Beneficios del aprendizaje colaborativo – El aprendizaje colaborativo permite que las personas aprendan de una manera divertida y efectiva. También les ayuda a desarrollar habilidades, como la comunicación y la resolución de problemas, que pueden utilizar en otras partes de sus vidas. Los siguientes son 10 beneficios del aprendizaje colaborativo:
Mejora las habilidades de resolución de problemas.Fomenta la interacción social.Promueve la,Mejora las habilidades de comunicación.Inspira creatividad.Crea confianza.Mejora la confianza.Fomenta el compromiso.Permite que la gente se divierta.Desarrolla habilidades de pensamiento crítico.
¿Cómo favorecen los trabajos colaborativos?
Ventajas del trabajo colaborativo – Por otro lado, el liderazgo es más informal en el caso del trabajo colaborativo, que además supone esta serie de ventajas:
Los grupos son más eficaces y productivos. Se optimizan las horas de trabajo y se gestiona mejor el tiempo. Mejora la comunicación, evitándose así errores. Se enriquece la resolución de problemas al contar con puntos de vista distintos. El ambiente de trabajo mejora. Aumenta la motivación y el sentimiento de pertenencia.
Eso sí, hay que tener en cuenta que no todas las personas rinden de forma óptima al trabajar con los demás, y resuelven mejor al hacerlo en soledad. Además, si los ritmos de trabajo no encajan puede ralentizarse la toma de decisiones. También es posible que los perfiles que mayor valor aportan no abunden, repitiéndose sin embargo muchos similares, lo que puede restar fluidez al trabajo.
Asimismo, un equipo colaborativo exige una gran madurez a sus miembros, al recaer el liderazgo en el propio grupo y no en individuos concretos. A pesar de estos inconvenientes, el trabajo colaborativo cada vez está más presente en las empresas. Un buen ejemplo de trabajo colaborativo en las Universidades CEU son los Es una nueva metodología enfocada en la internacionalización, el aprendizaje experiencial, on line y en colaboración, orientada a potenciar la empleabilidad internacional de nuestro alumnado.
: Las claves del trabajo colaborativo: un paso más allá del trabajo en equipo
¿Qué importancia tiene el trabajo colaborativo para la escuela?
El trabajo colaborativo, en un contexto educativo, constituye un modelo de aprendizaje interactivo, que invita a los estudiantes a construir juntos, lo cual demanda conjugar esfuerzos, talentos y competencias, mediante una serie de transacciones que les permitan lograr las metas establecidas consensuadamente.
¿Por qué es importante el trabajo colaborativo?
Importancia del trabajo colaborativo para el éxito organizacional – El trabajo colaborativo promueve en los colaboradores la innovación, la creatividad y la capacidad para encontrar nuevas formas de hacer las cosas y solucionar los problemas. Además, genera un aprendizaje permanente y permite desarrollar capacidades para actuar en un mundo globalizado y cambiante.
- En otras palabras, esta filosofía de trabajo facilita a los empleados recursos y conocimientos especializados en tiempo real, que contribuyen a mantener la competitividad de la empresa, y que no tendrían si trabajaran en solitario.
- El trabajo colaborativo es la forma organizativa asociada a la transmisión de conocimientos e información, propia de las organizaciones horizontales y de alto rendimiento.
- En resumen, es importante para el éxito organizacional porque aporta:
- Innovación.
- Trabajo interdisciplinario.
- Mejora del ambiente laboral.
- Aumento de la productividad.
¿Cómo favorece el trabajo colaborativo entre un grupo de amigos?
¿El trabajo en equipo puede beneficiar a una comunidad? Para lograr las metas de una comunidad es necesario el trabajo en equipo ; hay tan pocas personas acostumbradas a ello, que los efectos pueden verse reflejados en la sociedad. Una sinfonía no se puede silbar.
Es necesaria toda una orquesta para tocarla.H.E. Luccock El trabajo en equipo involucra personas trabajando de manera coordinada en la ejecución de un proyecto. Este equipo se compromete a un resultado final, el cual no depende de cada uno de sus miembros de forma independiente, sino que cada miembro es responsable de un cometido, y sólo si todos ellos cumplen su función será posible sacar el proyecto adelante.
Las organizaciones que tienen un mayor nivel de desempeño, son aquellas donde se favorece el trabajo en equipo, Algunas razones para esto, son las siguientes: 1. Las tareas se completan más rápidamente. Al trabajar de manera conjunta en un objetivo común, éste se cumple en menor tiempo, lo cual beneficia a la productividad.2.
- Se complementan las habilidades y los talentos.
- A través del trabajo en equipo se pueden disminuir las debilidades y aumentar las fortalezas, ya que cada persona aporta aquello que mejor sabe hacer.3.
- Aumenta el sentido de pertenencia.
- Al formar parte de un equipo, las personas se sienten parte de algo importante, donde sus ideas y aportaciones son importantes.
Esto va a aumentar la motivación, y en las organizaciones favorece la lealtad de sus empleados, disminuyendo la rotación de personal.4. Se pueden resolver mejor los conflictos y encontrar nuevas ideas. En los ambientes colaborativos es más fácil que surjan ideas creativas, que beneficien a la totalidad de un proyecto.
Además, a partir de los aportes de los elementos del equipo, es más fácil llegar a la resolución de problemas.5. Se incrementa el aprendizaje individual. Cuando realmente todos colaboran, cada miembro sabe para qué es bueno y en qué áreas necesita ayuda. El trabajo en equipo se convierte entonces en un proceso de autoconocimiento, donde existe la posibilidad de desarrollar el propio potencial, detectando áreas de oportunidad.
El objetivo fundamental del trabajo en equipo es alcanzar lo que se denomina sinergia, la cual se refiere a que el resultado global alcanzado por el grupo es superior a la suma de los resultados que obtendrían sus componentes trabajando individualmente.
Así, la sinergia aparece cuando al interés por el resultado del equipo se suma la confianza y el apoyo mutuo de sus miembros. Por último, vale la pena remarcar que tan importante es el cumplimiento de objetivos, como la afectividad dentro del trabajo en equipo : si se tienen claramente definidas las tareas y el papel que cada quién llevará a cabo para cumplirlas, y además el clima de trabajo es favorable, hay grandes probabilidades de que los resultados sean exitosos.
En Amigo Daniel el trabajo en equipo es fundamental para alcanzar las metas trazadas, ya que a través de él se puede trabajar eficientemente, y en un ambiente armónico. ¿Qué otras ventajas encuentras en el trabajo en equipo ? ¿Qué aplicaciones crees que puede tener éste en tu comunidad, o en una organización?
¿Como los trabajos colaborativos favorecen el aprendizaje reto 3?
Hacer trabajos colaborativos nos permite tener una buena comunicación con nuestros compañeros, tener sentido de pertenencia e intercambiar ideas y apoyarnos durante el proceso del trabajo colaborativo, darnos la mano entre los compañeros si existe alguna duda acerca del tema y colaborarnos, pero también aportar
¿Que se logra con el trabajo en equipo?
Favorece la integración de las personas y el desarrollo de habilidades sociales. Facilita el cumplimiento de los objetivos en común. Incrementa la motivación y estimula la creatividad. Genera sentido de pertenencia hacia el equipo y la empresa.
¿Qué valores genera el trabajo colaborativo en los estudiantes?
Fomenta valores como la empatía, la ayuda mutua, la participación, la asunción de responsabilidades, la conciencia sobre los propios errores y la autorregulación del aprendizaje. Además contribuye al desarrollo de habilidades sociales, la inclusividad y la atención a la diversidad del alumnado.
¿Cómo es el trabajo en equipo en la escuela?
El trabajo en equipo supone que cada miembro aportará su experiencia individual, sus competencias y habilidades sociales y comunicativas. De esta forma, se consigue, junto con el esfuerzo de los demás y mediante el consenso, el objetivo común.
¿Qué beneficio trae a la actividad docente la participación en una comunidad de aprendizaje?
• El trabajo colaborativo es una de las tendencias actuales en torno al desarrollo profesional docente y una forma de aplicarlo es mediante las Comunidades de Aprendizaje. Al momento de hablar sobre tendencias actuales en torno al desarrollo profesional docente una de las más relevantes consiste en el trabajo colaborativo, ya que aumenta las probabilidades de encontrar soluciones frente a los desafíos del aula y genera cohesión y sinergia al interior del equipo.
Lo cierto es que existen distintas modalidades para implementar el trabajo colaborativo en la escuela, destacando entre ellas las Comunidades de Aprendizaje Profesional (CAP), Una CAP es un grupo de docentes que se reúne de forma periódica a trabajar colaborativamente para abordar problemáticas asociadas a sus prácticas de aula.
En estos encuentros, los profesores y profesoras discuten y reflexionan críticamente respecto a cómo mejorar el aprendizaje de sus estudiantes para luego llegar a acuerdos, que luego implementan al interior de la sala de clases. Se trata de un ejemplo más de cómo los maestros pueden aprender a partir de la reflexión de su propia práctica. ¿Cuáles son las ventajas de implementar una CAP en la escuela?
- Se forma un grupo con valores y normas compartidas, donde existen relaciones de confianza, apoyo mutuo y las decisiones se toman en conjunto. Es decir, hay trabajo en comunidad,
- Cuando los colegas colaboran entre sí, estos perfeccionan un cuerpo técnico y especializado de conocimiento, y aumentan su compromiso profesional,
- Los docentes aprenden de otros y con otros con el propósito de mejorar el aprendizaje de los estudiantes.
- Se generan discusiones productivas, lo que resulta desafiante pues se requiere del desarrollo y fortalecimiento de una serie de habilidades tanto a nivel individual como colectivo.
- Es una herramienta potente para la formación en servicio de profesoras y profesores en la escuela, por lo que el equipo directivo la puede declarar en el Plan Local de Formación,
Instalar una CAP puede ser una tarea desafiante, por lo que se recomienda tener en consideración una serie de elementos. Contar con el apoyo del equipo directivo, tener a mano las condiciones materiales y espacio temporales; y definir bien la conformación de los grupos de trabajo son algunos de ellos.
- AITSL (s.f). Professional learning communities. Recuperado del sitio web del Australian Institute for Teaching and school Leadership (AITSL), https://www.aitsl.edu.au/docs/default-source/feedback/aitsl-professional-learningcommunities-strategy.pdf?sfvrsn=c42dec3c
- Krichesky, G.J., & Murillo, F.J. (2011). Las Comunidades Profesionales de Aprendizaje. Una Estrategia de mejora para una nueva Concepción de Escuela. REICE. Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, 9(1), 65.
- Lieberman, A. & Miller, L. (2011). Learning Communities. The starting point for professional learning in schools and classrooms. JSD, 32(4), 16-20.
- Stoll, L., Bolam, R., McMahon, A., Wallace, M. & Thomas, S. (2006). Professional Learning Communities: A Review of the Literature. Journal of Educational Change, 7(4), 221-258.
¿Qué es trabajo colaborativo características y ventajas?
Objetivo del trabajo colaborativo – El objetivo del trabajo colaborativo es ayudar de manera voluntaria entre toda la comunidad para compartir información y acceder al conocimiento. El resultado alcanzado es de bien común o procomún (de provecho común) y no beneficia solo a un individuo, un grupo o una organización sino que enriquece a toda la humanidad.
¿Qué es la colaboración y cuál es su importancia?
Estimulando la colaboración “No importa cuán brillante sea tu mente o estrategia, si estás jugando solo siempre perderás ante un equipo”, dijo el empresario y autor estadounidense, Reid Hoffman, conocido por ser el cofundador de LinkedIn, una famosa red social virtual que es utilizada para conseguir empleo y establecer relaciones laborales.
Su consejo, apunta al valor de la colaboración para alcanzar resultados significativos y efectivos” ¿Qué entendemos por colaboración y por qué es relevante su papel en la sala de clases? La colaboración significa trabajar responsablemente y voluntariamente dentro de un equipo para lograr objetivos comunes, demostrando respeto por las contribuciones de cada miembro del grupo, siendo flexible y haciendo compromisos cuando sea necesario.
En otra palabras, es la capacidad de involucrarse en tareas que requieren y reconocen los roles individuales de cada miembro del grupo y dependen del conocimiento de cada uno de ellos para lograr un trabajo cooperativo eficaz (ficha Innovación Educativa N°3, Fundación Chile).
Se ha demostrado que los estudiantes que aprenden de manea colaborativa tienen una visión más positiva de la escuela, de las asignaturas y de los profesores, y manifiestan una mejor convivencia mutua. En el libro, se sostiene que las actividades colaborativas son eficaces para mejorar los resultados de aprendizaje, hacen posible disfrutar de las materias y favorecen la autoestima.
¿Qué puede observar un docente cuando los estudiantes ponen en acción la colaboración? La Asociación para las Habilidades del Siglo 21 (P21), señala que la colaboración puede observarse cuando tus alumnos: • Trabajan de manera efectiva y respetuosa en diversos grupos.
Prestar atención al aspecto físico del salón, lo que ayuda a generar un clima agradable. Asegurarse de tener estabilidad en la composición de los grupos, es decir, diversificar los equipos de manera que los alumnos más eficientes y motivados puedan colaborar con quienes demuestran menos interés. Asegurarse de que las actividades o tareas a realizar sean desafiantes para los alumnos. Considerar la participación del profesor y de los padres para guiar y facilitar el trabajo.
La se compone de los siguientes conocimientos, habilidades y actitudes:
Conocimientos (Lo que sé) | Habilidades (Lo que sé hacer con lo que sé) | Actitudes (Cómo me comporto en el mundo con lo que sé hacer) |
---|---|---|
Trabaja de manera efectiva en diferentes grupos de trabajo. | Se expresa con claridad y propósito frente a una audiencia. | Sabe cuándo es apropiado escuchar y cuándo hablar. |
Reconoce los roles de cada integrante de un grupo y sus propias fortalezas y debilidades. | Escucha con cuidado, paciencia y honestidad. | Se comporta de modo respetable y profesional. |
Reconoce que los demás miembros de un grupo poseen fortalezas y debilidades similares a las propias. | Utiliza de manera efectiva el tiempo y los recursos disponibles para realizar un trabajo. | |
Reconoce y acepta que el rol de los demás integrantes del grupo de trabajo es importante para el éxito del trabajo a ejecutar. |
149 recomendaciones : Estimulando la colaboración
¿Qué es el trabajo colaborativo y un ejemplo?
Qué es el trabajo colaborativo – El trabajo colaborativo es una modalidad de trabajo en la que un grupo de personas colaboran para logar una meta común. Este sistema se basa en la filosofía de interacción y cooperación. Y, como el propio término indica, se trata de trabajar en unión con otros individuos.
- Así, se crean sinergias y beneficios recíprocos entre los miembros.
- La clave principal del trabajo colaborativo es que todos los participantes se reúnen de manera conjunta, dinámica y descentralizada para alcanzar un objetivo común,
- La colaboración se puede establecer desde profesionales y departamentos hasta empresas: solo basta que un grupo de personas se unan.
Un pilar básico en este sistema de trabajo es el conocimiento compartido, Por consiguiente, cada uno de los participantes debe tener un rol activo y aportar ideas al equipo.
¿Qué es el trabajo colaborativo según Vigotsky?
Rosa María Galindo González Leticia Galindo González Nadia Martínez de la Cruz Martha Georgina Ley Fuentes Edith Inés Ruiz Aguirre Elizabeth Valenzuela González Universidad de Guadalajara RESUMEN El aprendizaje colaborativo es un sistema de interacciones cuidadosamente diseñado que organiza e induce la influencia recíproca entre los integrantes de un equipo para la construcción colectiva de significados comunes. Esta investigación documental muestra un panorama general de los fundamentos y las bases epistemológicas que lo sustentan desde diferentes paradigmas teóricos.
Los antecedentes del aprendizaje colaborativo se remontan a la misma historia del hombre, que lo concibe como la expresión más representativa del socioconstructivismo educativo. Vigotsky, Piaget y Croock lo consideran como consecuencia de los procesos sociales y de interacción, y obtienen como beneficio la co-construcción de nuevos conocimientos o significados.
La visión del aprendizaje colaborativo se percibe como la construcción de nuevos significados a partir de ciertos elementos clave: grupos pequeños, metas comunes, corresponsabilidad, el logro y la interacción social con los demás para la creación de nuevas alternativas en la solución de problemas. Este trabajo propone acercarse desde la colectividad, el intercambio y la interactividad a la teoría del aprendizaje colaborativo, surgido en el seno de los diferentes paradigmas del conocimiento, específicamente desde la psicopedagogía socioconstructivista.
En una perspectiva metaanalítica, el trabajo es resultado de la reflexión de una búsqueda epistemológica del concepto. En este sentido, intenta un acercamiento a los fundamentos epistemológicos de la citada teoría con base en fuentes informativas sobre los aportes a su dimensión histórico-social, filosófica, psicológica y pedagógica.
ACERCAMIENTO CONCEPTUAL DEL APRENDIZAJE COLABORATIVO La teoría del aprendizaje colaborativo es la expresión más representativa del socioconstructivismo educativo; no es una teoría inseparable en sus componentes, sino un conjunto de líneas teóricas que resaltan el valor constructivo de la interacción sociocognitiva y de la coordinación entre participantes, integrantes de un grupo.
Comprende la corriente tradicional del aprendizaje cooperativo (Slavin, 1999; Johnson & Johnson, 1999), pero suma aportes neopiagetianos, como la teoría del conflicto sociocognitivo (Doise & Mugny, 1981), neovygotskianos, como la teoría de la intersubjetividad y del aprendizaje situado (Rogoff, 1993; Wertsch, 1988; Cole, 1990) y sistémicos, como la teoría de la cognición distribuida (Hutchins, 1991; Salomon, 2001), y converge en la teoría del aprendizaje colaborativo mediado por computadora (Computer Supported Collaborative Learning) (O’Malley, 1989; Warschauer, 1997).
Tres de estas corrientes merecen una referencia especial por ser las fuentes básicas de la teoría del aprendizaje colaborativo (Dillenbourg et al., 1996; Roselli, 2007): el socioconstructivismo neopiagetiano o teoría del conflicto sociocognitivo, el enfoque neovygotskiano de la intersubjetividad y el modelo de la cognición distribuida.
- Estas tres corrientes pueden situarse en un eje “individualgrupal”, según el hincapié que se haga: en el individuo en interacción o en lo colectivo como tal.
- El aprendizaje colaborativo es un proceso social en el que, a partir del trabajo conjunto y el establecimiento de metas comunes, se genera una construcción de conocimientos; de acuerdo con Guitert y Giménez (2000), se da una reciprocidad entre un conjunto de individuos que saben diferenciar y contrastar sus puntos de vista, de tal manera que llegan a forjar un proceso de construcción de conocimiento.
Para Gunawardena, Lowe y Anderson, es un proceso en el que cada individuo aprende más de lo que aprendería por sí solo, fruto de la interacción de los integrantes del equipo. En el desarrollo de un grupo, la interacción se convierte en un elemento clave, si se toma en cuenta que el proceso esencial es juntar las contribuciones de los participantes en la co-creación de conocimiento (1997, p.114).
- Según Ritzer (1994), el aprendizaje colaborativo se da desde la intersubjetividad al compartir espacio y tiempo con otros y, principalmente, generando un conocimiento contribuido.
- Esta simultaneidad es la esencia de la intersubjetividad; significa que el campo de la subjetividad del álter ego al mismo tiempo se vive en el propio flujo de conciencia, y esta captación en simultaneidad del otro, así como la captación recíproca del yo, hacen posible nuestro ser conjunto en el mundo.
El equipo de aprendizaje colaborativo es una estructura que permite la interacción de sus colaboradores, y es ideal para alcanzar los objetivos a corto plazo, fruto del trabajo de los participantes, en cada uno de los cuales deja nuevos aprendizajes.
“El clima socio-psicológico que propicia el aprendizaje colaborativo se establece a través de la articulación y la necesidad de explicarle al grupo las ideas propias de forma concreta y precisa, de esta forma también los estudiantes pueden escuchar diversas inquietudes, puntos de vista y reflexiones” (Del Valle, 2008, p.4).
Por su parte, Casamayor (2010) afirma que el aprendizaje colaborativo permite a los estudiantes desarrollar competencias transversales necesarias para el desarrollo profesional, como son la planificación del tiempo, la comunicación, la solución de problemas y la toma de decisiones; además, pueden fomentar la capacidad innovadora y creativa, en definitiva potenciar una mayor profundidad en el aprendizaje.
Para Johnson y Johnson (1998, p.1), el aprendizaje colaborativo es “. un sistema de interacciones cuidadosamente diseñado que organiza e induce la influencia recíproca entre los integrantes de un equipo”. Se desarrolla mediante un proceso gradual en el que cada uno de los miembros se sienten comprometidos con el aprendizaje de los demás, lo que crea una interdependencia positiva que no implica competencia entre ellos, y se adquiere mediante el empleo de métodos de trabajo grupal; éste se caracteriza por la interacción de sus miembros y el aporte de todos en la generación del conocimiento, donde se comparte la autoridad y se acepta la responsabilidad, respetando el punto de vista del otro para juntos propiciar un conocimiento nuevo.
El enfoque del aprendizaje colaborativo se inscribe dentro de una epistemología socioconstructivista (Bruffee, 1993). El conocimiento es definido como una negociación o construcción conjunta de significados, y esto vale para todo el proceso de enseñanza- aprendizaje; aunque el peso del concepto está puesto en el reconocimiento del valor de la interacción cognitiva entre pares, el aprendizaje colaborativo involucra también al docente, es decir, a todo el contexto de la enseñanza, la comunidad de aprendizaje.
No se trata, pues, de la aplicación circunstancial de técnicas grupales, sino de promover el intercambio y la participación de todos en la generación de una cognición compartida. La teoría del aprendizaje colaborativo está más emparentada con el constructivismo psicológico, ya que, aunque se pone el acento en la elaboración social del conocimiento, el nivel de análisis es más bien microsocial y centrado en el proceso de construcción cognitiva.
El análisis de la construcción social de conocimientos en situaciones microsociales, como son las propias de la teoría citada, permiten un acceso empírico al proceso psicológico cognitivo, o mejor dicho sociocognitivo, de la construcción epistémica. El aula de clase, o el grupo de trabajo, es una microsociedad cuya finalidad esencial es elaborar conocimiento compartido en un marco de interacción. Los antecedentes de la teoría del aprendizaje colaborativo se remontan a la misma historia del hombre, con la cooperación entre hombres primitivos clave para su evolución, a través del intercambio, la socialización de procesos y la obtención de resultados, así como la actividad grupal, la propia experiencia de trabajo, el desarrollo de sus manos y la aparición del lenguaje articulado, que lograron el desarrollo del cerebro, la creación de ideas y su aplicación práctica.
En diversos escritos antiguos, como la Biblia y el Talmud, es evidente la necesidad de colaboración entre iguales; el filosofo Sócrates ensañaba a sus discípulos en pequeños grupos. También, en los tiempos del imperio romano se destacó el valor de enseñar, ya que se tenía la concepción de que, cuando se enseña, se aprende dos veces (UNAM, 2010-2011).
Para Quintiliano educador, la enseñanza mutua era necesaria; cada aprendiz enseña a otro. Del mismo modo, los gremios del arte consideraban indispensable que los aprendices trabajaran en grupo, y que los más hábiles enseñaran a los menos experimentados.
No fue sino hasta los siglos XVI, XVII y XVIII cuando aparecieron las primeras tendencias pedagógicas que ponen especial atención al aspecto grupal de la educación, la ventaja de enseñar a otros para aprender del aprendizaje entre iguales; entre los pedagogos destaca Charles Gide, quien fijó las bases del sistema cooperativo (Arteaga, 2006).
A partir del siglo XIX empezó a difundirse en Estados Unidos el aprendizaje cooperativo. En 1806, el pedagogo Coronel Francis Parker abrió una escuela lancasteriana en Nueva York, en donde aplicó el aprendizaje cooperativo establecido ya como método. Por su parte, el filósofo norteamericano John Dewey elaboró un proyecto metodológico de instrucción, que promueve el uso de los grupos de aprendizaje colaborativo, y del que se deriva la comprensión del individuo como un órgano de la sociedad que necesita ser preparado con la finalidad de aportar.
El método de aprendizaje colaborativo es, por lógica, la continuidad de la concepción del aprendizaje activo que se arraigó en Estados Unidos en toda esta etapa, pero redimensionado a partir de los resultados de los experimentos clásicos de la psicología social acerca de las estructuras grupales competitivas, colaborativas y cooperativas (Andrade, 2010).
Actualmente, la educación considera al trabajo de grupo colaborativo como un ingrediente esencial en todas las actividades de enseñanza-aprendizaje. Muchos autores están dando prioridad a la inteligencia social, al papel del sentimiento y la afectividad en la actividad mental.
Esta perspectiva considera que la cualidad de la especie humana no es la capacidad de comprender, sino la constante capacidad de interpretación del contenido de las ideas de otros, manifestada de diferentes formas: palabras, acciones y producciones. Esta capacidad permite aprender de otros y comprender sus propias ideas, comprender una mente ajena y comprenderse así mismo en el interior de esa capacidad (García y García, 2001).
Desde esta recuperación teórica del acercamiento histórico-social del aprendizaje cooperativo, se demuestra que ha sido un elemento clave en la historia de la humanidad, en la que los seres humanos han aprendido unos de otros a través del tiempo. Sin embargo, esta manera de aprender retomó mayor importancia en los siglos XVI, XVII y XVIII, cuando aparecieron las primeras tendencias pedagógicas, lo cual soporta la pertinencia de su aplicación al ambiente educativo. El hombre es un ser social, que vive en relación con otros y se desarrolla en un proceso de interacción, intercambio y socialización de procesos y resultados en los que la actividad grupal es la forma de expresión de los vínculos que se establecen entre ellos, así como la percepción de la realidad, entendida como fuente del conocimiento que se encuentra en los mismos objetos o sujetos que interactúan; este proceso de interacción representa en su conjunto procesos de construcción para el aprendizaje.
El aprendizaje se concibe como un proceso de construcción social del conocimiento y de cambio conceptual mediante la reciprocidad intersubjetiva, confrontación y reflexión colaborativa sobre la praxis, por lo que supone la participación en una comunidad; así, deja de ser considerado como la adquisición de conocimientos individuales para ser reconocido como un proceso de participación social.
El aprendizaje colaborativo consiste en construir un conocimiento aplicado a las diferentes concepciones y a los distintos contextos que, intersubjetivamente, permitan una representación colectiva de la realidad, la cual implica la movilización de estructuras significativas donde la realidad es interpretada desde la individualidad, pero construida desde la colectividad.
- En este sentido, Schutz (1972) indica que la estructura cognoscente se construye desde un proceso social de intercambio, en el cual “el mundo intersubjetivo no es un mundo privado, es común a todos.
- Existe porque vivimos en él como hombres entre hombres, con quienes nos vinculan influencias y labores comunes, comprendiendo a los demás y siendo comprendidos por ellos” (p.10).
Desde este enfoque, el aprendizaje colaborativo supone la participación en una comunidad y deja de ser considerado como la adquisición de conocimientos por individuos para ser reconocido como un proceso de participación social, denominado de participación periférica legítima, puesto que el nuevo participante, que se mueve de la periferia de la comunidad hacia el centro, llegará a ser más activo y a estar más comprometido con el grupo y, por ello, asumirá una nueva identidad.
Lave y Wenger (1991) nos introducen en el concepto de legítima participación periférica cuando hablan de las relaciones entre los novatos y los más expertos, de las identidades, artefactos, tareas y comunidades de práctica y conocimiento. Los autores se refieren al proceso mediante el cual los novatos llegan a formar parte de la comunidad de práctica.
La participación periférica sugiere una apertura, un modo de acceder a las fuentes del conocimiento y la comprensión a través de una creciente introducción al proceso de aprendizaje dentro de la comunidad, en este caso de una comunidad de aprendizaje.
El aprendizaje no siempre requiere la instrucción explícita, sino que por medio de la observación, el intercambio, la escucha activa, la percepción y los sentidos se van adquiriendo, de igual modo, diferentes conocimientos y habilidades. La participación periférica se define como legítima, pues los aprendices son miembros plenamente reconocidos como tales por los demás miembros de ese grupo social.
Especial importancia se le concede a la práctica, decisiva para poder aprender aquello que ha de ser aprendido. El modelo colaborativo permite a los participantes situarse en una posición que, en el momento que decidan, les permitirá la colaboración plena en el marco de una trayectoria entrante en el proceso de negociación de significado.
- Desde la perspectiva de esta teoría del aprendizaje social, el significado y las identidades son construidos en las interacciones, mientras que la construcción de estos significados e identidades es influenciada por el contexto en el que se inscriben.
- Para Wenger (1998), una comunidad de práctica se define a sí misma en tres dimensiones: su empresa conjunta es comprendida y continuamente renegociada por sus miembros, el compromiso mutuo que los une, juntos en una entidad social, y el repertorio compartido de recursos comunes (rutinas, sensibilidades, artefactos, vocabulario, estilos.) que los miembros han desarrollado a lo largo del tiempo.
La teoría del aprendizaje social concibe a las comunidades sociales como lugares privilegiados para la adquisición y creación de conocimiento. Tales comunidades constituyen el contexto para ejercer una práctica como un proceso activo, dinámico e histórico de participación en la negociación de significado, en el que, paralelamente, se construyen las identidades de los participantes y su aprendizaje.
El aprendizaje considera la importancia de las interacciones sociales entre las personas actuando en un mundo social y cultural donde se construyen y reconstruyen significados sociales y, por ende, cognitivos que afectan las estructuras de pensamiento de los actores, tal como lo señala Schutz (1973): “Me encuentro a mí mismo en mi vida diaria dentro de un mundo social preorganizado que me sobrevivirá, un mundo compartido desde el exterior con semejantes organizados en grupos” (Schutz, 1973, citado en Ritzer, 1994, p.329).
En este acercamiento filosófico se refleja que la participación social es un componente clave para la construcción colectiva de nuevos significados. Desde esta perspectiva, podemos suponer que el ambiente educativo es generador de comunidades sociales de aprendizaje en donde se puede privilegiar la adquisición y creación de conocimiento. El aprendizaje colaborativo es fundamentado por varias corrientes psicológicas; entre ellas, la teoría sociocultural de Vigotsky, que concibe al hombre como un ente producto de procesos sociales y culturales. Dicha teoría tiene su principal influencia en los escritos del materialismo dialéctico e histórico de Marx y Engels.
Para Vigotsky, el aprendizaje colaborativo se avala porque el ser humano es un ser social que vive en continua interacción con otros y con los grupos de expresión de los vínculos que surgen entre ellos; del mismo modo, el psiquismo humano se forma en la actividad de la comunicación, en la que destacan los beneficios cognitivos y afectivos que conllevan el aprendizaje grupal como elemento que establece un vínculo dialéctico entre el proceso educativo y el de convivencia en la sociedad donde se generó (Estrada, 2010).
Los escritos vigostskyanos, en su teoría sociocultural, argumentan que la educación debe promover el desarrollo sociocultural e integral del educando, ya que el entorno a través de la cultura proporciona a los miembros de una sociedad las herramientas necesarias para modificar su ámbito físico y social; así, es de gran relevancia para los individuos los signos lingüísticos o la comunicación oral, que mediatizan las interacciones sociales y transforman incluso las funciones psicológicas del ser humano y, en un sentido amplio, lo vuelven ser humano (Guzmán, 2004).
- La teoría de Vigotsky recalca las relaciones sociales en los procesos de aprendizaje, y argumenta que la construcción del conocimiento es un acto individual y a la vez social.
- Los educandos construyen el conocimiento individualmente y, al mismo tiempo, unos con otros; la ayuda que proporcionan los otros, por ejemplo, el maestro, los hermanos, otros familiares, amigos, incluso la televisión, la prensa, la computadora, es esencial para el aprendizaje al actuar en la zona de desarrollo próximo (Océano, 1999).
A través de este proceso sociocultural se transmiten los conocimientos acumulados y culturalmente organizados por generaciones y generaciones, de tal modo que se entretejen los procesos de desarrollo social con los del desarrollo personal. Para Vigotsky, este proceso no se da de una manera independiente de los procesos educacionales; ambos están vinculados desde el primer día de vida del ser humano hasta que muere, ya que éste es partícipe de un contexto sociocultural en donde existen los padres, compañeros, amigos, quienes interactúan con él para transmitirle la cultura, los productos culturales y son copartícipes de su aculturación (Guzmán, 2004).
Vigotsky sostiene que la cultura, las instituciones sociales y las costumbres son factores dominantes en el desarrollo cognitivo del niño, en especial en las áreas del pensamiento y el lenguaje; esto se debe a que el proceso y la complejidad de la adaptación de los niños reciben la influencia considerable de factores como ambiente familiar, relaciones con los compañeros, alimentos que consumen, ropas que visten y su dominio del lenguaje.
Lo anterior sugiere que las características sociales cambiantes, la pertenencia a grupos migratorios, en riesgo, inmigrantes y con idioma distinto pueden tener un efecto significativo en el desarrollo cognitivo de los niños (Henson, 2000). De esta manera, la educación se coordina con el desarrollo de la persona a través de lo que Vigotsky denominó la “zona de desarrollo próximo”, que es la distancia entre el nivel real de desarrollo del niño expresada de modo espontáneo y autónomo y el nivel de desarrollo potencial manifestada gracias al apoyo de otra persona.
- Este concepto es definitivo para explicar cómo se entremezclan el desarrollo cognitivo y la cultura; al mismo tiempo que se producen conocimientos y formas sobre cómo enseñarlos y cómo se construye el saber sociocultural.
- De acuerdo con Vigotsky, los procesos de aprendizaje y desarrollo se influyen entre sí constantemente; así, la instrucción o enseñanza organizada con propiedad debe basarse en la negociación de zonas de desarrollo próximas, es decir, servir como imán para hacer que el nivel actual de desarrollo del educando se integre al potencial.
Estas modificaciones, a su vez, pueden promover progresos en el dominio del conocimiento específico y quizás en el desarrollo cognitivo general (Woolfolk, 1999). La teoría sociocultural ha reforzado el concepto de la interacción social como mecanismo para el desarrollo, ya que el aprendizaje despierta en el educando una serie de procesos evolutivos internos capaces de operar.
- Cuando el educando está en interacción con las personas que lo rodean y en cooperación con alguien que se le parece, tarda menos en resolver problemas con la ayuda de un adulto o de compañeros más capaces que si lo hiciera solo.
- Con ello, aparte de permitir que los iguales ejerzan el papel de mediadores, se favorece la interiorización de los procesos cognitivos y sociales implicados (Monereo, 2004).
Para Vigotsky, el profesor debe desempeñar los papeles de directivo y guía o inductor, pero en momentos distintos; esta postura lo diferencia de otras escuelas, en las cuales el maestro es un experto que guía y mediatiza los saberes socioculturales que debe aprender a internalizar el alumno; enseña en una situación o contexto de interactividad y negocia significados que él posee como agente educativo para intentar compartirlos con los alumnos, quienes no los poseen, pero que lo han de reconstruir.
- El profesor debe acopiar los saberes socioculturales con los procesos de internalización subyacente en la adquisición de tales conocimientos por parte del alumno.
- En la concepción sociocultural se hace extensiva la moción de maestro a cualquier otro guía o experto que mediatice o provea un tutelaje, aun en situaciones de educación informal o extraescolares que propicien un aprendizaje guiado al educando.
En su quehacer educativo, el maestro, para lograr esa negociación de conocimientos, ha de ir promoviendo en forma continua la zona de desarrollo próximo; así, su participación en el proceso educativo para la transmisión de algún contenido debe ser, en un inicio, principalmente directiva y crear un sistema de apoyo que Bruner ha denominado “andamiaje”, por donde transitan los alumnos y sin el cual ellos no podrían aspirar a niveles superiores de desempeño y ejecución; en los avances del alumno en la adquisición o internalización del contenido, el maestro va reduciendo su participación hasta el nivel de un simple espectador.
Para crear y negociar zonas de desarrollo próximo, el maestro debe ser experto en el dominio de la tarea o del conocimiento a impartir y ser sensible a los avances progresivos que el alumno va teniendo, de tal modo que sepa cuándo ir retirando ese andamiaje (Guzmán, 2004). El alumno debe ser visto como un ente social, protagonista y producto de las múltiples interacciones sociales en que se ve involucrado a lo largo de su vida, escolar y extraescolar.
El estudiante, gracias a los procesos educacionales sustentados en procesos sociales de interactividad, consigue aculturarse y socializarse y, al mismo tiempo, se individualiza y autorrealiza. En el sentido de la interactividad, el alumno es una persona que reconstruye el conocimiento, primero en un plano interindividual y luego en uno intraindividual; esto es conocido como ley de la doble formación del desarrollo, porque primero lo reconstruye con sus compañeros y después en sí mismo.
La internalización tiene que ser entendida como de reconstrucción; lo importante es que no debe verse como un acto puramente individual, sino como una auténtica coautoría compartida entre el profesor y los compañeros. Por lo tanto, el papel de la interacción social con los que saben más: expertos, maestros, padres, niños, mayores, iguales, es fundamental para el desarrollo cognitivo y sociocultural del individuo (Guzmán, 2004).
De acuerdo con Vigotsky, existen tres maneras en que las herramientas culturales pueden pasar de un individuo a otro: el aprendizaje imitativo : una persona trata de imitar a otras; el aprendizaje instruido : quienes aprenden internalizan las instrucciones del maestro y las utilizan para autorregularse; y el aprendizaje colaborativo : un grupo de compañeros se esfuerza por comprenderse y en el proceso ocurre el aprendizaje.
Por su parte, la teoría de Piaget (1978) señala que el desarrollo cognitivo se logra de acuerdo con tres factores: la maduración biológica, programada genéticamente; la actividad, la capacidad de actuar y aprender sobre el ambiente al adquirir maduración física; y la transmisión social, el aprendizaje con los demás; sin esta última se tendrían que reinventar los conocimientos que ya se poseen en el aspecto cultural (Woolfolk, 1999).
Piaget descubrió que la interacción social es un factor crucial para el desarrollo cognitivo del individuo; su teoría genética (1978), conocida como constructivista, refiere que el conocimiento se adquiere no sólo por un proceso en el cual predomina la construcción realizada desde el interior por parte del sujeto, sino también por la interiorización del entorno social (Henson, 2000).
Este autor argumenta que la autonomía moral e intelectual del educando puede verse favorecida, obstruida o tener un crecimiento parcial según las circunstancias escolares, familiares y culturales del alumno. La confrontación de puntos de vista moderadamente divergentes es lo que se traduce en el conflicto social y cognitivo.
Este conflicto, central en la teoría genética, supone un desequilibrio que el sujeto deberá superar alcanzando, por medio del conocido proceso de equilibración, esquemas cognitivos más potentes y, por lo tanto, obteniendo aprendizajes más complejos (Piaget, 1978, citado en Monereo, 2003).
Por otro lado, para Piaget (1978), la interacción de los educandos con los de su edad es fundamental, porque esta interacción produce la confrontación de puntos de vista diferentes, lo que se traduce en el conflicto social en el cual se dan procesos de mejora de la comunicación, de conciencia, análisis de puntos de vista de los demás, así como aspectos cognitivos, entre estos; reexaminar las ideas propias con las de los otros origina un desequilibrio.
La interacción entre iguales es una condición indispensable para ese desequilibrio, que le confiere al factor social un papel primordial en el conflicto cognitivo (Monereo, 2003). La base final para conceptualizar el beneficio cognitivo del aprendizaje colaborativo consiste en lo que se denomina co-construcción, que son las conclusiones (nuevos conocimientos) a que se llega después de un aprendizaje colaborativo producto de la interacción entre compañeros (Crook, 1998). El aprendizaje colaborativo forma parte del modelo constructivista cuyo postulado parte de la idea de la educación como un proceso de socioconstrucción, es decir, de la apertura a la diversidad y la tolerancia. Los alumnos deben trabajar en grupos, colaborar y cooperar mediante una serie de estrategias que les faciliten la interacción y la comunicación, de modo que aporte de manera individual al proyecto común y se integre un proyecto colectivo con el acervo, las ideas y la creatividad de cada uno de sus miembros, con la retroalimentación para facilitar y potenciar las actitudes cognitivas y dinámicas en el aprendizaje.
La concepción constructivista es un conjunto articulado de principios con base en los cuales es posible diagnosticar, establecer juicios y tomar decisiones fundamentadas sobre la enseñanza; parte del hecho de que la institución hace accesible a los alumnos aspectos de la cultura que son primordiales para su desarrollo personal y no sólo en el ámbito cognitivo.
La educación es motor para el desarrollo global, lo que supone incluir las capacidades de equilibrio personal, inserción social, relación interpersonal y motrices, en las que interviene el sujeto que aprende y también los agentes culturales. Para trabajar en colaboración, es necesario compartir experiencias, conocimientos y tener una meta grupal definida; la retroalimentación es esencial para el éxito de la tarea; lo que debe ser aprendido sólo puede conseguirse si el trabajo del grupo es realizado en colaboración.
- Es el grupo el que decide cómo llevarla a cabo, qué procedimientos adoptar y cómo dividir el trabajo (Gros, 2000).
- Como lo enuncia Chiarani, Lucero, Pianucci (2003), este conjunto de métodos de instrucción y de entrenamiento se apoyan en la tecnología y en estrategias que permiten fomentar en el alumno diferentes habilidades personales y sociales, y lograr que cada integrante del grupo se sienta responsable no sólo de su aprendizaje, sino del de los otros miembros.
El docente, asesor o guía, por su parte, tiene que diseñar con cuidado la propuesta; definir los objetivos y los materiales de trabajo; dividir el tema a tratar en “subtareas”; ser el mediador cognitivo en cuanto a formular preguntas esenciales y subsidiarias que en verdad apunten a la construcción del conocimiento y no a la repetición de información obtenida; y finalmente, supervisar el trabajo y resolver cuestiones puntuales de modo individual o grupal.
El límite entre lo que corresponde al alumno y lo que toca al docente se desdibuja y es entonces cuando pueden ser los alumnos los que elijan los contenidos y diseñen en gran parte cómo encarar la tarea grupal. Como pedagogía, el aprendizaje colaborativo comprende el espíritu de las actividades de los miembros del grupo, que trabajan juntos en clase, en el aula virtual y fuera de ella.
Como método puede ser formalmente estructurado, en el proceso que ahora se conoce como aprendizaje cooperativo o simple e informal, cuando éstos discuten sus ideas entre sí buscando alguna respuesta consensual para después compartirla entre pares. Sobre el tema, Crook (1998) refiere que el aprendizaje se genera a partir de la combinación de una serie de principios como: la articulación, el conflicto y la co-construcción.
El principio de la articulación, que interpela respecto al valor educativo y cognitivo de esta estrategia de aprendizaje, se deriva de la necesidad del participante de organizar, justificar y declarar sus propias ideas a sus compañeros, y de la necesidad de su interpretación, es decir, traducción cognitiva, para que sea comprendida por sus iguales.
El principio del conflicto asume que los beneficios se producen en el contexto de los desacuerdos y de sus refuerzos para resolverlos, desacuerdos que serán relevantes para estimular los movimientos discursivos de argumentación y negociación. El principio de co-construcción hace referencia a la significación del hecho de compartir objetivos cognitivos comunes y que el resultado alcanzado no sea la simple yuxtaposición de información, sino su elaboración, reformulación y construcción conjunta entre los participantes.
El aprendizaje colaborativo se fundamenta en premisas, una de las cuales consiste en llegar al consenso a través de la participación entre los miembros del grupo; otra premisa esencial es la voluntad de hacer la actividad directa por parte de cada participante, lo cual es elemental, porque el aprendizaje colaborativo se basa en la actividad de cada uno de los miembros.
Es, en primera instancia, un aprendizaje activo que florece en una colectividad no competitiva, en la cual todos los miembros del grupo colaboran en la construcción del conocimiento y contribuyen al aprendizaje de todos. Solé (1990) expresa que, a partir de lo que el alumno posee, el potencializarlo y connotarlo es señal de respeto hacia su aportación, lo que favorece su autoestima, plantea desafíos y fomenta su interés; en el curso de estas interacciones se forjan y educan las personas en todas sus capacidades.
- El individuo es una construcción propia que resulta de la interacción de sus disposiciones internas, su medio ambiente y su conocimiento.
- Esta construcción es consecuencia de la representación que inicia desde la información y la actividad externa o interna que efectúa al respecto (Carretero, citado en Coll, 1994).
Los alumnos asumen roles desde múltiples perspectivas que representan diferentes pensamientos, ideas, experiencias o presaberes; el conocimiento se aprende y en el contexto es aplicado en situaciones cotidianas. A partir de eso, el trabajo final del grupo colaborativo se concretará cuando se llegue a la recolección de un producto que requiera la aplicación efectiva de habilidades de pensamiento; habrá que tomar una decisión, optar por una solución, crear una propuesta distinta de las que ya existen, y aportar algo nuevo, creativo.
- El aprendizaje no es un asunto sencillo de transmisión y acumulación de conocimientos; es un proceso activo de parte del alumno, de ensamblar, extender, restaurar e interpretar y, por lo tanto, construir conocimiento desde los recursos de la experiencia y la información que recibe.
- Roy Pea prefiere definir el término cognición distribuida (en la obra con ese título) como aquellos saberes que están presentes en diferentes personas y que, al compartirse, pasan a ser apropiados por los compañeros del grupo.
Howard Gardner, autor de la teoría de las inteligencias múltiples, plantea que existen múltiples formas de acceder al conocimiento, no necesariamente presentes en la misma potencialidad en todas las personas, y destaca la importancia de encontrar marcos convenientes para su realización que, en colaboración, se pueden potencializar.
Por su parte, David Perkins explica la cognición humana como construcción social y cultural. “Los seres humanos funcionan como personas más eficientes en el entorno porque eso les permite desarrollar mejor sus aptitudes e intereses” (Perkins, 1997, p.4). Hace referencia a la “cognición socialmente distribuida” como aquella que se apoya en el trabajo socialmente compartido como condición para la construcción de conocimientos por parte de los alumnos.
En este entendimiento, el aprendizaje cooperativo sería una estrategia didáctica imprescindible para la construcción del conocimiento en la “escuela inteligente”, que orienta las interacciones entre pares de modo que resulten generadoras de aprendizajes significativos.
Las estructuras cognitivas son las representaciones organizadas de experiencia previa que construye el alumno mediante la integración con su medio y los procesos de aprendizaje; las formas de manejar la información para filtrarla, categorizarla, codificarla, evaluarla y ordenarla en unidades llamadas estructuras de conocimiento, producto de la interacción social y la cultura, donde un proceso interpersonal queda transformado en otro intrapersonal (Vigotsky, 1978).
Desde este acercamiento psicológico, el referente teórico más representativo es el socioconstructivismo, que considera al ser humano como un ser social que vive en continua interacción con otros, lo cual implica la continúa transmisión e intercambio de conocimientos. El aprendizaje colaborativo inicia con procesos graduales que se van desarrollando de forma individual en cada uno de los miembros de un grupo, que se comprometen con el proceso de aprendizaje propio y de los demás; se genera una interdependencia positiva por aprender con y de los otros para luego anclarlo a sus saberes previos y propiciar un nuevo aprendizaje.
Este tipo de aprendizaje como proceso de construcción social se adquiere con la utilización de métodos de trabajo grupal, que promueven habilidades y cuyo objetivo de aprendizaje es la interacción y el aporte de conocimientos de cada integrante para crear nuevos aprendizajes, producto de la interacción entre compañeros.
Entre los beneficios de este modelo educativo se encuentran: el desarrollo del individuo en colectivo, habilidades para saber escuchar las ideas de otros, ser crítico con las ideas expuestas por los demás, reformular las opiniones de sus compañeros y reconstruir su pensamiento en procesos de análisis para centrarse en la toma de las mejores decisiones, así como reflexionar sus acciones y, por ende, sus consecuencias.
La adquisición de habilidades, destrezas, aptitudes y actitudes, que son competencias del individuo para salir adelante ante sus retos y problemas, ayuda a disminuir el aislamiento, favorece la autoeficiencia y fomenta actitudes de respeto hacia los compañeros del grupo. De igual modo, el asumir la responsabilidad compartida genera en el alumno nuevos conocimientos.
Sin embargo, el aprendizaje colaborativo se enfrenta a la resistencia del trabajo en grupo o en equipo y a las malas estrategias de aprendizaje planteadas en modelos educativos que no promueven el trabajo en equipo y olvidan la importancia de la riqueza que aporta al aprendizaje la contribución de cada miembro del grupo. Andrade, A. (2010). Facilitación del aprendizaje, Centro de Enseñanza Técnica Superior. Recuperado el 20 de abril de 2012 de Www.Independent.Academia.Edu/./Survival_Kit_For_New_Teachers Arteaga, P. (2006). Aprendizaje colaborativo: un reto para la educación cubana actual.
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¿Cómo influye el aprendizaje cooperativo y el aprendizaje colaborativo en la educación?
El aprendizaje cooperativo tiene fines socio-afectivos, es decir, que los alumnos se ayuden para lograr una meta, en tanto que el aprendizaje colaborativo busca desarrollar habilidades personales y sociales.
¿Como los trabajos colaborativos fortalecen el aprendizaje UNAD?
El trabajo colaborativo favorece de manera significativa el aprendizaje, ya que la interacción de saberes, nos da la posibilidad de ver como con base de un mismo tema se puede tener posturas diferentes según la experiencia, el enfoque o la cultura de la persona y así mismo nos permite ampliar y enriquecer el proceso de
¿Qué es trabajo colaborativo características y ventajas?
Objetivo del trabajo colaborativo – El objetivo del trabajo colaborativo es ayudar de manera voluntaria entre toda la comunidad para compartir información y acceder al conocimiento. El resultado alcanzado es de bien común o procomún (de provecho común) y no beneficia solo a un individuo, un grupo o una organización sino que enriquece a toda la humanidad.
¿Como los trabajos colaborativos favorecen el aprendizaje de la UNAD?
El trabajo colaborativo favorece de manera significativa el aprendizaje, ya que la interacción de saberes, nos da la posibilidad de ver como con base de un mismo tema se puede tener posturas diferentes según la experiencia, el enfoque o la cultura de la persona y así mismo nos permite ampliar y enriquecer el proceso de