Proceso de aprendizaje adaptado a su contexto sociocultural – El docente no solo facilita, transmite o comparte información o contenidos predeterminados por un plan de estudios diseñado de forma general y estandarizada para todos los estudiantes del país, sin tomar en cuenta sus características particulares como el contexto sociocultural, histórico y geográfico.
- Internalizar los contenidos con mayor profundidad en los alumnos
- Optimizar su repertorio didáctico mediante ejercicios y dinámicas más relacionadas con el entorno de sus estudiantes
- Identificar con mayor facilidad sus logros y áreas de oportunidad a través de sus resultados
- Incentivar el trabajo colaborativo entre sus estudiantes
- Fomentar el gusto e interés de los alumnos de primaria por estudiar y comprender mejor su entorno inmediato
Un ejemplo: si el plan de estudios señala una actividad de jardinería, en las escuelas primarias rurales tendrá mucha más relevancia enseñar el tema en un terreno abierto y fértil, pero en la ciudad tendría más sentido enseñar esa actividad a partir de un huerto urbano.
¿Qué papel juega el maestro en la nueva escuela mexicana?
¿Cuál es el papel del docente en el contexto actual? – “El papel del docente es un guía, un mediador, una persona que va acompañando a los estudiantes para la construcción de conocimiento tanto de manera individual, como de forma colaborativa. Podemos ubicar el papel del docente desde un modelo constructivista en donde tanto el estudiante como el docente tienen un papel activo”. María Guadalupe Veytia, profesora investigadora del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades.
¿Cuál es la función del docente en el nuevo modelo educativo?
La funcin docente es aquella de carcter profesional que implica la realizacin directa de los procesos sistemticos de enseanza – aprendizaje, lo cual incluye el diagnstico, la planificacin, la ejecucin y la evaluacin de los mismos procesos y sus resultados, y de otras actividades educativas dentro del marco del proyecto educativo institucional de los establecimientos educativos.
La funcin docente, adems de la asignacin acadmica, comprende tambin las actividades curriculares no lectivas, el servicio de orientacin estudiantil, la atencin a la comunidad, en especial de los padres de familia de los educandos; las actividades de actualizacin y perfeccionamiento pedaggico; las actividades de planeacin y evaluacin institucional; otras actividades formativas, culturales y deportivas, contempladas en el proyecto educativo institucional; y las actividades de direccin, planeacin, coordinacin, evaluacin, administracin y programacin relacionadas directamente con el proceso educativo.
Las personas que ejercen la funcin docente se denominan genricamente educadores, y son docentes y directivos docentes.( Art.4 Decreto 1278 de 2002).
¿Qué implica ser maestro en la actualidad 2023?
Planifica sus actividades: – Un docente debe ser planificador de los contenidos y actividades que les imparte a sus estudiantes, estableciendo estrategias y recursos que le faciliten el aprendizaje y desarrollo de competencias cognitivas y habilidades en cuanto a las áreas de deporte, cultura y arte.
¿Qué es el rol docente según Paulo Freire?
LA PEDAGOGÍA DEL DOCENTE SEGÚN FREIRE, UNA PEDAGOGÍA CRÍTICA – La manera en que describe Freire (2006) la forma de enseñar en su obra ”Pedagogía de la Autonomía” se aproxima a la vivencia filosófica de quien entiende el mundo sin dejar de lado el propio pero incorporando lo vivido y experimentado por el otro para sumirlo nuevamente.
El pensamiento acertado del cual se dijo anteriormente, es uno de las piezas claves para el educador, que le permitirá “ejercer como ser humano la práctica irrecusable de entender, desafiar al educando con quien se comunica y a quien comunica, a producir su comprensión de lo que viene siendo comunicado” es la matriz para que la labor educadora se vuelque hacia el estudiante y ejerza la acción comunicativa.
La reflexión crítica hace de la práctica pedagógica una acción que “encierra el movimiento dinámico y dialéctico entre el hacer y el pensar sobre el hacer” Freire (2006) es uno de los desafíos más contundentes de toda la obra freiriana, exige del educador una innovación reflexiva, esta se ajusta a la realidad vivida, especialmente en las aulas de clases hoy en día, donde con frecuencia se escuchan quejas de los educadores, sobre la rebeldía de los jóvenes sin tomar en cuenta la escucha y la complicidad como aliados en el desarrollado de los temas, así donde se aproveche la energía de los estudiantes.
- El docente para ser un agente dinamizador del aprendizaje, necesariamente pasa por la acción consciente de comprensión de la realidad social de los docentes y sus vivencias diarias, para ello hace falta ejercitar la conciencia individual por medio de la ética universal ya discutida.
- Paulo refiere sobre la educación crítica y progresista de la importancia del que se está formando, lo piensa desde el principio mismo de la experiencia formadora, lo asume como sujeto de la producción del saber, se convence, definitivamente que enseñar no es transferir conocimiento, sino “crear las posibilidades de su producción o construcción”, el autor se esfuerza en explicar que el acto de enseñar se relaciona con el de aprender y es una acción dinámica que en ambas direcciones produce un conocimiento, ya que “quien enseña aprende al enseñar y quien aprende al aprender” Freire (2006) para esto el aprendizaje debe generar la curiosidad e interés respetando la autonomía y la dignidad del estudiante.
Otro de los elementos de su pedagogía se traduce en la idea de la “curiosidad epistemológica”, representa para el pensamiento freiriano la capacidad crítica en el aprendizaje, que la mayoría de las veces se ve amenazada por la educación tradicional y solo trasmisora de conocimiento “la curiosidad epistemológica indispensable a la producción del conocimiento” Freire (2006).
Sin embargo, una de las ideas centrales es que a pesar de que en ocasiones solo se es receptor del conocimiento, los estudiantes no pierden la curiosidad y la rebeldía en su proceso. Para Freire (2006) enseñar exige rigor metódico, aquello que no se relaciona con la educación bancaria sino que se aproxima a las condiciones de la pedagogía crítica que se considera tomar en cuenta la sociedad desde la vivencia social, construyendo el conocimiento desde las diferentes realidades que afectan a los dos sujetos políticos en acción, aprendiz y maestro.
El asunto de la curiosidad epistémica impulsa el desarrollo de una habilidad que nace en el día a día y luego vincula su saber con el conocimiento. Es oportuno que los docentes motivan a los estudiantes en la vivencia de los valores y el cultivo de la conciencia partiendo de los ejemplos más vulgares y cotidianos de la vida. Si se lograra desarrollar esta capacidad de estimular y ser estimulado, en el camino de la educación transitará la trasformación que tanta falta hace.
“Esto implica la urgente reflexión sobre los aportes presentado por Martínez (2011) donde la educación moderna debe hacer un cambio de paradigma, es decir, un cambio de idea central que la define que “El nuevo profesor será un animador, un experto en la mayéutica que buscará situaciones problemáticas de la vida y la propondrá a sus alumnos, situaciones que tengan en cuenta todas las dimensiones del ser humano: inteligencia, sensibilidad y cuerpo.” Lo expresado por Martínez (2011) coincide con lo expresado por Freire (2006) y que representa otra de las característica de su pedagogía y es “la presencia de educadores y de educando creadores, instigadores, inquietos, rigurosamente curiosos, humildes y persistentes” que a su vez tomen en cuenta su propio proceso de aprendizaje, se involucren y respeten el proceso de sus estudiantes, que se van transformando en sujetos reales de la construcción de su conocimiento, no lo que él como docente quiera enseñar.
De igual forma, se requiere que el educador acepte que enseñar a pensar correctamente es el objetivo, su lectura no ha de ser solo la formación académica, sino la lectura de la realidad de su localidad, pensar acertadamente hará que se enseñe de la misma manera.
El corazón de la enseñanza critica lo que propone Freire en la mayoría de sus obras, se centra en “saber que enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su propia producción o construcción” Freire (2006). Esto implica apertura por parte del educador, con pensamiento amplio donde permite satisfacer las curiosidades, preguntas e inquietudes de un ser crítico, que debe ser el estudiante.
Esta cuestión pasa, señala Freire por valorar esa curiosidad, respetar su lenguaje, dejar que los estudiantes exploren, pero sin perder el respeto de un orden legítimo y de hacer valer la oportunidad de fomentar una experiencia formadora que blinde los principios fundamentales de la ética de la humanidad; animado por un buen juicio que detecta las situaciones y problemas de los estudiantes, permitiendo entonces el reforzamiento de valores.
La aptitud del docente frente a la curiosidad del joven debe identificarse con valorar la experiencia de los estudiantes, lejos del autoritarismo o paternalismo entorpecedor de “Lo fundamental es, que profesor y alumnos sepan que la postura que ellos adoptan, es dialógica, abierta, curiosa, indagadora y no pasiva, en cuanto habla o en cuanto escucha, lo que importa es que se asuman como seres epistemológicamente curiosos” Freire (2006), evidenciando en el docente la creencia del cambio posible, se necesita entonces humildad y tolerancia y un dialogo digno, apertura al riesgo.
En el ejercicio de la docencia, cuando se propone una pedagogía vanguardista y desprendida de la educación tradicional, de forma errónea se piensa que es escasa en rigor metodológico, pero lejos de esto, lo que se propone con esta pedagogía es resaltar ”lo fundamental en la formación permanente de los profesores y la reflexión crítica sobre la práctica” Freire (2006). Esto a su vez exige la disponibilidad para el cambio, combina la competencia profesional y la generosidad, intenta generar la conciencia que hace falta para cambiar y mejorar, sin temor a los procesos emocionales, por eso se dice, la educación es humanista y democrática, participativa en el mejor sentido.
La formación del docente debe estar acompañada por la coherencia y la buena práctica, sobre ello menciona Freire “hay maestros y maestras científicamente preparados pero autoritarios a toda prueba” Freire (2006) es decir, que la cuestión de la libertad y la coherencia en el salón de clases debe estar fundamentada en la opción del educador, tanto en su perfil profesional como en su base ética.
En el arte de la educación se hace presente de igual forma la esperanza, los sentimientos que motorizan las emociones de los actores, cimentado en su obra “La pedagogía de la Esperanza” Freire (1992) describía desde una posición dura en su propia vida, pero que exige la coherencia, el gusto por la vida, su capacidad de lucha, aspectos que deben destacar en la educación en la actualidad y más aún si se dedica a aquello de educar en valores.
La sociedad actual exige hombres y mujeres que desafíen la lógica del mundo y pregonen la esperanza en un mundo mejor, desde la escucha de la realidad fomentando para la educación en valores es necesario, como menciona Martínez (1999): La búsqueda de valores en una persona no consiste en un examen de conceptos vagos e irrelevantes para su vivir cotidiano, sino un esfuerzo continuo por encontrar significados profundos que validen su auto identidad y que establezca y apoyen los compromisos y las responsabilidades que toma: puede estar referido al campo filosófico, al científico, al moral y al religioso, etcétera.
De allí que los sentimientos formen parte del proceso educacional perdiendo el miedo de tomar en cuenta la afectividad; es más bien necesario para fomentar los valores en los estudiantes, apelar al compromiso, a la empatía y a la voluntad de promover un cambio, mirar al otro como un ser humano.
¿Como debe ser el maestro de hoy en día?
Elementos con un grado de consenso muy alto: – Docentes que dominen las diferentes morfologías del aprendizaje, desde el papel hasta las tecnologías de última generación (el dibujo, la escritura, el sonido, la imagen, la manipulación de materiales), incorporando más que sustituyendo.
Docentes que dominen diferentes idiomas; de los extranjeros, imprescindiblemente el inglés.Docentes que enseñen a pensar de forma crítica y promuevan formas alternativas de hacer las cosas.Docentes con paciencia, modestia, energía y coherencia.Docentes que promuevan la participación, la interactividad y la práctica.Docentes divertidos, con sentido del humor y que hagan placentero el proceso de enseñar y aprender.
¿Cuáles son las responsabilidades de los docentes?
Responsabilidades del maestro incluyen: –
Impartir las lecciones de forma global y utilizando medios audiovisuales para facilitar el aprendizaje Dar una enseñanza individualizada a cada alumno mediante el fomento del aprendizaje interactivo Crear y distribuir contenido educativo
¿Cuál es el rol del docente según Piaget?
¿Cuál es el rol del docente según Piaget? Piaget: Básicamente el docente debe ser un guía y orientador del proceso de enseñanza y aprendizaje, él por su formación y experiencia conoce que habilidades requerirles a los alumnos según el nivel en que se desempeñe, para ello deben plantearles distintas situaciones problemáticas que los perturben y desequilibren.
¿Cuál es el rol docente desde la teoría de Vigotsky?
ARTÍCULO ORIGINAL UNA NUEVA MIRADA SOBRE LA FORMACIÓN DOCENTE A NEW VIEW ABOUT TEACHER TRAINING MSc. José Antonio Nieva Chaves 1,Dra.C. Orietta Martínez Chacón 2 1 Servicio Nacional de Aprendizaje. Palmira. República de Colombia.2 Junta de Acreditación Nacional.
- Ministerio de Educación Superior. Cuba.
- RESUMEN En este artículo se hace una revisión del concepto de formación docente y sus diferentes componentes, se conceptualiza desde el enfoque histórico cultural, donde se considera lo cognitivo y afectivo como una unidad.
- Se enfatiza en la importancia de una formación docente capaz de asumir los retos que emergen de los procesos sociales, de la cultura y sus dinámicas, que implican una transformación social.
Una formación que tiene en cuenta no sólo los aspectos externos sino también a la persona como sujeto integral, en el devenir con sus congéneres y en un proceso de búsqueda, que no se agota en el quehacer del aula, sino que transciende las barreras de lo inmediato para abordar la condición humana como potencialidad, en el rol determinante de transmisor de cultura y transformador de la sociedad: ser docente en esta historicidad.
Palabras clave: Formación docente permanente, docente aprendiz, educación, sociedad. ABSTRACT This article reviews the concept of teacher training and its various components, it is conceptualized from the cultural historical approach, in which the cognitive and the affective are considered as a unit.
Emphasis is placed on the importance of teacher training for them to assume the challenges that are emerging from social processes, from culture and its dynamics, involving social transformation. A formation which takes into account not only external aspects but also people as a comprehensive subject, in the exchange with their contemporaries and in a searching process, which does not end in the classroom but transcends immediate barriers to approach human condition as a potential, in the determinant role of culture transmission and society transformer: Be a teacher in this historicity.
- Eywords: Permanent teacher training, teacher as learner, education, society.
- INTRODUCCIÓN La educación ha evidenciado su importancia en el desarrollo histórico de la sociedad, transmisora de la cultura que le ha antecedido en cada época o sistema social en particular.
- En ella el docente ha sido uno de los protagonistas principales en los procesos de desarrollo y transformación.
Sin embargo, la formación docente no siempre ha recibido atención especial. Los estudios la abarcan desde diversos paradigmas, pero el docente como sujeto activo del aprendizaje ha sido escasamente atendido. Tanto desde la perspectiva de la formación inicial como permanente.
- El presente artículo abarca la formación permanente, la cual ha sido atendida por diversos autores (Freire, 2010; Martín, 2015; Delgado, 2013; Imbernón, 2011), que destacan la necesidad de cambiar el enfoque con el cual se realiza y comprende dicha formación.
- Al respecto se señala el papel protagónico y transformador de la realidad social que tiene el docente como educador.
Desde esta perspectiva el artículo abarca uno de los procesos humanos esenciales del desarrollo histórico social, la formación permanente del docente como sujeto activo de aprendizaje con significatividad para la transformación y desarrollo personal y social.
La propuesta que se presenta forma parte de un proyecto de investigación que abarca la formación docente orientada al aprendizaje significativo y desarrollador; para lo cual, la perspectiva del enfoque histórico cultural permite realizar una nueva mirada a la formación docente, objetivo del presente artículo.
Se asumen algunos de los aportes esenciales de este enfoque por su visión transformadora, que posibilita reflexionar sobre el docente como sujeto activo y transformador en el proceso de aprendizaje, es decir como aprendiz. Para dicho propósito se requiere de la profundización teórica mediante el empleo del análisis histórico lógico como método general y se utilizan resultados de los autores, de un estudio exploratorio mediante encuesta sobre la formación docente.
Los resultados abarcan la aproximación a los componentes y contenidos de la formación docente permanente, que asume al docente como sujeto activo del aprendizaje, autotransformador y transformador de la realidad social. Se concluye sobre el papel de la educación y el docente en la sociedad; la importancia de responder a la necesidad de la demanda social de concebir al docente y su formación desde una nueva perspectiva, como aprendiz autotransformador y transformador social desde la potencialidad de su desarrollo; una nueva concepción sobre la formación docente permanente.
DESARROLLO La educación ha sido un factor determinante en los procesos de desarrollo de la sociedad y la humanidad a lo largo de la historia. A través de ella, se han dado procesos de inculturación y transformación; su concreción en los diferentes ámbitos de actuación de los sujetos ha servido de mediadora de sus posibilidades reales y perspectivas.
El papel determinante de la educación en la sociedad y la dinámica de interrelaciones que en ella acontecen no se limitan a lo educativo, sino que tienen implicaciones en la concepción del deber ser, la percepción y resolución de problemas de la sociedad que trascienden el inmediato presente. Estas interrelaciones abarcan a la persona en particular y sus aportes a la construcción de la sociedad, dan lugar a nuevas prácticas, nuevas cosmovisiones, modos específicos de afrontar los retos que le van imponiendo los cambios emergentes de su contexto, su historia y cultura desde la interacción con sus congéneres, dadas sus potencialidades como sujeto particular y social.
Al respecto, Alvarado (2013), alude que “en la educación como proceso, desde las prácticas pedagógicas toma sentido la identidad, se reflexiona sobre la cultura con fundamentos éticos y políticos que son aprendidos y desarrollados y contribuyen a resolver problemas educativos y sociales.¨ El proceso educativo configura la cultura, sintetiza las exigencias sociales y laborales, los cambios del desarrollo tecnológico, la sociedad a la que responde y el tipo de educación que ella traza como política.
En este proceso, la función del docente no se reduce a reproducir la cultura y sus componentes, sino que implica procesos de asimilación, construcción, reconstrucción y mejora de la actividad, fruto de las interacciones de las personas, la sociedad y la historia. La sociedad y su desarrollo, incluyendo los avances científicos tecnológicos hasta la actualidad, han planteado retos a la pedagogía.
El análisis de la problemática es abarcado por varios autores (Freire, 2010; Imbernón, 2011; Nuñez, 2011).y puntualizan que la nueva era está marcada por el conocimiento, la globalización y los cambios radicales. Ello exige cambio en la formación docente, a fin de que se implemente la educación que requiere el mundo contemporáneo y la cultura humana, se considera además el papel del docente en la sociedad como agente transformador.
Un estudio pedagógico de documentos oficiales de organismos políticos internacionales y académicos sobre el vínculo formación y sociedad, aunque referido a la educación superior, analiza el papel que desempeña la formación para el desarrollo socio económico desde una visión reducida de sociedad, enmarcada en poderosas empresas e intereses del mundo desarrollado, en detrimento de países de menor desarrollo; y una visión más amplia que reconoce el valor de la educación para la construcción y progreso de la sociedad, basada en el desarrollo humano y la inclusión social.
(Ortiz, et al, 2016) El docente como sujeto de la educación es un actor principal para la sociedad, transmisor de la cultura que le ha antecedido y propiciador del aprendizaje mediante el proceso educativo, el que, a decir de Vigotsky, debe ser “planificado, organizado y anticipado del desarrollo de los sujetos”.
- Vigotsky citado por Martínez (2002).
- Es decir, se requiere del proceso de formación del docente.
- Tal formación, exige docentes comprometidos con el proceso pedagógico, implicados en la labor educativa, orientada al desarrollo humano que trasciende el aprendizaje de contenidos y procederes en el orden técnico del futuro desempeño.
El quehacer pedagógico, se ha convertido en centro de atención de investigadores, al aparecer como uno de los aspectos más importantes de la sociedad, para asumir los retos que van emergiendo de las coyunturas en las que se construye el desarrollo social, como afirma Perrenoud (2001), “debe anticipar las transformaciones”.
- Los estudios abarcan la formación docente inicial y continua o permanente, atendiendo a su rol de educadores Alvarado (2013); Pérez (2010); Castro (2010); UNESCO; (2014); e Imbernón (2011).
- Es evidente que la formación docente no debe ser accidental y espontánea, tampoco se circunscribe a los que se inician como educadores; ella es fundamental para todos los actores educativos que participan de los procesos de desarrollo de la cultura, del tipo de ser humano y sociedad inclusiva que se quiere perpetuar Asimismo, la importancia de la formación docente para la educación y la sociedad se confirma por la UNESCO (2014), al referir que”si el docente no cambia, no podrán hacerse cambios relevantes en los procesos educativos para que estos sean conforme a la necesidad que se genera de las demandas sociales.¨ La formación del docente debe ser de forma permanente y continua, como reconocen los autores, para que este sea un verdadero agente transformador de la sociedad.
Se requiere de nuevas visiones de sus aspectos más generales conceptuales en el contexto actual, donde los saberes pragmáticos, instrumentalistas, tecnológicos soslayan el desarrollo humano del docente en un proceso de significación personal y social.
El papel fundamental que ocupan los docentes en la educación y en el desarrollo socio económico y cultural, conduce a las interrogantes: ¿cómo debe ser la formación docente? ¿Cómo incorporarla a los procesos de inculturación? ¿Cuál debe ser el contenido? ¿Cuáles son los procedimientos para que el docente se convierta en un sujeto activo de aprendizaje y de desarrollo? Las respuestas que han de surgir deben, dar pistas sobre cómo la formación del docente se debe ocupar del tipo de sociedad que se quiere y su determinación en los seres humanos.
Una primera mirada obliga a reflexionar sobre el concepto formación. El análisis teórico sobre esta categoría (Ortiz, et al, 2016) destaca que ha sido tratada desde una perspectiva externa como proceso educativo con fines determinados que produce un resultado, sin que se distinga el papel activo y protagónico de los sujetos de formación, desde su perspectiva interna.
- Ante este análisis es evidente que se requiere una visión más integral al tener en cuenta tanto lo interno como lo externo del sujeto y la relación que se establece con su entorno, su cultura y con los otros, como parte de la historia de su desarrollo y su proyección social.
- Asimismo hay que abordar el concepto de formación docente que tiene una particularidad especial, en cuanto al rol que desempeña en la sociedad y la cultura; se pueden identificar por lo menos cuatro enfoques, según Delgado (2013): – Pardigma conductista : la formación se concibe como entrenamiento y repetición.
– Paradigma tradicional de oficio : considera al profesor como una persona que domina la técnica y el arte. Puede desempeñarse sin ningún entrenamiento previo. – Paradigma personalista o humanista : hace énfasis en la cualidad del docente como persona, implica el autoconcepto, diálogo y comunicación entre sujetos.
- Paradigma indagador, reflexivo o crítico : la formación se realiza desde una perspectiva de investigación y reflexión sobre su práctica.
- Formar al profesor con capacidades reflexivas, sistema de resolución de problemas para examinar conflictos y tomar decisiones adecuadas.
- Se aprecia que los dos primeros paradigmas son reduccionistas e instrumentales que no reconocen la formación docente como proceso complejo.
El paradigma humanista aporta una visión de formación que considera lo interno del sujeto e interacciones sociales. El paradigma crítico aporta la perspectiva del sujeto como transformador de realidades. De igual forma, existen varias acepciones del concepto de formación docente.
Se retoma a Achilli en Gorodokin (2012), que concibe “la formación docente como proceso donde se articula enseñanza y aprendizaje”, Pérez (2010), hace énfasis en “la unión íntima entre teoría y práctica, en reescribir y reestructurar la cotidianidad del sujeto y sus interacciones, retroalimentación y transformación personal”.
Asimismo, la formación docente debe aportar a la sociedad “ser espacio de creación, participación y cooperación”. (Martín, 2015) El aprendizaje se construye en una dinámica de interacción de sujetos, generación y transformación de cultura. Al estar consciente del papel fundamental que cumplen los docentes en la sociedad, su formación debe revisarse desde el interior de la actividad de aprendizaje y los ámbitos sociales externos a ella.
Se requiere tanto de las prácticas pedagógicas, como de los ámbitos, situación social, histórica y cultural en los que las personas desarrollan sus vidas con otros y la naturaleza, aspectos reconocidos desde la posición vigotskiana que concibe el papel activo de los sujetos del aprendizaje. Encontrar la sinergia entre estos elementos es una tarea impostergable, porque las problemáticas emergentes no pueden ser ajenas a la educación y la sociedad.
En el contexto colombiano se han hecho acercamientos a la realidad educativa, a partir de algunas investigaciones Castro, (2010); Parra, Encima, Gómez & Almenares, 2010; Universidad Pedagógica Nacional (2004), constatando la necesidad de repensar la formación docente para responder a las necesidades de la sociedad y la cultura y se enfatiza en un proceso de búsqueda y consensos donde los actores tengan una participación activa.
Martín (2015), enfatiza en la necesidad del enfoque histórico-cultural como condición fundamental para la formación docente, González, Rodríguez & Hernández (2011), coinciden y destacan la necesidad de su desarrollo desde el concepto vigotskiano de Zona de Desarrollo Próximo (ZDP), esto significa reconocer las potencialidades de desarrollo del docente; Zabalza (2013), precisa el compromiso en el que se integra lo técnico, emocional y ético.
Se infiere la consideración de este autor las relaciones entre los componentes internos y externos del proceso. A tono con esto, Imbernón (2006), hace referencia a principios de la formación docente: la formación necesita tiempo porque hay cambio cultural, supone reflexión basada en participación, autonomía profesional compartida, énfasis en el aprendizaje del profesorado y no tanto en su enseñanza Al respecto, los autores cubanos Cruz, Fernández, López & Ruiz (2011, p.1) afirman: ” la realidad contemporánea demanda un docente que tenga roles activos en la elección de alternativas pedagógicas, que estimule la capacidad de participar ofreciendo opciones que permitan a los educandos aprender críticamente”,
Destacan además, la necesidad del docente como facilitador del desarrollo de los proyectos de vida, incluyendo el suyo propio para dinamizar los procesos de aprendizaje. Esto implica que en la formación docente está presente ese accionar para que sea incorporado a su quehacer, se estructure sistemáticamente, le posibilite construir y concretar el proyecto de vida con pertinencia de los saberes pedagógicos y el desarrollo de sus potencialidades personales, sociales y educativas como multiplicador y transformador de sí, de la sociedad y la cultura.
Sin embargo, esta perspectiva no se evidencia en los contextos educativos y formativos del docente. Desde la realidad colombiana se realiza un estudio diagnóstico sobre la formación docente. República de Colombia. Universidad Pedagógica Nacional, (2004) que expresa la necesidad de hacer cambios significativos para mejorar la calidad de la educación y, a su vez, garantizar continuidad a la formación como política, lo que requiere la participación de todos los actores, para valorar las diversas propuestas.
Estudios de la UNESCO (2014), refieren que menos del 75% de los docentes han recibido formación, destacan la necesidad de la formación permanente y que algunos países han elaborado programas encaminados a esto, sin embargo, la demanda sigue latente y emerge de los contextos sociales. Esta problemática es coincidente con la formación para el trabajo y desarrollo humano.
Un estudio exploratorio reciente por los autores Nieva & Martínez (2015), sobre los docentes en el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) evidencia que existen limitaciones en la formación docente, en la preparación pedagógica, insuficiencias en la formación integral y el desarrollo humano que propende el Modelo Pedagógico de la institución; el 72% reconoce limitaciones en el desarrollo de competencias individuales y sociales.
- Inconsistencia teórica y práctica 74%.
- Se aprecia que aunque se declara como política, no ejecuta en la práctica.
- En tanto teoría y práctica de la formación docente permanente están divorciadas, no se concibe como unidad necesaria, lo que crea insatisfacciones y necesidades que no se realizan.
- Un dato que reafirma lo planteado es que el 68% de los docentes instructores encuestados del SENA (174 en total), en 10 centros de formación, manifiestan estado emocional favorable hacia los procesos de formación docente y reconocen la necesidad de implementar una estrategia pedagógica que haga propicio el aprendizaje significativo y desarrollador del docente.
El docente como sujeto de aprendizaje y desarrollo. En coincidencia con este resultado, Imbernón (2006), precisa la consideración del activismo del docente en su aprendizaje y formación referido a su autonomía, emociones, actitudes, la comunicación, su relación con la comunidad, desata su complejidad en la sociedad actual Freire (2010, p.63), al referirse al rol del docente en los procesos educativos expresa: ” mi papel en el mundo, como subjetividad curiosa, inteligente, interferidora en la objetividad con que dialécticamente me relaciono, no es solo el de quien constata lo que ocurre sino también el de quien interviene como sujeto de ocurrencias”.
Así, el docente es actor en y desde la realidad; pero a la vez que la transforma, se transforma a sí mismo y a los que transmite y comparte su cultura, desde su quehacer y determinación en la historia. Una coincidencia directa con el enfoque de desarrollo humano de vigotskiano (Martín, 2015). El docente como sujeto del proceso formativo determina y expresa en el acto educativo sus particularidades como ser social.
Mediante la relación e intercambio con sus estudiantes propicia el desarrollo de éstos, su implicación en los problemas sociales y la participación en su transformación cultural. Se trata de que la educación forme parte de la cultura, tanto educador como educando se implican en el proceso de su construcción y reconstrucción, en su perpetuidad y desarrollo.
La concepción vigotskiana apunta a un proceso de formación, educación y aprendizaje mediados por la interacción de los actores principales: estudiante y docente, quienes intercambian saberes, sentimientos, emociones, valores, actitudes y experiencias que son exigencias de la vida social, cultural y laboral; una vez adquiridos constituyen recursos esenciales para asumir las demandas y retos de la sociedad, expresan desarrollo, crecimiento personal y una inserción más plena a la sociedad.
Se puede deducir que en estas condiciones los intercambios deben ser efectivos y para que se logren los objetivos pedagógicos y desarrolladores, se requiere formación docente sistemática y multilateral. Al cambiar el rol del docente, su praxis debe ser dinámica, participativa, en coherencia con las demandas sociales de los estudiantes y de la cultura de la que forman parte; el intercambio dialógico posibilita interiorizar los aprendizajes mutuos.
La intervención que hace el docente en sus estudiantes es dialéctica, en ella no sólo se orientan procesos educativos, sino que en la interacción de ambos actores se retroalimenta el proceso de enseñanza-aprendizaje, se recrean los saberes, se reconstruye la historia de los sujetos en particular y de la sociedad en general.
La formación docente es fundamental para la transformación de la sociedad que valora el desarrollo humano y los proyectos de vida de las personas en las que los diferentes procesos pedagógicos se convierten en una búsqueda permanente del ser y deber ser de la cultura de los sujetos de desarrollo.
La necesidad de nuevos enfoques en la formación docente que les brinde prioridad, al considerarlos sujetos activos del aprendizaje, de su propio desarrollo personal y permanente, a la vez que agentes educativos orientadores y guías de sus estudiantes, puede ser asumida desde la perspectiva vigotskiana.
Esto implica acercarse a una nueva concepción de la formación docente y algunos componentes que la suponen. Desde el análisis realizado, los autores de este artículo consideran la importancia que tiene asumir la formación docente permanente como un proceso, en el cual se reconoce el papel activo del docente desde sus potencialidades como sujeto de aprendizaje con carácter autotransformador y transformador de la sociedad, su historia, desarrollo y cultura, de la cual es portador.
En este proceso el sujeto en su interrelación con los otros, intercambia saberes, experiencias y vivencias afectivas, aprende y reconstruye desde la unidad cognitiva afectiva, en función de la significatividad o sentido que adquiere la educación como desarrolladora de sí y el contexto social. Esto exige una reconstrucción del concepto de formación docente, que incorpora los componentes enunciados con visión integradora, que los autores definen como: Un proceso de aprendizaje pedagógico desde las potencialidades de los sujetos implicados, sistemático, investigativo y dialógico, de configuración y autotransformación del docente, que abarca componentes educativos, el vínculo cognición – afecto, orientado al aprendizaje significativo y desarrollador que responde a las necesidades de desarrollo personal de sí y de sus estudiantes, donde la cultura, la comunicación e interacción social son mediadores esenciales; se organiza desde la intencionalidad e interdisciplinariedad en función del cambio y la transformación de la sociedad.
El docente es concebido como aprendiz. El análisis de los referentes generales lleva a cambiar la mirada sobre el docente y su preparación permanente para desempeñar un rol en el cual confluyen diversos factores macro, meso y micro sociales, con los que adquiere una responsabilidad personal con su propio desarrollo, con los que educa y forma, desde y con la sociedad.
- Se ha enfatizado en el papel activo de los docentes como sujetos de aprendizaje en el proceso de su formación permanente y como agentes que contribuyen al desarrollo de la sociedad y a la equidad.
- Pero para educar con nueva visión de formación docente centrada en la auto transformación personal y transformación social, se requiere ser educado.
Se retoma entonces la interrogante anteriormente planteada ¿cuál debe ser el contenido de la formación docente? ¿Cuáles son los procedimientos necesarios para que el docente se convierta en un sujeto activo de aprendizaje y de su desarrollo? Al abordar la formación docente, se han enunciado algunos elementos esenciales que implican el concepto planteado por los autores, que se realiza sobre la base del análisis del contexto del SENA, algunos aportes científicos coincidentes en que la formación docente requiere cambios conceptuales que logren ejecutarse y demostrarse en la práctica, desde lo personal y social desarrollador.
- La definición conceptual lleva a reflexionar sobre los componentes y contenidos de la formación docente permanente que tienen por finalidad el aprendizaje significativo y desarrollador.
- Los componentes son: · – Valoración del docente como sujeto enseñante, aprendiz y en devenir histórico de su desarrollo personal y social desde un EHC.
· – Se parte de los aprendizajes y experiencias previas de los docentes en formación, tanto desde lo cognitivo como lo afectivo, valorativo y emocional. · – El proceso de formación debe permitir la motivación de los instructores en formación en relación con sus compañeros, el contenido, el entorno y su cultura.
· – Acompañamiento del proceso de aprendizaje del instructor en formación que permita trabajar la ZDP de modo que se potencialice su desarrollo. · – Planificación de las tareas y actividades de aprendizaje que generan procesos de autodeterminación, motivación y transformación de realidades. · – Sistematización de las experiencias que ocurren dentro y fuera del aula como elementos integradores del proceso de formación, fruto de procesos de investigación de la práctica, tanto en su rol de aprendiz como de enseñante.
· – Contenidos significativos y dinámicos como proyectos de búsqueda, hermenéutica y sistematicidad desde una visión interdisciplinaria de la pedagogía, donde se articula teoría y práctica y se entrecruzan saberes multidimensionales. · – Aprendizaje para toda la vida que requiere de procesos de investigación, innovación y creatividad para dar respuesta a la historia y al desarrollo del ser humano en realidades concretas.
Se trata de componentes que son flexibles y que requieren permanente búsqueda del perfil del docente que cumple un rol fundamental en los procesos de transformación de la realidad y por lo tanto es cultural, dinámico, flexible, integrador e histórico. En coherencia con estos aspectos, la concepción del docente como persona elocuente que transmite saberes se va cuestionando para dar paso a una demanda social que requiere sea dinamizador de procesos de construcción y reconstrucción de la cultura y la sociedad; donde los conocimientos científicos, técnicos, tecnológicos y artísticos se van interiorizando en las culturas para convertirse en saberes que se implementan en espacio-temporalidades concretas.
En esta línea de pensamiento, los contenidos de la formación docente en términos generales debe abarcar el proceso en su integralidad y multilateralidad. Estos son: · – Un diagnóstico de las posibilidades reales y potenciales de los docentes como seres humano en un contexto histórico-cultural que abarca los saberes y dominios pedagógicos.
· – Se planifican y organizan los recursos pedagógicos necesarios y las condiciones para su aprendizaje desde las potencialidades que se expresan en los resultados de estos diagnósticos, donde el sujeto tiene un papel consciente y activo de su autoconocimiento. · – Las didácticas generales para su aplicación en las áreas particulares del saber de los docentes implicados y su adecuación interdisciplinar, en función de los cambios del desarrollo científico tecnológico y del contexto social.
· – La labor educativa e investigativa del docente, los recursos teóricos- metodológicos para formar, educar en y para la transformación personal y social. · – Asumir el aula como laboratorio natural para la educación y el desarrollo. · – Los mediadores del proceso educativo, entre ellos la comunicación dialógica, la cultura y las vivencias que generadores de significatividad y sentido personal y social, con carácter desarrollador.
- · – La articulación entre los saberes.
- · – Las vivencias afectivas que en el proceso educativo se expresan, mediados por la comunicación e interacción, son fuentes donde está presente la unidad cognitivo- afectivo.
- En resumen el contenido de formación docente debe ser personal-social, pedagógico-didáctico, investigativo-metodológico, cultural- histórico y comunicativo-interactivo, desde los diagnósticos progresivos del aprendizaje donde se expresa la unidad cognitiva afectiva de los implicados en lo significativo y desarrollador durante el proceso de formación docente.
CONCLUSIONES La educación sintetiza la política, la cultura, la historia y el desarrollo de los seres humanos y la sociedad; la transmite y la transforma, donde el docente es un actor principal. La formación docente permanente es una necesidad. Las demandas del desarrollo y la transformación social exigen un cambio en su concepción que requiere un enfoque que priorice al docente como agente activo de su aprendizaje, desde las potencialidades de su desarrollo, con carácter autotransformador y transformador de la realidad social.
- La concepción del docente como aprendiz en el proceso de su formación abarca componentes y contenidos esenciales desde los histórico y cultural que propicia un aprendizaje significativo y desarrollador.
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¿Qué características posee un buen docente?
5 características de un buen maestro. ¡Conócelas! Si has llegado a este sitio es porque seguramente buscas darle a tu hijo una educación de calidad, la cual no todos tienen la capacidad de brindar. Así que si quieres dejar a tu pequeño en buenas manos, entonces sigue leyendo, porque a continuación podrás conocer las cinco características de un buen maestro,
La palabra maestro muchas veces te puede llevar a construir en tu mente la imagen de una persona en un salón de clases impartiendo una clase frente a un grupo de alumnos, pero ser un buen educador va más allá de eso debido a que hay múltiples cualidades que les permiten hacer del proceso educativo una agradable experiencia.
Por lo tanto, los docentes son un pilar fundamental de la educación y su labor trasciende el ámbito académico, ya que no solo transmiten conocimientos y fomentan el desarrollo cognitivo de los estudiantes, también los motivan a ser mejores personas con valores, capacidades y principios que los ayudan a tener un mejor desenvolvimiento en cualquier ámbito.
La enseñanza es su pasión
Cuando una persona ama hacer su trabajo se nota y cuando no, se nota aún más. Todo profesor que tiene vocación y pasión por la enseñanza se encarga de transmitir con una buena actitud ese conocimiento y sentimiento a sus alumnos para que ellos obtengan un aprendizaje significativo.
Brinda apoyo a sus alumnos
Impartir clases se refiere a la sencilla actividad en la que un docente le enseña algo a un estudiante, pero un buen maestro es la persona que se interesa por brindar un sólido apoyo a sus alumnos. Es decir, los conoce, está al pendiente de sus comportamientos, avances y atrasos, actúa de manera pertinente ante cada caso.
Se capacita constantemente
El ámbito educativo es cambiante y aquellos maestros que se quedan únicamente con su formación universitaria, sin actualizaciones ni alguna especialización, está condenado a ser desplazado debido a que una de las cualidades más valoradas en un docente es su capacitación constante.
¿Cuál es el rol del docente en el siglo 21?
Se requieren maestros más críticos e ingeniosos con un nuevo enfoque didáctico para desarrollar proyectos creativos donde sean facilitadores del aprendizaje. Para afrontar los continuos cambios que se imponen en todos los órdenes de nuestra vida, como son una economía global y los rápidos avances científicos y tecnológicos, nos vemos obligados a adquirir nuevas competencias personales, sociales y profesionales que hoy en día resultan imprescindibles.
El contexto escolar no es la excepción. Considerando que vivimos en la sociedad del conocimiento, estamos obligados como docentes a implementar estrategias que motiven a los alumnos a construir su propio conocimiento y desarrollen habilidades y competencias para enfrentar con éxito un mundo globalizado en constante cambio.
Para ello, se requieren maestros con un nuevo enfoque didáctico, más críticos e ingeniosos para desarrollar proyectos creativos, donde sean los facilitadores del aprendizaje. “Cuando hago mi planeación debo pensar en lo que les será útil a mis alumnos para enfrentar los retos de la vida diaria”.
El nuevo rol de los profesores nos exige capacitarnos, actualizarnos y estar informados sobre los avances en materia de educación, Así mismo interesarnos en los adelantos tecnológicos y, en la medida de lo posible, adaptar nuevas soluciones para el aprendizaje, Colaborar con otros profesores, compartir ideas y experiencias es fundamental para enriquecer nuestro trabajo y apoyar a nuestros alumnos a mejorar el desarrollo de competencias.
Se requieren docentes que impacten positivamente la vida de los alumnos y los formen para que sepan cómo actuar en diferentes situaciones, valoren ellos mismos su desenvolvimiento y sepan tomar decisiones en diferentes contextos. Ahora la educación está formando competencias para la vida y para el aprendizaje permanente de nuestros estudiantes.
El modelo educativo Nueva Escuela Mexicana (2019) de la Subsecretaría de Educación Básica de México, preocupado por esta visión global, plantea en su propuesta que es indispensable avanzar hacia una renovación curricular “que contribuya a la formación de personas técnicamente competentes y socialmente comprometidas en la solución de los grandes problemas nacionales y globales, lo que implica fortalecer la formación ciudadana”.
El análisis (2019) de la OCDE Educación Superior en México Resultados y Relevancia para el Mercado Laboral, hace mención sobre la necesidad de un programa que desarrolle competencias tanto transversales como disciplinas específicas. También de contar con maestros altamente capacitados para el desarrollo de estos planes y programas, mejorando así la alineación entre las competencias que desarrollan y el mercado laboral para los egresados de educación media superior y superior.
Sistema educativo finlandés, El primer examen nacional se realiza solo al final de la educación secundaria superior general. Tiene un modelo flexible, no hay listas de clasificación escolar, ni sistemas de inspección. En lugar de eso, acercan a los alumnos a situaciones en las que ellos mismos puedan evaluar su propio aprendizaje; de esta manera, los alumnos se enfocan en la alegría de aprender en lugar de la presión que conlleva una evaluación ( World Economic Forum, 2020 ). Se eliminan las asignaturas y se reemplazan por ‘temas’ relevantes, Tecnológico de Monterrey, Apuesta en la importancia de la educación para transformar a México. Su misión es: desarrollar líderes con espíritu emprendedor, sentido humano y competitivos internacionalmente. Su nuevo modelo educativo, llamado Modelo Tec21, supone una transformación en la organización del espacio y tiempo docente, con el objetivo principal de la formación de líderes, retadores, flexible que permita desarrollar las competencias definidas. Escuelas de segunda oportunidad. En 2016, la Asociación Española de Escuelas de Segunda Oportunidad se formó con la finalidad de dar respuestas educativas individualizadas e integrales a jóvenes que están fuera del sistema educativo o tienen baja empleabilidad. Su propuesta es innovadora a través de horarios flexibles e individualizados que permiten a los jóvenes tener una continuidad educativa. Cuentan con un programa de tutorías y acompañamiento integral con refuerzo en competencias básicas y laborales. Se le da prioridad a la vinculación con el mundo empresarial y el trabajo en red. También proporcionan apoyo completo en lo que respecta a las necesidades sociales y una especial atención a los jóvenes más vulnerables.
La sociedad del futuro exigirá al docente enfrentarse con situaciones cada vez más complejas como es formar para una sociedad más justa y democrática, preparar a nuestros alumnos para desenvolverse en una sociedad que cambia muy rápidamente, contribuir a formar ciudadanos conscientes, responsables y con valores.
Para comprender mejor el sentido y las dificultades estructurales de la profesionalización docentes, en 2017 realicé una investigación con el objetivo de identificar las competencias que necesita desarrollar el docente del siglo XXI. El estudio se realizó en 10 escuelas de nivel básico y medio superior.
Participaron 40 profesores que imparten clase en el área de comunicación y lenguaje, Historia, Literatura, Ciencias y Matemáticas; para conocer las estrategias implementadas por ellos mismo en el salón de clase. Los profesores se desempeñan en diferentes instituciones en México, se ubican las siguientes ciudades: en el Estado de México, Hidalgo, León, Guadalajara, Monterrey y en la Ciudad de México, en las Delegaciones Gustavo A.
Organizar y llevar a la práctica situaciones de aprendizaje. Tener la habilidad para relacionar a los alumnos en la participación o desarrollo de investigaciones que les proporcionen herramientas para enfrentarse a situaciones de la vida cotidiana. Gestionar la progresión de los aprendizajes. Implementar estrategias para gestionar el avance de los aprendizajes por medio de situaciones problema con relación a la realidad de cada estudiante. Fomentar estrategias de inclusión. Fomentar el trabajo colaborativo con base en la tolerancia y el respeto a la integridad del otro (valores). Implicar a los alumnos en su aprendizaje y en su trabajo. Crear estrategias que los involucren desarrollar la capacidad de autoevaluación de su propio aprendizaje con la finalidad de tomar conciencia del progreso que han conseguido. Trabajar en equipo. Tener la capacidad de involucrar a los alumnos en el trabajo en equipo e impulsando el liderazgo con la finalidad de que el equipo trabaje con entusiasmo hacia el logro de sus metas y objetivos. Participar en la gestión escolar. Involucrarse y participar en la gestión de la escuela desarrollando competencias de administración, coordinación y organización del factor humano para crear un buen clima institucional. Aprender y aplicar nuevas tecnologías. Ser capaz de utilizar las nuevas tecnologías incorporando los métodos activos por medio de competencias técnicas y didácticas. Afrontar deberes y dilemas éticos de la profesión. Afrontar los deberes y los dilemas éticos con la finalidad de cultivar la competencia comunicativa, es decir, la capacidad de una persona para comportarse y comunicarse de manera eficaz y adecuada. Capacitarse continuamente. Tener la capacidad de organizar y fomentar la propia formación continua con la finalidad de ser constantemente competitivo en un mundo globalizado.
A continuación, les comparto un ejemplo de lo que realizo en mi práctica docente. Hace algunos años, cuando inicié en esta profesión, la planeación se realizaba con base en objetivos que observaban únicamente la conducta (conductismo). Se centraban en el aprendizaje por medio del proceso de pensamiento y así llegar al conocimiento.
Para evaluar, solo se tomaba en cuenta qué tanto sabía el alumno al final del proceso educativo. Se trabajaba frente a un grupo con objetivos generales, particulares, específicos y una serie de actividades que los conducían a lo largo del proceso. Los objetivos se redactaban en futuro, ya que esto hacía referencia que al finalizar las actividades los estudiantes deberían haber alcanzado la meta propuesta.
Ejemplo: El alumno identificará un texto narrativo. La finalidad era que el alumno conociera las características del texto narrativo y lo identificara entre otros textos. Esto ya no se hace así. Actualmente, para desarrollar competencias en mis alumnos he tenido que cambiar el paradigma completamente y al mismo tiempo, modificar mi manera de enseñar.
- Ahora, al hacer mi planeación, debo pensar en lo que les será útil a mis alumnos para enfrentar los retos de la vida diaria.
- Identificar los conocimientos, las habilidades, destrezas, actitudes y valores que necesitarán para llevar ese conocimiento a la práctica en diferentes contextos.
- Por esta razón, las competencias se redactan en presente.
Debe haber un verbo, un objeto y una condición. Para evaluar debo tener presente los indicadores y los niveles de desempeño, ya que al finalizar el proceso el alumno deberá demostrar en qué nivel de competencia se encuentra. Ejemplo de una competencia: Es sensible al arte y participa en la apreciación e interpretación de sus expresiones en distintos géneros literarios, identificando obras por sus características (textos narrativos).
- Atributos 1.
- Analiza e identifica la estructura y características de los textos narrativos y sus subgéneros 2.
- Escribe un texto de autoría propia del subgénero narrativo que elija Ahora el alumno no solo conoce, sino que deberá llevarlo a la práctica.
- Basándose en sus características y elementos escribirá un texto de subgénero narrativo (la redacción y la buena escritura le servirá para toda la vida).
Ya no me coloco frente del grupo a dar una clase teórica magistral por dos horas y llenar un pizarrón con puro verbo, ahora ellos deben construir su conocimiento el cual deberán llevarlo a la práctica para resolver alguna situación cotidiana. Las actividades que implemento para el desarrollo de competencias son: actividades colaborativas, investigaciones, exposiciones, prototipos, proyectos, análisis de casos, juicio crítico, visitas, juegos, tecnología y más.
Para lograrlo, me capacito en desarrollar nuevas competencias que aplico diariamente en mis clases con la finalidad de convertirme en un facilitador del aprendizaje. Los invito a tomarse un momento para reflexionar sobre la importancia que tiene nuestra labor y la gran influencia que tenemos para integrar una mejor sociedad.
Como profesionales docentes entre más preparados estemos para enfrentar los retos del siglo XXI, nuestros alumnos obtendrán más herramientas para el desarrollo de sus competencias que aplicarán a lo largo de su vida.
¿Qué es lo que hacen los maestros?
El/la maestro/a controla la clase, prepara la materia, la evaluación y acompaña al alumno en su proceso de aprendizaje. Se basa en el plan de estudios para saber qué debe de transmitir, usando una determinada metodología o didáctica para acercar el tema al otro.
¿Qué es la autonomía docente en el marco de la nueva escuela mexicana?
La autonomía curricular y los maestros Ayudarles a reconocer las necesidades y exigencias de sus estudiantes, vinculándolas con aquellas propias de la institución educativa.