De Wikipedia, la enciclopedia libre
La redacción de este artículo o sección debería adecuarse a las convenciones de estilo de Wikipedia. Puedes colaborar editándolo, Cuando se haya corregido, por favor borra este aviso, pero no antes. Este aviso fue puesto el 14 de enero de 2021. |
Televisión y educación, la televisión en este ámbito ha recibido varias críticas sobre todo desde la perspectiva sociocultural, por sus contenidos violentos que hacen que los receptores tengan así mismo conductas y actitudes violentas. Además se han realizado críticas desde una perspectiva psicológica, entendiendo así la relación entre el número de horas que el espectador ve la televisión, y nivel de inteligencia que pueda tener.
- Además podemos distinguir críticas educativas, que muestran las relaciones negativas entre el rendimiento académico debido por ejemplo a la observación de programas televisivos que no son nada recomendables para un público menor.
- Actualmente existen programas tales como realities shows que llegan a mostrar conductas inapropiadas.
Por todo eso podemos distinguir en el ámbito educativo tres tipos diferentes de televisión: cultural, educativa y escolar, En la televisión cultural los objetivos prioritarios son, la divulgación y el entretenimiento, Este tipo de programas lo encontramos sobre todo con reportajes y noticiarios.
En la televisión educativa se muestran contenidos con intereses formativos y educativos. así se dan series con continuidad y con teorías del aprendizaje. Así intentan influir en el conocimiento, las actitudes y los valores del espectador. En la televisión escolar su objetivo fundamental es suplantar al sistema escolar tradicional implantando como nuevo objetivo programas desde niveles de primaria hasta cursos de actualización universitaria.
Una revisión de trece estudios publicada por Campbell Collaboration en 2017 demostró que la televisión educativa parece mejorar la alfabetización en niños, por encima del suministro de bibliotecas y publicaciones en idioma local. Aunque es necesario un mayor número de evidencias rigurosas sobre esto.
¿Qué es la escuela de los padres?
La Escuela de Padres tiene como objetivo proporcionar a los padres información, orientación, formación y asesoramiento para su importante tarea de actuar como tales y, lograr así, un mayor desarrollo de la personalidad de sus hijos.
¿Cuál es la importancia de la escuela de padres?
Beneficios de una Escuela para Padres en los Entornos educativos – La Escuela para Padres les ofrece a los padres y madres diversas estrategias y recursos con los que puedan comprender diferentes aspectos de sus hijos relacionados con su crecimiento, maduración y socialización durante las etapas de su niñez y adolescencia.
Mostrar que los padres también pueden actuar como educadores de sus hijos,
Propiciar que la escuela trabaje junto a la familia en el proceso de enseñanza aprendizaje de los niños y adolescentes.
Ayudar a construir Comunidades de Aprendizaje en las instituciones educativas.
Contribuir en el desarrollo de un Aprendizaje Dialógico.
¿Cuáles son las características de la escuela para padres?
Debemos entender que, una escuela para padres es un espacio educativo donde un profesional compartirá información, apoyo psicosocial y pedagógico a las familias, lo cual resultará en una mejor educación de los hijos, repercutirá positivamente en el conocimiento de su entorno físico- emocional dándoles seguridad y
¿Que se aprende en una escuela de padres?
¿Qué es una Escuela de Padres? – Una Escuela de Padres es un espacio de información y reflexión sobre aspectos relacionados con las funciones parentales, como la educación de los hijos/as y el cuidado y atención requeridos para su sano desarrollo mediante la crianza positiva y sin violencia.
Esto es posible mediante un intercambio de información sobre experiencias cotidianas de crianza y valores que te permitan desarrollar habilidades para resolver los problemas y ayudar a tus niños y niñas en el camino hacia su vida adulta, Las escuelas para padres también funcionan como una herramienta que permite reforzar la relación entre los padres, el colegio y los maestros.
Esto resulta beneficioso en la formación, aprendizaje y educación de los niños y niñas. Además, ayuda a que los padres no se sientan desorientados al afrontar la educación de sus hijos, en especial en momentos inciertos como ahora.
¿Qué es la escuela y para qué sirve?
INTRODUCCIÓN La escuela compone el eje y núcleo central y primordial de la educación; tanto en la comunidad como en la familia, por tanto, su papel como institución está enmarcado en dos direcciones una formar y la otra preparar, para lograr la formación integral del hombre para la sociedad en la cual se va a desenvolver.
Para Echavarría (2003 ), constituir la escuela como escenario de formación y socialización connota dos tipos de reflexiones: la primera refiera la configuración de los elementos pedagógicos, metodológicos y estructurales propicios para la orientación de los procesos de enseñanza y aprendizaje; y la segunda se connota en la estructuración de la escuela como escenario de formación y socialización.
Partiendo de lo anterior, la escuela es el lugar donde el estudiante va a retener, comprender y hacer uso activo del conocimiento trasmitido, por lo que las prácticas educativas deben estar encaminadas a la reflexión y participación activa con el fin de desarrollar la mente en los diferentes ámbitos del individuo, esto permite tener mayor comprensión no solo de los temas académicos que se presentan, sino también de las enseñanzas que la vida le brinda a cada uno, donde el individuo podrá expresar sus ideales, habilidades, aptitudes, que darán espacio a la interacción, construcción y desarrollo de sus potencialidades.
El presente trabajo aborda la importancia de la escuela, el profesor y el trabajo educativo en función de lograr la disminución de la deserción escolar en el contexto educativo colombiano, teniendo como objetivo reflexionar sobre la significación de la escuela y el profesor como agencia y agente educativo, respectivamente y el papel que deben jugar en la disminución de la deserción escolar.
DESARROLLO “La escuela, como ente educativo, desempeña un papel prioritario en la formación de las personas, puesto que ella, como institución social, debe responder a la necesidad de formar a las nuevas generaciones según los intereses que el Estado conciba en la dinámica de sus relaciones económicas, sociales, políticas y culturales, tanto nacionales como internacionales.
- Así, la escuela fue creada por la sociedad y a ella se debe, por tanto, su misión es formar hombres para que, mediante el trabajo, satisfagan las necesidades que de ella brotan.
- Su esencia es, entonces, resolver los problemas que emanan de las necesidades sociales” (Álvarez, 1996: 248).
- La institución educativa proporciona espacio de formación individual y colectiva, en el cual se realiza un proceso de identidad según la sociedad y actividades de socialización con los pares, por lo que se debe considerar como un espacio de trasmisión, no solo de conocimientos académicos sino de múltiples culturas, prácticas y expresiones sociales.
Es innegable que en todo proceso educativo, del nivel básico hasta la educación superior, el trabajo en equipo juega un papel determinante en la formación de los alumnos; y que la labor de los profesores requiere cada vez más del trabajo cooperativo, por lo que es de importancia vital el colegiar todas y cada una de las actividades que el personal desarrolla.
Primero, el problema, la situación de un objeto que genera una necesidad en un sujeto que desarrolla un proceso para su transformación. Segundo, el objetivo, el propósito, la aspiración que el sujeto se propone alcanzar en el objeto para que, una vez transformado, satisfaga su necesidad y resuelva el problema. Tercero, el contenido, los diferentes objetos de las ciencias que ha construido la cultura. Cuarto, el método, la organización interna del proceso docente-educativo en tanto procesos de comunicación y acción; son los pasos desarrollados por el sujeto en su interacción con el objeto, a lo largo del proceso docente-educativo. Quinto los medios, herramientas que se utilizan para la transformación del objeto. Sexto, la forma, organización adoptada desde el punto de vista temporal y organizacional en la relación docente-discente para desarrollar el proceso docente-educativo. Séptimo, la evaluación, constatación periódica del desarrollo del proceso, de modificación del objeto” (Álvarez, 1996: 247-248).
Esta relación forma un sistema de interacción entre maestro y estudiante, que no solo se desarrolla a nivel académico, sino también personal, lo que contribuye a que los estudiantes generen confianza hacia su docente y puedan desarrollar habilidades sociales que permiten una mejor comunicación y comprensión, en esta relación el objetivo es que el maestro acompañe al estudiante y le de herramientas para afrontar situaciones, además de revelar la importancia de la educación y de un proyecto de vida que defina y aclare las aspiraciones del individuo.
Es así como la escuela y los maestros se convierten en un elemento fundamental en el desarrollo del estudiante, no solo a nivel académico sino personal, pues brindan herramientas para afrontar situaciones de la vida, de esta forma, ante la deserción escolar, las instituciones deben generar nuevas prácticas educativas que atraigan a los estudiantes y les brinden confianza y estabilidad, lo cual puede estimular deseos de permanecer en la escuela y buscar alternativas para no desertar de esta.
Las instituciones educativas deben diseñar estrategias que mitiguen la deserción en los estudiantes, por lo que el Ministerio de Educación Nacional expone las siguientes estrategias:
La primera se enfoca a integrar “instituciones educativas” que estén en capacidad de ofrecer todo el ciclo básico. Si una sola institución se encarga de asegurar el ciclo educativo desde el grado 0 al grado undécimo, reduciremos los problemas de obtención de cupos y abriremos mayores espacios en torno a la consistencia de los programas de calidad educativa. La segunda estrategia está asociada al diseño de los planes de mejoramiento y al fortalecimiento de las instituciones educativas en los frentes de gestión de recursos y de tipo pedagógico, para lograr que los estudiantes alcancen mayores niveles de logro. A partir de los resultados de las evaluaciones, todas las instituciones educativas deberán proponer y formular planes de mejoramiento, lo que les permitirá definir nuevas metas, corregir sus deficiencias, reforzar sus fortalezas, mejorar sus estrategias pedagógicas y aumentar las tasas de promoción con buenos niveles de calidad. La tercera tiene que ver con la pertinencia. Tenemos que motivar a los niños por el acceso al conocimiento, por el desarrollo de la capacidad crítica y el pensamiento propio alrededor de sus propias realidades y de sus proyectos de vida, y generar vínculos constructivos con su institución, sus maestros y sus comunidades. La cuarta tiene que ver con la flexibilidad de los modelos educativos que se implementan, que deben ser capaces de adaptarse a las necesidades de los niños y a las especificidades de cada región del país. (Ministerio de Educación Nacional, 2003).
Estas estrategias no solo se deben implementar en la zona urbana sino también en la rural, pues allí no se cuentan con programas que permitan relacionar la familia, escuela y comunidad, por lo que es necesario buscar alternativas en los modelos educativos, es decir, modificar la pedagogía donde sea posible introducir pequeños grupos trabajando con estrategias de educación personalizadas y colaborativas, buenos materiales educativos que permitan el avance gradual de los alumnos, así como lazos estrechos con la comunidad a través de proyectos de desarrollo local (Ministerio de Educación Nacional, 2001) De esta forma los profesores en compañía de la institución educativa, deben tener en cuenta las estrategias dadas por el Ministerio de Educación Nacional y crear un programa interdisciplinario que trabaje con la familia y la comunidad, implementando un modelo educativo acorde a las necesidades de los estudiantes, donde se apoye, se motive, se acompañe y se vigile el proceso de enseñanza-aprendizaje, garantizando una mejor calidad de vida para los estudiantes y la sociedad.
Desde esta lógica de pensamiento, hay que destacar la importancia del trabajo educativo y sus potencialidades en la atención a la deserción escolar. Todo proceso pedagógico se desarrolla desde la interrelación armónica de lo instructivo, lo educativo y lo desarrollador. La deserción escolar se da a partir del debilitamiento de estos tres componentes de la actividad pedagógica.
La debilidad en el conocimiento, en la instrucción, repercute en la educación del estudiante y lleva a manifestaciones de desinterés por el estudio, por la escuela y a la salida del sistema. Para combatir la deserción escolar, hay que luchar contra las causas que la provocan y en esta tarea el trabajo en la dirección de la educación de los sentimientos y valores, juega un papel esencial.
El trabajo educativo contribuye a la formación integral de las nuevas generaciones, fortaleciendo el sentido de pertenencia social, que le permite visualizar su compromiso con los sectores sociales más necesitados y vulnerables, siendo partícipes de los problemas que le permiten a los ciudadanos necesitados alcanzar su propio desarrollo, el de su comunidad y la nación.
Desde el trabajo educativo se busca que los estudiantes se formen a través de la prevención, atención y reducción de situaciones que afectan el desarrollo, fomentando la participación en el área educativa y social que genera mejoramiento emocional e intelectual, mejorando las condiciones de vida de los estudiantes, lo cual se puede implementar en las diversas instituciones educativas que buscan disminuir los índices de deserción escolar.
- Martínez, propone desarrollar las siguientes actividades educativas: “(1) la adopción de centros preescolares o escuelas primarias para dotarlas de mobiliario, aulas, material didáctico, muros perimetrales, etc.
- 2) Reforestación en calles, parques, ríos, etc.
- 3) Alfabetización de jóvenes y adultos.
- 4) Acompañamiento a organizaciones comunales en sus proyectos.
(4) Actividades de mejoramiento del medio ambiente. (5) Voluntariado en organismos de beneficencia. (6) Participación en campañas de salubridad” (Martínez, 2016). El trabajo educativo en Colombia, podría mejorar los indicies de la educación en la zona urbana y rural, mediante la creación de programas educativos que se encarguen de enseñar a la población que ha desertado, en donde la pedagogía debe cambiar a una forma más dinámica, lo que atraerá ciudadanos con ganas de superarse y mejorar las condiciones de vida de sí mismos y sus familiares.
Al generar actividades que incluyan a las poblaciones vulnerables, se motivará a estudiar con herramientas que brinden alto rendimiento; las principales características que deben tener estos proyectos están en la comunicación, la confianza, la motivación, el apoyo, la comprensión, entre otras, que busquen aumentar la cobertura educativa en las distintas zonas del país, promoviendo cambios positivos en la educación y disminuyendo el porcentaje de desertores en el país.
Este proyecto educativo contribuye a aumentar los índices de educación del país, para lo cual se realizan campañas que abarcan desde la alfabetización, hasta la enseñanza de la educación básica, donde su mayor impacto se centra en las poblaciones vulnerables y de escasos recursos.
El trabajo educativo debe vincularse al Proyecto Educativo Institucional de las instituciones educativas, dándole oportunidades a los estudiantes de acceder a una educación distinta y pensada en sus necesidades, además se podrá vincula a actores como familia y la comunidad del que ha sido desertor e integrarlo de nuevo al proceso de formación educativa, para lo cual se debe trabajar en conjunto con el Estado, la sociedad, la escuela, la familia, para hacerlo productivo y de alto cubrimiento.
Es importante que se desarrolle el trabajo educativo, como parte importante del proceso de socialización y que en el participen todos los agentes y agencias socializadoras. La socialización es un proceso de interacción con distintos entornos, en el cual se aprende normas, actitudes, creencias, que enseñan a desempeñarse correctamente en ámbitos como; el familiar, el escolar, laboral y social.
- Flores manifiesta que la socialización es el ” proceso de contacto e interacción que los niños deben realizar respecto de las demás personas.
- Esta es una construcción paulatina que permite la apropiación de las características observadas en el entorno” ( Flores, 2010 : 15).
- Se asume la socialización como el proceso por el cual los individuos, en su interacción con otros, desarrollan las maneras de pensar, sentir y actuar que son esenciales para su participación eficaz en la sociedad.
Por medio del mismo los seres humanos aprenden e interiorizan, en el trascurso de su vida, los elementos socioculturales de su medio ambiente, los integra a la estructura de su personalidad, bajo la influencia de experiencias y de agentes sociales significativos, y se adaptan al entorno social al que pertenecen.
- La formación del hombre es el objetivo de la educación, para lograrlo necesita trasmitir la cultura y regular el proceso de su asimilación por parte de cada sujeto social, propiciando su socialización.
- En el proceso de socialización la educación juega un papel importante y junto a ella las agencias socializadoras: escuela, familia, comunidad, los medios de comunicación masiva, entre otros.
En el marco de ese proceso se desarrolla la personalidad en todas sus potencialidades y elementos integrantes” ( Altavaz, 2012 : 27). Dentro del proceso de socialización se hacen presentes los agentes que permiten incorporar a los individuos a la sociedad, mediante espacios de reflexión, interacción, dinamismo, dialogo, entre otros, además son instancias para la trasmisión de conocimientos, normas y valores.
Entre las agencias de socialización se encuentran: la familia, los grupos de iguales, la escuela, los medios de comunicación masiva, la iglesia, entre otros, las cuales influyen de forma positiva o negativa en la deserción escolar; por ejemplo, la familia al presentar problemas económicos propicia que el estudiante deje de estudiar por falta de dinero o por la necesidad de trabajar para generar ingresos familiares, por otra parte, la separación de los padres, la violencia, el descuido, por parte de los padres o acudientes, el cambio de domicilio, entre otros factores, generan deserción en los estudiantes.
Las familias pueden tomar un papel de apoyo y comprensión hacia el estudiante, donde se preocupen por su desempeño académico y participen de las actividades de las instituciones educativas, con el fin de fortalecer las relaciones entre estudiante-escuela-familia, lo que ayuda a la disminución de este fenómeno.
En el caso de la escuela, esta agencia de socialización, cuando no juega el rol que le corresponde, presenta falencias en la metodología de aprendizaje, pues los estudiantes buscan una mayor comprensión de los temas que se tratan y cuando no se llega a esto, se generan problemas que llegan a verse en la repitencia de los grados, lo cual da paso al fracaso escolar, y esto funda pensamientos negativos en los estudiantes que les hacen optar por abandonar sus estudios, ya que se sienten frustrados y no cuentan con una motivación para seguir estudiando.
Por lo que, las instituciones educativas deben reestructurar la metodología de enseñanza y generar estrategias pedagógicas que ayuden a una socialización más activa dentro de las aulas de clase y fuera de las mismas, de esta forma los estudiantes se sentirán motivados a estudiar y continuar con los procesos educativos durante los años escolares.
Los grupos de iguales realizan exigencias hacia el cumplimiento de normas estipuladas dentro del grupo, allí el individuo busca ser aceptado y en ocasiones esto le puede traer enfrentamientos entre las normas que fueron interpuestas en la familia y la escuela y las que debe cumplir para hacer parte de este grupo social, por otro lado, al ser rechazado y acosado por un grupo de personas, genera conflictos que afecta la autoestima y autonomía del individuo lo que le hace desertar.
Sin embargo, los grupos de iguales también pueden ser un factor protector y proporcionar apoyo a los demás, ante situaciones de motivación y acompañamiento escolar, como por ejemplo utilizar el plan padrino en materias que se le dificulten a otros estudiantes y así disminuir las posibilidades del fracaso escolar y por ende la deserción.
Los medios masivos de comunicación constituyen una fuente de gran influencia en la socialización de las distintas situaciones que presenta la sociedad a nivel, regional, nacional o internacional, y provee información frente a las situaciones que se presenta, por lo que se proporciona diferentes percepciones de la realidad en la que se vive, lo cual afecta de forma directa o indirectamente a los individuos.
Es así como los agentes de socialización (profesores, padres, vecinos, amigos, entre otros) forman parte de las acciones y decisiones de los estudiantes hacia el abandono o permanencia en la institución educativa, pues mediante la interacción con ellos, generan herramientas que podrán permitirles aprovecharlas en la disminución de este fenómeno.
- Es importante que los agentes socializadores formen parte del proceso de educativo de manera activa y continua, pues mediante la comprensión, acompañamiento, supervisión, motivación y apoyo hacia los estudiantes, se ayudará a mejorar la situación que se está presentando.
- La educación, en cualquier etapa del desarrollo social, tiene la función de socializar a las nuevas generaciones; lo cual significa, prepararlas para vivir en sociedad, para convivir como ciudadanos responsables, capaces de cumplir funciones cívicas y poseedores de un sistema de valores que le permita actuar en correspondencia con su contexto social.
La educación como actividad sistemática, está llamada a formar a las personas en su condición de ciudadano. Destacando esta función de la educación, el Doctor en Ciencias Fabelo (2003 ), señala que educar significa socializar, es decir, transformar al educando en un ser social, en parte constitutiva de una comunidad humana particular, único modo posible para hacerlo representante y partícipe del género humano” ( Altavaz, 2012 : 28).
La educación es el deber que le corresponde cumplir tanto a la escuela, como a la familia y a la comunidad, pues estas están encargadas de trasmitir conocimientos, costumbres, creencias, ideales, etc., que ayudan al individuo a relacionarse con sus entornos. El rol de la familia en la educación de los estudiantes no solo se centra en participar de las actividades académicas dentro de la institución educativa, sino también en ser mediadores de aprendizaje, es decir, apoyarlos y acompañarlos en este proceso.
Los docentes deben tener la capacidad de escuchar dudas e inquietudes, para así orientar de forma adecuada a los estudiantes, así asumen un papel de apoyo, comprensión y motivación en el aula de clase, en la cual se plantean diversas formas de enseñanza y adaptación de los individuos, para evitar la deserción escolar.
Se requieren maestros comprometidos, que trabajen en el logro de mejores resultados de aprendizaje, que crezca el conocimiento intelectual del alumno, que busquen entender, ayudar y sacar adelante al estudiante para que encuentre una empatía con el sistema educativo. El educador debe ser el facilitador, colaborador y orientador del aprendizaje del educando, por lo tanto, es el responsable de la calidad de la enseñanza junto con el hogar y las autoridades educativas.
Acosta expone que: “El maestro debe interactuar con las instituciones y los padres de familia en lo que se refiere a las metas de desarrollo integral del niño. Ser docente de educación inicial es tener la oportunidad de enfrentarse cada día a una caja de sorpresas: una sonrisa, el llanto, un logro, un interrogante difícil de responder, situaciones que hacen del ejercicio académico un rol gratificante y un reto permanente” ( Acosta, 2016 : 5).
Parta Vergara “Los actores motivan al estudiante para permanecer en la institución educativa, se relacionan con el apoyo que obtiene de su núcleo familiar para desempeñar sus actividades académicas, su relación con compañeros de clase y la misma institución, la cual juega un papel importante y hace que el estudiante sienta ese deseo de asistir y permanecer por compartir espacios de conocimiento y recreación, y también el acercamiento y la relación que pueda establecerse entre el docente y el estudiante, que en gran forma genera un vínculo que ayuda a su continuidad en el ciclo educativo” ( Vergara, 2014 : 18).
La relación de estos actores, garantizan el proceso de enseñanza-aprendizaje, proporcionando apoyo, comprensión, motivación, asistencia, trabajando de manera conjunta, para lo cual debe existir una comunicación asertiva entre estas partes, de esta forma habrá mayor entendimiento y se podrá actuar desde las posiciones de cada actor.
- Según Navarro “La relación escuela-familia se plantea desde la escuela porque a esta le interesa que sus esfuerzos sean adecuadamente complementados por los actores no-escolares (la familia) que pueden, sin embargo, cumplir un rol educativo.
- A la inversa, para la familia, el desempeño de la escuela es importante puesto que espera que los aprendizajes escolares sean también aprendizaje para la vida, esto es, que resulten aplicables al desempeño actual y futuro del estudiante fuera de la escuela” ( Navarro, 2004 : 71).
Mientras que la comunidad ha optado por ser un espectador ante la educación de los individuos, expone situaciones que lo motiva a los estudiantes a dejar de estudiar como lo es la falta de oportunidades, tanto para él, como para la familia, también pueden adquirir dinero fácil mediante situaciones ilegales, la aceptación de un grupo social los incita a desertar y muchos factores más que dan paso a este fenómeno.
- La comunidad debe ser quien esté pendiente y apoye el trabajo con los individuos ante el proceso de educación, es decir, velar por el cumplimiento de este derecho fundamental.
- También este contexto debe generar y aumentar oportunidades para el individuo y su familia, promover herramientas de afrontamiento ante situaciones conflictivas.
Este contexto le permitirá al individuo tener herramientas para continuar con el proceso de aprendizaje. La relación de la escuela, la familia y la comunidad debe propiciar el desarrollo y crecimiento de cada individuo, pues estos entornos le permiten socializarse en distintas situaciones, generando un aprendizaje basado en las vivencias cotidianas.
- Asimismo, esta relación demuestra que los entornos nombrados, proporcionan espacios de aprendizaje, comparten responsabilidades a la hora de formar nuevas generaciones y afrontan diversos retos en el momento de educar de manera conjunta a los individuos.
- Esta relación se convierte tanto en un derecho como un deber colectivo, es decir, que todos podemos acceder a la educación, pero debemos cumplir con algunas obligaciones como acompañamiento y apoyo familiar, motivación, mejoramiento de la pedagogía escolar, cumplimiento de las obligaciones académicas, aumento de oportunidades, entre otras.
La relación entre las familias, las escuelas y la comunidad debe basarse en el apoyo, acompañamiento y conservación de la comunicación asertiva, para velar por un buen desempeño en los estudiantes, lo que permitirá garantizar el derecho a la educación, promover pautas y estrategias educativas que mitiguen la deserción escolar en las instituciones.
CONCLUSIONES La escuela constituye el núcleo central y primordial de la educación; tanto en la comunidad como en la familia, por tanto, su papel como institución está enmarcado en dos direcciones una formar y la otra preparar, para lograr la formación integral del hombre para la sociedad en la cual se va a desenvolver.
La interacción entre maestro y estudiante se debe desarrollar a nivel académico y a nivel personal, lo que contribuye a que los estudiantes generen confianza hacia su docente y puedan desarrollar habilidades sociales que permiten una mejor comunicación y comprensión En esta relación el objetivo es que el maestro acompañe al estudiante y le de herramientas para afrontar situaciones, además de revelar la importancia de la educación y de un proyecto de vida que defina y aclare las aspiraciones individuales La escuela y los maestros se convierten en un elemento fundamental en el desarrollo del estudiante, al brindar herramientas para afrontar situaciones de la vida Ante la deserción escolar, las instituciones deben generar nuevas prácticas educativas que atraigan a los estudiantes y les brinden confianza y estabilidad, lo cual puede estimular deseos de permanecer en la escuela y buscar alternativas para no desertar de esta, lo cual debe ser contenido esencial del trabajo educativo.
¿Cómo surge la escuela de padres?
La creación y desarrollo de las Escuelas para Padres se ubica en el contexto de la política de modernización educativa, promovida por el gobierno mexicano desde finales de los años ochenta, mediante la participación de los padres de familia bajo una orientación de política que va desde la gestión escolar hasta la
¿Cómo se relacionan los padres y la escuela?
Ventajas de la participación de los padres – El involucramiento de los padres es clave para el desarrollo de los alumnos y ofrece muchos beneficios. Existen muchos estudios, incluidos los antes mencionados, que hablan sobre cómo puede mejorar y ayudar esta participación en la vida estudiantil y también a los docentes. Algunas de las ventajas son:
Cuando hay una buena comunicación entre los padres y los maestros, disminuye el absentismo, Según un reporte de Johns Hopkins University (JHU), ayuda a reducir en un 24 % las faltas del alumno. El rendimiento académico aumenta, Según JHU, aspectos como la comprensión y la fluidez lectora mejoran cuando hay participación de los padres, aún más si los papás dedican tiempo para leer con sus hijos, ya que los alumnos saben que sus papás están al pendiente, tratan de mejorar por ellos, se sienten más motivados a aprender y mejorar sus calificaciones. También ayuda a mejorar el comportamiento del alumno en el aula, Que los padres y docentes tengan más comunicación ayuda al alumno a sentirse más motivado en clase, mejorando su autoestima y actitud en el aula. El beneficio se extiende a todas las edades, Aunque normalmente se habla del beneficio en alumnos de preescolar o primaria, hay otros estudios enfocados en alumnos de bachillerato. La participación de los padres marca una diferencia en todos los niveles aunque, claramente, va disminuyendo conforme el alumno avanza. Aún así, en la preparatoria, por ejemplo, el tener a los padres involucrados puede afectar la decisión si el alumno quiere seguir estudiando o no. La participación de los padres mejora el desempeño de los docentes, Cuando los padres tienen mejor comunicación con los maestros, ellos aprenden a valorar más su trabajo y los desafíos que ellos enfrentan, lo que hace que el docente se sienta valorado. También los ayuda a conocer más al alumno, lo que permite enseñarle de manera más personalizada y efectiva. Ayuda a que los padres de familia se sientan más involucrados y felices con la educación de sus hijos, Al existir una buena conexión entre las escuelas, los padres comprenden mejor el plan de estudios y el avance que tienen sus hijos. Además ayuda a que se sientan más cómodos y felices con la calidad de la educación. Incluso puede motivar a aquellos que no terminaron su propia educación, a continuarla.
¿Cuál es el papel de los padres y madres de familia en la escuela de padres?
Los padres y las madres de familia tienden a ser los principales benefactores en el proceso educativo de sus hijos e hijas, por lo tanto, se ven estrechamente involucrados en el transcurso de este, en el cual, su papel se va transformando de acuerdo a la etapa escolar en la que se encuentren los menores.
¿Cómo influye el nivel educativo de los padres en la educación de los hijos?
INEE: La Educación Obligatoria en México – Informe 2018 El nivel de escolaridad de los padres suele ser un aspecto importante a considerar cuando se habla de lo que aprenden los estudiantes en la escuela, ya que influye en la forma de estructurar el entorno familiar, así como en la interacción que tienen con sus hijos para promover el logro académico.
Los padres con mayores niveles de escolaridad promueven sin darse cuenta un vocabulario más amplio en sus hijos (Fernald, Marchman y Weisleder, 2013), y pueden establecer un balance entre el acompañamiento académico que proporcionan y la expectativa académica que tienen de sus hijos, lo cual suele traducirse en un mejor desempeño (Davis-Kean, 2005).
En cuanto al nivel de escolaridad tanto del padre como de la madre, se ha observado que desde preescolar hasta EMS existe una clara asociación con los resultados que obtienen los estudiantes en Lenguaje y Comunicación y Matemáticas. El INEE ha monitoreado esta variable de manera consistente en los cuestionarios de contexto que se aplican desde hace poco más de 10 años, además de ser un factor que en diversos estudios, tanto en el ámbito nacional como en el internacional, se ha reportado como importante para el capital cultural de las familias.
- En 2007 se analizó el impacto que tiene esta variable en el logro de aprendizajes de los alumnos de preescolar; en 2015, en estudiantes de 6° de primaria y 3° de secundaria; y en 2017, en el último grado de EMS.
- En estos análisis se observa la misma tendencia: a mayor nivel de escolaridad de los padres, mejores resultados de los estudiantes.
Se espera que aquellos padres con niveles educativos más altos tengan ocupaciones mejor remuneradas, lo que supone cierta asociación entre este indicador y los referentes a las condiciones socioeconómicas de las familias, lo cual se traduce en la acumulación de bienes, servicios y recursos que se asocian con la permanencia en la escuela y el desempeño académico de los hijos (Fernández, Blanco y Banegas, 2004).
- Además, es probable que los padres con mayores niveles de escolaridad puedan apoyar en mayor medida el aprendizaje de sus hijos.
- Es ampliamente conocida la importancia que el capital económico y cultural de cada alumno tiene para explicar sus niveles de aprendizaje.
- Lo esperado es que en la mayor parte de las escuelas exista una relación positiva entre este capital y el logro: los alumnos en condiciones de vulnerabilidad suelen obtener resultados más bajos, reproduciéndose así las desigualdades sociales de origen.
Sin embargo, es razonable suponer que algunas características de la organización escolar y políticas afirmativas a nivel nacional y estatal sobre poblaciones de estudiantes identificadas como vulnerables podrían contribuir a reducir el impacto del origen sociocultural sobre los aprendizajes, es decir, podrían hacer que algunas escuelas tuvieran resultados más “justos”, menos influidos por el origen social de cada alumno (Blanco, 2011).
¿Quién hizo la escuela?
¡A quién se le ocurrió inventar la escuela! La educación y la escuela son conceptos muy comunes en nuestra vida. Desde los 3 años de vida, o incluso antes, comenzamos a convivir con estas palabras y los hábitos propios de la vida escolar. Pero si el método educativo no fue el mejor para nosotros, en algún momento nos formulamos con desesperación la pregunta obligada: “¿a quién se le ocurrió inventar la escuela?” Resulta que la escuela se inventó desde las primeras civilizaciones, donde los adultos enseñaban a los más jóvenes a desempeñarse en actividades que fomentaran el desarrollo de la comunidad.
Pero fue en la antigua Grecia donde surgió la palabra “scholé”, que evolucionó a “escuela”. Y el significado de esa palabra era “ocio”. ¿Cómo es esto? Uno de los filósofos griegos más famosos, Aristóteles, decía que el hombre necesita de 3 acciones para vivir bien: el trabajo, el descanso y el ocio. Por “trabajo” se refería a todas las actividades que son necesarias para vivir, como aprender un oficio o los quehaceres de casa; por supuesto que después de realizar ese trabajo físico se requiere un descanso.
Y decía este filósofo que, el tiempo en el que no se trabaja ni se descansa, el tiempo libre, es el que se ocupa para cultivar el alma libremente. Bajo este concepto, surge la escuela en Grecia antigua, como un lugar al que acuden aquellos que quieren cultivar el alma a través de experiencias que les servirán para toda la vida.
- Esta definición parece dada por María Montessori, quien seguramente estudió la educación desde sus inicios y se dio cuenta de que el origen de la educación tuvo un buen objetivo.
- Sin embargo, con la llegada de las instituciones y los diferentes tipos de gobierno, el sistema educativo se transformó y se estancó durante varios años, llegando a la educación “tradicional”.
También Montessori, como era una mujer preparada, sabía que la lengua latina denominó a las escuelas primarias “ludus”, que significa “juego”. De estos dos vocablos “ludus” y “scholé” varias lenguas dan nombre a sus lugares de aprendizaje, siendo una contradicción enorme que, teniendo esos nombres, la educación se imparta de manera rígida y poco divertida.
¿Qué es lo más importante que deben enseñar los padres a sus hijos?
La enseñanza de los hijos por medio del ejemplo y de la instrucción 12 De acuerdo con sus propias necesidades y circunstancias, siga una o ambas de las siguientes sugerencias:
- Medite en cuanto a las necesidades de sus hijos o de sus nietos, sobrinos o de otros niños o jóvenes que conozca. Planifique oportunidades para enseñar a estos niños por medio de sus acciones y sus palabras.
- Repase el material que trata sobre la enseñanza dentro del vínculo familiar que se encuentra en La enseñanza: El llamamiento más importante (36123 002), páginas 143–162 y en la Guía para la organización familiar (31180 002), páginas 3–8. Si está casado, lea y analice este material con su cónyuge.
Estudie los siguientes artículos. Si está casado, léalos y analícelos con su cónyuge. Élder James E. Faust del Quórum de los Doce Apóstoles Me siento inspirado a hablar sobre un tema que considero lo más difícil del mundo. Se trata del privilegio y la responsabilidad de ser buenos padres.
- En ese aspecto, hay tantas opiniones como padres.
- No obstante, son pocos los que afirman saberlo todo y, por cierto, yo no soy uno de ellos.
- Creo que entre nosotros hay ahora más jóvenes excelentes que en cualquier otra época de mi vida.
- Esto implica que la mayoría de ellos provienen de buenos hogares y tienen padres dedicados y abne-gados.
Sin embargo, aun los padres más responsables sienten que alguna vez también ellos han cometido errores. Recuerdo una ocasión en la que cometí una imprudencia y mi madre exclamó: “¿En qué habré fallado?” El Señor dijo: “os he mandado criar a vuestros hijos en la luz y la verdad” (D.
- Y C.93:40).
- Para mí, ése es el esfuerzo humano más importante.
- Ser padre o madre no sólo es una gran responsabilidad, sino que es un llamamiento divino; es un esfuerzo que requiere consagración.
- El presidente David O.
- McKay dijo que la paternidad es “la respon-sabilidad más grande que se le ha confiado al ser humano” ( The Responsibility of Parents to Their Children, folleto sin fecha de publicación, pág.1).
Si bien hay pocos desafíos que sean mayores que el de la paternidad, pocas son las cosas que ofrecen un grado mayor de gozo. Sin duda no hay trabajo más importante en este mundo que el de preparar a nuestros hijos para aprender el temor a Dios, ser felices, honrados y productivos.
No hay felicidad mayor para los padres que lograr que sus hijos los honren a ellos y a sus enseñanzas. Ésa es en realidad la gloria de la paternidad. Juan testificó: “No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad” (3 Juan 1:4). En mi opinión, el enseñar, criar y capacitar a los hijos requiere más inteligencia, comprensión intuitiva, humildad, fortaleza, sabiduría, espiritualidad, perseverancia y mucho más trabajo que cualquier otra tarea que tengamos en la vida, en especial cuando las normas morales de honor y decencia decaen a nuestro alrededor.
Para tener éxito en el hogar, se deben enseñar valores e imponerse reglas y normas constantes. Hay comunidades que no apoyan mucho a los padres en lo que respecta a enseñar y honrar normas morales. Hay culturas que las han perdido por completo y muchos de sus jóvenes tienen una actitud sarcástica ante lo que es moral.
Ante el deterioro de la sociedad y la ruptura de la familia, lo mejor es prestar más atención y hacer un mayor esfuerzo para enseñar a la futura generación: nuestros hijos. Para ello, primero debemos fortalecer a sus maestros. Los educadores más importantes son los padres y demás miembros de la familia, y el hogar es la mejor escuela.
De alguna manera debemos hacer un esfuerzo mayor por que el hogar sea como un santuario en contra de la dañina decadencia moral. La armonía, la felicidad, la paz y el amor dan a los hijos la fortaleza interior necesaria para lidiar con los problemas de la vida.
- Hace unos meses, Barbara Bush, esposa del presidente de los Estados Unidos, dijo a los graduados de una universidad en Massachusetts: “Sea la época que sea, hay algo que no cambia.
- Padres y madres: los hijos están primero.
- Deben leerles a sus hijos, deben abrazarlos y deben amarlos.
- El éxito que logren como familia, así como el de la sociedad, no depende de lo que suceda en la Casa Blanca, sino de lo que suceda en nuestras casas” ( Washington Post, 2 de junio de 1990).
Para ser buenos padres hay que renunciar a sí mismo en favor de los hijos. Como consecuencia de ese sacrificio, los padres adquieren nobleza de carácter y aprenden a llevar a la práctica las verdades que enseñó el Salvador. Respeto muchísimo a los padres que crían solos, sin su cónyuge, a sus hijos, esforzándose y sacrificándose, luchando contra grandes problemas para mantenerlos unidos.
- Hace unos años, el presidente Kimball entrevistó al obispo Stanley Smoot y le preguntó:
- —¿Cuán a menudo tienen la oración familiar?
- Y la respuesta fue:
- —Tratamos de orar dos veces al día, pero en general lo hacemos una vez.
- El presidente Kimball entonces replicó:
- —Antes era suficiente que la familia orara junta una vez al día, pero no lo será en el futuro si deseamos salvarla.
Me pregunto si en lo futuro tener la noche de hogar de vez en cuando será suficiente para fortalecer moralmente a nuestros hijos. Tampoco será suficiente en el futuro el estudio esporádico de las Escrituras para que los hijos se defiendan de la decadencia moral que los rodea.
- ¿Dónde van los hijos a aprender sobre castidad, integridad, honestidad y decencia si no es en el hogar? Por supuesto que la Iglesia reforzará estos valores, pero la enseñanza de los padres es más constante.
- Cuando los padres enseñan a sus hijos a evitar el peligro, no es apropiado decirles: “Tenemos más experiencia y conocimiento que ustedes sobre las cosas del mundo; nosotros podemos arriesgarnos”.
La hipocresía de los padres puede hacer que los hijos duden de lo que éstos les enseñen. Por ejemplo, cuando los padres van a ver películas que prohíben a sus hijos, éstos luego dudan de las enseñanzas de sus progenitores. Si se espera que los hijos sean honrados, los padres también deben serlo.
- Si se espera que los hijos sean virtuosos, los padres también deben serlo.
- Si se espera que los hijos sean honorables, los padres deben serlo.
- Entre los valores que se deben enseñar a los hijos está el respetar a los demás, comenzando con sus padres y familiares; respetar las creencias religiosas y el patriotismo de otros; respetar la ley y el orden; respetar la propiedad ajena y respetar la autoridad.
Timoteo nos recuerda que los hijos primero deben aprender “a ser piadosos para con su propia familia” (1 Timoteo 5:4). Una de las cosas más difíciles que deben hacer los padres es disciplinar debidamente a los hijos, porque cada uno es diferente. Muchas veces cuando un método resulta con uno, falla con otro.
Y no hay nadie mejor que los padres para determinar con precisión cuál es el método disciplinario demasiado severo o demasiado indulgente para los hijos. Todo es cuestión de discernimiento y oración de parte de los padres. Por cierto que el principio que se aplica en todos los casos es que la disciplina debe ser motivada por el amor y no por el castigo.
Brigham Young aconsejó: “Nunca castigues a una persona más allá de tu capacidad para amarla y ayudarla” ( Discourses of Brigham Young, selecciones de John A. Widtsoe, 1954, pág.278). No obstante, la guía y la disciplina son fundamentales en la crianza de los hijos.
Si los padres no los disciplinan, la gente lo hará tal vez de un modo que no gustará a los padres. Sin disciplina, los hijos no respetarán las reglas del hogar ni las de la sociedad. Uno de los propósitos principales de la disciplina es enseñar obediencia. El presidente David O. McKay dijo: “Si los padres no enseñan obediencia a sus hijos, la sociedad la exigirá y la obtendrá.
Por lo tanto, es mejor que, con bondad y comprensión, la enseñanza se imparta en el hogar y no se deje librada a la brutal e indiferente disciplina que la sociedad les impondrá, al no haber los padres cumplido con esa obligación” ( The Responsibility of Parents to Their Children, pág.3).
Una parte esencial al enseñarles a ser disciplinados y responsables es enseñarles a trabajar. A medida que maduramos, muchos somos como el hombre que dijo: “Me gusta el trabajo; me encanta. Puedo sentarme horas a contemplar a los que trabajan” (Jerome Klapka Jerome, en The International Dictionary of Thoughts, compilación de John P.
Bradley, Leo F. Daniels y Thomas C. Jones, 1969, pág.782). Repito, los mejores maestros que pueden enseñar el principio del trabajo son los padres. En mi caso, el comenzar a trabajar junto a mi padre y abuelo, tíos y hermanos, me brindó una gran satisfacción.
Estoy seguro de que más de una vez fui más un estorbo que una ayuda, pero los recuerdos que guardo de esa época son hermosos y las lecciones que aprendí fueron realmente valiosas. Es imperioso que los hijos aprendan responsabilidad e independencia. ¿Dedican tiempo los padres para demostrar y enseñar a sus hijos a fin de que éstos puedan, como lo enseñó Lehi, “actuar por sí mismos, y no para que se actúe sobre ellos” (2 Nefi 2:26)? Luther Burbank, uno de los mejores horticultores del mundo, dijo: “Si prestáramos a las plantas la misma atención que damos a nuestros hijos, el mundo estaría cubierto por una selva de hierbas” (en Elbert Hubbard’s Scrapbook, 1923, pág.227).
Los hijos también se benefician del albedrío moral que nos brinda la oportunidad de progresar y desa-rrollarnos. Ese albedrío moral les da también a éstos la oportunidad de escoger lo opuesto al egoísmo, el derroche y la autodestrucción. Con frecuencia, los hijos manifiestan su albedrío moral desde muy pequeños.
- Aquellos que han sido padres conscientes, amorosos y dedicados, y que han vivido de acuerdo con principios justos lo mejor que han podido, deben conformarse sabiendo que ellos son buenos padres, a pesar del mal comportamiento de alguno de sus hijos.
- Éstos a su vez tienen la responsabilidad de escuchar, obedecer y, si se les enseñó debidamente, aprender.
Los padres no siempre son responsables de todo el mal comportamiento de los hijos, porque tampoco pueden asegurar su buen comportamiento. Hay hijos que pondrían a prueba la sabiduría de Salomón y la paciencia de Job. Con frecuencia los padres que se encuentran en una buena situación económica o los que son demasiado indulgentes tienen ciertos problemas especiales.
- En cierto sentido, los chicos que se encuentran en tales circunstancias utilizan a sus padres como rehenes al negarse a cumplir con sus normas a menos que éstos accedan a sus exigencias.
- El élder Neal A.
- Maxwell dijo que “aquellos que hacen demasiado por sus hijos pronto ven que no pueden hacer nada con ellos.
Cuando se les da demasiado, a la larga se les perjudica” (“The man of Christ”, Ensign, mayo de 1975, pág.101). Parecería que, por naturaleza, el ser humano no valora las cosas materiales que no ha ganado por sí mismo. Irónicamente, hay padres que desean que sus hijos tengan amigos y sean populares entre ellos pero, al mismo tiempo, temen que cometan los mismos errores que sus compañeros.
En general, los jóvenes que han tomado la deter-minación de abstenerse de las drogas, el alcohol y el sexo fuera del matrimonio son los que han adoptado y aceptado en su totalidad los altos valores aprendidos en el hogar paterno. En momentos difíciles, es mucho más probable que sigan las enseñanzas de sus padres y no el mal ejemplo de sus compañeros o de la sutil influencia que ejercen los medios de comunicación que glorifican el consumo del alcohol, el adulterio, la infidelidad, la deshonestidad y otros vicios.
Son como los dos mil jóvenes guerreros de Helamán, cuyas “madres les habían enseñado que si no dudaban, Dios los libraría” de la muerte (Alma 56:47). “Y repitieron las palabras de sus madres, diciendo: No dudamos que nuestras madres lo sabían” (Alma 56:48).
- No hay duda de que lo que solidifica las enseñanzas de los padres en la vida de los hijos es una firme creencia en la Deidad.
- Cuando esa creencia pasa a ser parte de sus vidas, les fortalece interiormente.
- Entonces, de todas las cosas importantes que es necesario enseñar, ¿qué deben enseñar los padres? Las Escrituras nos dicen que los padres deben enseñar a sus hijos los principios de “la fe en Cristo, el Hijo del Dios viviente, del bautismo y del don del Espíritu Santo” y de la “doctrina del arrepentimiento” (véase D.
y C.68:25). Estos principios deben enseñarse en el hogar y no en las escuelas públicas, ya que no son responsabilidad del gobierno ni de la sociedad. Por supuesto que los programas de la Iglesia sirven de ayuda, pero la enseñanza más eficaz es la del hogar.
La enseñanza de los padres no tiene que ser complicada, ni dramática ni intensa. El Gran Maestro nos ha enseñado ese gran principio. Charles H. Parkhurst, un eminente ministro presbiteriano, dijo: “Si estudian la historia del ministerio de Cristo, desde Su bautismo hasta Su ascensión, descubrirán que Su vida está llena de pequeños detalles tales como hermosas oraciones, actos piadosos, palabras de aliento y muestras de compasión.
El Evangelio está lleno de oportunidades para ayudar y sanar al hombre en cuerpo, mente y alma. La belleza de la vida de Cristo estriba en aquellos sencillos actos de bondad que, para muchos, pasaron desapercibidos. Por ejemplo, hablar con la mujer en el pozo, enseñar al joven rico que su ambición no le permitiría entrar en el reino celestial o enseñar a un pequeño grupo de Sus seguidores la forma en que debían orar; encender una hoguera para cocinar pescado a fin de que Sus discípulos tuviesen qué comer, o esperarlos cuando aquellos llegasen después de una noche de pesca infructuosa, con frío, cansancio y desánimo.
Todas esas cosas nos ayudan a comprender que el amor de Cristo se reduce a sencillos actos de caridad hacia nuestros semejantes” (véase Cursos de estudio de la Sociedad de Socorro 1982, páginas 138–139). Lo mismo sucede con la paternidad. Las pequeñas son las grandes cosas que fortalecen a la familia al entretejerse entre sí los miles pero pequeños actos de amor, fe, disciplina, sacrificio, paciencia y trabajo.
Hay grandes promesas espirituales que pueden ayudar a los padres fieles en la Iglesia. Los hijos sellados eternamente a los padres pueden recibir las grandes bendiciones que se prometieron a sus valien-tes antepasados, que cumplieron noblemente con sus convenios.
- Si los padres guardan los convenios que hicieron con Dios, Él también los respetará.
- De esa forma los hijos se convierten en beneficiarios y herederos de esos grandes convenios y promesas.
- Y todo por ser los hijos del convenio (véase Orson F.
- Whitney, “Conference Report”, abril de 1929, páginas 110–111).
Que el Señor bendiga a los sacrificados y abnegados padres y madres de este mundo; en especial que honre los convenios que guarden los padres fieles, miembros de la Iglesia, y que vele por esos hijos del convenio. De un discurso pronunciado por el élder Faust en la conferencia general de la Iglesia de octubre de 1990 (véase Liahona, enero de 1991, páginas 37–40).
Élder LeGrand R. Curtis de los Setenta Se ha escrito mucho sobre la importancia del hogar. El presidente Marion G. Romney dijo una vez que “la inestabilidad de la familia es el núcleo de la enfermedad fatal que afecta a nuestra sociedad”. Sabemos que hay hogares establecidos en casas grandes, bellas y hasta lujosas, y otros en viviendas muy modestas y con escaso moblaje.
Pero cada uno puede ser “como el cielo, cuando hay amor” y “se parecerá al cielo, si en él hay bondad”, tal como nos lo hace recordar uno de nuestros himnos. Una de las piezas más importantes del mobiliario de una casa es la mesa de la cocina, la cual puede ser muy grande o tan pequeña que ni siquiera tenga bastante espacio para la comida, la vajilla y los utensilios necesarios.
- Su función principal es la de proveer un lugar donde los miembros de la familia puedan recibir su alimento.
- En esta ocasión, quisiera que prestáramos atención a una función mucho más profunda e importante de la mesa de la cocina, una gracias a la cual recibimos mucho más que el alimento necesario para nuestro bienestar físico.
Por lo general, una familia se compone de dos o más miembros de edades diferentes; y ésta debe reunirse, si es posible, no sólo para comer, sino también para orar, para hablar, para escuchar, fortalecer los lazos familiares, aprender y progresar en unión.
- El presidente Gordon B.
- Hinckley lo ha dicho muy claramente: “Mi súplica —y cuánto desearía ser más elocuente para expresarla— es el ruego ferviente de salvar a los niños.
- Demasiados de ellos viven con dolor y temor, en la soledad y en la desesperación.
- Los niños necesitan la luz del sol; necesitan felicidad; necesitan amor y cuidado; necesitan bondad, alimento y cariño.
Todo hogar, no importa lo que cueste la vivienda que lo cobije, puede proporcionar un ambiente de amor que sea un ambiente de salvación”. Casi siempre, los miembros de una familia están expuestos a las diversas fuerzas del mundo exterior, así como al potente influjo de la radio, la televisión, los videos y otras influencias similares que introducimos en nuestro hogar.
Imaginemos a una familia, reunida alrededor de una mesa, quizás la de la cocina, hablando del Evangelio, de los discursos de la reunión sacra-mental, comentando artículos de la revista Liahona, mencionando los estudios y los temas relacionados con ellos, hablando de la conferencia general o de las lecciones de la Escuela Dominical; o, quizás, escuchando buena música o hablando de Jesucristo y de Sus enseñanzas.
La lista podría ser más larga. Y no sólo los padres, sino todos los miembros de la familia harían bien en asegurarse de que todos los presentes tuvieran la oportunidad de hablar y participar en la conversación. Pensemos en el potencial de una familia que se arrodille alrededor de la mesa (sin el televisor) para orar, suplicar ayuda, agradecer a nuestro Padre Sus bendiciones y, de esa manera, enseñar a las personas de todas las edades la importancia de tener un Padre Celestial que nos ama.
La oración familiar con los pequeños hará que éstos lleguen un día a orar con su propia familia. El élder Thomas S. Monson dijo: “El Señor nos exhortó a tener la oración familiar al decir lo siguiente: ‘Orad al Padre en vuestras familias, siempre en mi nombre, para que sean bendecidos vuestras esposas y vuestros hijos’ (3 Nefi 18:21).
“Unámonos para observar a una familia de Santos de los Últimos Días en sus oraciones al Señor. El padre, la madre y todos los hijos se arrodillan, inclinan la cabeza y cierran los ojos; hay un espíritu de amor, unidad y paz que prevalece en ese hogar.
Cuando el hombre escucha a su hijito pedir a Dios que el papá haga lo bueno y que obedezca al Señor, ¿le será difícil honrar la oración de su preciado hijo? Cuando la hija adolescente oye a su buena madre suplicar al Señor que inspire a su hija en la selección de sus amigos a fin de prepararse para contraer matrimonio en el templo, ¿tratará esa jovencita de honrar la humilde y fervorosa petición de su madre a quien tanto quiere? Cuando padres e hijos oran sinceramente pidiendo que los varones de la familia sean dignos de salir a su debido tiempo como embajadores del Señor en una misión de la Iglesia, ¿no los vemos ya como jóvenes virtuosos con un enorme deseo de ser misioneros?”.
He oído decir a muchas personas: “¿Cómo es posible dejar que padres e hijos salgan al mundo cada día sin antes reunirse y hablar juntos al Señor?”. Los padres sabios y prudentes examinan concienzudamente sus horarios y hacen planes para reunir a la familia por lo menos una vez por día a fin de recibir juntos las bendiciones de la oración.
De esa forma, los más pequeños se acostumbran rápidamente a aprovechar cuando “les toca el turno” y aprenden los preciados valores que encierra la oración familiar. Como he dicho antes: “El hogar debe ser un lugar feliz por el esfuerzo que todos hagan para que así sea. Se dice que la felicidad se hace en casa, y debemos empeñarnos en hacer que nuestro hogar sea agradable y alegre tanto para nosotros como para nuestros hijos.
El hogar feliz es el que se centra en las enseñanzas del Evangelio, lo cual requiere el constante y esmerado esfuerzo de todos los miembros de la familia”. Un jovencito de una familia numerosa, que siempre estaba muy ocupado, se quejó una vez del tiempo que llevaba la oración familiar; la próxima vez que oraron, la madre, a propósito y muy perspicazmente, no men-cionó el nombre de su hijo en la oración.
Al terminar, el joven le dijo: “Mamá, ¡no me nombraste en la oración!”. Con mucho cariño la mamá le contestó que lo había hecho para abreviar, pues él se había quejado del tiempo que pasaban orando. El hijo entonces protestó: “Sí, ¡pero no me excluyas!”. Imaginemos a una familia, sentada alrededor de la mesa, con las Escrituras abiertas, analizando todas las verdades y lecciones que se aprenden en ellas.
¡Ésa sería realmente una mesa rodeada de amor familiar! Los educadores opinan que los niños deben leer más cuando no están en la escuela, y pienso que podemos bendecir a nuestros hijos leyendo con ellos las Escrituras diariamente sentados a la mesa de la cocina.
Para disponer de una hora en la que la familia se reúna alrededor de la mesa con el fin de estudiar, quizás sea necesario hacer una planificación concienzuda y muchos ajustes; pero, ¿qué puede tener más importancia que la unidad familiar, el progreso espiritual de los miembros de la familia, y los lazos que se creen entre ellos al hablar, escuchar y responder, todos rodeados de amor? El éxito mayor que podamos lograr consiste en intentarlo una y otra vez.
En el mundo actual hay muchas influencias que tratan de destruir el hogar y la familia, y los padres prudentes se esfuerzan por afianzar los lazos familiares, aumentar la espiritualidad en el hogar y centrar su vida en Jesucristo y en la asistencia al templo.
El presidente Howard W. Hunter nos aconsejó lo siguiente: “Ruego que nos tratemos unos a otros con más bondad, con más cortesía, con más paciencia y que seamos más dispuestos para perdonar “Con ese espíritu, invito a los Santos de los Últimos Días a considerar el templo el gran símbolo de su condición de miembros.
Lo que deseo de todo corazón es que todos los miembros de la Iglesia sean dignos de entrar en el templo”. Lo que suceda alrededor de la mesa de la cocina puede hacer que se magnifique realmente ese consejo que recibimos del presidente Hunter. En nuestro hogar podemos poner en práctica la forma de tratar a los demás.
Como el escritor y poeta alemán Goethe dijo tan bien: “Si se trata a una persona como es, se quedará como es. Pero si se la trata como si fuera lo que puede llegar a ser, llegará a ser así”. El élder Boyd K. Packer ha dicho: “El llevar al hogar algunos ideales celestiales es una forma de asegurarse de que los miembros de la familia participen activamente en la Iglesia.
Por supuesto, la noche de hogar está como hecha a la medida para eso, ya que se puede organizar para atender a las necesidades particulares de todos; y se puede considerar también una reunión de la Iglesia, lo mismo que las que se realizan en la capilla”.
Este consejo concuerda con el del élder Dean L. Larsen, cuando nos dijo: “Sería prudente recalcar que los edificios de nuestra Iglesia no son el único lugar donde podemos adorar. Nuestros hogares deberían ser también lugares de devoción. ¡Qué bueno sería que todos los días pudiéramos ‘ir a la iglesia de nuestro hogar’! No debería haber ningún otro sitio en donde el Espíritu del Señor fuera mejor recibido y fuera más accesible que en nuestro hogar”.
Al esforzarnos por tratar de lograr eso en nuestro hogar, pensemos en estas significativas palabras del presidente Harold B. Lee: “Recuerden que la parte más importante de la obra del Señor que podamos realizar será la obra que efectuemos dentro de las paredes de nuestro propio hogar”.
- “Scriptures As They Relate to Family Stability”, Ensign, febrero de 1972, página 57.
- “El hogar es como el cielo”, Himnos, Nº 193.
- “Salvemos a los niños”, Liahona, enero de 1995, página 67.
- Pathways to Perfection, 1973, páginas 26–27.
- “La felicidad se hace en casa”, Liahona, enero de 1991, página 13.
- “Preciosas y grandísimas promesas”, Liahona, enero de 1995, páginas 8, 9.
- En Emerson Roy West, Vital Quotations, 1968, página 171.
- “Begin Where You Are—At Home”, Ensign, febrero de 1972, página 71.
- “Nuestro reloj espiritual”, Liahona, enero de 1990, página 60.
- Fortaleciendo el hogar, folleto, 1973, página 8.
: La enseñanza de los hijos por medio del ejemplo y de la instrucción
¿Qué debe ofrecer la escuela?
Gran elemento de apoyo para los padres y estudiantes – Una de las principales misiones y beneficios de la escuela es lograr generar confianza a los padres y a los estudiantes, de esta manera, se logra la conformidad y comodidad entre ellos. La escuela debe brindar apoyo, principalmente a los alumnos, haciendo todo lo posible para garantizar el aprendizaje de cada uno de ellos, tomando siempre en cuenta sus aspectos psicológicos y/o físicos individualmente, asegurando así una Una de las cosas que poco se habla son de las escuelas rurales, estas escuelas se definen como “un establecimiento educativo que está alejado de las ciudades, donde sus alumnos son niños que suelen vivir en pequeños parajes o pueblos donde se desarrollan actividades agropecuarias”.
¿Qué quiere la escuela?
¿Para qué vamos a la escuela? – La escuela es el lugar donde se enseñan conocimientos y habilidades a los niños y niñas de hoy para que tengan oportunidades y puedan elegir a qué quieren dedicarse cuando sean adultos. Además, la escuela es donde aprenden a convertirse en ciudadanos que construyan un futuro mejor mañana.
- Es, también, un agente socializador y un espacio para aprender las normas de convivencia.
- La educación no debe limitarse a enseñar a sobrevivir, debe enseñar a transformar.
- La misión de la escuela está más o menos clara, pero la metodología a veces confunde el fin.
- Muchos alumnos y alumnas creen que la misión principal de ir al colegio es aprobar, no aprender,
Y ahí es donde tenemos que empezar a debatir acerca de la metodología.
¿Quién creó la Escuela para padres?
¿Por qué surgen las escuelas para padres y madres La necesidad de los progenitores de involucrarse en la educación de los hijos fue un punto de partida para el inicio de las Escuelas para Padres y Madres (EPM). Conocer su origen y evolución histórica puede ayudar a fortalecer la relación entre la familia y la escuela, un aspecto relevante para lograr una mejor educación de los estudiantes.
- La investigación avala que las escuelas y los profesores más eficaces son aquellos que colaboran en gran medida con las familias.
- La escuela debe ayudar a las familias para que participen en la educación de los estudiantes y, a la vez, que los padres conozcan aspectos de la educación que recibe su hijo y de su conducta en la escuela para poder colaborar con esta, señalan Grant y Ray (2013).
De ahí que desde hace tiempo existan al rededor del mundo escuelas para los distintos niveles educativos y también para padres y madres. Las EPM fueron una de las respuestas al clima social de preocupación por los hijos y su educación, en las distintas edades de la escolaridad.
- Por eso, los sistemas educativos pusieron al servicio de padres y madres esta estrategia, con el fin de ofrecer formación y ayuda a aquellos padres que tenían necesidad de ser orientados, favoreciendo la prevención de futuros problemas en los niños y adolescentes.
- Los encuentros entre familia y escuela varían de un país a otro y reciben diferentes denominaciones, tales como escuela de padres, escuela de madres y padres o escuela para padres.
Se fundamentan en la implicación de la comunidad educativa y la responsabilidad de los padres como educadores. Los padres y las madres son los primeros agentes educativos que pueden motivar a sus hijos, ofreciéndoles espontáneamente afecto, seguridad y ejemplo.
Así, ellos adquieren su propia identidad y el desarrollo de su personalidad, conforme al equilibrio y conveniencia social, afirma Arteaga (1986). La educación es un proceso largo que comienza en la familia y luego la escuela, por lo cual, se necesita de ambas instancias para conseguir un pleno desarrollo educativo y personal de los niños.
Es evidente que las funciones y responsabilidades son distintas, diferentes, pero lo importante es saber reunir sus diferencias y completarlas de manera que sean contribuciones positivas, pues la desunión de docentes y familia solo acaba en perjuicio de la motivación por el aprendizaje de los hijos.
Por eso, se afirma que la educación es un trabajo incompleto si no vincula, además de los maestros, a los padres de familia en el proceso de socialización del niño, y en ellos está la responsabilidad de acompañar y orientar a los hijos para su vinculación con la comunidad y en el proceso de aprendizaje escolar.
La razón principal que justifica las EPM, es que la responsabilidad de educar a los hijos es indelegable por parte de los padres. Otra es la falta de formación para afrontar problemas de sus hijos, referentes a autoridad, ocio, sexualidad, independencia, responsabilidad, enseñanza, entre otros, y la escasa información que se publica al respecto, señala Trujillo Navas (2009).
- La familia junto con el centro educativo y la comunidad en general deben trabajar por una educación de los niños más integral, que tenga en cuenta muchos más factores que ayuden a su desarrollo.
- Debido a esta responsabilidad es importante que los padres y madres se formen y se informen sobre todo lo relacionado con la educación, con el fin de poder actuar y contribuir a su calidad.
Los primeros trabajos para la orientación de los padres de familia se realizaron en el Siglo XIX, siendo pionero Estados Unidos, seguido de Alemania, Francia, y Reino Unido. Estados Unidos y Francia fueron los primeros en organizar de forma sistemática las EPM.
Estas escuelas se han difundido por todo el mundo con la finalidad de asesorar, informar y orientar a padres, madres y familias en general sobre las diferentes situaciones que se plantean al ejercer la responsabilidad de guiar y cuidar la formación de sus hijos. En términos específicos, la literatura señala que en EE.UU se creó en 1815 la primera Asociación de madres de familia, para mejorar la vida familiar y el desarrollo integral de los hijos.
Las reuniones tenían carácter religioso y moralista, En 1840 aparecen publicaciones centradas en la educación familiar, entre ellas la Parent´s Magazine, Y en 1897 se celebra el Congreso Nacional de Padres y Maestros, Asimismo, la Fundación Rockefeller contribuyó con la creación de centros de investigación para formar especialistas en la educación de padres y con el apoyo de la Asociación Americana para el Estudio del Niño, funda el Consejo Nacional para la Educación de los Padres,
También se crearon organismos a nivel internacional, como la Federación Internacional de Escuelas de Padres, que colabora con la UNESCO, la ONU, y la UNICEF. Dos hechos a destacar de los inicios de las EPM en los EE.UU son: La creación en 1868 de una Sociedad de Padres que recibía la orientación de psicólogos y otros expertos, para orientarlos en la forma de abordar a los hijos en su comportamiento social y el aprendizaje.
Y el Entrenamiento efectivo para Padres de Familia, un curso para padres de familia diseñado por el psicólogo Tomás Gordon en California, el cual se constituyó en la primera Escuela para Padres, que más tarde se amplió a otros estados con más de 300 instructores y 15.000 afiliados.
Las Escuelas para Familias iniciaron en París, Francia, en 1991, como respuesta a las diversas dificultades acerca de la condición de los niños y adolescentes, con el propósito de mejorar y compensar dichas desventajas, bajo la orden de los Jesuitas, denominada Federation Nattionale Desecoles Parents Educateur,
A partir de los años sesenta del siglo pasado, aparecen las EPM en diferentes países de América Latina. Y autores como González et al. (2014) afirman que la finalidad es la formación pedagógica y humana de los padres de familia como educadores naturales, por medio de diversas estrategias y orientaciones para comprender, apoyar y dar respuesta a los interrogantes y a los cambios propios del proceso de desarrollo de sus hijos, en los ámbitos emocional, afectivo, académico y social.
Por último, algunos estudiosos opinan que debido a la importancia que tiene la implicación de los padres y madres en la escuela actual, debe darse formación a los futuros maestros sobre cómo tratarlos, proporcionándoles técnicas y experiencias con diferentes tipos de familias, de manera que cuando ingresen a la docencia sean capaces de conseguir su participación y lo hagan de la mejor manera.
: ¿Por qué surgen las escuelas para padres y madres
¿Cómo es la educación de los padres hacia los hijos?
Roles cruciales en la educación de los hijos – 1. Los padres somos los actores principales en el proceso de educación y formación de nuestros hijos. Educamos a través del ejemplo y los niños aprenden por imitación, observación a los padres, conductas y actitudes. Además, inculcamos valores que son importantes para el desarrollo integral de nuestros pequeños.
- El rol del padre en la educación no es reemplazar a los profesores, sino guiar, acompañar y supervisar el avance de los hijos ahora en sus clases virtuales.2.
- Bienestar Emocional / Estar atentos a las emociones: Esta realidad en la que vivimos actualmente podría generar ansiedad en nuestros pequeños, por lo que es recomendable GESTIONAR EMOCIONES, IDENTIFICAR, VERBALIZAR, VALIDAR Y ACOMPAÑAR al niño.
¿Qué herramientas? Trabajar con los niños en emociones qué hago con la emoción y cómo la expreso, pensar en que la reacción es sólo la punta del iceberg pero que debajo hay algo más que tenemos que descubrir, siempre hay una razón para una reacción. Cuando hay una frustración primero debemos observarnos a nosotros, cómo estamos actuando: ¿Qué hago yo? ¿Cómo les hablamos? No solo que decimos, sino también mirar nuestros gestos, reconocer errores y mejorar. 3. Fomentar su autonomía: Desde pequeños es importante que se hagan responsables y hagan actividades por sí mismos, así también logramos que desarrollen su autonomía. Darles desde pequeñas tareas que desarrolle en ellos el sentido de pertenencia en casa.4.
- Avisar al niño cuando tiene su clase virtual dejando su material organizado: dar autonomía, explicarles en el horario y la planificación que es lo que deben tener en la mesa, anticiparse, apelar a la responsabilidad desde pequeños.
- A nuestras edades no tienen los niños un control del tiempo y debemos recordarles, pero eso no quiere decir que debemos hacerlos todo.
Realización de las tareas escolares: no significa que debemos despreocuparnos, es importante que los niños sientan que estamos ahí, que estamos pendientes de que tienen lo que necesitan, que supervisamos el proceso etc., y ayudamos cuando sea necesario, pero no significa que debemos sentarnos y hacer los deberes con ellos. Aprovechar para que los niños aprendan el sentido de responsabilidad, la autonomía, la constancia 5. Y el último punto que os traemos en la educación de los hijos, es mantener una rutina y poner normas: Mantener una rutina clara, con horarios para levantarse, comenzar el día como si estuviéramos en clases presenciales, desayunar y vestirse para asistir a la clase.
¿Cómo educaban los padres de antes?
Guadalajara / 18.06.2018 04:38:54 Acaba de pasar el Día del Padre. Es un día para que los hijos reconozcan a sus padres de la misma forma en que sus padres los reconocieron a ellos. Porque, y no es por intrigar, sé de casos de algunos presuntos papás -amigos y parientes míos- que no admitieron la paternidad del bodoque.
Y también sé de otros supuestos papás que han asumido la autoría material de niños que, si bien salieron del vientre de su esposa, tienen la mismita cara de su jefe, la vívida sonrisa del vecino o las orejas del compadre. Los padres de ahora ya no somos como los de antes. El rol paterno ha ido evolucionando.
Antaño, los cánones del buen papá decían que su responsabilidad primordial, y casi única, era trabajar las horas que fueran necesarias para conseguir el sustento de la madre y los hijos. La injerencia en la educación estaba bastante acotada por el tiempo que los padres tenían para pasar con los retoños.
Y si recordamos que nuestros papás solamente nos veían a la hora de comer, un rato por las noches y los fines de semana, su tiempo para educar era tan limitado como el de los maestros de Oaxaca que se pasan el año entero en manifestaciones. Los papás de antes eran firmes en sus decisiones y, cuando el hijo se quería sublevar con alegatos, eran hombres de una sola palabra: “cállate”.
Educaban sin miramientos y con mano dura. Cabe decir que, además de la mano dura, también usaban un buen cinturón de cuero. En cambio, en estos tiempos, aunque tengamos ganas de darle a nuestros hijos unos sonoros coscorrones o apretarles el pescuezo, las nuevas reglas del juego nos invitan a no pasar al terreno de los pescozones sin antes negociar con voluntad conciliatoria.
- Si la diplomacia no surte buen efecto, entonces ya podemos pasar al ring donde muy probablemente ellos nos darán nuestro merecido, acusándonos de autoritarismo, represión y violación de los derechos humanos.
- Si son menores de edad, usarán en su defensa los dichosos derechos de los niños, consagrados en no sé qué declaración de la ONU.
Los papás de ahora se involucran mucho más en las faenas que antes estaban reservadas para las madres. En la actualidad, los papás cambian pañales, hacen desayunos, acuestan hijos y los levantan para llevarlos a la escuela. Desde el embarazo asisten con sus parejas a los cursos psicoprofilácticos donde, solidarios, aprenden con ellas el arte del pujido.
- Algunas generaciones atrás los papás no solían acudir a los festivales escolares de los hijos porque sus responsabilidades de trabajo no lo permitían.
- Para esas labores pueriles estaba la mamá, siempre lista para fletarse con preparativos y hurras el día del gran evento.
- En cambio ahora los papás entusiastas acudimos en tropel, con cara de éxtasis a aplaudir al nene cuando lo vemos cantar en medio de un tumultuoso coro infantil una canción navideña o quizá, si el chamaco derrocha talento, recitar de memoria un par de líneas el Día de la Raza disfrazado de Cristóbal Colón.
Ya no solamente a las mamás en su día se les rinde tributo en el colegio. Ahora también a los papás nos dedican un sencillo pero no menos honroso acto del Día Del Padre. Quince minutos de algarabía con pastel, agua fresca y una conmovedora canción de Timbiriche como número estelar.
Conquistas del género masculino. Los de antes y los de ahora, cada cual en su tiempo, los papás son seres que dejan una marca tan profunda en la vida de los hijos que su voz y su presencia nos acompaña -o nos persigue, como se quiera ver- por la vida entera. Es curioso, los hijos tratamos de aprender de los errores de los padres para no cometerlos cuando nos toque jugar ese papel.
Y resulta que acabamos repitiendo las frases y actitudes que les reprochábamos. En mi vocabulario hay una lista de palabras paternas que me afloran como el hipo. Expresiones verbales y gestos que brotan de forma tan espontánea que a veces siento que el espíritu de mi difunto papá se instala como copiloto en mi cabina de mando.
¿Qué se hace en las escuelas de familias?
¿Cuándo podemos hablar de Escuela de Familias? – Las escuelas de familias constituyen un espacio de conocimiento e intercambio, de aportaciones y de desarrollo para resolver dudas y compartir inquietudes. “QUÉ ES”
Un foro de formación y encuentro.Un espacio de diálogo, discusión e intercambio de experiencias.Una programación y una evaluación de actividades vinculadas al contexto educativo de los hijos.Un compromiso de asistencia y participación.Un trabajo en grupos para adquirir herramientas aprovechables en la difícil tarea de educar.
“QUÉ NO ES”
Un ciclo de conferencias.Un consultorio psicológico.Una serie de actividades desvinculadas del centro educativo de los hijos.Un lugar de entretenimiento, para “pasar el rato”.
¿Cuál es el papel de los padres y madres de familia en la escuela de padres?
Los padres y las madres de familia tienden a ser los principales benefactores en el proceso educativo de sus hijos e hijas, por lo tanto, se ven estrechamente involucrados en el transcurso de este, en el cual, su papel se va transformando de acuerdo a la etapa escolar en la que se encuentren los menores.
¿Qué es la familia y la escuela?
La escuela y la familia son las dos grandes instituciones educativas de las que disponen los niños y niñas para construirse como ciudadanos. Por tal motivo, ni la escuela por una parte ni tampoco la familia, pueden desempeñar dicha función de manera aislada y diferenciada la una de la otra.
¿Quién hizo la escuela?
¡A quién se le ocurrió inventar la escuela! La educación y la escuela son conceptos muy comunes en nuestra vida. Desde los 3 años de vida, o incluso antes, comenzamos a convivir con estas palabras y los hábitos propios de la vida escolar. Pero si el método educativo no fue el mejor para nosotros, en algún momento nos formulamos con desesperación la pregunta obligada: “¿a quién se le ocurrió inventar la escuela?” Resulta que la escuela se inventó desde las primeras civilizaciones, donde los adultos enseñaban a los más jóvenes a desempeñarse en actividades que fomentaran el desarrollo de la comunidad.
Pero fue en la antigua Grecia donde surgió la palabra “scholé”, que evolucionó a “escuela”. Y el significado de esa palabra era “ocio”. ¿Cómo es esto? Uno de los filósofos griegos más famosos, Aristóteles, decía que el hombre necesita de 3 acciones para vivir bien: el trabajo, el descanso y el ocio. Por “trabajo” se refería a todas las actividades que son necesarias para vivir, como aprender un oficio o los quehaceres de casa; por supuesto que después de realizar ese trabajo físico se requiere un descanso.
Y decía este filósofo que, el tiempo en el que no se trabaja ni se descansa, el tiempo libre, es el que se ocupa para cultivar el alma libremente. Bajo este concepto, surge la escuela en Grecia antigua, como un lugar al que acuden aquellos que quieren cultivar el alma a través de experiencias que les servirán para toda la vida.
Esta definición parece dada por María Montessori, quien seguramente estudió la educación desde sus inicios y se dio cuenta de que el origen de la educación tuvo un buen objetivo. Sin embargo, con la llegada de las instituciones y los diferentes tipos de gobierno, el sistema educativo se transformó y se estancó durante varios años, llegando a la educación “tradicional”.
También Montessori, como era una mujer preparada, sabía que la lengua latina denominó a las escuelas primarias “ludus”, que significa “juego”. De estos dos vocablos “ludus” y “scholé” varias lenguas dan nombre a sus lugares de aprendizaje, siendo una contradicción enorme que, teniendo esos nombres, la educación se imparta de manera rígida y poco divertida.