortalidad en esta etapa, entre las cuales se mencionan el consumo de drogas, embarazo precoz, mala alimentación, infecciones de transmisión sexual, depresión y suicidio entre otras.4-6 Estas implican un deterioro considerable en la salud del adolescente afectando su calidad de vida, la inserción con igualdad de oportunidades en la sociedad y gran parte de las enfermedades crónicas no transmisibles del adulto.1,2,5 La familia juega un rol primordial en la prevención de conductas de riesgo, siendo el primer agente protector y facilitador del desarrollo sano en el adolescente, en cuyo interior se educa y su grado de funcionalidad permitirá que éste se convierta en una persona autónoma, capaz de enfrentarse e integrarse a la vida.2 En la familia los padres y adultos significativos son fundamentales por la influencia que ejercen en el desarrollo de hábitos de vida, formas de expresar afectos, relacionarse con los demás, de resolver conflictos y de desarrollar conductas de autocuidado.7-9 Los estilos de crianza parental pueden tener un efecto positivo o negativo en la incidencia de conductas de riesgo adolescente, comprobándose que a mayor apoyo parental y control conductual hay menor consumo de drogas, autoagresión, violencia y depresión entre otras.10 Estudios longitudinales demuestran que el adolescente presenta menos conductas de riesgo cuando sus padres o tutores son capacitados entregándoles apoyo, conocimiento y desarrollo de habilidades básicas en la crianza, tales como disciplina consistente y apoyo afectivo, donde ambos elementos contribuyen a la adaptación conductual y al desarrollo psicológico positivo del adolescente.10-14 El objetivo de esta revisión bibliográfica es conocer el rol que ejerce la Familia en la prevención de las conductas de riesgo del adolescente, con el propósito de contribuir al conocimiento del tema e incentivar a los profesionales de la salud y educadores que se relacionan con adolescentes a sensibilizar a la familia, acerca de la importancia que ejercen como agentes preventivos de las conductas de riesgo, promoviendo un entorno constructivo en la crianza de estos. Metodología La revisión bibliográfica se realizó en las bases de datos Scielo, Science Direct, Pubmed y Cinahl. Los resultados se limitaron a artículos de investigación y otros que aportaran elementos relevantes al tema, publicados desde el año 2005 en adelante, cuyo texto completo fuera accesible sin costo. Las palabras claves utilizadas fueron family, prevention, risk conducts, adolescents, parental styles y sus equivalentes en español. Se obtuvo un total de 150 trabajos, de los cuales se seleccionaron 43 artículos: 25 artículos de investigación, 23 reportan metodología cuantitativa, 2 cualitativa, y los 18 restantes aportan elementos relevantes. Se utilizaron documentos institucionales obtenidos de los sitios web del Ministerio de Salud chileno, Organización Mundial de la Salud y Organización Panamericana de la Salud. Situación de Salud de los adolescentes El período de desarrollo humano que cubre la adolescencia es considerado crucial, ya que marca el término de la niñez y tiene como meta completar el complejo proceso de romper los lazos de dependencia infantil y lograr un proyecto de vida e identidad propio. El desarrollo biológico, cognitivo y psicosocial que logren desarrollar los adolescentes en esta etapa del ciclo vital, determinará la forma en que vivirán su vida como adultos.15 La adolescencia es, después de la niñez, la segunda etapa más vulnerable del ciclo vital y en donde se adquieren la mayoría de los hábitos que pueden tener consecuencias para la salud a largo plazo, originando conductas de riesgo tales como el tabaquismo, sedentarismo, malnutrición, consumo de drogas adictivas, actividad sexual sin protección, las cuales tienen repercusiones biológicas y psicosociales negativas tales como el embarazo, obesidad, complicaciones metabólicas, drogadicción, deserción escolar, pobreza e incluso causar invalidez o muerte, como los accidentes, suicidios y homicidios.16 Las conductas de riesgo, pueden ser potencialmente prevenibles en la adolescencia temprana, sin embargo se observa a nivel mundial una franca tendencia al aumento, siendo un motivo de preocupación para las autoridades de salud. La adolescencia es una etapa de gran importancia en términos de consolidar formas de vida que permitan mantener la salud y retrasar el daño.17-20 La salud de los adolescentes es un elemento clave para el progreso social, económico y político de los países. Cuando los adolescentes no consiguen llegar a la edad adulta en condiciones óptimas de salud y educación, presume para los gobiernos un elevado costo social y económico.1,16 Los insuficientes recursos destinados a la promoción y atención de salud de adolescentes amenazan con invalidar en forma parcial los logros conseguidos en la niñez, no obstante durante las últimas décadas se ha reconocido la importancia de invertir en la salud y desarrollo del adolescente, así como la necesidad de asignar alta prioridad a los programas dirigidos al fomento, promoción y protección de la salud.1,21,22 De esta manera los países aseguran la salud del adolescente, de la próxima generación y la adquisición de capital humano de la población joven económicamente activa, que serán el gestor del crecimiento económico y un agente para la transformación social de los países.4,22 Dado lo anterior es que la Convención por los Derechos del Niño y del Adolescente los reconoce como sujetos portadores de derechos, paso fundamental para la protección de esta etapa y la construcción de una sociedad democrática que cautela el mismo respeto y derecho a participar que los adultos. La protección del desarrollo integral, la no discriminación, la autonomía progresiva, participación y expresión son principios básicos planteados por la Convención que deben ser respetados y promovidos en todo contacto con el adolescente, tanto en su familia, su comunidad y todos los sistemas de atención.1,4,8 La cohorte actual de adolescentes es la más grande que ha existido en el mundo, en 2009 una quinta parte de la población mundial fueron adolescentes, número que ha aumentado a más del doble desde 1950 y un 85% de ellos se encuentran en países en desarrollo.1 Gran parte de los países del mundo se encuentran en un período de “transición demográfica” debido al efecto combinado del descenso de la fecundidad, disminución de la mortalidad y aumento de la esperanza de vida, y los niños y niñas que ingresan al segundo decenio de sus vidas están formando parte de las causas del cambio piramidal de la población.23 En Chile existe un aumento de la población adolescente y un “bono demográfico” con predominio de la población económicamente activa, parte de este bono está determinada por las tendencias de la población joven (10 a 24 años), ya que ellos se constituirán en una fuente importante de aumento en la productividad, lo que plantea exigencias de política pública en cuanto a la oferta de educación y salud. Es por esto que son fundamentales las inversiones en la salud de los jóvenes para producir beneficios de larga duración dirigidos a las generaciones futuras y se convierta en un beneficio real para la sociedad.1,24,25 Los indicadores de salud de adolescentes en Chile muestran un aumento progresivo de su morbimortalidad producto de conductas de riesgo del adolescente. La mortalidad llega a una tasa de 5 por 10.000 habitantes, siendo las causas más frecuentes de muertes las causas externas: accidentes, traumatismos y violencias. El suicidio ha aumentado en forma importante, alcanzando el año 2005 una tasa de 12,5 por 100.000 en hombres de 15 a 19 años.5,16,21 Los adolescentes presentan prevalencias elevadas de tabaquismo, con un 43,3% de escolares de 4 o medio que han consumido la última semana y cuya edad de inicio promedio es de 13 años.5,16 Con respecto al consumo de alcohol las cifras se han mantenido estables y altas, con un 52,8 % de los escolares de 4 o medio que consumen mensualmente, el año 2009, igual en hombres y mujeres, con una edad de inicio de 13 años. Se describe una ingesta promedio de 80 grs. de alcohol en un día en jóvenes de 15 a 24 años, lo que es mayor que en cualquier otra etapa de la vida.26 La tasa de fecundidad en adolescentes chilenos muestra un progresivo ascenso, llegando el año 2009 a una tasa de 54,3 por 1000 mujeres de 15 a 19 años, así como también se observa una alta prevalencia de síntomas depresivos e ideación y planificación suicida, con una prevalencia de 14% de jóvenes de 15 a 24 años con síntomas depresivos y un 16% en escolares de 13 a 15 años.5,26 Además preocupan las cifras de sobrepeso y obesidad en escolares de 8 o básico, con un 40,2% de sobrepeso u obesidad, un 85% de sedentarismo en hombres y 92,8% en mujeres de 13 a 15 años, definido sedentarismo como la práctica de actividad física menor de una hora al día.5,26 Situación similar con el resto del mundo donde los traumatismos derivados de los accidentes de tránsito constituyen la principal causa de muerte entre los adolescentes, originado por la propensión a tomar riesgos, situación que los lleva a consumir tabaco y alcohol, se estima que la mitad de los 150 millones de adolescentes que fuman morirán por causas relacionadas con el consumo de tabaco.1 Rol de la Familia y conductas de riesgo adolescente Las condiciones y circunstancias que influyen en las conductas de los adolescentes y que afectan la salud, constan de una serie de factores determinantes que pueden identificarse en cuatro niveles ecológicos: individual (personalidad, carácter), interpersonal (los modelos, familia), comunitario y de políticas públicas.4 La salud y bienestar del adolescente se ven influidas en gran medida por las oportunidades y calidad de experiencias que tiene en el ambiente familiar donde se desarrolla, jugando ésta un rol esencial.27 En Chile y otros países del mundo se observa variación en las características de la familia en cuanto a conformación e institucionalización.28 La mayoría son biparentales, sin embargo un número creciente de hogares son uniparentales, de autoridad femenina, producto de separaciones, embarazo precoz o convivencia a corto plazo, los cuales dejan a la mujer y sus hijos en condiciones desfavorables y se constituye en un elemento de vulnerabilidad para futuras conductas de riesgo de los hijos.2,9,22 La familia cumple varias funciones importantes en el desarrollo de sus miembros, modela sentimientos, ofrece patrones de conductas, pautas y normas de convivencia, un adecuado vínculo y funcionamiento familiar con disponibilidad de tiempo de los padres hacia los hijos, comunicación, rituales familiares, cohesión, adaptabilidad y actividades en conjunto se han descrito como factores que disminuyen significativamente las conductas de riesgo o predisponentes en el adolescente.29-31 El proceso de socialización familiar se reconoce como uno de los factores determinantes en la génesis y mantenimiento de las conductas de riesgo, al constituirse en la base del desarrollo de las características individuales del adolescente tales como su personalidad, autoconcepto, valores y habilidades de comunicación entre otros.32 La falta de internalización de normas y resolución dialogada de conflictos en las relaciones interpersonales familiares, dificulta la adaptación efectiva y aumenta la probabilidad de conductas autodestructivas y de riesgo en el adolescente.8,10,33-35 Se han identificado algunos factores de riesgo individual como la falta de autocontrol, baja autoestima, bajo rendimiento escolar, deserción escolar y ausencia de plan de vida, asociados a conductas de riesgo como la depresión, adicciones e ideación suicida, que se asocian a familias con bajos niveles de cohesión, desapegadas, de menores ingresos, con una escasa contención emocional brindando escaso soporte para enfrentar las tareas propias de esta etapa.1,20,36 La relación familiar entre padres e hijos es una interacción que afecta a ambos agentes sociales y puede generar beneficios o daños potenciales para ambas partes, en este sentido la percepción de los estilos de crianza parentales se ha transformado en un importante tema a estudiar.37,38 Hay varias investigaciones que destacan el valor de la forma de educar de los padres, es decir, los estilos de crianza y su influencia en la aparición de conductas de riesgo y bienestar del adolescente.5,8,13,36-38 Barber hace varios años elaboró un modelo interaccional donde describe diversas dimensiones de los estilos de parentalidad y sus efectos en los hijos de adolescentes, modelo que ha sido validado por otros estudios.3,36,38 Este modelo describe que los estilos de crianza poseen tres variables: la conducta de apoyo/aceptación estaría positivamente relacionada con la competencia interpersonal del adolescente traducida en mayor interacción social con exploración creciente del mundo y mejor salud mental; el control psicológico de tipo coercitivo traducido en la negociación de los afectos, generación de culpas y represión dificultaría el desarrollo de la autonomía y se correlaciona positivamente con depresión, suicidio y conductas antisociales; finalmente el control conductual basado en el establecimiento de límites y monitoreo, refleja la comunicación y confianza entre padres e hijos y estaría negativamente asociado con las conductas de riesgo.10,36-38 Simpson recopila una serie de investigaciones que coinciden en demostrar que los padres son una fuerte influencia en el crecimiento saludable del adolescente y menciona cinco pilares básicos del rol para ser padres de adolescentes: (a) ofrecer amor y conexión; (b) controlar la conducta y el bienestar del adolescente; (c) aconsejar, incluyendo negociación y fijación de límites; (d) ofrecer información y consulta para entender, interpretar y transitar por el mundo, a través de un proceso de ejemplo y diálogo continuo; y (e) proveer y abogar por recursos, incluyendo otros adultos a quienes les importe.30 Debido a los profundos y complejos cambios que se presentan en la adolescencia, educar a los adolescentes se convierte en una situación tensionante para muchos padres, quienes experimentan sentimientos de ineficacia e incompetencia en relación con el comportamiento de sus hijos.29,30 De la revisión de la literatura, las intervenciones con fuerte énfasis en trabajo con familias y capacitación parental en estilos de crianza efectivos es una estrategia fundamental para disminuir las conductas de riesgo en adolescentes, dentro de las cuales se destaca el Programa “Familias Fuertes”.10-14 La efectividad de estos programas se basa en involucrar activamente a padres e hijos en varias sesiones educativas, con un enfoque predominante en la reflexión, adquisición de conocimientos y desarrollo de habilidades, de negociación y de comunicación junto con sentimientos de aceptación y apoyo en la crianza de otro grupo de padres, situaciones que conducen a la reducción de sentimientos de culpa y mayor empatía y confianza en la interacción con los hijos.10 Discusión La adolescencia es una etapa de transición hacia la adultez, caracterizada por procesos concretos e irrepetibles, con un fuerte componente emocional y social que derivan en cambios importantes para cumplir tareas determinadas. Para el logro exitoso de éstas se necesita el apoyo de la familia, que a su vez también tiene tareas y desafíos que cumplir en este sentido.1,3,8 La familia durante la adolescencia se ve tensionada y enfrentada a una serie de situaciones complejas, donde cada uno de sus miembros contribuye al funcionamiento manteniendo su identidad, a través del ejercicio de roles, funciones y de las tareas necesarias del conjunto. Las familias empiezan a sentir un desequilibrio en la organización de las pautas previamente establecidas, teniendo que realizar una reacomodación en los estilos de crianza para otorgar al adolescente un entorno adecuado y saludable para su desarrollo.15,39 La adolescencia se destaca por ser un momento de promesas y oportunidades, sin embargo con bastante frecuencia, es un periodo de graves consecuencias para la salud. Los problemas de salud del adolescente son predominantemente psicosociales, es decir, derivan de sus estilos de vida y conductas, los cuales son modelados primordialmente en el interior de la familia.2,27,28 Las conductas de riesgo son potencialmente prevenibles, lo que justifica la implementación de programas orientados a la disminución y promoción de la salud integral, con el fomento de estilos de vida saludables y que tengan un enfoque psicosocial y familiar.4,10,11,13,17,32 La presencia de una relación parental fría y negativa, apego inseguro, inflexibilidad, disciplina inconsistente y supervisión inadecuada, están vinculadas a familias que presentan conflicto familiar, ruptura matrimonial, violencia, monoparentalidad y menor nivel socioeconómico, los cuales son indicadores que aumentan el riesgo de desarrollar conductas de riesgo y problemas emocionales de los adolescentes, lo que revela la importancia de fortalecer el vínculo familiar.40-43 Los adolescentes en la actualidad están en mejores condiciones y con mayores beneficios derivados del progreso tecnológico, sin embargo la rápida urbanización, las telecomunicaciones, los viajes y migraciones conllevan a nuevas posibilidades y riesgos de daño para la salud de los adolescentes y jóvenes.1,4 Por ello, centrar los esfuerzos en promover mejoras en la comunicación, vigilancia y optimizar los estilos de crianza parental, emergen como una necesidad inmediata y urgente a fin de facilitar el desarrollo del rol, considerando que los padres son los principales modelos y que sus comportamientos actuarían facilitando en los adolescentes la posibilidad de evitar que adopten conductas de riesgo.6,8,9 En este contexto se ha observado que a los padres les resulta más fácil preocuparse por el bienestar físico de sus hijos a diferencia que cuando se trata de prevención de conductas de riesgo y se puede tornar aún más difícil con aquellos padres que tienen bajos ingresos, ya que son familias que reportan menor disposición a participar de programas de apoyo.19 Surge la necesidad de realizar intervenciones a través de programas que apoyen y fortalezcan a la familia. Hay investigaciones que explicitan la eficacia de los programas que promueven estilos crianza efectivos con efectos positivos importantes en la prevención de conductas como el consumo de alcohol, drogas o tabaco. Para ello, se requiere la participación activa de los padres y adolescentes y su compromiso a permanecer en estos programas.17 Estas intervenciones facilitan la autosuficiencia parental, el desarrollo de competencias sociales, la autorregulación y crianza de los hijos y el momento más propicio para realizarlas es en la adolescencia temprana (10-14 años), donde se observan mejoras en los resultados obtenidos, para lo cual se requiere involucrar activamente a los padres, adolescentes, educadores y profesionales de la salud.8,10-13 Tanto a nivel país (“bono demográfico”), como institucional e individual, resulta fundamental que se inviertan recursos para promover y mantener un nivel óptimo de salud en el adolescente y producir beneficios de larga duración dirigidos a las generaciones futuras. Se necesitan políticas de salud y de educación adecuadas que releven el rol de la familia como protagonista del desarrollo sano del adolescente y programas que respondan a las necesidades y demandas de salud de este grupo etario con el fin de contribuir a mejorar su calidad de vida.16,22,24 Bibliografía 1. United Nations Children´s Fund. The State of the World’s Children 2011. Adolescence: and Age of Opportunity.2011 New York: UNICEF. Disponible en http://www.unicef.org/publications/index_57468.html (acceso: 10/08/2011).2. Florenzano R. El Adolescente y sus conductas de Riesgo.3 a ed. Santiago, Chile: Universidad Católica de Chile; 2005.3. Barber B, Schluterman J. Connectedness in the lives of children and adolescents: a call for greater conceptual clarity. J Adolesc Health 2008; 43(3): 209-216.4. Breinbauer C, Maddaleno M. El modelo “Jóvenes: opciones y cambios” y su aplicación en el diseño de intervenciones eficaces para los adolescentes. En: Organización Panamericana de la Salud. 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Subst Abuse Rehabil.2011 Sep; 2(1): 163-172. Dirección para correspondencia: María Teresa Valenzuela Mujica Escuela de Enfermería Vicuña Mackenna 4860, Macul, Santiago, Chile [email protected] Manuscrito recibido el 2.4.2012 Manuscrito aceptado el 17.9.2012
¿Qué son situaciones de riesgo y peligro?
El peligro hace referencia a una fuente, una situación o un acto que pueden ocasionar un potencial daño, mientras que el riesgo se refiere a la probabilidad de que un hecho peligroso concreto ocurra y a la gravedad de sus consecuencias.