Colaborar como voluntario en la clase de su hijo, en la biblioteca, en la cafetería o en la oficina escolar. Preparar comida para algún evento escolar. Ayudar como tutor de estudiantes en tales sujetos como la lectura, las matemáticas, el inglés, el español, computación, o otros cursos.
¿Cómo es la participación de los padres de familia en la escuela?
Ventajas de la participación de los padres – El involucramiento de los padres es clave para el desarrollo de los alumnos y ofrece muchos beneficios. Existen muchos estudios, incluidos los antes mencionados, que hablan sobre cómo puede mejorar y ayudar esta participación en la vida estudiantil y también a los docentes. Algunas de las ventajas son:
Cuando hay una buena comunicación entre los padres y los maestros, disminuye el absentismo, Según un reporte de Johns Hopkins University (JHU), ayuda a reducir en un 24 % las faltas del alumno. El rendimiento académico aumenta, Según JHU, aspectos como la comprensión y la fluidez lectora mejoran cuando hay participación de los padres, aún más si los papás dedican tiempo para leer con sus hijos, ya que los alumnos saben que sus papás están al pendiente, tratan de mejorar por ellos, se sienten más motivados a aprender y mejorar sus calificaciones. También ayuda a mejorar el comportamiento del alumno en el aula, Que los padres y docentes tengan más comunicación ayuda al alumno a sentirse más motivado en clase, mejorando su autoestima y actitud en el aula. El beneficio se extiende a todas las edades, Aunque normalmente se habla del beneficio en alumnos de preescolar o primaria, hay otros estudios enfocados en alumnos de bachillerato. La participación de los padres marca una diferencia en todos los niveles aunque, claramente, va disminuyendo conforme el alumno avanza. Aún así, en la preparatoria, por ejemplo, el tener a los padres involucrados puede afectar la decisión si el alumno quiere seguir estudiando o no. La participación de los padres mejora el desempeño de los docentes, Cuando los padres tienen mejor comunicación con los maestros, ellos aprenden a valorar más su trabajo y los desafíos que ellos enfrentan, lo que hace que el docente se sienta valorado. También los ayuda a conocer más al alumno, lo que permite enseñarle de manera más personalizada y efectiva. Ayuda a que los padres de familia se sientan más involucrados y felices con la educación de sus hijos, Al existir una buena conexión entre las escuelas, los padres comprenden mejor el plan de estudios y el avance que tienen sus hijos. Además ayuda a que se sientan más cómodos y felices con la calidad de la educación. Incluso puede motivar a aquellos que no terminaron su propia educación, a continuarla.
¿Cómo participan los padres de familia en la educación de sus hijos?
¿De qué manera participan los padres de familia en la educación? – Los padres de familia tienen muchas maneras de participar en la educación de sus hijos, entre ellas se encuentran el asistir a reuniones de padres y maestros, participar en actividades escolares, apoyar el aprendizaje en el hogar y comunicarse regularmente con los maestros, ayudando a sus hijos a establecer metas académicas, brindarles apoyo emocional y motivarlos a alcanzar su máximo potencial.
¿Qué pasa si los padres de familia no participan en la escuela?
La escasa participación de los padres de familia influye de modo negativo en el proceso de enseñanza – aprendizaje de sus hijos debido a que aprecian su desinterés por su educación, ocasionando malestar en el campo educativo, los representantes deben ser guías y ejemplo para sus hijos ya que en la educación están
¿Cuál es la función de los padres de familia?
Las socializaciones proporcionan un complemento beneficioso a las visitas al hogar. Si bien las visitas al hogar proporcionan relaciones cercanas y altamente individualizadas y oportunidades de aprendizaje, las socializaciones reúnen a los padres en circunstancias similares para compartir sus experiencias, ver a sus propios hijos y a los de otros jugando, y tienen la oportunidad de hacer nuevos amigos ellos mismos.
- Los padres tienen muchas funciones en las socializaciones.
- Contribuyen a la planificación, cuidan e interactúan con su propio hijo, observan a otros adultos que cuidan e interactúan con sus propios hijos, y observan a su hijo interactuar con sus compañeros.
- Los padres pueden hacer nuevas amistades que duren solo durante el tiempo de la socialización o que se extiendan a su vida diaria.
También pueden compartir ideas y preguntas entre ellos, y a veces con invitados de la comunidad. Las redes sociales pueden definirse como las conexiones entre las personas que hacen una diferencia en la vida de las personas. Los miembros de la red de padres pueden incluir amigos, parientes, compañeros de trabajo, vecinos o profesionales.
Sus interacciones entre sí pueden implicar intercambios emocionales (p. ej., consuelo o apoyo), bienes materiales (p. ej., compartir ropa, juguetes, etc.), servicios (p. ej., hacer una diligencia o cuidar niños) o información (Cochran & Niego, 2002). Los padres que tienen conexiones positivas con amigos y familias y en su comunidad local son más capaces de satisfacer sus necesidades básicas, lograr sus metas y criar con éxito a sus hijos.
Son más capaces de superar obstáculos como los barrios inseguros, la violencia familiar y la falta de vivienda para alcanzar estas metas. Las redes sociales positivas afectan directamente el desarrollo de los niños al darles la oportunidad de interactuar con un conjunto más amplio de adultos que ofrecen seguridad y atención.
Cuando los niños tienen conexiones con otros adultos, son capaces de experimentar una mayor gama de actividades y pueden desarrollar nuevos intereses, diferentes a los del hogar. Las relaciones cercanas de los niños con diferentes personas que brindan seguridad y cariño les proporcionan más oportunidades para desarrollar un pensamiento flexible y comprender diferentes puntos de vista.
El número de amigos adultos confiables en la red social de una familia está asociado positivamente con la felicidad de un niño, con más amistades con otros niños y con una mayor participación en las organizaciones comunitarias (Cochran & Niego, 2002).
¿Cuál es la misión de la familia en la educación?
La importancia de la familia en la educación escolar Como padres buscamos que la educación de los hijos en la escuela no sea solo académica, sino que también valórica, emocional y personal. Se espera, por lo mismo, que en la institución formativa se les enseñen las formas más adecuadas para desenvolverse en la sociedad, siendo un aporte real en la construcción de un mundo más justo y empático.
- Pero ¿cuál es la función de la familia en este objetivo? El importante rol de la familia en la educación Durante el desarrollo de nuestros hijos existen dos espacios fundamentales de crecimiento y socialización.
- El primero de ellos es la familia, lugar donde se lleva a cabo el aprendizaje de las funciones básicas, como hablar y comer, además de aprender los valores y las normas de conducta que guiarán su futuro.
El segundo es la escuela. En ella “salen” al mundo privado donde conviven con sus pares y adultos, asimilando conocimientos nuevos que les permiten ser tolerantes a la “diferencia”.
Sin embargo, estos dos elementos que inician su formación no deben actuar por separado, sino que los mejores resultados se logran cuando la familia y la escuela trabajan estrechamente por la educación de los niños y niñas.A continuación, explicamos los principales beneficios de aumentar las funciones de la familia en la educación escolar.1. Se potencia la educación del niño
Ciertamente, la importancia de la familia en la educación del niño es trascendente. Los alumnos se desarrollan de manera efectiva si se sienten apoyados tanto en su establecimiento educativo como en su hogar. Si los infantes perciben un interés para identificar sus dudas e ideas en el hogar, se dan con mayor facilidad al aprendizaje, tienen más ánimo para participar en clases y actividades extracurriculares.
- Además, cuando los padres mantienen curiosidad por los tópicos que están adquiriendo sus hijos, los estudiantes logran reafirmar aún más sus conocimientos.
- ¿Por qué razón? Debido a que se considera que lo enseñado en la escuela va más allá de la sala de clases y forma parte de varios aspectos de su vida, en especial si estos conocimientos se involucran en sus juegos y conversaciones casuales.2.
Se mejora su aspecto emocional El rol de la familia en la educación cobra importancia, de manera clara, cuando se entiende que los niños reciben una educación emocional, principalmente, de sus padres. Desde la familia, como punto de partida, se le enseña al menor a encarar las emociones vividas a diario, como la ira, la alegría, la frustración y el amor.
- Estos aprendizajes, una vez asimilados, se practican en situaciones externas como el colegio.
- Por ello, es clave la existencia de una afinidad entre la institución educativa y los apoderados sobre cómo el alumno debe recibir su educación emocional.
- De esta forma, el niño sabrá comunicar sus emociones de un modo saludable y socializar sanamente.
Como resultado, recibe una formación capaz de cuidar la perspectiva emocional del estudiante para concluir en un adulto sano tanto en lo personal como en lo social.3. El niño aprenderá valores con mayor facilidad Otra de las funciones de la familia en la educación es inculcar los valores que el niño necesita.
En el colegio, estos se refuerzan y se practican para que logren mantenerse en el largo plazo. Por eso, la unión entre el establecimiento educativo y la familia es prioritario para el aprendizaje valórico. Por ejemplo, si el estudiante concibe vivir en sociedad ejerciendo cualidades como la generosidad, la honestidad, el respeto y la responsabilidad es porque en su hogar y en su colegio son elementos activos de la convivencia diaria.
Sin duda, un colegio familiar es ideal, ya que propone la participación de los padres y potencia el rol de la familia en la educación, logrando una relación positiva entre apoderados y el establecimiento educativo. En definitiva, si la familia y el colegio conforman un equipo, el niño se verá doblemente beneficiado, formando un joven seguro de sí mismo y preparado para involucrarse en su comunidad.
Indudablemente, la importancia de la familia en la educación en estos aspectos es trascendental: es una de las partes necesarias para formar adultos sanos emocionalmente y preparados para enfrentar sus futuros. Comencemos con Simple. Sí, almohadas sólidas especiales de tales formas e para que pueda contar con ellas o mentir durante el sexo.
Siempre se pueden poner en las caderas. Son una variedad de colores, formas y tamaños. : La importancia de la familia en la educación escolar
¿Qué es el apoyo familiar en la educación?
Es así como el apoyo familiar es el cauce para que se adquieran hábitos y actitudes que reditúen en logros académicos, que en sus discursos se muestra como una herencia generacional, donde la situación socioeconómica, su situación de vulnerabilidad, no demerita el acompañamiento al estudiantado por parte de familiares
¿Como debe ser la relación entre docentes y padres de familia?
Los profesores deben velar porque los padres cumplan sus responsabilidades y obligaciones y para facilitar esto es necesaria la interacción y cooperación familiar, mediante la participación de estos en la escuela y una comunicación fluida y habitual.
¿Cuál es la relación entre la familia y la escuela?
Es fundamental que la familia y la escuela tengan una comunicación fluida y que exista confianza suficiente con los docentes para expresar cualquier inquietud que pueda surgir por sus hijos. – La relación entre familia y escuela es fundamental para el desarrollo del alumno. Ambos contextos están ligados y el potencial positivo de ambos se amplifica si trabajan juntos por un mismo fin: contribuir al desarrollo físico, emocional e intelectual de los niños y niñas.
La docencia es una profesión que exige un gran compromiso y vocación, pero también es de las más satisfactorias gracias a la labor que se desempeña. Hablamos, entonces, del papel de acompañamiento y apoyo al alumno que realizan los docentes a través de la tutoría. Una actividad complementaria a la enseñanza donde el proceso de orientación asegura el ingrediente educativo.
Mientras que la familia es el primer contexto de socialización de un niño, con quien aprende a comunicarse y desarrolla los primeros vínculos afectivos y emocionales, con su llegada al colegio se abre un nuevo entorno en el que, además de recibir una educación formal, establecerá nuevas relaciones tanto con adultos como con otros alumnos de diversas edades.
- Los niños construirán vínculos afectivos estables en la escuela de la misma manera que aprendieron de sus relaciones en casa.
- Y estos vínculos son los que ofrecerán un suelo emocional firme para que sientan la confianza necesaria para avanzar en su desarrollo y en la respuesta a los restos que le plantea la escuela y la educación a lo largo de la vida en términos de aprendizaje.
La importancia de una relación fluida entre las familias y los docentes reside, precisamente, en esa confianza o sentimiento de acompañamiento que se requieren en los primeros pasos del desarrollo intelectual y emocional. Si la conexión entre el profesorado y los padres es buena será más fácil detectar posibles dificultades en el desarrollo y aprendizaje de un niño o problemas de adaptación.
¿Qué tipo de participación pueden tener los padres de familia en la escuela para contribuir a la formación de valores en los niños?
Jesús Alcalá Recuero; Laura Martin Martínez; Gemma Ruiz Varela, Director; Subdirectora de los Grados de Educación Infantil y Primaria; Coordinadora de Prácticas Externas de los Grados de Educación Infantil, Primaria y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad Francisco de Vitoria (Madrid) El presente en que vivimos es muy complejo; no es posible educar acertada y adecuadamente en los centros educativos si estos no establecen complicidad con las familias. A los docentes no les queda otro camino para lograr el éxito educativo que contar con los padres para que exista coherencia entre lo que se hace en casa y en la escuela. Durante las últimas décadas la vida familiar ha cambiado radicalmente, los horarios laborales actuales así como la incorporación de la mayoría de las madres al mercado laboral, dificultan la compatibilización del trabajo con las responsabilidades familiares.
Debido a estos factores, la escolarización se inicia cada vez a edades más tempranas. La escuela debe asumir responsabilidades educativas nuevas, mientras que al mismo tiempo disminuye el predominio de las mismas. A pesar de la influencia de nuevos agentes implicados en la educación (TV, internet, actividades de ocio, familias con mayor formación), la mayor parte de la vida de los niños, hasta la adolescencia, transcurre en el ámbito familiar y escolar.
Nadie enseña a los padres cómo deben educar a sus hijos, y deben enfrentarse cada día a las diferentes situaciones que se presentan, solventándolas de la mejor manera posible. Las familias tienen ahora unas necesidades que la escuela no debe obviar y que debe ayudar a cubrirlas como profesionales de la educación que son.
Los padres no son expertos en materia educativa, y muchas veces se encuentran perdidos en ciertas tareas familiares, cuestionándose si aquello que hacen, y cómo lo hacen, es adecuado o no. La escuela debe dar respuesta a las necesidades de las familias, pues ésta también debe ser agente de ayuda y cambio, dado que son responsables directos de sus hijos.
La participación real y efectiva de las familias es todavía una asignatura pendiente en muchos de nuestros centros educativos. Pocas son las personas que dudan de que la familia y la escuela tienen que trabajar de forma conjunta, sin embargo, la colaboración entre ambas, no siempre es entendida de igual manera por padres y por docentes, y no siempre es efectiva.
Parece, a veces, que escuela y familia escogen caminos paralelos de actuación, en lugar de trabajar en sinergia, de la mano, por un fin común. Para que la participación – colaboración entre el centro educativo y las familias sea efectiva y eficaz, ambos agentes deben conocer o tener acceso a la información en ambos sentidos, bidireccional.
En este aspecto nos referimos a que padres y docentes se escuchen mutuamente y acuerden qué hacer después de intercambiar información y puntos de vista. Esto implica cambiar el tipo de relación tan frecuente: los docentes “recomiendan” y las familias obedecen o ignoran.
Los padres afirman que tienen una serie de derechos que los centros deben satisfacer y los docentes deben tener en su mano, como profesionales que son, todas las soluciones y acciones sobre cómo educar a sus hijos. A la par, los profesores piensan que la implicación de las familias en los centros conlleva un mayor control, una mayor exigencia, reglas de actuación extras; además, consideran que los padres no tienen interés en implicarse en la escuela, dado que delegan responsabilidades en los docentes.
Por estos motivos, profesores-padres se cierran a una mayor colaboración y tienden a participar conjuntamente de manera escasa. Para determinar cómo es la relación y participación de las familias en los centros educativos, hemos realizado un “estudio piloto” de investigación, a fin de diseñar estrategias que permitan orientar los elementos de participación – colaboración entre centros educativos y familias, y lograr una valoración positiva de las acciones encaminadas a la mejora continua de la calidad educativa apoyada en dicha colaboración.
- El muestreo es no probabilístico y realizado “a propósito” 1 en este caso no nos interesa que la muestra sea escogida al azar para que sea representativa, sino que los sujetos que la conforman cumplan con un requisito: “tener hijos en edad escolar”.
- Hemos partido de una muestra de 42 familias que tienen hijos en edad escolar -curso 2014/2015- y hemos recabado, mediante un cuestionario, información acerca de las dimensiones: grado de conocimiento del centro escolar y grado de participación en la comunidad educativa.
Asimismo se ha realizado un “focus group” con estas familias para poder obtener información cualitativa más profunda y de interés. La recopilación de los datos ha sido anónima y el tratamiento de los mismos, totalmente confidencial. Analizando los resultados obtenidos con respecto al grado de conocimiento del centro escolar, hemos de destacar que la totalidad de las familias conocen la estructura directiva y pedagógica de la escuela de sus hijos, la existencia de AMPA y su funcionamiento y los órganos de participación de los padres que existen en el centro.
Todas han mantenido una reunión con el tutor de sus hijos en el pasado curso académico, siendo un 67% iniciativa propia de las familias la solicitud de dicha reunión. Con respecto al grado de participación en la comunidad educativa, el 100% de los padres considera importante esta participación y está al corriente de todas las actividades que tienen lugar en el colegio.
Los resultados del “focus group” realizado con estas familias, aporta que actualmente están satisfechos con lo que les ofrece el centro, si bien es cierto que demandan una educación en emociones y afectividad para mejorar el desarrollo de los niños: “El sistema educativo español, en términos generales, ha venido cultivando una enseñanza-aprendizaje mensurable en áreas instrumentales del conocimiento, pero ha descuidado el fomento de valores antropológicos y éticos fundamentales para la madurez del ser humano y para la construcción de una sociedad mejor.
En educación los valores en alza a día de hoy son las competencias personales y la relación del desarrollo afectivo del niño con las nociones de inteligencia, de educación y de competencia emocional”.2 Consideran de vital importancia la fluidez en la comunicación, sobre todo en la etapa de Educación Infantil, cuando aún no todos los niños son capaces de comunicar con claridad a sus padres lo que les indica el profesorado respecto a las actividades relacionadas con su educación.
Estas familias solicitan ayuda de los centros educativos en la detección del acoso escolar, los problemas de aprendizaje y conducta del alumno en tiempo y forma para poder tomar medidas paralelamente en casa-escuela lo antes posible, realizar seguimiento concreto a los niños de forma que se consiga un feedback sobre la evolución de los hijos más fluido a lo largo del año, para evitar divergencias entre las medidas que se toman en el colegio y por parte de la familia.
Debemos trabajar en dos áreas de actuación respecto a la participación de las familias en los centros: una individual y otra colectiva. En la primera área, cada familia debe educar-formar a sus hijos de forma coordinada con la del centro: los padres deben estar informados de lo que se hace en el colegio, deben interesarse por las actividades que sus hijos hacen el mismo, asistir a las reuniones de clase o con el tutor.
En la segunda área, la colaboración de los padres con el centro, puede tener diferentes grados e incluso ámbitos: asistencia a actividades lúdicas, organización de actividades para el centro, participación en comisiones de trabajo, AMPA, etc. El objetivo último de esta colaboración sería conseguir la mejora continua de la calidad educativa del centro.
- En lo referente al área colectiva, el vehículo natural de participación es el AMPA.
- En muchos centros es la figura del AMPA con la que las familias pueden ejercer la participación en los centros, y garantiza la intervención de los padres en la parcela educativa responsabilidad de las escuelas.
- Los padres que forman parte de estos AMPAs tienen un objetivo principal: la consecución de fines comunes en cuanto a propuestas y alternativas que enriquezca a los centros educativos y, por ende, a la educación de sus hijos.
La participación responsable requiere estar formado e informado. Esto supone:
- Tener estrecho contacto con todos los padres y madres del alumnado.
- Complicidad con el profesorado y equipo directivo del centro.
- Plantear ideas y experiencias.
- Intercambiar opiniones.
- Buscar juntos soluciones y mejoras en la gestión del Centro.
Atendiendo al Real Decreto 1593/86, (artículo 5), las asociaciones de padres de alumnos asumirán las siguientes finalidades:
- Asistir a los padres o tutores en todo aquello que concierne a la educación de sus hijos o pupilos.??
- Colaborar en las actividades educativas de los centros.??
- Promover la participación de los padres de los alumnos en la gestión del centro.
- Asistir a los padres de alumnos en el ejercicio de su derecho a intervenir en el control y gestión de los centros sostenidos con fondos públicos.??
- Facilitar la representación y la participación de los padres de alumnos en los consejos escolares de los centros públicos y concertados y en otros órganos colegiados.??
- Cualesquiera otras que, en el marco de la normativa a que se refiere el artículo anterior, le asignen sus respectivos estatutos.
Sin embargo las AMPAS no deberían ser la única medida de participación en las escuelas. Muchos docentes piensan que su labor educativa termina cuando los niños dejan las aulas, y las tutorías con los padres son vistas como un complemento o añadido a su labor profesional, sin embargo, los docentes deberían tener dentro de sus tareas prioritarias saber atender a las familias, que debe pasar a ser para el maestro un objetivo incuestionable y valioso que implica que el docente y la familia se hagan coparticipes de la educación de los niños.
Por otro lado, las familias han de tener en cuenta que la participación en las escuelas ha de servir de ayuda para lograr el desarrollo integral de los niños y no como control del docente, pues muchos docentes sienten que los padres pasan a tener un papel de “controlador” y no tanto de colaboración.
Ambas partes, docentes y padres, deben ver la realidad educativa como el camino o el canal en el que llevando a cabo acciones cooperativas conjuntas, se llega a una finalidad común, la formación integral del alumno, y éste ha de ser nuestro pilar y nuestro objetivo.
- La formación actual de los maestros debe pasar por conseguir que sean profesionales preparados para dar respuesta real a las necesidades familiares, sólo de esta forma se estará ofreciendo una formación de calidad acorde a las demandas familiares.
- Una medida de participación que están llevando a cabo en muchos centros, son las escuelas de padres, que son proyectos formativos que se ofrecen desde el centro, para formar a las familias en determinados aspectos.
Estas escuelas de padres, han de dar respuesta real a las necesidades de las familias, dado que si esto no es así, los padres no sienten la necesidad de participar en las mismas. En función de la edad de los niños, se producen cambios de necesidades familiares, por lo que se requiere poder pedir a los padres, a través de encuestas o cuestionarios, qué les preocupa y así dar respuesta desde una efectiva escuela de padres que ha de ofrecer recursos y estrategias reales para la actuación.
- Conocimiento del centro por parte de los padres; política de puertas abiertas: las personas aprecian aquello que conocen.
- Cuidado de las relaciones interpersonales padres-docentes y padres-padres.
- Pedagogía de la participación y de la corresponsabilidad entre las familias que se incorporan al centro.
- Impulso de la participación de padres y madres a través de la AMPA.
- Creación de canales de comunicación fluidos: disponibilidad del profesorado, facilidad de acceso de los padres a la escuela.
- Creación de espacios para el encuentro, para la coordinación y para el intercambio que, complementándose con los espacios formales, promuevan el debate y la toma colectiva de decisiones.
Otra forma de participación es directamente en el aula, en muchos centros educativos la participación de los padres dentro de los proyectos educativos, hacen que por un lado los alumnos se sientan más motivados a aprender y por otro lado, hace que las familias estén inmersas en el aprendizaje de los niños.
La escuela no debe ser un espacio en el que únicamente se transmiten conceptos en clases que cubren cinco o seis horas cada día: ha de ser mucho más. Los cambios sociales que se están produciendo no nos permiten continuar educando de la misma manera que hemos venido haciéndolo en tiempos pasados. Si logramos mirar al alumno como centro real del aprendizaje, podremos considerar que el aula funciona como un sistema, en que todo está interrelacionado y que todo lo que ocurra en dicho sistema afecta a cada uno de los alumnos.
Los maestros deben ayudar al desarrollo integral de las capacidades de sus alumnos, entendido este desarrollo como perfectivo, apoyándose y partiendo de una mirada sobre la persona que abarca toda su realidad, personal, familiar, social y cultural; mirada que trasciende lo concreto del momento y situación para acompañar en el desarrollo del proyecto personal de vida de cada estudiante.
Todos pertenecen al aula y por tanto, podemos entender que la familia es un agente socializador que también funciona como un sistema, teniendo así, una importancia imprescindible la colaboración entre la escuela y familia como una mirada integradora de acción educativa. La Educación de Calidad que soñamos y que pretendemos para nuestros hijos, se construye con la PARTICIPACIÓN de toda la Comunidad Educativa y es responsabilidad de las escuelas implicar a las familias de sus centros educativos.
Las entidades educativas y las familias debemos coordinarnos con el objetivo de mejorar las acciones que desarrollamos, comprometiéndonos para ofrecer propuestas de mejora en la educación de nuestros hijos/alumnos. Los centros educativos deben ofrecer un apoyo de forma continua a las familias en esta tarea.
¿Por qué los padres de familia no participan en la escuela?
¿Por qué es importante que los padres se involucren en el proceso de aprendizaje de sus hijos? – Aunque suene muy obvio, cuando los padres se involucran en la educación de sus hijos les brindan la oportunidad de adquirir muchas más herramientas emocionales y mentales para su desarrollo. La escritora y consultora argentina Mariela Dabbah, autora del libro “Ayude a sus hijos a triunfar en la escuela” explica que cuando los padres se involucran en este proceso “pueden identificar áreas donde sus hijos necesitan apoyo, y junto con los maestros pueden diseñar un plan para superar cualquier dificultad».
- Hacer esto envía dos mensajes a los jóvenes: primero, que la escuela es algo serio e importante y, en segundo lugar, que sus padres están preocupados por ellos.
- Muchos padres llevan vidas llenas de obligaciones laborales y a menudo ponen la educación de sus hijos en un segundo plano, e incluso, la delegan a otras personas como abuelos, hermanos mayores, tíos o profesores.
La realidad es que los padres son los primeros que deben preocuparse por apoyar y guiar a los niños en su desarrollo académico y personal. De acuerdo al Departamento de Educación de los Estados Unidos (2005) en su publicación “Como Ayudar a su hijo con la tarea escolar” las investigaciones científicas demuestran que los niños son más aptos a tener éxito en el aprendizaje cuando sus familias los apoyan activamente, cuando los padres leen a sus hijos, dialogan con sus maestros, participan en la escuela o en actividades educativas y en ayuda con las tareas escolares, tienen ventajas sobre los que no tienen este tipo de apoyo.
Falta de pertenencia a la comunidad educativa. Desconocimiento de lo que pueden hacer. Desmotivación por considerarse inexpertos. Exigencias en el mundo laboral que restringen su tiempo. Puntos de vistas distintos a los de la escuela. Relación padre – madre que dificulta la participación.
Ciertamente hay aspectos que son más difíciles de resolver que otros, como por ejemplo la falta de tiempo por cargas de trabajo; sin embargo como padre puedo decir que es nuestra responsabilidad tender los puentes que nos permitan, primeramente ser ejemplos de vida para nuestros hijos y en segundo lugar, tener un rol activo en su formación.
La clave está en entender que podemos transformar nuestras buenas intenciones y amor por nuestros hijos en acciones concretas que les permitan a ellos tener un soporte emocional sólido y así forjen una autoestima fuerte, junto con hábitos y prioridades que les lleven a ser personas felices, sanas y con herramientas y motivaciones que les hagan desenvolverse exitosamente en la vida y el trabajo.
Siempre será un buen momento para renovar nuestro compromiso con nuestros hijos, no permitas que falsas creencias o culpas te hagan creer lo contrario. Por otro lado, la relación de los docentes debe ser cercana a sus estudiantes, y por ende, a sus familias.
Organizar actos deportivos o artísticos donde se incluyan a padres y madres. Desarrollar charlas de integración familiar. Planificar un día para compartir con las familias. Incluir a los padres en grupos interactivos (aplicaciones) en donde se intercambie información relacionada con las actividades escolares. Realizar entrevistas con los padres.
No hay fórmulas mágicas para lograr que los padres se interesen más en los estudios de sus hijos, pero la comunicación abierta y amigable de parte de los docentes acerca del rendimiento, fallas y fortalezas de los alumnos puede ser determinante en la corrección de problemas y garantizar que encaminen sus esfuerzos en la dirección correcta. Esteban Álvarez, Gerente General de Directivo Docente.